Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Sevilla, déjame ExplicArte la Ermita de San Marcos, en Estepa (Sevilla).
Hoy, 25 de abril, Fiesta de San Marcos, evangelista, que primero acompañó en Jerusalén a san Pablo en su apostolado, y después siguió los pasos de san Pedro, quien lo llamó su hijo. Es tradición que en Roma recogió en su Evangelio la catequesis de Pedro a los romanos y que fue él quien instituyó la Iglesia de Alejandría, en el actual Egipto [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].
Y qué mejor día que hoy, para ExplicArte la Ermita de San Marcos, en Estepa (Sevilla).
La Ermita de San Marcos se encuentra situada en la esquina de las calles Risco y Roma; en Estepa (Sevilla).
Este oratorio se levantó en 1845. Posteriormente, fue totalmente restaurado, reinagurándose el 15 de octubre de 1994. Es de planta rectangular, con portada y espadaña de dos arcos. En su interior, una pequeña imagen del santo titular preside la hornacina central (Ayuntamiento de Estepa).
La ermita de San Marcos fue construida sobre los restos de un antiguo oratorio. Sus obras empezaron en 1840 y finalizaron en 1845. Esta fue totalmente restaurada, reinaugurándose el 15 de octubre de 1994.
Es una ermita muy sencilla situada en el barrio de Los Remedios, y alberga en su interior las imágenes de San Marcos y San Esteban. Su fachada está rematada con una cruz de hierro de un molino que se encontraba en la Plaza del Llanete.
La devoción a San Marcos, se encuentra muy arraigada en la comarca, y más concretamente en la zona que perteneció al maestrazgo de la Orden de Santiago, ya que esta dependía eclesiásticamente del priorato de San Marcos de León.
Horario
Reservar visita previamente en Oficina de Turismo, +34 955 91 27 17 (Turismo de la Provincia de Sevilla).
LEYENDA
Uno de los cuatro evangelistas, de origen judío, que adoptó el nombre de pila romano Marcus. En numerosos textos se lo llama Juan Marcos, o Juan motejado, o llamado Marcos.
No formaba parte del colegio de los Doce, y sin duda se convirtió al cristianismo después de la Ascensión. Se habría cortado el dedo pulgar para volverse inútil al sacerdocio judío, por ello en griego se lo llama kolobodaktylos (con el pulgar cortado).
Habría sido el discípulo preferido y el portavoz de san Pedro a quien habría acompañado a Roma. En los primeros siglos del cristianismo se llamaba normalmente al Evangelio según san Marcos, Evangelio de san Pedro. Si no lo escribió al dictado de san Pedro, en cualquier caso fue el fiel compañero de éste, y su hijo espiritual.
Su Evangelio, que está clasificado en el canon como el segundo, y que en el pasado se consideraba un resumen del de San Mateo, está considerado en la actualidad como anterior a los otros dos sinópticos.
En Aquilea convirtió a san Hermágoras, quien fue el primer obispo de dicha ciudad, donde padeció el martirio.
San Pedro lo envió a Egipto, a la ciudad de Alejandría, donde desembarcó en tiempos de reinado de Nerón. Allí hizo que el zapatero remendón Aniano pusiera suela nueva a sus sandalias, el artesano se hirió la mano con la lezna, san Marcos lo curó y lo convirtió al cristianismo. A causa de su prédica en Alejandría fue acusado de magia y arrestado el día de Pascua, mientras celebraba misa; en la prisión se le apareció Cristo. El populacho lo arrastró por las calles con una cuerda atada al cuello, como un buey conducido al matadero; golpeado casi hasta la muerte con una maza, falleció antes que sus verdugos tuvieran tiempo de lapidarlo.
Su cadáver fue arrojado a una hoguera; pero una lluvia torrencial que inundó al país entero apagó el fuego. Al fin sus restos fueron sepultados por los cristianos en una tumba cavada en la roca.
En el siglo IX, en 828, dos comerciantes venecianos establecidos en Alejandría sustrajeron el cuerpo del evangelista junto con el sarcófago que lo contenía, que se les reveló mediante una luz deslumbrante. Lo ocultaron en un Cesto y lo transportaron hacia el barco que los aguardaba, gritando kanzir (carne de cerdo), para alejar a los musulmanes. Las reliquias de san Marcos fueron solemnemente recibidas Venecia en 829.
De acuerdo con una versión desmentida por los venecianos, los restos habrían sido cedidos más tarde al obispo Ratoldus (Rodolfo), quien los habría transferido a uno de los monasterios benedictinos de la isla de Reichenau, en el lago de Constanza.
La iglesia de Limours (Seine et Oise) también pretendía poseer reliquias de San Marcos.
Sea como fuere, fue Venecia la ciudad que, después de Alejandría, se convirtió en el centro principal de su culto. Los ducados de Venecia, que durante la Edad Media fueron, con los florines de Florencia, la moneda internacional de mayor circulación, mostraban en el anverso el dux arrodillado ante San Marcos. Junto al palacio de los Dux se edificó una magnífica basílica bizantina de cúpulas, cubierta con mosaicos de fondo dorado, y edificada para gloria de San Marcos, quien sustituyó a san Teodoro, primer patrón de la ciudad insular. Ese insigne santuario del evangelista del león era al mismo tiempo una capilla de mártires, una capilla palatina que comunicaba con el palacio de los Dux, y una catedral municipal independiente del patriarca.
El célebre convento dominico de Florencia, ilustrado por Fra Angélico, también se puso bajo la advocación de San Marcos.
Numerosas corporaciones reclamaron su patronazgo: los notarios y los escribas, porque fue el secretario de san Pedro; los zapateros y los curtidores porque curó al remendón Aniano que se había herido con una lezna mientras le arreglaba el calzado, los vidrieros y pintores vidrieros, también a causa del zapatero remendón herido en la mano, porque los vidrieros estaban expuestos a cortarse los dedos e incluso porque la industria del vidrio era muy floreciente en Venecia y en las islas de la laguna; los ópticos y los cesteros, porque sus reliquias se ocultaron en una cesta.
Aunque no era un santo curador, no obstante se lo invocaba contra la sarna de las manos, porque había curado la herida que el zapatero Aniano se hiciera en la mano, con la lezna.
La fecha de su fiesta, a principios de la primavera, explica ciertas consecuencias de su culto en las tradiciones populares: es el santo de las primeras eclosiones. En Venecia, el día de su fiesta solía ofrecerse un pimpollo de rosa a las jóvenes casaderas.
ICONOGRAFÍA
San Marcos presenta su Evangelio. A veces está tocado con un turbante en conmemoración de sus prédicas en Alejandría. Y a título de primer obispo de Alejandría, a veces lleva también las vestiduras pontificias de un obispo griego, sin la mitra.
Pero su atributo habitual es un león. La explicación usual que se da a este atributo, es que una de las primeras frases de su Evangelio es: Voz de quien grita en el desierto: «Prepara del camino del Señor, enderezad sus senderos.» Vox clamantis in deserto, que es la de San Juan Bautista, que se asimila al rugido del león.
Pero ese león tiene alas (leone alato), tal es lo que distingue al león de San Marcos del león áptero de san Jerónimo.
Y por qué un león alado? Es posible que por razones de simetría con el águila de San Juan Evangelista y el ángel de san Mateo, y porque esas alas se prestan para poblar los ángulos del Tetramorfos.
Ese león, tan erguido como el de san Jerónimo y como el águila de san Juan, a veces le sostiene el tintero.
En ciertos casos excepcionales, el león está inscrito, al igual que el cordero de San Juan Bautista, en un disco que tiene en la mano.
A causa de la leyenda que asegura que habría sido discípulo de san Pedro, con frecuencia san Marcos forma pareja con el Príncipe de los apóstoles (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).
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