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viernes, 14 de abril de 2023

Los principales monumentos (Capilla de Nuestra Señora de Europa; Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Palma; Museo Municipal; y Otros lugares de interés) de la localidad de Algeciras, en la provincia de Cádiz

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Cádiz, déjame ExplicArte los principales monumentos (Capilla de Nuestra Señora de Europa; Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Palma; Museo Municipal; y Otros lugares de interés) de la localidad de Algeciras, en la provincia de Cádiz.
           El largo pasado de Algeciras desde la antigüedad romana ha dejado su huella en el patrimonio de la ciudad, tanto en las piezas conservadas en el Museo Municipal, como en los propios yacimientos re­ partidos en su solar, entre los que merece la pena destacar los restos meriníes de la antigua Puerta de Gibraltar. Pero tras su destrucción y despoblamiento en el año 1379, la historia de esta ciudad comien­ za de nuevo en 1704, cuando la conquista de Gibraltar por los ingleses llevó por diferentes razones a la ocupación de las ruinas medievales. Los proyectos urbanizadores diseñados en la primera mitad del siglo XVIII por los principales ingenieros militares de la época, marcaron el desarrollo posterior, que se aprecia en la disposición reticular de las calles más antiguas, pero han desaparecido las edificaciones tradicionales y las que podían adscribirse a los estilos históricos correspondientes, porque Algeciras es una ciudad en permanente renovación que parece buscar su identidad en la modernidad. Entre las nuevas arquitecturas merece destacarse la Cámara de Comercio, proyectada por el artista tarifeño Guillermo Pérez Villalta (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).     
     Con sus casi 112.000 habitantes, Algeciras es una gran ciudad. Posee el puerto más importante de España y el segundo de Europa en tráfico de mercancías y es uno de los más importantes en tráfico de pasajeros, circunstancia que se aprecia especialmente en épocas de vacaciones, en que decenas de miles de magre­bíes llegan hasta aquí de toda Europa con el propósito de pasar a África, en un viaje que será de retorno algunos días más tarde.
     Hermosos jardines, como el parque de las Acacias, en el que se encuentra el Museo Municipal, largas avenidas y amplios paseos revelan el desarrollo experimentado por la ciudad en los últimos decenios. No obstante, la plaza Alta sigue siendo el lugar más privilegiado de Algeciras. De las llamadas de salón, tiene planta trapezoidal, bordeada de palmeras y de bancos de azulejos con escenas del Quijote. En el centro conserva una fuente muy atractiva, también de azulejos de colores, instalada en 1930 para sustituir un monumento dedicado a Manuel Godoy. En el costado oriental se sitúa la entrañable capilla de Nuestra Señora de Europa, edificio del último tercio del siglo XVIII, construida sobre otra anterior dedicada a San Bernabé. De una sola nave, en el altar mayor figura la Virgen de Europa, talla de candelero contemporánea. Enfrente, en la misma plaza, se levanta la parroquia de Nuestra Señora de la Palma, templo construido por ingenieros militares e inaugurado en 1736. En el altar mayor se encuentra la Virgen de la Palma, escultura de mármol realizada en Génova y detenida en Algeciras cuando su destino era Canarias.
     Por debajo de la plaza, bajando por Cánovas del Castillo, está el mercado de abastos, en la plaza de Nuestra Señora de la Palma. En días y horas de mercado, éste es uno de los lugares más interesantes de Algeciras. Los puestos con todo tipo de mercancías, principalmente comestibles, desbordan el singular edificio construido en 1935 por Eduardo Torroja y ocupan la totalidad de la plaza, entre una incesante muchedumbre que se afana en la realización de sus compras.
     Por encima de a plaza Alta está la de San Isidro, centro de este barrio, que conserva el antiguo caserío de abolengo de Algeciras, con hermosas fachadas y curiosos balcones.
     En la avenida de Blas Infante puede verse el Parque Arqueológico de las Murallas Meriníes, cuya dimensión da cabal idea de la importancia que Algeciras tenía en tiempo de los musulmanes. Al final de estas murallas, a la derecha, se abre el parque de Maria Cristina. En él se encuentran unos baños andalusíes, con la reproducción de la noria que les proporcionaba el agua (Rafael Arjona, y Lola Wals. Guía Total, Cádiz, Costa de la Luz. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2008).  
     Situada frente al peñón de Gibraltar, en la bahía que lleva su nombre, la ciudad es, al mismo tiempo, capital del Campo de Gibraltar y puerta privilegiada de comunicación entre el continente europeo y el africano.
Historia
     Poblada desde la Prehistoria, la ciudad de hoy parece tener su origen en la romana que Tito Livio identifica con el nombre de Carteia y el Itinerario de Antonino con el de Portus Albus. El nombre actual procede del árabe Al-jezirah al Hadra, que significa "isla verde". Bajo dominación árabe desde el mismo 711, año de la entrada de los musulmanes en España, sufrió diversos altibajos durante seis largos siglos, hasta que fue conquistada por Alfonso XI en 1344 tras un asedio de casi dos años. No obstante, el rey granadino Moha­med V la reconquista en 1369 y, no pudiendo defenderla, prefiere destruirla antes que tener que dejarla en manos cristianas.
     La ciudad desaparece de la historia hasta que, tras la toma de Gibraltar por los ingleses, los habitantes del peñón se desparraman por la bahía. Desde entonces no deja de recuperarse y de crecer.
     En 1808 el general Castaños fija en ella su cuartel general. En 1906 se celebra la Conferencia de Algeciras en la que, con la participación de diversas potencias europeas, entre ellas España, se pretendía dar solución al problema de Marruecos y al reparto de las colonias africanas.
     Los intentos de España por recuperar Gibraltar han favorecido el progreso de la ciudad. Esto, unido a una potente producción agraria, a la pesca, al turismo y al continuo crecimiento de su puerto sitúan su nivel de vida a la cabeza de los de la región.
Gastronomía
     Los productos del campo y de la mar se alternan en la mesa. Se hacen sopas de mariscos y de espárragos trigueros. Son típicos los espetones, ristras de sardinas asadas, y la dorada a la sal. Fritos o en guisos se preparan igual­mente jurelitos de la propia bahía, rape, mero, gallo y urta. Muy afamadas son las chacinas, la ventresca de atún y la mojama.
     En otoño no falta la carne de caza, principalmente de conejo, jabalí y venado. En repostería son estupendos los dulces de tradición morisca, como el tocino de cielo o el arroz con leche.
Fiestas
     En febrero el bullicio festivo del Carnaval se apodera de la Plaza Alta y de sus alrededores. En junio tiene lugar la feria, que incluye mercado de ganado. El 15 de agosto se celebra la fiesta de Santa María de la Palma, patrona de la ciudad, con una curiosa romería marítima en la que se rescata la imagen de la Virgen de la cueva de los Bodiones, a 20 m de profundidad bajo el mar.
Visita y Alrededores
     La Plaza Alta continúa siendo el eje alrededor del cual se teje y desteje la vida de la ciudad, aunque los jóvenes se sientan más identificados con la plaza de Andalucía. Por encima de la Plaza Alta se encuentra el viejo barrio de San Isidro, con sus callejitas estrechas y plazas ajardinadas. Por debajo el mar, con los puertos pesquero, de mercancías, de pasajeros y deportivo. Junto a la plaza se levanta la iglesia de Nuestra Señora de la Palma, de 1723, y la capilla de Nuestra Señora de Europa, construida en 1690 en estilo barroco. Un poco más abajo, hacia el sur, se halla el mercado Ingeniero Torroja.
     Algeciras es también una gran ciudad, con abundantes parques y jardines, cosmopolita y de gran atractivo turístico, que cuenta con las playas de El Rinconcillo, La Concha, Getares y Cala Arena y que, mediante un servicio de ferris, sitúa África a poco más de media hora de la península.
     Próximo a Algeciras se encuentra Castellar de la Frontera*, dividido en Caste­llar Nuevo y Viejo. Este último es Monumento Histórico Artístico desde 1963. Es un pueblo fortaleza del siglo XIII y de origen almohade, que no ha perdido su sabor medieval. Merece la pena acercarse hasta aquí y pasearse por el interior del recinto amurallado (Rafael Arjona. Guía Total, Andalucía. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2005).

Capilla de Nuestra Señora de Europa
     El origen de este edificio, restaurado en los años ochenta del siglo XX, se encuentra en el oratorio dedicado a San Bernabé que existía en el cortijo de los Gálvez. En torno a esta finca se establecieron los primeros pobladores de la ciudad en los primeros años del siglo XVIII y la ca­pilla acabó tomando el nombre de la advocación gibraltareña. Sin embargo, no es aquel el edificio actual pues fue sustituido por una interesante construcción en el segundo tercio de siglo XVIII, dirigiendo las obras en 1771 el alarife local José de Paz. Aunque la fachada permanece inacaba­da, reproduce los diseños del arquitecto gaditano Torcuato Cayón, que había dejado en la cercana iglesia de San Mateo de Tarifa un modelo a seguir. Se estructura interiormente en una nave, cubierta por bóveda de cañón con lunetos y arcos fajones, que está decorada con elementos borrominescos, como la cornisa que recorre el muro y se mueve en perfiles curvilíneos para evitar los óculos. La cabecera alberga un camarín decorado con yeserías barrocas, donde se aloja la imagen titular del templo, de talla moderna. La cúpula anterior presenta pinturas  murales  que podrían ser coetáneas de la construcción, pero que se en­cuentran muy retocadas. Se trata de ocho tondos en los que se representan los bustos de otros tantos apóstoles, mientras que en las pechinas están pintados los cuatro evangelistas enmarcados por medallones clasicistas.
     En huecos de los muros laterales hay diversas esculturas de bulto redondo, tallas de ejecución moderna  en clave neobarroca, que pertenecen a distintas cofradías. A la de la Columna perte­necen la imagen titular, obra del algecireño José Román, así como el sayón y el soldado realizados por el escultor sanroqueño Luis Ortega Brú. La capilla ha sido restaurada en los años ochenta del siglo XX (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005). 
     La capilla fue levantada en la segunda mitad del siglo XVIII y responde a la estética tardobarroca, si bien la espadaña es un añadido posterior. El diseño de la capilla corresponde probablemente al arquitecto Torcuato Cayón, arquitecto del obispado de Cádiz. Es una construcción de pequeñas dimensiones, compuesta de una sola nave rectangular con cabecera plana. Al interior los muros se articulan mediante pilastras toscanas, entre las que se abren huecos rectangulares y de medio punto.
     El Presbiterio se cubre por cúpula semiesférica sobre pechinas, profusamente decorada con relieves y pinturas barrocas que representan a los doce Apóstoles, y el resto de la nave lo hace mediante bóveda de cañón con lunetos. El primer tramo de los pies está ocupado por el coro que se sitúa en alto. En la cabecera se sitúa el camarín abierto a la nave mediante un vano rematado en medio punto, donde se encuentra entronizada la imagen de su titular, la Virgen de Europa.
     Su cubierta es plana, con decoración de yeserías.
     Al exterior la fachada principal es de piedra, presenta planta quebrada y consta de dos cuerpos de altura y una espadaña.
     El primero está articulado mediante pilastras cajeadas con decoración geométrica que enmarca el vano de acceso, de arco rebajado y rodeado de baquetón mixtilíneo, sobre éste se sitúa una hornacina sobre la que quiebra la cornisa. El segundo cuerpo se flanquea por columnas pareadas de orden jónico y fuste estriado. En el centro se sitúa un vano ovalado donde hay una imagen de San Bernardo, patrón de la ciudad, colocada en tiempos recientes. Todo el conjunto se remata por una espadaña flanqueada por muretes mixtilíneos.
     La Capilla de Nuestra Señora de Europa, conocida popularmente como Capillita de Europa, está situada en la Plaza Alta de Algeciras. En 1690 se había levantado una ermita en el lugar que actualmente ocupa la capilla. Estaba consagrada a San Bernardo, patrón del Campo de Gibraltar y se encontraba en el cortijo de los Gálvez.
     En 1704, tras la toma de Gibraltar por los británicos, el cabildo de esta ciudad en el exilio celebra su primera reunión en la llamada entonces capilla de San Bernardo, mientras que un grupo de gibraltareños huidos construyeron sus casas en torno a ella conformándose así el germen de la futura nueva localidad. En la ermita se colocó la imagen de la Virgen de Europa, venerada en Gibraltar, así la capilla pasó a llamarse de la Virgen de Europa. La imagen original se devolvió a Gibraltar en 1864, a petición de los católicos que allí vivían, colocándose en su lugar una réplica encargada por el obispo gibraltareño en sustitución de la estatua original.
     El terremoto ocurrido en Lisboa en 1755 dañó seriamente la estructura del edificio, teniéndose que demoler y reedificar éste en 1769 dotándola entonces del empaque y la fachada barroca con la que ahora aparece. Fue saqueada en 1931 y luego vendida por el obispado a un particular, durante la década de 1940 estuvo en completo abandono como almacén de un taller de mecánica, posteriormente en 1943 fue restaurada por el ayuntamiento. En 1989 procedió a una nueva restauración, necesaria desde que se destruyó el edificio de su izquierda (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Palma
     La primera edificación religiosa de la nueva población fue la Capilla de Nuestra Señora de Europa, pero en 1720 debido a su reducido tamaño ya se estaba construyendo la nueva iglesia de Nuestra Señora de la Palma para atender a la población creciente.
     Fue diseñada por ingenieros militares y realiza­da por maestros de obras locales, inaugurándose en 1736. Su configuración inicial de tres naves sigue un modelo similar al de la parroquia casi contemporánea de San Roque, sin embargo, en los últimos años del siglo XVIII se agregaron a la primitiva fábrica dos naves más bajo la dirección facultativa del ingeniero Isidro Casaus. La del lado de la Epístola fue construida en 1790, como extensión de la capilla de la orden tercera de franciscanos, y la otra nave se realizó en 1793. Para la construcción de la torre se presentaron a la Academia de San Fernando en 1791 dos pro­yectos, que fueron reprobados, ofreciendo el académico Manuel Machuca y Vargas el diseño definitivo, culminando las obras en 1829. El edificio es pues de cinco naves cubiertas con bóvedas de cañón y vaídas, sostenidas por pilares cilíndricos de orden toscano, presentando un estucado que ­imita jaspes en los zócalos realizado en los últimos años del siglo XX. El transepto se cubre con bóvedas semiesféricas y, al margen de la mayor, sólo hay dos capillas, puesto que las imágenes se disponen en exedras abiertas en el muro.
     En la capilla mayor, en un altar de moderna factura, se encuentra la Virgen de la Palma, cuya peculiar historia viene a orientarnos sobre su ori­gen, pues se cuenta que llegó en un navío que procedente de Italia se dirigía a Canarias. Es una escultura en mármol, con ligeros toques de color. El rostro ha sido reconstruido tras los daños que sufrió en 1931. Probablemente es obra de talleres genoveses y de principios del siglo XVIII.
     En la capilla que encabeza la nave del Evange­lio hay un altar moderno, con una escultura del Sagrado Corazón también reciente. A lo largo de este muro se sitúan diversas esculturas de irregular calidad. Hay una imagen del Ecce Homo, «el Cristo de la Caña», considerado del siglo XVIII. Y dos esculturas que proceden del desaparecido convento de la Merced, fechadas en el siglo XVIII, un San Bernardo y un San José con el Niño.
     Al artista algecireño José Román pertenece la autoría del Cristo yacente (1944) y a Pérez Calvo la de la Virgen de la Soledad, ambas titulares de la cofradía del Santo Entierro. Interesante obra anónima del XVII es un lienzo colgado en uno de los pilares del lateral izquierdo, en el que se presenta el Entierro de Cristo, con abigarrada composición y equilibrado tratamiento cromáti­co. Por último, en el muro de los pies se sitúa un retablo cerámico, realizado en el taller trianero de José Rodríguez (1937).
     A los pies de la nave de la Epístola se encuentran las imágenes titulares de la cofradía del Nazareno: Cristo con la cruz a cuestas, Crucificado de la Fe, del taller de Larrea Echaniz (1939), y Virgen de la Amargura, del imaginero sevillano Luis Álvarez Duarte. La cabecera de la misma nave la ocupa un retablo neogótico que alberga una Inmaculada dieciochesca que también procede del convento mercedario.
     La parroquia posee un  conjunto de piezas de platería de cierto interés, destacando varios cálices de los siglos XVIII y XIX. Uno de ellos presenta decoración de rocallas, con un basamento de movidos perfiles mixtilíneos y tres historias de referencias eucarísticas, el Sacrificio de Isaac, San­són con el león y el episodio de las uvas de la Tie­rra Prometida. Se conserva otro cáliz neoclásico de gajos, realizado en el año 1777 por el orfebre cordobés Antonio José de Santacruz y Zaldúa, relacionado con una jarra de pico de parecido estilo. Ya del siglo XIX es el copón decorado con palmetas (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).   
       La Iglesia de Nuestra Señora de la Palma se encuentra situada en el extremo sudoccidental de la Plaza Alta con su fachada principal abierta a ella. Fue construida en el primer tercio del siglo XVIII con tres naves, ampliándose al final del mismo siglo con dos naves más. Artísticamente responde al estilo barroco portando elementos populares y marcado aire colonial.
     Su interior se organiza en cinco naves, siendo la central más alta, cubriéndose al igual que las dos naves extremas con bóveda de cañón y lunetos que descansan sobre columnas de orden toscano. Las naves intermedias se cubren con bóvedas de arista apoyándose en arcos fajones que marcan la separación de los distintos tramos, terminando a nivel de cornisa y descansando sobre los muros que separan a estas naves de las extremas. El crucero se cubre con bóveda de media naranja sobre pechinas.
     El exterior presenta muros con paramentos encalados salvo en la portada principal que se enmarca con pilastras de sillería, y se organiza mediante un vano de entrada adintelado, sobre el que se apoya una hornacina con pilastras en sus laterales. En la zona alta un óculo de forma oval da luz al interior del templo. Dos altos contrafuertes delimitan la portada del resto de la fachada. La iglesia se cubre con faldones inclinados de teja árabe.
     La torre se ubica a los pies de la nave lateral izquierda y consta de dos cuerpos: el inferior de planta cuadrada con paramento enmarcado con sillería vista, el cual se compone de basamento, fuste y remate donde descansa el cuerpo superior también de sillería vista, con forma ochavada y cúpula bulbosa.
     Adosados al edificio en su lado sur se encuentran los salones parroquiales, edificio construido en 1962 obra del arquitecto Pedro Pérez Blanco. Se trata de un edificio de estilo brutalista con diferentes planos de fachada adaptándose a la calle adyacente.
     La Iglesia de Nuestra Señora de la Palma de Algeciras está situada en la Plaza Alta. Comenzó a construirse en 1724 cuando el incremento de la población hizo insuficiente el servicio religioso ofrecido por la Capilla de Nuestra Señora de Europa. Fue abierta al culto en 1738 cuando finalizaron los trabajos de la nave principal y las por entonces dos naves laterales, posteriormente se amplió con dos naves laterales aunque hubo de esperar hasta 1829 para que finalizaran completamente las obras con la construcción del campanario y para que fuera consagrada. Su titular es la Virgen de la Palma, patrona de la ciudad (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Museo Municipal
     Está estructurado en dos secciones distribuidas en edificios diferentes, por una parte la de Histo­ria y Arqueología y, por otra, la de Arte Sacro.
     El Museo Municipal conteniendo las secciones de Historia y Arqueología fue abierto en 1995, en una casona construida a principios del siglo XX en la Villa Vieja, junto al parque Smith. Se estructura en seis salas repartidas por las dos plantas del edificio. La primera está dedicada al mundo prehistórico en el término, con el con­ junto de útiles líticos del Paleolítico Inferior o los recuperados en Torre Almirante y Palmones, datados en el Epipaleolítico.
     A continuación se muestran los testimonios fe­nicio-púnicos y romanos, fragmentos de la cerá­mica del alfar algecireño del Rinconcillo (I d.C.) y también piezas del siglo VI d.C. extraídas de la factoría de salazones exhumada en la cercana calle de San Nicolás. Destaca un pedestal con forma de balaustre y decoración de acanto, que sostuvo una escultura de la diosa Diana.
     La edad media aparece tratada en las salas III y IV. En la primera el programa se apoya en la maqueta que recrea la ciudad de Algeciras en el siglo XIII, complementado por un montaje iconográfico que muestra edificios y restos de la época. Prosigue la visita al mundo medieval con el contenido de las cinco vitrinas de la sala conti­gua, repasando los tiempos del mundo islámico. Especialmente llamativo es el candil del siglo X, que apareció en el pecio de Punta Carnero.
     La nueva Algeciras aparece recogida en las salas V (siglos XVII y XVIII) y VI (siglos XIX y XX). Se exponen desde ajuares hogareños hasta armamento correspondiente al último Sitio a Gibraltar, pasando por vestigios de la época, como la escultura de San Antonio (s. XVIII) procedente del desaparecido convento de la Merced, o la lápida conmemorativa de la inauguración de las conducciones de agua (1777), que estuvo en la Fuente Nueva.
     Por último, la historia contemporánea está ilustrada con múltiples vestigios, incluso importantes obras de arte, como la serie de pinturas de los artistas locales Rafael Argelés y Ramón Puyol.
     La sección de Arte Sacro se encuentra instalada desde 2001 en la desacralizada ermita del Cristo de la Alameda. Constituye un recoleto espacio que ofrece una muestra muy representativa de la colección de arte sacro de la ciudad. Tiene como base los bienes de la iglesia local, pero sobre todo el legado de Luis Carlos Gutiérrez Alonso. La exposición recoge obras de orfebrería, cerámica, bordado y pintura. El conjunto de orfebrería es amplio, destacando por su dimensión y el lugar que ocupa en la primera sala, la custodia pro­cesional de templete, de plata en su color, con partes doradas, repujada y cincelada. Elaborada en los talleres Meneses de Madrid, en 1881 («L. MENESES E HIJO. MADRID. 1881»). Es una estructura arquitectónica neogótica, de esbeltas proporciones, que cobija un ostensorio de metal. Formó juego con unas andas, marcadas en la misma fecha y por el mismo taller orfebre, destruidas en 1931. En las vitrinas de la misma sala hay varios relicarios de los siglos XVII y XVIII. En la siguiente sala se muestra loza de uso sacro, cerámica trianera, de Talavera o toledana. En la sala III hay varios lienzos de interés, destacando el Santo Domingo de Guzmán, atribuido a Zurbarán, o la Inmaculada que se ha vinculado con el taller de Giaquinto. Resultan llamativos los dos trampantojos a lo divino o representaciones sacras en sus altares de un Cristo de Medinaceli y una Virgen de los Dolores o de la Soledad, obras del XVIII. La última sala está dedicada a la Se­mana Santa local (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).

Otros lugares de interés
     En la moderna iglesia de Nuestra Señora del Carmen se conservan algunas piezas de interés, como las imágenes titulares de la Archicofradía de Nuestra Señora del Carmen, y las de la her­mandad del Cristo de la Buena Muerte, pertenecientes a ésta última un Crucificado tallado en 1982 por el artista sevillano Luis Álvarez Duarte y una Virgen de candelero de Castillo Lastrucci realizada en 1939. A ello hay que añadir varias prendas de plata que componen el ajuar de la iglesia, como un cáliz rococó hecho en Córdoba en 1789, por Antonio José de Santacruz y otro neoclásico marcado por los plateros gaditanos A. G. Díaz y M. Arenas. Sin embargo, especial valor histórico tienen la lámpara de la capilla sacra­mental, la corona y el halo que adornan la imagen de Nuestra Señora del Carmen, talla moderna que sustituyó a la dieciochesca desaparecida en los años treinta del siglo XX. Las tres piezas fueron realizadas en 1783 por el orfebre cordobés Antonio Ruiz de León, por encargo de Antonio Barceló, jefe de las fuerzas navales durante el último gran asedio a Gibraltar. Las marcas: A./ RUIZ y 83/MARTZ.
     La iglesia de San Antón, sede de la citada Ar­chicofradía, es aneja al antiguo hospital de la Caridad, hoy convertido en sede de la Funda­ción Municipal de Cultura. Es de una sola nave abovedada, con hornacinas en los muros decoradas por molduras de carácter arquitectónico. El conjunto hospitalario fue construido entre 1748 y 1768. Conserva en muy buen estado su primi­tiva estructura, con las dependencia repartidas en dos plantas y organizadas en torno a un patio, con un escalera en H de notable calidad, inspirada en el original modelo del Hospital de Mujeres de Cádiz y diseñada posiblemente por el mismo autor, el maestro Afanador. Este lugar está decorado de con gran cuadro de José Alcoba, La invasión de los bárbaros, copia del original de Ulpiano Checa (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).     
     
     Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Cádiz, déjame ExplicArte los principales monumentos (Capilla de Nuestra Señora de Europa; Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Palma; Museo Municipal; y Otros lugares de interés) de la localidad de Algeciras, en la provincia de Cádiz. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la provincia gaditana.

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