Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la Casa de Salinas, de Sevilla.
La Casa de Salinas [nº 6 en el plano oficial del Ayuntamiento de Sevilla; y nº 11 en el plano oficial de la Junta de Andalucía], se encuentra en la calle Mateos Gago, 39; en el Barrio de Santa Cruz, del Distrito Casco Antiguo.
En el siglo XVI, Sevilla era la ciudad más importante de Europa. A su puerto llegaban las riquezas del Nuevo Mundo, que después se distribuían por todo el continente. Aquí se acuñaba en moneda el oro y la plata de América. La llamaban Nova Roma, por su esplendor, y a ella acudían los mejores artistas italianos y flamencos del momento. El mejor Renacimiento se combinó con el Gótico y el Mudéjar en una armonía de estilos única en el mundo. En ese contexto se levantó la Casa de Salinas.
Situada en el área monumental del casco Antiguo de Sevilla, a dos pasos de la Catedral, la Giralda y los Reales Alcázares, esta casa compartió junto a otras mansiones un barrio de gente ilustre y acaudalada. Baltasar Jaén, primer propietario de la casa y fundador de mayorazgo propio, perteneció a uno de estos linajes.
El mayorazgo de los Jaén se extingue en 1843, después de que la casa fuera objeto de varias vicisitudes. A principios del siglo XIX es ocupada por las tropas napoleónicas. En 1822 se tenía arrendada como vivienda y taller de imprenta. Con la desaparición del mayorazgo el inmueble es adquirido por diversos inquilinos y sometido a obras de adaptación, se dedica a colegio, contando incluso con un internado. La más llamativa fue una logia masónica (formada por las más importantes familias nobles y aristocráticas de la ciudad) que cuando se fue dejó una extensa estela de rumores sobre prácticas de muerte y cadáveres enterrados en la casa y nadie quería vivir en ella. De estos rumores se pasó al convencimiento de que los masones habían dejado un tesoro escondido. El rumor fue tan fuerte que se pusieron a agujerear toda la casa. La búsqueda terminó cuando equivocadamente pincharon en una fosa séptica con desagradables consecuencias para todos los que estaban cavando en ese momento. Don Manuel de Salinas Malagamba, adquiere la casa a la sobrina de Don Eduardo Ybarra en 1930 y desde ese momento hasta nuestros días es vivienda de la familia.
El edificio ha sido sometido a restauraciones encaminadas a devolver elementos decorativos que se perdieron a lo largo de los años.
A principios del siglo XX la casa pasó a ser propiedad de la familia Salinas, que la sometió a un delicado y minucioso proceso de restauración para devolverle su aspecto original, que había sido alterado en parte con intervenciones realizadas a lo largo de sus cuatrocientos años de historia, y muy especialmente hacia 1900. En la actualidad, luce sus primitivas estructuras del siglo XVI con elementos propios de la época de su construcción, armonizados estéticamente como se refleja en sus interiores cálidos y confortables.
El emplazamiento de Casa de Salinas es absolutamente privilegiado, pues se encuentra en pleno corazón de la zona monumental más densa de Sevilla, área que también es la más representativa y mejor conservada de la ciudad histórica. Por su posición elevada ha permanecido a salvo de las crecidas del río que históricamente inundaban Sevilla. Casa palaciega del siglo XVI, construida bajo el influjo renacentista que experimentó Sevilla cuando era la metrópoli más importante de Europa al ser cabecera del tráfico con América, se sitúa en la zona donde radicaban los más importantes hombres dedicados al comercio de la ciudad, los linajes más rancios y los personajes más acaudalados.
De enorme valor artístico y monumental, es un genuino ejemplo de casa principal sevillana. Esta casa podría incluirse entre aquellas que ya en 1547 se mencionan como síntoma de la modernización de la vivienda hispalense, por centrase alrededor de un patio de doble galería sobre columnas de mármol y decoraciones platerescas que demuestran su instalación plena en el gusto clásico del Renacimiento, que en tierras andaluzas toma cuerpo de forma matizada.
Con el paso de los años, se iría imponiendo en las edificaciones destinadas a residencia una tendencia aún mayor a la diafanidad y la apertura, auspiciadas por el racionalismo ilustrado del siglo XVIII; mansiones de nuevo tipo van sustituyendo a las anteriores, y los ejemplos de la vivienda palaciega de hace más de trescientos años, como el caso que nos ocupa, se tornan cada vez más valiosos no sólo por la singularidad y calidad de sus elementos, sino también por su rareza.
La casa adquiere sus actuales proporciones y la mayoría de sus elementos arquitectónicos a partir de 1577, como propiedad del linaje Jaén Roelas, que la mantiene durante más de trescientos años. A finales del siglo XIX es adquirida por Don Eduardo Ybarra que la somete a una amplia reforma y redecoración al gusto de la época. Eduardo Ybarra añade gran cantidad de azulejos de la fábrica de Mensaque (Triana), un mosaico de tema báquico, encontrado en Itálica y datado en el siglo II DC, además de una escultura en mármol blanco de la Virgen de los Remedios procedente del convento del mismo nombre (ambas piezas en el tercer patio o patio jardín). También añade las vidrieras fabricadas por Pickman, en el comedor superior y el patio principal. La familia Salinas, actuales propietarios inician una cuidadosa restitución de sus elementos originales, conservando lo mejor de las intervenciones posteriores a su construcción.
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Horario de apertura de la Casa de Salinas:
De Lunes a Viernes: de 10:00 a 18:00 (16 de octubre a 14 de junio)
de 10:00 a 14:00 (15 de junio a 15 de octubre)
Página web oficial de la Casa de Salinas: www.casadesalinas.com
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