Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la plaza de Cuba, de Sevilla, dando un paseo por ella.
Hoy, 27 de octubre, es el aniversario del descubrimiento (27 de octubre de 1492) de la Isla de Cuba por parte de Cristóbal Colón, conquista en nombre del reino de España, por lo que hoy es el mejor día para ExplicArte la plaza de Cuba, de Sevilla, dando un paseo por ella.
La plaza de Cuba es, en el Callejero Sevillano, una vía que se encuentra en el Barrio de Triana Casco Antiguo, del Distrito de Triana; y en el Barrio de Los Remedios, del Distrito de Los Remedios; entre el Puente de San Telmo, calles Betis, Génova, avda. República Argentina, Asunción, y Juan Sebastián Elcano.
La plaza responde a un tipo de espacio urbano más abierto, menos lineal, excepción hecha de jardines y parques. La tipología de las plazas, sólo las del casco histórico, es mucho más rica que la de los espacios lineales; baste indicar que su morfología se encuentra fuertemente condicionada, bien por su génesis, bien por su funcionalidad, cuando no por ambas simultáneamente. Con todo, hay elocuentes ejemplos que ponen de manifiesto que, a veces, la consideración de calle o plaza no es sino un convencionalismo, o una intuición popular, relacionada con las funciones de centralidad y relación que ese espacio posee para el vecindario, que dignifica así una calle elevándola a la categoría de la plaza, siendo considerada genéricamente el ensanche del viario.
Durante los siglos XVIII, XIX y parte del actual, este lugar era conocido como Huerta de la Victoria, por la proximidad al convento de las carmelitas descalzas de igual advocación, y que daría lugar a la denominación del barrio. Hasta bien entrada la década de 1910 se tiene constancia cartográfica de que este espacio era en parte ocupado por las calles Betis, Perlera y Quemada. Con posterioridad formó parte de un área conocida como el Campillo, que se extendía hasta la misma Vega de Triana. En 1928, una plaza de menores proporciones que la actual recibe la denominación que hoy ostenta, después que Rafael González Abreu restaurara el ex-convento y lo donara a la ciudad convertido en Instituto Hispano Cubano.
La primitiva plaza de Cuba consistía en una explanada frente al ex-convento, una rampa de acceso al nuevo puente de San Telmo. Por la fecha de su trazado constituye el primer proyecto urbanístico del barrio de Los Remedios, aunque hasta 1967 permaneció como un pequeño recinto tapiado. A finales de 1944 el Ayuntamiento aprueba un proyecto para ejecutar las obras de urbanización complementarias; en él se hacía constar el tipo de pavimento, "adoquinado con piedra granítica sobre firme de hormigón de cemento", y que se estudiara el trazado y decoración de los jardines, que habrían de incluir una fuente. Durante esos años, y al menos hasta finales de la década de 1950, ocupando ya el espacio actual, mantiene su planta semicircular y permitía el enlace directo, en línea recta, entre el puente y la llamada entonces avenida Central de los Remedios. Las únicas construcciones nuevas son dos manzanas al inicio de la avenida, aunque está parcelada en su totalidad. En el solar del antiguo convento se ubicaba el cine Los Remedios. A principios de los años sesenta se aprueba por fin una certificación de las obras del proyecto de urbanización y ordenación; al poco, se hace lo propio con un proyecto para la instalación de señales luminosas verticales. Diez años más tarde, se acomete la instalación hidráulica y eléctrica de una fuente luminosa en el estanque.
La plaza de Cuba es un espacio circular abierto a la dársena cuyo plano ofrece varias orlas concéntricas. La primera y central, ligeramente deprimida, es una isleta con césped, dos grandes olmos, y un estanque con una fuente. En los meses de verano no es infrecuente observar a algún turista de otras latitudes acogerse al beneficio de su temperatura suavizada por el conjunto agua-hierba-sombra. Además de su función estética, ordena el tráfico rodado. Rodea esta isleta un cinturón de asfalto, ocupado de forma casi permanente por el continuo ir y venir de los vehículos que acceden a la plaza desde las vías anexas. Estas, por formación estructurante en el desarrollo urbano en este lado del río (la avenida República Argentina y la calle Asunción) y por ser centros administrativos, de servicios en general, generan un volumen considerable de desplazamientos con origen y/o destino en las zonas inmediatas, lo cual provoca continuos embotellamientos. Contiguos a este cinturón de tráfico, y separándolos una hilera de adelfas, se hallan cuatro arcos discontinuos frente a las edificaciones con pavimento de cemento de mortero, en los que se estacionan los vehículos (ya desaparecidos). Con la misma disposición y abarcando también el frente del Guadalquivir, están las acera propiamente dichas; son de losetas de cemento estriadas que forman cuadrados grises y negros y sobre ellas se desarrolla el arbolado y ubica el mobiliario urbano. El quinto y último espacio diferenciable lo forma una pequeña muesca que rompe la forma circular dominante, abierta hacia Juan Sebastián Elcano. Es la primera u original plaza de Cuba, la de 1928, y queda dando frente al Instituto Hispano Cubano de Historia de América, ex-Convento de los Remedios, sede del Club Noventa y Dos y sala de exposiciones Expo-Info; está por debajo del nivel de la rasante de la plaza, desnivel que se salva mediante escalinatas de ladrillo bordeadas por pequeños espacios ajardinados, y con diverso arbolado; tiene piso de chino lavado y el centro lo ocupa un surtidor de agua fuera de uso. A mediados de la década de 1930 hubo un proyecto de instalar allí una estatua de Juan Sebastián Elcano.
El mobiliario urbano lo componen varios quioscos: de la Once, de chucherías y de helado, farolas de báculo, papeleras, contenedores de vidrio y basura, semáforos, señales verticales de tráfico, cabinas de teléfono (desaparecidas), expendedores de tickets de estacionamiento, buzón de correos, una estación de la Red de Medida de Contaminación Atmosférica de la Agencia de Medio Ambiente, cartelones portátiles para insertar propaganda, reloj-termómetro y un panel electrónico de propiedad municipal, que anuncia actos culturales, recreativos, mensajes publicitarios y cívicos en general. El arbolado es variado y denso. Sobresalen las palmeras, pero lo más característico es el cinturón de encinas, lugar común de anidada para miles de gorriones, que en las primeras y últimas horas del día elevan considerablemente el sonido del lugar con su intensísimo piar, hecho que es extensible a toda la plaza, tal es el ruido que esos bandos de aves producen. Además, hay naranjos, jacarandas, acacias, árboles del Pacífico, ficus, aligustres, laurel, adelfas y otras plantas ornamentales. El riego que precisan estos árboles y césped es en gran parte, junto a la proximidad de la dársena, causa de la aparición de numerosos insectos, mosquitos sobre todo, e indirectamente de que sea un lugar predilecto para gorriones, vencejos, golondrinas y aviones. La edificación se resuelve en cuatro bloques con fachadas cóncavas, de grandes terrazas interiores, levantadas en la década de 1950. Los bajos, porticados recogen establecimientos comerciales de base eventual y algunos de ocio, bares, que suelen ocupar con los veladores la acera entre Betis y Génova.
Es posiblemente el tipo de viviendas lo más significativo y emblemático de la plaza de Cuba; son los popularmente conocidos como "pisos de los millonarios", ocupados por familias de la burguesía sevillana que abandonaron sus grandes mansiones o casas palacios del casco antiguo: de hecho, en el mapa mental de gran parte de los sevillanos, la plaza de Cuba (y Los Remedios por extensión) constituye el hito de la Sevilla rica, aunque en realidad haya zonas de mucha más cualificación. En 1979 Antonio Burgos, en un diario regional escribía acerca de esta plaza a la que "en tiempos de los estraperlistas se le llamaba los pisos de los Millonarios", reseñando el hecho de que otras zonas de la ciudad merecían el mismo calificativo; él mismo se preguntaba "¿dónde encuentra usted un piso por menos de un millón de pesetas?". Lo incuestionable, al margen de la realidad o no de su elevado nivel, es que supone una imagen de prestigio muy extendida el vivir en la plaza de Cuba, o en sus alrededores. A pesar de no constituir un espacio diseñado para el encuentro y cumplir una función básica destinada a canalizar y ordenar el tráfico rodado, la amplitud de las aceras permite que los ciudadanos de a pie tengan en éste uno de los lugares clásicos de cita para asistir a los numerosos locales de ocio que se ubican en los alrededores [José María Luján Murillo, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].
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La plaza de Cuba, al detalle:
Fuente Solar Plaza de Cuba
Monumento a José Martí
Placa conmemorativa Expedición Elcano 90
Placa conmemorativa V Centenario de la Primera Vuelta al Mundo
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