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viernes, 30 de septiembre de 2022

Un paseo por el Barrio de San Jerónimo

     Por Amor al Arte
, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte el Barrio de San Jerónimo, de Sevilla, dando un paseo por él.
     Hoy, 30 de septiembre, Memoria de San Jerónimo, presbítero y doctor de la Iglesia, el cual, nacido en Dalmacia, estudió en Roma, ciudad en la que cultivó con esmero todos los saberes y recibió el bautismo cristiano. Después, seducido por el valor de la vida contemplativa, se entregó a la existencia ascética al ir a Oriente, donde se ordenó de presbítero. Vuelto a Roma, fue secretario del papa Dámaso, hasta que, tras fijar su residencia en Belén de Judea, vivió una vida monástica dedicado a traducir y explicar las Sagradas Escrituras, revelándose como insigne doctor. De modo admirable fue partícipe en muchas necesidades de la Iglesia y, finalmente, llegado a una edad provecta, descansó en la paz del Señor (420) [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].
   Y que mejor día que hoy, para ExplicArte el Barrio de San Jerónimo, de Sevilla, dando un paseo por él.  
     El Barrio de San Jerónimo es, en el Callejero Sevillano, un barrio que se encuentra en el Distrito Norte, delimitado por las vías siguientes: c/ Pez Espada, vía del Ferrocarril, c/ Medina y Galnares, glorieta de los Ferroviarios, avda. de San Jerónimo, y c/ José Galán Merino (cauce de la dársena del río Guadalquivir).
     El Barrio de San Jerónimo lo componen las vías siguientes: c/ Acedía, c/ Albacora, c/ Albures, c/ Alcalá del Río, c/ Alcazarquivir, c/ Andén, c/ Anguila, c/ Barbo, c/ Boga, c/ Boquerón, c/ Burgos, c/ Calamar, c/ Cantillana, c/ Carpa, c/ Cataluña, c/ Cazón, c/ Cerbatana, c/ Ceuta, c/ Congrio, c/ Coquina, c/ Corvina, c/ Dorada, c/ Estación, c/ Esturión, c/ Extremadura, c/ Factores, callejón del Horno, c/ Huerta de la Papachina, c/ Lamprea, c/ Larache, c/ Lenguado, c/ Lubina, c/ Marruecos, c/ Medina y Galnares, c/ Mejillón, c/ Melilla, c/ Mero, c/ Montejaque, c/ Morena, c/ Navarra, plaza Papachina, c/ Pasajes, c/ Pez Espada, c/ Pez Martillo, c/ Pintarroja, c/ Pulpo, c/ Ríopiedras, c/ Róbalo, c/ Rodaballo, c/ Sábado, c/ Salmón, c/ Salvador Allende, avda. San Jerónimo, c/ Sardina, c/ Tiburón, c/ Traviesa, c/ Tren Changay, y c/ Valencia.      
     El Barrio, desde  el punto de vista urbanístico, y como definición, aparece perfectamente delimitada en  la  población  histórica  y en  los  sectores  urbanos donde predomina la edificación compacta o en manzana, siendo el conjunto de vías urbanas con características homogéneas, y constituye el espacio libre, de tránsito, cuya linealidad queda marcada por las fachadas de las  edificaciones  colindantes  entre  si. En  cambio, en  los  sectores  de periferia donde predomina la edificación  abierta,  constituida  por  bloques  exentos,  la  calle,  como  ámbito  lineal de relación, se pierde, y  el espacio jurídicamente público y el de carácter privado se confunden en términos físicos y planimétricos. 
     Recibe su nombre del monasterio de igual denominación, allí levantado a principios del siglo XV por fray Diego de Sevilla. Terrenos inundables, por su localización entre el arroyo Tamarguillo y el meandro del Guadalquivir, su ocupación se va a iniciar a partir de la construcción del trazado ferroviario en la década de 1850, produciéndose precisamente en esta zona el empalme de las líneas ferroviarias Córdoba-Sevilla (con destino en la [desaparecida] estación de plaza de Armas) y Cádiz-Sevilla (con destino en la estación [también desaparecida] de San Bernardo), cuya concesión tienen en el siglo XIX dos compañías ferroviarias distintas. Este hecho explica la ubicación en sus inmediaciones de talleres de reparación de los ferrocarriles, depósitos de carbón, alma­cenes de mercancías, etc., y ya a principios de siglo (1910-1920) se empieza a formar una zona industrial a lo largo del tendido ferroviario, en conexión con el incipiente desarrollo industrial que se produce en la ciudad, en el sector norte de su casco histórico. Hacia 1930 existían allí instalaciones fabriles de carácter diverso, con predominio de industrias pesadas y contaminantes: fábrica de abonos, refinerías de petróleo, explosivos, losetas de asfalto, vidrio, etc. La instalación en 1938 de la empresa Industrias Subsidiarias de Aviación, S.A. (I.S.A.) termina por consolidar el carácter industrial de este sector urbano. Pero al mismo tiempo se fueron produciendo asentamientos marginales e ilegales, como consecuencia de la inmigración rural, carencia de viviendas, distancia a Sevilla y las mismas oportunidades de empleo que allí había.
     Así pues, San Jerónimo se va configurando como una barriada de establecimientos fabriles y hábitat marginal, carente de las más elementales infraestructuras urbanísticas. Hasta 1951 no contará con un proyecto de parcelación y urbanización. Su aislamiento físico de Sevilla, determinado por su localización entre los cursos fluviales, línea de ferrocarril y distancia de la ciudad consolidada, se ve reforzado psicológicamente por la ubicación del cementerio municipal de San Fernando, que frena el crecimiento de la ciudad en esta dirección. Asimismo sufre periódicas inundaciones, como consecuencia de la falta de regulación del Guadalquivir y su afluente; a raíz del desbordamiento del Tamarguillo en 1961, que produjo graves daños en todo el sector norte de la ciudad, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir inició la construcción de un nuevo cauce para este río, alejándolo de San Jerónimo; pero será sobre todo la construcción de la corta de la Cartuja en la década de los setenta, que ha convertido al meandro de San Jerónimo en parte de la dársena del Guadalquivir, la obra hidráulica que definitivamente defiende de las inunda­ciones a la barriada. Por último, como con­secuencia de las determinaciones del Plan General de 1987, se ha levantado el tendido ferroviario, que desde San Jerónimo penetraba hasta la estación de plaza de Armas, y se procede al trazado de nuevas rondas de circunvalación urbana; operaciones ambas que están suponiendo una profunda remodelación urbanística de toda la barriada.
     San Jerónimo aparece formada, pues, por varias unidades o núcleos morfológica y funcionalmente diferenciados, y que se estructuran a lo largo de varios ejes: el de la línea ferroviaria, la carretera 431 a La Algaba (que en este tramo urbano recibe el nombre de Navarra) y la avenida Medina y Galnares. Entre esta avenida y la vía del ferrocarril se ubica el polígono industrial San Jerónimo, mayoritariamente ocupado por las instalaciones de la empresa Fasa-Renault, más otras empresas subsidiarias, viguetas de hormigón y aceiteras; entre el tendido ferroviario y la carretera a Brenes se encuentra el núcleo conocido como el Higuerón, donde se repite el modelo de núcleo industrial (industria química y de abonos) y viviendas marginales de autoconstrucción, constituido por las calles Trabuco, Arcabuz y Mosquete; y una calle, Culebrina, con viviendas para ferroviarios, de una planta. Son estos centros fabriles los que dieron personalidad a este sector urbano, propiciaron la edificación ilegal de viviendas y determinaron el carácter socioeconómico de sus primeros residentes.
     El segundo núcleo estaría constituido por las viviendas de carácter marginal, que aparecen dispersas por la zona, pero que mayoritariamente se sitúan entre Medina y Galnares, Cataluña, Extremadura y el ex­ convento de los Jerónimos; originariamente eran viviendas de autoconstrucción de una o dos plantas, y algunos patios de vecinos, que carecían de los más elementales servicios e infraestructuras urbanísticas; entre los años cuarenta y sesenta se procedió a su urbanización, se introdujo el alumbrado público, se hicieron las conducciones de agua y alcantarillado y se inició su pavimentación. Actualmente se asiste a un proceso de sustitución de estas antiguas viviendas, algunas muy deterioradas y otras ya cerradas, por bloques entre medianeras, de cuatro plantas. Todas sus calles llevan nombres de ciudades y regiones españolas y antiguas po­sesiones en el norte de África: Burgos, Cataluña, Ceuta, Extremadura, Larache, Marruecos, Melilla y Valencia.
     Otro núcleo bien diferenciado, entre Medina y Galnares, Cataluña y Corvina, es el que corresponde a la promoción de los años sesenta del Patronato de Casas Baratas. conocido como Patronato o Tercia, por un cortijo así denominado; son bloques de viviendas de cuatro plantas, de escasa calidad constructiva y reducidas dimensiones; con una posición central en la barriada se construyó una plaza cuadrangular, en torno a la cual gira la vida del barrio; más recientemente ha sido dotada de equipamientos educativos y sanitarios, ubicados en sus bordes. Sus calles llevan nombres de peces: Albures, Anguila, Boquerón, Calamar, Carpa, Coquina, Corvina, Esturión, Lubina, Mejillón, Mero, Pulpo, Salmón, Sardina y Tiburón.
     Con posterioridad. se han ido levantando otros conjuntos residenciales, como el de Papachina u otro promovido por Renfe para sus empleados, ya en los setenta; predominan los bloques aislados de cuatro plantas, en las que se aprecia una mejora de la calidad constructiva, aunque dirigidos a una clase media-baja, en función del carácter dominante del conjunto de la barriada. También se conservan restos de instalaciones ferroviarias, que están llamadas a desaparecer.
     Por lo que hace referencia al edificio más simbólico de la barriada y que le da nombre, el convento de San Jerónimo de Buenavista, cuyos alrededores fueron evocados poéticamente por Gustavo Adolfo Bécquer (Cartas desde mi celda), fue construido a principios del s. XV sobre los terrenos de un cortijo, denominado de los Mazuelos o Buenavista, que el caballero Juan Esteban cedió a la Orden de los Jerónimos para que fray Diego de Sevilla, hijo del tesorero de la Casa de la Moneda, construyese allí un monasterio. Durante siglos, pues, el monasterio permaneció aislado y apartado de la ciudad, que salvo por el arrabal de la Macarena, apenas rebasó su espacio intramuros hasta finales del s. XIX. El monasterio mantuvo su funcionalidad hasta su ocupa­ción por tropas francesas durante la Guerra de la Independencia; retornó a la orden, aunque con considerables pérdidas, al finalizar la guerra, y fue definitivamente expropiado en 1835, tras la promulgación de las leyes desamortizadoras de Mendizábal. Los cambios de uso y períodos de abandono fueron acelerando su deterioro: entre 1836 y 1838 fue hospicio para pobres, después sede de un colegio de enseñanza, más tarde fábrica de cristales, mientras que sus terrenos se utilizaron como cementerio inglés desde 1877, que todavía se mantiene; hacia 1890 hay noticias de la existencia de un cebadero de cerdos en el ex-convento. Des­pués de un largo período de abandono, actualmente todo el conjunto está siendo rehabilitado por la Gerencia Municipal de Urbanismo, como Centro Cívico-Cultural de la barriada, y contará con biblioteca, salones para actos culturales y reuniones, actividades educativas y deportivas, etc.
     La lejanía de la ciudad de Sevilla propició el desarrollo de un sector comercial de carácter familiar e incluso venta ambulante, que se ha ido diversificando a medida que el barrio se ha ido poblando. Asimismo, la inicial carencia de todo tipo de equipamiento público ha sido en parte subsanada con la construcción de varios centros públicos de enseñanza y guardería infantil, y algunos privados, y en 1980 se abrió un ambulatorio de la Seguridad Social; pero continúa siendo un barrio infradotado, en relación al conjunto de la ciudad, y carece de zonas verdes y de esparcimiento [Josefina Cruz Villalón, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].
Conozcamos mejor la Historia, Leyenda, Culto e Iconografía de San Jerónimo, presbítero y doctor de la Iglesia
HISTORIA Y LEYENDA
   Uno de los cuatro grandes doctores de la Iglesia latina.
   Nació en Estridón, cerca de Aquilea, en Venecia (y no en Dalmacia o en Panonia) en 347; y en Roma fue alumno del famoso gramático Donato.
   Retórico consumado, como San Agustín, además era políglota. Como había aprendido el griego y el hebreo, se jactaba de ser trilingüe.
   Bautizado a los diecinueve años de edad, en 373 partió en peregrinación hacia Tierra Santa. Entre los años 375 y 378 se retiró en el desierto de Siria para llevar una existencia de anacoreta. Fue allí donde escribió la Vida de San Pablo ermitaño.
   De vuelta en Roma en 382, después de residir en Antioquía, se convirtió en el colaborador del papa Dámaso quien le encargó revisar la traducción latina de la Biblia según el original hebreo y la versión griega de los Setenta. Después de la muerte del papa, prefirió regresar a Palestina y en 386 se radicó en Belén, donde terminó la traducción de la llamada Vulgata. Allí murió, en el año 420.
   Sobre este cañamazo, la Leyenda Dorada bordó una novela que proveyó a los artistas un material menos ingrato que la historia: los temas más populares son la Flagelación de San Jerónimo por los ángeles, sus Tentaciones en el desierto y sobre todo la fábula del león domesticado.
1. Durante un acceso de fiebre, soñó que era conducido ante el tribunal de Cristo que le preguntó si era cristiano o ciceroniano y lo condenó a ser azotado por los ángeles. Jerónimo despertó con contracturas, y jurando que no volvería a leer libros profanos.
2. Durante su retiro en el desierto, su piel se volvió negra como la de de un africano. A pesar de sus ayunos y mortificaciones, estaba obsesionado por sueños lascivos de danzas de muchachas desnudas. Para hacer penitencia se mortificaba el pecho día y noche.
3. Un día, cuando explicaba la Biblia a los monjes de su convento, vio llegar hacia él un león que cojeaba. Le extrajo una espina de la pata herida y lo mantuvo a su servicio encargándole que cuidara a su asno mientras éste pacía. Un grupo de caravaneros, aprovechándose de su sueño robaron el asno. Algún tiempo después el león encontró la caravana de mercaderes que volvía por el mismo camino con el asno robado, que usaban, según la costumbre, para guiar a los camellos cargados de mercancías. Con sus rugidos, el león puso a los ladrones en fuga y devolvió triunfalmente el asno al monasterio, y por añadidura, entregó los camellos.
   San Gerásimo, cuyo nombre pudo fácilmente confundirse con el de San Jerónimo.
   Los hagiógrafos copiaron estas leyendas de las vidas de otros santos. Las Tentaciones de San Jerónimo en el desierto de Siria son réplicas de las de San Antonio en el desierto de Egipto. En cuanto a la leyenda del león, se tomó de la historia de un anacoreta de Palestina,
   He aquí como puede explicarse el génesis de esta fábula. Los cuatro doctores de la Iglesia se pusieron en paralelo con los cuatro evangelistas. Ahora bien, San Jerónimo formó pareja con San Marcos quien tiene como atributo un león. Un hagiógrafo, que no comprendía el sentido de dicho atributo, y que recordaba que San Jerónimo había pasado muchos años en el desierto, le habría aplicado la leyenda del león herido, y curado por un santo ermitaño, que había encontrado en la vida de San Gerásimo.
CULTO
Lugares de culto
   San Jerónimo es el patrón de Dalmacia, su pretendida patria, y en consecuencia, de los habitantes de Esclavonia o Schiavoni, como se los llamaba en Venecia, que lo habían adoptado a causa de su atributo, el león, que es también el de San Marcos. Las ciudades de Lyon, Pesaro y la universidad de Salamanca difundieron el culto al santo en Francia, Italia y España.
   Doctor de la Iglesia, además, como San Agustín, es un fundador de órdenes monásticas. Su culto se ha extendido sobre todo gracias a los jerónimos y más tarde a los jesuatos (Gesuati) que adoptaron su regla.
   La orden de los jeronimianos o jerónimos es de origen español. La casa matriz de los jerónimos, como se les llama en España, es Nuestra Señora de Guadalupe, en Extremadura. Los otros monasterios de la orden eran Yuste donde se retiró Carlos V después de la abdicación, el Escorial, creación de Felipe II, El Parral cerca de Segovia, Guisando en Castilla y Santiponce en Andalucía, cerca de Sevilla.
   El establecimiento más célebre de los jerónimos en Portugal era el monasterio de Belem fundado en 1497 a orillas del Tajo por el rey Dom Emmanuel. Fue en conmemoración de la estadía de San Jerónimo en Belén, que los jerónimos de Lisboa dieron tal nombre a su monasterio.
   La orden se había asentado en Italia donde existían conventos jerónimos en Milán y en Roma, cerca de la iglesia de San Onofre, sobre la colina del Janículo. Además, Roma conservaba sus reliquias en la capilla del Pesebre, en Santa María la Mayor, y puso bajo su advocación la iglesia de San Girolamo degli Schiavoni.
Patronazgos
   En toda la cristiandad se lo veneraba con el título de gemma clericorum, stella doctorum, que le aplicaban todos los clérigos, teólogos, eruditos, sobre todos aquellos que tenían la vista fatigada, porque San Jerónimo está representado en su despacho con quevedos. En el Renacimiento se convirtió en el patrón de los humanistas. Es el santo favorito de Erasmo, quien publicó sus obras.
   En nuestros días, a causa de su versión latina de la Biblia, se convirtió en el santo patrón de los traductores, y Valéry Larbaud, en 1946, tituló su colección de ensayos acerca del arte de la traducción, Bajo la invocación de San Jerónimo (Sour l'invocation de Saint Jérome).
ICONOGRAFÍA
   La iconografía de San Jerónimo no tiene en cuenta los datos históricos, tal como sucede con la de San Pablo. En su carta a Eustoquia cuenta que había perdido un ojo: e duobus oculis unum perdidi. No obstante, jamás un artista tuvo la idea de representarlo tuerto.
   La fuente principal de su iconografía es la compilación de un jurisconsulto de Bolonia en 1348. Giovanni d'Andrea (Johannes Andreas), que en su Hiéronymianus, impreso en Basilea en 1516, reunió todos los textos relativos al ilustre doctor de la Iglesia.
   La piedra que el santo emplea para golpearse el pecho y la calavera sobre la cual medita en el desierto, son los símbolos de su penitencia en el desierto. Con San Gregorio Magno, otro doctor de la Iglesia latina, comparte el atributo de la paloma inspiradora. Pero sus emblemas más descriptivos son el capelo cardenalicio y el león domesticado, aunque en realidad no tenga derecho ni a uno ni a otro.
   Nunca fue cardenal, simplemente ejerció funciones de secretario del papa Dámaso. El capelo cardenalicio se le concedió como atributo a partir del siglo XIV, después de la publicación de Hiéronymianus por Giovanni d'Andrea, y además, el capelo cardenalicio no era rojo en sus tiempos, lo fue a partir de 1245. Por otra parte, el león domesticado (leo mansuetus), a quien retira una espina de la pata, está copiado de su casi homónimo San Gerásimo.
   Para indicar que es un estudioso, a partir del siglo XV, con frecuencia se lo representó con quevedos sobre la nariz. El anacronismo es flagrante, puesto que las lentes correctoras fueron inventadas por R. Bacon hacia 1280, más de ocho siglos después de su muerte (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).
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