Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la Casa del Marqués de la Motilla, de Gino Coppedé y Vicente Traver, de Sevilla.
La Casa del Marqués de la Motilla, se encuentra en la calle Cuna, 1; en el Barrio de la Alfalfa, del Distrito Casco Antiguo.
A una construcción ya existente, se le añaden en 1924 las crujías de borde a las calles Laraña y Federico de Castro (hoy Cuna). Se trata, pues, de dotar de nueva fachada a la casa tras la operación de ensanche de la calle Laraña, vinculada a la apertura del eje E-O, que permitiría atravesar, en esta dirección, el centro histórico de la ciudad.
La casa se organiza en torno a un gran patio central porticado, de forma trapecial, que tras la adición de las crujías que construyen la esquina quedó situado en tercera crujía respecto a la calle Laraña. Otros patios de menor importancia permitirán ordenar las piezas de la casa junto a la medianera del nuevo edificio de Bellas Artes.
La intervención de 1924-1931, obra de los arquitectos Vicente Traver y Gino Coppedé (este último italiano, a quien se le supone autor del proyecto), consiste en la construcción de una crujía de borde, que se quiebra en la esquina, destinando el espacio situado entre la crujía de nueva planta y el edificio existente a un espléndido jardín, cerrado a la esquina por una loggia, de una planta de altura, que mantiene la misma distribución de huecos y composición estilística que el resto de la fachada.
Esta se inspira en modelos italianos, puesto en evidencia sobre todo en las dos torres que acotan la loggia del jardín. Construida en ladrillo agramilado y piezas de piedra en recercados, su figuración se aproxima a la arquitectura historicista neogótica que tanto auge alcanzó en España en los comienzos de siglo, y de la que el convento de Las Salesas, por citar tan sólo otro ejemplo sevillano, es buena prueba de ello.
La casa ocupa en planta baja una superficie aproximada de 1.900 m2, estimándose para toda la casa una superficie total construida alrededor de los 3.800 m2 (Guillermo Vázquez Consuegra, Cien edificios de Sevilla: susceptibles de reutilización para usos institucionales. Consejería de Obras Públicas y Transportes. Sevilla, 1988).
En el solar encuentro de las calles Cuna y Laraña, objeto de atención por la posibilidad de ensanche de esta última calle, lo que provoca un retraso de tres años en el inicio de la construcción de la casa, la interpretación del lenguaje historicista con el que este palacio resuelve su formalización lo convierten en una de las más singulares construcciones de la Sevilla del primer tercio del XX, ya que lejos de aportar una mirada a nuestro pasado arquitectónico se apuesta por la arquitectura de las construcciones palaciegas de la toscana, con vanos geminados, torres, logias, paseos de ronda, en momentos que sin desechar del todo lo medieval y gotizante, comienza a prevalecer el lenguaje nuevo, el que renace las formas y trazas de la tradición clásica, si bien con el patio tradicional como ordenador de la planta del palacio.
Sin duda la presencia de Gino Coppedé es responsable de este camino inicial de un edificio que vería plasmar su realidad mediante el uso, renovador para su lenguaje e imagen, pero acorde a la construcción sevillana, del ladrillo visto agramilado, magníficamente labrado. La ejecución de la obra fue llevada bajo la dirección de Vicente Traver y Tomás, completándose un amplio ciclo temporal que abarca desde 1921 a 1931.
Coppedé es un arquitecto de profunda raíz historicista, como muestra en el Castello Mackenzie o en el Bruzzo de Génova, en la Villa Türcke en Sturla o la Biancardi en Codogno (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Conozcamos mejor la Biografía de Vicente Traver Tomás, uno de los autores del edificio reseñado;
Vicente Traver Tomás (Castellón de la Plana 23 de septiembre de 1888 – Alicante 15 de noviembre de 1966). Arquitecto y publicista.
Vicente Traver fue un arquitecto prolífico y polifacético, de gran proyección en tierras valencianas y andaluzas durante la primera mitad del siglo XX, que ha sido calificado por algunos historiadores como el máximo representante del casticismo en tierras valencianas.
Formado en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid, donde se tituló en 1912, a mediados del año siguiente fue nombrado arquitecto de la Comisaría Regia de Turismo y Cultura Artística Popular, por el Benigno de la Vega-Inclán y Flaquer, II Marques de la Vega Inclán, marchando a Sevilla, para realizar el traslado de la portada del palacio de los Duques de Arcos en Marchena a la Huerta del Retiro de los jardines del alcázar sevillano. Posteriormente y también como arquitecto de la Comisaría Regia se hizo cargo de diversas restauraciones en Toledo (castillo de Layos, 1918), Sevilla y Valladolid (Casa de Cervantes). En 1914 se estableció en Sevilla, donde permaneció casi veinte años, y ganó el concurso de la sección de Bellas Artes del Ateneo sevillano con un anteproyecto de hotel en los Jardines de Eslava, principiando una fecunda etapa en la que realizó gran número de obras particulares en la ciudad del Guadalquivir y otras capitales andaluzas.
Galardonado en 1926 con la medalla de oro de la exposición de Arte Decorativo de Paris y con el Gran premio de la Exposición Iberoamericana de Sevilla, fue presidente de la Asociación General de Arquitectos, siendo nombrado el 13 de enero de 1927, tras la renuncia de Aníbal González, arquitecto general y director artístico de la Exposición Iberoamericana de Sevilla. A este respecto se ha calificado el papel de Traver como decisivo para el éxito de la Exposición Internacional, pues a su cargo estuvo no tan solo la realización de proyectos sino también la supervisión artística de pabellones particulares y oficiales.
Distinguido en 1929 con los grados de Caballero y Comendador de la Orden del Santo Cristo, de Portugal y Galardonado en 1930 con el primer premio del concurso nacional para el proyecto del templo monumental dedicado a la Virgen de los Desamparados de Valencia, en 1933 regresaba a su ciudad natal, –a la que no obstante permaneció vinculado durante su estancia en Sevilla, especialmente con la Sociedad Castellonense de Cultura, de la que era miembro fundador y colaborador de su Boletín–, y para la que ya en 1925 había redactado el Plan de ordenación y urbanización de Castellón y proyectado y edificado diversas viviendas.
En Castellón estableció su oficina de trabajo y rápidamente se nutrió de clientela particular además de la de carácter eclesiástico, pues fue nombrado arquitecto diocesano de Tortosa, siendo numerosas los edificios que diseñó y construyó, tanto en su ciudad natal como en poblaciones vecinas y Valencia capital.
Nombrado durante el conflicto bélico Auxiliar Técnico de la Junta Delegada del Tesoro Artístico de Castellón (1936-38) y posteriormente Agente de Enlace del Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional, tras la entrada de las tropas del general Franco, el 14 de abril de 1939 fue nombrado alcalde de Castellón, cargo que desempeñó hasta noviembre de 1942, impulsando diversas reformas urbanas contempladas en el Plan que había redactado en 1925.
Arquitecto diocesano de Valencia desde el 14 de julio de 1939, dirigió la restauración del Aula Capitular de la Catedral de Valencia, la de la capilla de las reliquias y la llamada capilla del Santo Cáliz, así como la reconstrucción del Palacio Arzobispal y la construcción del Seminario Metropolitano de Valencia en Moncada.
Dedicado a la arquitectura y también a la labor de publicista e investigador, llevó a cabo numerosas e importantes obras en Castellón y poblaciones de su entorno, en un estilo clasicista y ecléctico muy característico de nuestro biografiado.
Nombrado en 1914 caballero de la Real Orden de Isabel La Católica y un año más tarde condecorado con el grado de comendador de la misma Real orden, fue designado en 1948 presidente de la Comisión Provincial de Monumentos de Castellón.
De su afición al cultivo de la Historia surgieron diversos libros y numerosos artículos en el “Boletín de la Sociedad Castellonense de Cultura”, de la que fue miembro activo y vice-presidente. Fue también correspondiente de la Real Academia de la Historia y de las de Bellas Artes de San Fernando, Santa Isabel de Hungría y San Carlos (Ferrán Olucha Montins, en Biografías de la Real Academia de la Historia).
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Más sobre la calle Cuna, en ExplicArte Sevilla.
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