Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la pintura "San Ignacio de Antioquía", anónima, en el banco del Retablo de la Virgen de Belén, de la Iglesia de la Anunciación, de Sevilla.
Hoy, 17 de octubre, Memoria de San Ignacio, obispo y mártir, discípulo del apóstol San Juan y segundo sucesor de San Pedro en la sede de Antioquía, que en tiempo del emperador Trajano fue condenado al suplicio de las fieras y trasladado a Roma, donde consumó su glorioso martirio. Durante el viaje, mientras experimentaba la ferocidad de sus centinelas, semejante a la de los leopardos, escribió siete cartas dirigidas a diversas iglesias, en las cuales exhortaba a los hermanos a servir a Dios unidos con el propio obispo, y a que no le impidiesen poder ser inmolado como víctima por Cristo (107) [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].
Y que mejor día que hoy, para ExplicArte la pintura "San Ignacio de Antioquía", anónima, en el banco del Retablo de la Virgen de Belén, de la Iglesia de la Anunciación, de Sevilla.
Hoy, 17 de octubre, Memoria de San Ignacio, obispo y mártir, discípulo del apóstol San Juan y segundo sucesor de San Pedro en la sede de Antioquía, que en tiempo del emperador Trajano fue condenado al suplicio de las fieras y trasladado a Roma, donde consumó su glorioso martirio. Durante el viaje, mientras experimentaba la ferocidad de sus centinelas, semejante a la de los leopardos, escribió siete cartas dirigidas a diversas iglesias, en las cuales exhortaba a los hermanos a servir a Dios unidos con el propio obispo, y a que no le impidiesen poder ser inmolado como víctima por Cristo (107) [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].
Y que mejor día que hoy, para ExplicArte la pintura "San Ignacio de Antioquía", anónima, en el banco del Retablo de la Virgen de Belén, de la Iglesia de la Anunciación, de Sevilla.
La Iglesia de la Anunciación [nº 25 en el plano oficial del Ayuntamiento de Sevilla; y nº 48 en el plano oficial de la Junta de Andalucía], se encuentra en la calle Laraña, 1; en el Barrio de la Alfalfa, del Distrito Casco Antiguo.
En el muro del evangelio de la Iglesia de la Anunciación, podemos contemplar el Retablo de la Virgen de Belén, compuesto por banco, dos cuerpos de tres calles y ático rematado en medio punto y articulado por pilastras. Se decora con veinte pinturas sobre tabla que representan escenas de la vida de la Virgen y diversos santos.
En el muro del evangelio de la Iglesia de la Anunciación, podemos contemplar el Retablo de la Virgen de Belén, compuesto por banco, dos cuerpos de tres calles y ático rematado en medio punto y articulado por pilastras. Se decora con veinte pinturas sobre tabla que representan escenas de la vida de la Virgen y diversos santos.
Se trata de un conjunto representativo del clasicismo característico de la retablística sevillana de las dos últimas décadas del siglo XVI; configurado a modo de “retablo casillero” en el que se insertan, con claridad, sus distintas pinturas. Sólo sobresalen del plano las columnas corintias pareadas que delimitan, exteriormente, sus dos cuerpos principales. Pilastras corintias estriadas enmarcan sus cajas centrales.
Su programa iconográfico, consagrado a la Virgen, comienza en el banco, en el que se insertan, en sus tableros mayores, escenas de la vida de María, siguiendo un orden cronológico, de izquierda a derecha: El Nacimiento de la Virgen, La Presentación de la Virgen en el Templo, Los Desposorios de la Virgen y San José, La Anunciación, El Nacimiento de Jesús y La Adoración de los Reyes Magos. A dichos episodios se suman figuras de santos en los frentes pequeños de los pedestales del banco: San Bernardo, San Ignacio de Antioquía, San Buenaventura y San Dionisio Aeropagita. En el centro del banco, una tabla con el Niño Jesús Redentor. El primer cuerpo está presidido por La Virgen de Belén; sus calles laterales se dividen en dos compartimentos, acogiendo, en el inferior, a San Juan Evangelista (izquierda) y a San Juan Bautista (derecha), mientras que en el superior se disponen los padres de la Virgen, San Joaquín (izquierda) y Santa Ana (derecha). El segundo cuerpo está centrado por La Ascensión de la Virgen, flaqueada por San Agustín adorando el Crucifijo (izquierda) y La Estigmatización de San Francisco (derecha). En el ático, se representa la Santísima Trinidad.
Consta que este retablo fue el antiguo de las reliquias, realizado a finales del siglo XVI, y que estuvo inicialmente en la Capilla de las Reliquias de la Anunciación (actual sacristía). En el siglo XIX fue ampliado y reformado para albergar una serie de pinturas de procedencia diversa: la Virgen de Belén de Coffermans y otras diecinueve pinturas anónimas, en las que se advierten dos manos: las tablas del banco, por una parte, y las restantes. Durante las reformas realizadas en el templo por el deán López Cepero (1836-1842), se trasladó al brazo del Evangelio del crucero, para que formara "pendant" con el retablo de la Inmaculada. Para cumplir con el principio de simetría, tan querido por la estética clasicista que dominó la reforma de Cepero, mandó cobijar este retablo de la Virgen de Belén dentro de una estructura retablística externa que reprodujo el arco triunfal que enmarcaba el conjunto frontero de la Inmaculada. Finalmente, ya en el siglo XX, se trasladó el pequeño retablo de la Virgen de Belén al muro del Evangelio de la nave. La estructura retablística exterior que quedó en el crucero se reformó para albergar las imágenes titulares de la Hermandad de los Estudiantes (hasta 1966) y, desde 1970, a las de la Hermandad del Valle. Pintura que representa a San Ignacio de Antioquía, barbado, de rodillas, vestido con túnica blanca y con un corazón en sus manos; flanqueado por dos leones rampantes. Sobre el suelo hay una mitra, y de la boca del santo salen las palabras "Iesus, Iesus".
Se trata de la representación de la escena de la muerte de San Ignacio, Obispo de Antioquía, mártir y Padre Apostólico, que fue condenado a morir devorado por las fieras. La presencia destacada de su corazón junto a las palabras "Iesus" "Iesus" debe hacer referencia a la tradición que narra como, tras su muerte, se encontró en su corazón, grabada en letras de oro, la palabra "Jesús", que también pronunció en el momento de su martirio. Este vínculo con el nombre de la Compañía podría explicar su presencia en el programa iconográfico de este conjunto jesuita.
Esta pintura, al igual de las restantes del retablo de igual mano y cronología, muestra una clara influencia del manierismo nórdico, apreciable en aspectos como su dibujo seco, el rostro de la figura o el tratamiento de sus ropajes. Aunque ha sido vinculada por algunos investigadores a Francisco Pacheco, se considera actualmente obra anónima, próxima al estilo de Vasco Pereira (Universidad de Sevilla).
Pintura en lienzo sobre tabla, con unas medidas de 24,5 x 10,5 cms, realizadas hacia 1588, en estilo manierista, que representa al santo barbado, de rodillas, vestido con túnica blanca y con un corazón en sus manos; flanqueado por dos leones rampantes. Sobre el suelo hay una mitra, y de la boca del santo sale una filacteria con las palabras Iesus, Iesus". Se trata de la representación de la escena de la muerte de San Ignacio, Obispo de Antioquía, mártir y Padre Apostólico, que fue condenado a morir devorado por las fieras. La presencia destacada de su corazón junto a las palabras "Iesus" "Iesus" debe hacer referencia a la tradición que narra como, tras su muerte, se encontró en su corazón, grabada en letras de oro, la palabra "Jesús", que también pronunció en el momento de su martirio. Este vínculo con el nombre de la Compañía podría explicar su presencia en el programa iconográfico de este conjunto jesuita. Esta pintura, al igual de las restantes del retablo de igual mano y cronología, muestra una clara influencia del manierismo nórdico, apreciable en aspectos como su dibujo seco, el rostro de la figura o el tratamiento de sus ropajes. Aunque ha sido vinculada por algunos investigadores a Francisco Pacheco, se considera actualmente obra anónima, próxima al estilo de Vasco Pereira." (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Conozcamos mejor la Historia, Leyenda, Culto e Iconografía de San Ignacio de Antioquía, obispo y mártir;
Santo de la Iglesia griega, discípulo de San Juan Evangelista, luego obispo de Antioquía, motejado el Teóforo (quien lleva a Dios), porque llevaba a Dios en su corazón.
Conducido a Roma en tiempos del emperador Trajano, en 107 fue condenado ad bestias, es decir, a ser entregado a los leones en el anfiteatro Flaviano (Coliseo). Ante su martirio exclamó: «Soy el trigo de Dios y seré molido por los dientes de las fieras para convertirme en el pan de los santos.»
Después de su muerte se le abrió el pecho y se encontró el monograma de Jesucristo (IHS) escrito en letras de oro sobre su corazón.
Como había sido estrangulado, se lo invocaba para la curación de las enfermedades de garganta.
ICONOGRAFÍA
Está representado, al igual que el profeta Daniel, entre dos leones. Pero se lo diferencia con facilidad, en principio, porque lleva vestiduras episcopales de la Iglesia griega (el palio constelado de cruces), y además, porque los leones, en vez de acostarse a sus pies, se arrojan sobre él y lo derriban.
En los frescos de la Laura y del Koutloumous, en el monte Athos, uno de los leones le muerde el hombro mientras el otro, que tiene la cabeza baja, le tritura un pie.
Igual que Elías alimentado por los cuervos, san Ignacio devorado por los leones con frecuencia está representado en los refectorios (trapeza) de los conventos griegos, a título de «trigo de Dios» y «pan de los santos». El tema forma parte de la serie «alimentaria» de la hagiografía que completa a los cristológicos de la Multiplicación de los panes, la Santa Cena y la Cena de Emaús en la decoración de los refectorios monásticos.
Sobre su corazón está grabado el monograma de Jesús (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).
Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la pintura "San Ignacio de Antioquía" anónima, en el banco del Retablo de la Virgen de Belén, de la Iglesia de la Anunciación, de Sevilla. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la ciudad.
Santo de la Iglesia griega, discípulo de San Juan Evangelista, luego obispo de Antioquía, motejado el Teóforo (quien lleva a Dios), porque llevaba a Dios en su corazón.
Conducido a Roma en tiempos del emperador Trajano, en 107 fue condenado ad bestias, es decir, a ser entregado a los leones en el anfiteatro Flaviano (Coliseo). Ante su martirio exclamó: «Soy el trigo de Dios y seré molido por los dientes de las fieras para convertirme en el pan de los santos.»
Después de su muerte se le abrió el pecho y se encontró el monograma de Jesucristo (IHS) escrito en letras de oro sobre su corazón.
Como había sido estrangulado, se lo invocaba para la curación de las enfermedades de garganta.
ICONOGRAFÍA
Está representado, al igual que el profeta Daniel, entre dos leones. Pero se lo diferencia con facilidad, en principio, porque lleva vestiduras episcopales de la Iglesia griega (el palio constelado de cruces), y además, porque los leones, en vez de acostarse a sus pies, se arrojan sobre él y lo derriban.
En los frescos de la Laura y del Koutloumous, en el monte Athos, uno de los leones le muerde el hombro mientras el otro, que tiene la cabeza baja, le tritura un pie.
Igual que Elías alimentado por los cuervos, san Ignacio devorado por los leones con frecuencia está representado en los refectorios (trapeza) de los conventos griegos, a título de «trigo de Dios» y «pan de los santos». El tema forma parte de la serie «alimentaria» de la hagiografía que completa a los cristológicos de la Multiplicación de los panes, la Santa Cena y la Cena de Emaús en la decoración de los refectorios monásticos.
Sobre su corazón está grabado el monograma de Jesús (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).
Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la pintura "San Ignacio de Antioquía" anónima, en el banco del Retablo de la Virgen de Belén, de la Iglesia de la Anunciación, de Sevilla. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la ciudad.
Más sobre la Iglesia de la Anunciación, en ExplicArte Sevilla.
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