Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la Casa de los Condes de Casagalindo, de Alonso Moreno, de Sevilla.
La Casa de los Condes de Casagalindo, se encuentra en la calle Alfonso XII, 48; en el Barrio de San Vicente, del Distrito Casco Antiguo.
Casa originariamente de dos plantas, con patio central y jardín trasero, construida sobre una parcela rectangular en el siglo XIX. En 1978 se realizan obras de consolidación y reformas, añadiéndosele la segunda planta.
Se organiza en torno al patio central con la disposición de una crujía de borde, que se duplica en la fachada principal. La crujía posterior, paralela a ésta, se hace más ancha, perforándose en planta baja en su centro, con lo que la secuencia: zaguán-patio-jardín, se construye con toda nitidez.
El patio central presenta arquerías en sus cuatro frentes. De arcos de medio punto sobre columnas de mármol en planta baja y balcones en la alta. En su centro se coloca una fuente de mármol. La relación visual con el zaguán se produce a través de una triple arcada cerrada con cancelas, que recuerda la solución adoptada en el magnífico zaguán de la casa de los marqueses de Villapanés.
Las dos escaleras de la casa (principal y de servicio, ambas de tres tramos) se disponen ocupando el lado izquierdo del patio en toda su longitud.
El jardín trasero ha sido bastante modificado o en las últimas reformas. Parece ser que disponía de arquerías en sus cuatro lados con fuente central. Hoy, aunque ciñéndose a la misma superficie, presenta arquerías sólo en tres de sus lados, de arcos de medio punto que apean en columnas pareadas sobre pedestales en la planta superior y sobre pilares en la baja. El espacio central ha sido pavimentado y la medianera redecorada con elementos arquitectónicos de resonancias manieristas.
Las recientes reformas han afectado básicamente a las plantas primera y segunda, con la introducción en aquélla de una nueva escalera en el ángulo de la segunda crujía de fachada y en definitiva en una subdivisión de las amplias estancias de la casa a fin de convertirla en tres viviendas (una en planta primera y dos en la segunda).
La fachada principal, de estilo neoclásico, presenta una composición similar respecto al eje central, en el que se sitúa la gran portada de columnas pareadas sobre zócalo que sostienen el balcón principal. Éste está enmarcado por dobles pilastras y rematado por un frontón triangular. Un pretil de fábrica que define la azotea plana, hoy alterado con la introducción de las dos buhardillas de la segunda planta, la exacta colocación sus huecos y el dibujo de la líneas de impostas y cornisas caracterizan ya a estas casas del XIX que interpretan con seguridad los modelos de las casas sevillanas precedentes.
La casa ocupa en planta baja una superficie (incluidos patio y jardín trasero) de 1.268,80 m2, distribuidos por plantas de las siguiente forma: planta baja (excluidos espacios abiertos), 997 m2; planta primera, 997 m2, y planta tercera, 656 m2 (Guillermo Vázquez Consuegra, Cien edificios de Sevilla: susceptibles de reutilización para usos institucionales. Consejería de Obras Públicas y Transportes. Sevilla, 1988).
Este inmueble se encuentra situado en el conjunto monumental que conforma la Plaza del Museo, situado en el frente norte y flanqueado por las calles de San Vicente y de García Ramos. Destaca como el edificio más importante de la arquitectura civil del entorno, llamado Palacio de los Condes de Casa Galindo, íntimamente ligado en los últimos tiempos a la Casa Ducal de Osuna, siendo uno de los ejemplares más representativos de la arquitectura sevillana del siglo XIX.
Fue construido sobre una parcela rectangular en el siglo XIX por el maestro Alonso Moreno para Don Vicente Torres Andueza siendo conocida por el título nobiliario que ostentaba su posterior propietario, el aristócrata Andrés Lasso de la Vega. En 1978 se realizaron obras de consolidación y reforma que modificaron su aspecto interno convirtiéndolo en casa de viviendas públicas.
Desde el punto de vista volumétrico, con las reformas realizadas en 1978 se le añadió la segunda planta, el techado y buhardillas de la fachada principal, aumentando la verticalidad del conjunto edilicio.
La casa se organiza en torno al patio central con la disposición de una crujía de borde, que se duplica en la fachada principal. La crujía posterior, paralela a esta, se hace más ancha, perforándose en planta baja en su centro, con lo que la secuencia: zaguán-patio-jardín, se construye con toda nitidez.
El patio central presenta arquerías en sus cuatro frentes. De arcos de medio punto sobre columnas de mármol en planta baja y balcones en la alta. En su centro se coloca una fuente de mármol. La relación visual con el zaguán se produce a través de una triple arcada, cerrada con cancelas, que recuerda la solución adoptada en el magnífico zaguán de la casa de los marqueses de Villapanés.
Las dos escaleras de la casa, la principal y destinada al servicio, cuentan con tres tramos, y se disponen ocupando el lado izquierdo del patio en toda su longitud. La escalera principal cuenta con escalones, pasamanos y zócalos de mármoles polícromos, siendo la balaustrada de mármol blanco.
El jardín trasero ha sido bastante modificado en las últimas reformas. Parece ser que disponía de arquerías en sus cuatro lados con fuente central. Hoy, aunque ciñéndose a la misma superficie, presenta arquerías sólo en tres de sus lados, de arcos de medio punto que apean en columnas pareadas sobre pedestales en la planta superior y sobre pilares en la baja.
El espacio central ha sido pavimentado y la medianera redecorada con una serie de elementos arquitectónicos de clara influencia manierista.
Las recientes reformas han afectado básicamente a las plantas primera y segunda, con la introducción en aquella de una nueva escalera en el ángulo de la segunda crujía de fachada y en definitiva en una subdivisión de las amplias estancias de la casa a fin de convertirla en tres viviendas (una en planta primera y dos en la segunda).
La fachada principal, de estilo neoclásico, presenta una composición simétrica respecto al eje central, en el que se encuentra la portada flanqueada en la planta baja por dos ventanas rectangulares a cada lado y en la primera por dos balcones. En el centro se sitúa la gran portada de columnas dóricas pareadas sobre pedestal que sostienen un entablamento roto con triglifos sobre el que apoya el balcón principal. Este se encuentra flanqueado por dobles pilastras jónicas sobre pedestal coronadas por un entablamento rematado por un frontón triangular con decoración de dentículos.
Un pretil de fábrica que define la azotea plana, hoy alterado por la introducción de las dos buhardillas de la segunda planta, sobre el que se distribuyen remates con perinolas, muy estilizados en las esquinas que hacen ángulo con las calles colindantes. La exacta colocación de sus huecos y el dibujo de las líneas de impostas y cornisas caracterizan ya a estas casas del siglo XIX que interpretan con seguridad los modelos de las casas sevillanas precedentes.
El Palacio de los Condes de Casa-Galindo, es uno de los elementos más representativos de la arquitectura sevillana del siglo XIX de la Plaza del Museo y del conjunto de la ciudad, encontrándose ligado a la Casa Ducal de Osuna.
Construida sobre una parcela rectangular en el siglo XIX, en 1978 se realizaron una serie de obras de consolidación y reforma, añadiéndosele una segunda planta que produce un remonte aportando cierta verticalidad a un edificio que de por si presentaba tendencias a la horizontalidad del neoclasicismo. Las recientes obras han modificado su estructura interna planteando la división de sus espacios e incluso la creación de nuevos elementos.
Fue edificada por el maestro Alonso Moreno para Don Vicente Torres Andueza, siendo conocida por el título de su posterior propietario, el aristócrata Andrés Lasso de la Vega. Esta casa-palacio, con amplio zaguán y triple arquería de acceso al patio, posee una estancia intermedia y destacada entre éste y el jardín trasero. Estos cambios aumentan las posibilidades expresivas de la arquitectura doméstica, integrando sus interiores dentro del concepto ilustrado de "aspecto público", por cuanto la visión desde la calle limita la intimidad a la vez que magnifica la capacidad de ostentación de las viviendas. Esta ambivalencia entre lo privado y lo público prepara la aparición de las cancelas como sustitución de los cerrados postigos en los zaguanes sevillanos, cuyo uso se extiende por la ciudad y por la provincia a comienzos del siglo XIX (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
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