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sábado, 24 de agosto de 2024

La Iglesia de San Bartolomé, en Carmona (Sevilla)

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Sevilla, déjame ExplicArte la Iglesia de San Bartolomé, en Carmona (Sevilla).  
     Hoy, 24 de agosto, Fiesta de San Bartolomé, apóstol, a quien generalmente se identifica con Natanael. Nacido en Caná de Galilea, fue presentado por Felipe a Cristo Jesús en las cercanías del Jordán, donde el Señor le invitó a seguirle, agregándolo a los Doce. Después de la Ascención del Señor, es tradición que predicó el Evangelio en la India y que allí fue coronado con el martirio (s. I) [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].
     Y que mejor día que hoy para ExplicArte la Iglesia de San Bartolomé, en Carmona (Sevilla).
     La Iglesia de San Bartolomé se encuentra en la calle Prim, 29; en Carmona (Sevilla).
     Posee planta basilical, con tres naves terminadas en cabeceras planas, presentando a los pies una torre-fachada. En las naves laterales se abren sendas portadas, correspondiendo la del muro derecho a la fábrica primitiva, mientras la del izquierdo es moderna. Aquélla presenta un arco apuntado con jambas baquetonadas y, al igual que el templo y las bóvedas de nervaduras de las  tres capillas de cabecera, puede fecharse en el siglo XV. Durante el barroco se transformó casi en su totalidad el templo, enmascarándo­se las estructuras mudéjares. Sin embargo, durante las obras de restauración ejecutadas recientemente se han eliminado gran parte de los aditamentos barrocos y se ha intentado devolver a las cubiertas y pilares su primitiva fisonomía. Los pilares presentan sección rectangular, con columnas adosadas en los lados menores, y apean sobre arcos apuntados. En la nave derecha se abre la Capilla de Jesús Nazareno, de planta cuadrada y cubierta con una cúpula rematada en linterna.
     La torre-fachada, en la que se trabajó en 1777, se debió de terminar en torno a 1785. Presenta una interesante portada de esquema adintelado y está rematada por frontón roto entre pináculos y un cuerpo de campanas, apoyado en potentes volutas, de un solo cuerpo decorado con jarrones y rematado por un chapitel bulboso. El diseño se debe a Antonio Matías de Figueroa, estando también documentada la participación de José Álvarez.
     El retablo mayor, compuesto por banco, un cuerpo de tres calles y ático es obra de Juan de Gatica en 1710. En sus calles laterales figuran relieves con escenas de la vida de San Bartolomé, encontrándose una imagen de este santo en la hornacina situada sobre el manifestador, en el que se alberga una escultura del Niño Jesús, de la segunda mitad del siglo XVII, mientras que en el ático se halla representada la Asunción de la Virgen. En la capilla colateral izquierda se sitúa un retablo fechable hacia 1770, atribuible a Juan Cano y presidido por una imagen de la Inmaculada. En sus calles laterales aparecen esculturas de San Gabriel y San Rafael, ocupando el ático un relieve con el Sacrificio de Isaac. En la capilla colateral derecha figura un retablo de principios del siglo XIX constituido por banco, un cuerpo de tres calles y ático. La hornacina central está ocupada por una imagen de la Virgen del Carmen, apareciendo en los laterales imágenes de San Fernando, San Blas y San Juan Nepomuceno. En las tres capillas de la cabecera figuran una serie de azulejos lisos, algunos de ellos fechados en 1577.
     En la nave izquierda se halla un retablo perteneciente al segundo tercio del siglo XVIII, que se ha relacionado con Tomás Guisado. Está presidido por una escultura de Santa Lucía fechable en el último tercio del siglo XVI. Compañero de este retablo por su estructura y cronología es el emplazado en la nave contraria, que está dedicado a San José. En su ático figura una imagen de San Juan niño.
     En la capilla abierta en la nave derecha del templo aparecen tres retablos de estilo barroco. El principal corresponde a los años comprendidos entre 1730 y 1754, ya que en esta última fecha fue dorado por Bernardino González, mientras que la obra de ensamblaje y talla se atribuye a Tomás Guisado el viejo. Presenta en su hornacina central una imagen de Jesús Nazareno concertada por Francisco de Ocampo en 1607. En las calles laterales figuran esculturas de San Francisco de Paula y San Antonio de Padua, que se consideran obras de Benito de Hita y Castillo en 1775, ocupando el ático una imagen del Niño Jesús. El altar situado en el muro izquierdo está dedicado a la Divina Pastora y fue concertado en 1709 por el escultor Juan del Castillo. La imagen titular fue regalada un año antes por fray Isidoro de Sevilla. El retablo frontero, que se ha datado a mediados del siglo XVIII y se ha relacionado con Tomás Guisado, está presidi­do por una imagen de la Virgen de los Dolores realizada por José Duque Cornejo en 1696. En los laterales del retablo figuran las esculturas de San Felipe Benicio y Santa Juliana de Falconeri.
     Ya en la nave, figura el altar de la Virgen de Gracia, cuya imagen titular pertenece al círculo del escultor Roque Balduque, pudiendo  fechar­se a mediados del siglo XVI. A Gaspar del Águila se debe la escultura de San Blas de 1576, situada en la nave contraria. En el altar de San Francisco de Borja figuran también las de San Francisco Javier y San Ignacio de Loyola, realizadas en el segundo tercio del siglo XVIII.
     Distribuida por los muros de la iglesia y de la sacristía existe una buena colección de pinturas. A mediados del siglo XVI corresponden la Presentación de Jesús en el Templo, obra del Maestro del retablo de Zufre, y las Lágrimas de San Pedro, siendo algo anteriores las que representan a Santa Catalina y a San Pablo, que se vinculan con Juan de Mayorga. A la primera mitad del XVII pertenecen las cuatro escenas de la vida de Santa Lucía, siendo de fines del mismo siglo los tres lienzos de los Desposorios, Visitación y Huida a Egipto, que forman serie. A esta fecha corresponden también dos pinturas de la Virgen con el Niño, una Inmaculada copia de Murillo y un San Pedro, copia de Gerard Seghers. Más abundantes son los lienzos del siglo XVIII, des­tacando entre ellos los de Santa Bárbara, la Sagrada Familia, San Nicolás de Bari y diversos episodios bíblicos que copian estampas del manierista holandés Wtewael.
     Una rica y abundante colección de orfebrería posee la parroquia, ya que a las piezas del propio templo se han unido las del antiguo colegio jesuita, las de San Blas y San Felipe. Entre los cálices hay que destacar uno con decoración plateresca fechable en el último tercio del  siglo XVI; dos de fines del siglo XVIII, con los punzones Espiau y Sánchez, y otro de igual fecha punzonado Cárdenas. Entre los portapaces hay que destacar uno de metal dorado con incrustaciones de esmalte y un relieve de la Virgen con el Niño, del primer cuarto del XVI; otro de la Asunción, de fines del mismo siglo, y dos con relieves de San Bartolomé, fechables en el último cuarto del XVIII. Uno de los copones más interesantes es el que presenta decoración manierista, fechándose a principios del XVII, perteneciendo otros dos, decorados con rocallas, a finales del XVIII. Las cruces parroquiales que conserva la iglesia abarcan desde el último cuarto del siglo XVI hasta comienzos del XIX. Entre los ostensorios hay uno de fines del XVI decorado con relieves de los Evangelistas y otro de fines del XVIII, con punzón de México (Alfredo J. Morales, María Jesús Sanz, Juan Miguel Serrera y Enrique Valdivieso. Guía artística de Sevilla y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2004).
     Iglesia de planta basilical de tres naves separadas por pilares. La cabecera plana presenta un triple ábside, cubiertos con bóvedas de nervaduras, siendo estrellada la que corresponde a la nave central y a una agua las laterales siendo de construcción moderna.
     Presenta tres portadas. La más antigua corresponde a la nave de la Epístola, componiéndose de un arco apuntado y jambas baque tonadas. La del lado del Evangelio es de traza moderna. A los pies, la iglesia presenta una torre fachada con portada adintelada entre pilastras y frontón partido rematándose con pináculo. La torre se compone de un pedestal flanqueado por volutas, rematado en una terraza abalaustrada. Sobre ésta el cuerpo de campanas, rematándose con frontones mixtilíneos y chapitel bulboso.
     Originariamente la iglesia era construcción del siglo XV, siendo muy reformada en la segunda mitad del siglo XVIII. Las transformaciones que en época barroca se habían realizado en el interior se han perdido toda en la restauración que actualmente se está realizando (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     Este templo está concebido de acuerdo a las formulas habituales del mudéjar local; tres naves separadas entre sí mediante pilares, ábside y crucero. El ábside de la nave central se cubre con una bóveda de nervadura estrellada propia del arte gótico, fechando la construcción del templo a finales del s. XV.
     La nave del evangelio se comunica al exterior mediante una puerta adintelada, mientras que la nave de la epístola se comunica a través de una puerta ojival a la lonja de San Bartolomé.
     El retablo mayor del primer tercio del s. XVIII, consta de banco y cuerpo dividido en tres calles y ático.
     A finales del s. XVIII, durante el barroco, el templo se transformó; se hicieron las falsas bóvedas eliminadas durante las reformas de 1975 y se añade el cuerpo superior de la torre-fachada, situada a los pies del templo con planta rectangular donde se incluye una portada adintelada entre pilastras .
     La torre consta de un pedestal enmarcado entre volutas barrocas, y rematado en una terraza abalaustrada sobre la que se alza el cuerpo de campanas; todo ello rematado por frontones mixtilíneos entre diminutos pináculos y un chapitel de perfil curvo.
     Existe una importante colección de pinturas distribuidas por los muros de la iglesia y de la sacristía. Entre ellas destaca la que representa a Santa Catalina de Alejandría, situada en el presbiterio.
     La capilla de Jesús Nazareno cuenta con tres retablos. En el principal se encuentra el titular de la Cofradía de la Penitencia, escultura de Francisco de Ocampo realizada en 1.607.
     Procesiona el Viernes Santo por la tarde.
     Hacen su estación penitencial sin música, en total silencio, recogimiento y oración salvo la Capilla Musical que acompaña al paso del Nazareno. Delante de la Cruz de Guía, abre el cortejo el Muñidor, un pequeño servidor que, con una campanilla, anuncia la llegada de la Cofradía.
     Junto a la Bandera Concepcionista, figura un nazareno portando una espada, símbolo del juramento de sangre en defensa de este dogma que la hermandad realizó en 1615.
     Los nazarenos visten túnicas de cola negras con antifaz morado, ancho cinturón de esparto y zapatos negros. Portan la imagen del Nazareno 30 hermanos costaleros y la de la Virgen 24.
     Real Hermandad del Santo Entierro de Cristo Nuestro Señor, María Santísima de la Soledad y Santa Ana, conocida como ‘Hermandad del Santo Entierro’. Fundada en 1.971.
     Procesiona el Sábado Santo por la tarde y las dos imágenes procesionan en un mismo paso. 
     Es interesante contemplar el discurrir de esta hermandad por la subida de la calle Juan de Ortega, en dirección a la Prioral, así como su paso por la Puerta de Sevilla. Destacable es el momento de su entrada en la iglesia de Santa Ana, por ser el último paso que procesiona en la Semana Santa carmonense.
     El Misterio es acompañado por capilla musical que interpreta composiciones fúnebres.
     Los nazarenos visten túnica de cola y capuz de ruán negro con ancho cinturón de esparto.
     Este único paso es portado por 35 hermanos costaleros.
     Esta iglesia está concebida de acuerdo con las fórmulas habituales en el arte mudéjar local. Dispone de tres naves: la del Evangelio, se comunica con la calle Prim y la de la Epístola, con la calle San Bartolomé.
     Tiene tres capillas absidiales: la central poligonal y las laterales de testero plano, que prolongan el cuerpo de la Iglesia por la cabe­cera. Todo fechado en las postrimerías del s. XV.
     Sin embargo, su primitiva fábrica quedó modificada tras las reformas del período barroco, de las cuales tuvieron especial relieve las efectuadas entre 1777 y 1785, cuando se construyeron las falsas bóvedas, eliminadas en el s. XX.
     En 1784, fue construida la torre-fachada por el autor carmo­nense Andrés Acevedo Fariñas, que utilizando una base rectangular, pensó en un podio con baranda balaustrada, para pasar de una planta rectangular, a una planta ya cuadrada.
     En esta magnífica Iglesia, que data del  s. XV,  destaca el Retablo Mayor, del primer tercio del S.XVIII. Consta de banco, cuerpo dividido en tres calles y ático.
     Aquí se ubica la Virgen de la Piña, atribuida a Roque Balduque y durante siglos venerada en San Felipe. Junto a ella, aparecen dos consolas doradas de rocallas.
     En los muros laterales hay ubicadas dos tablas, con Santa Catalina de Alejandría y San Pablo, ambas vinculadas a la producción de Juan de Mayorga.
     En la cabecera de la Nave del Evangelio se sitúa la Capilla del Bautismo, antaño sede del Sagrario. Posee un tabernáculo de estípites de 1760, que sirve de trono a la Inmaculada Concepción. 
   En los muros se encuentran los cuadros con el bautismo de Cristo y San Nicolás de Bari del s. XVIII. Completan la decoración: una Sagrada Familia, una Purísima, un par de consolas de rocallas, tres sillones, la pila bautismal y dos lámpa­ras de plata.
     La Capilla de Nuestro Padre Jesús Nazareno está coronada por una bóveda hemisférica con linterna.
     Cuenta con tres retablos. En el principal, que data de 1730, se encuentra Nuestro Padre Jesús Nazareno de Francisco de Ocampo, autor  también del Sagrario que contiene "partículas auténticas" de la columna y del sepulcro del Redentor, pieza donada en 1777. Junto a él, las figuras de los Evangelistas San Marcos y San Juan. En las entrecalles, San Francisco de Paula y San Antonio de Padua.
     En el ático hay un medallón con la Santa Cena, y en dos ménsulas laterales, San Francisco Javier (izquierda) y San Ramón Nonato (de­recha).
1. Retablo Mayor. Retablo del primer tercio del S.XVIII, atribuido a José Fernando de Medinilla. En él aparece la imagen de la Virgen de la Piña (principal), flanqueada por San Blas (derecha) y San Cayetano (izquierda). En la parte central superior está San Bartolomé y en el remate, una Purísima Asunta. Los dos relieves son escenas de la vida de San Bartolomé. En dos mesas ubicadas en los laterales se encuentran San Teodomiro y Santa Lucía.
2. Capilla Bautismal. El centro del retablo está presidido por la Inmaculada Concepción, escoltada por los Arcángeles Gabriel y Rafael, ubicados bajo un medallón con el Sacrificio de Isaac. Completan la deco­ración, un zócalo de azulejos planos del s .XVI. En los laterales aparecen las imágenes de Santa Ana y San Blas.
3. Retablo de San José. Retablo decorado con estípites, y en el ático, San Juanito.
4. Dosel de la esclavitud de los Dolores. Dosel de talla dorada que cobija la cruz procesional de carey y plata de Nuestro Padre Jesús Nazareno (1690). También está la imagen de una Verónica s. XX.
5. Altar de San Isidro. Tabernáculo en el que se veneran a San Isidro Labrador y San Miguel.
6. Sillería del coro y dos santos jesui­tas del s. XVIII. En la puerta de acceso al patio se puede ver un facistol.
7. Cristo de San Felipe, primitivo titular de la Hermandad de la Amargura. Abajo, los titulares de la Hermandad del Santo Entierro: Santo Entierro de Cristo Nuestro Señor y María Santísima de la Soledad, obras del imaginero carmonense Francisco Buiza s. XX.
8. Capilla del titular de la Cofradía de Penitencia Nuestro Padre Jesús Nazareno. Tiene tres retablos: uno frontal, con la imagen de Jesús Naza­reno (Francisco de Ocampo, 1607); otro a la izquierda, con la Virgen de los Dolores (Duque Cornejo,1696); y el tercero, con la Divina Pastora, regalada por Fray Isidoro de Sevilla (1708).
9. Capilla de las Ánimas. Retablo del s. XIX. Escoltan el Sagrario los diáconos Lorenzo y Esteban s. XVII (Turismo de Carmona).
     La iglesia de San Bartolomé de Carmona se  encuentra situada en el interior del casco histórico de esta ciudad, muy próxima a su Alcázar de Abajo o Puerta de Sevilla.
     La estructura del templo es del siglo XV, aunque durante el Barroco se transformó y decoró en su totalidad. Fue en esta época cuando se concluyó la torre fachada. 
     A destacar el retablo mayor datado en el primer tercio del siglo XVIII, que consta de banco y de cuerpo dividido en tres calles y ático.  
     Existe una importante colección de pinturas distribuidas por los muros de la iglesia y de la sacristía. Entre ellas destaca la que representa a Santa Catalina de Alejandría, situada en el presbiterio. 
     La capilla de Jesús Nazareno cuenta con tres retablos. En el principal se encuentra el titular de la Cofradía de Penitencia, escultura de Francisco de Ocampo realizada en 1607.
Horario
Horario de culto (Turismo de la Provincia de Sevilla).
Conozcamos mejor la Historia, Leyenda, Culto e Iconografía de San Bartolomé, apóstol
LEYENDA
   Los Evangelios sólo mencionan su nombre, que es un patronímico, Bar Tolmaï (hijo de Tomaï o de Tolomeo). Quizá sea Natanael a quien menciona San Juan (1:45), como uno de los doce apóstoles. No se lo mencionan en los Evangelios ni en los Hechos de los Apóstoles.
   Según la leyenda, después de la muerte de Cristo habría evangelizado Arabia, Mesopotamia y Armenia. Fue allí donde, según el martirologio romano, lo habrían desollado vivo (vivus decoriatus) por orden del rey Astiajer, furioso porque Bartolomé había convertido al cristianismo a gran número de sus vasallos.
   Esta versión resulta contradictoria con las tradiciones orientales que aseguran que habría sido crucificado, ahogado o decapitado.
   Pero como había muchos decapitados y crucificados entre los apóstoles, los hagiógrafos optaron por un martirio menos trivial y convirtieron a Bartolomé en un Marsias cristiano.
CULTO
Lugares de culto
   Sus reliquias fueron trasladadas desde Armenia a una de las islas Lipari en el siglo VI, más tarde, en 809, a Benevento y por último en 963, a Roma, a la isla Tiberina, donde el emperador de Alemania Otón III puso una iglesia bajo su advocación, que llamó San Bartolomeo all’Isola y que sustituyó la de San Adalberto.
   Se pretendía que su piel se conservaba en Pisa. Tenía otras iglesias italianas dedicadas, en Venecia, Foligno, Pistoia y Benevento. La catedral de Frankfurt del Meno que heredara en 1238 su bóveda craneana, se puso bajo su advocación. 
   El día de la celebración de su fiesta señalaba el comienzo de la feria de otoño. La cartuja de Colonia se jactaba de poseer una de sus reliquias, al igual que la abadía benedictina de Lüne, cerca de Lüneburgo.
   San Eduardo el Confesor, de Inglaterra, ofreció el brazo del santo a la catedral de Canterbury y la más bella iglesia románica de Londres se llama de St. Bartholomew the Great.
   Su culto está probado también en Francia. Hay una iglesia puesta bajo su advocación en París, en la isla de la Cité, y otra en Taverny. Bénévent l’Ababaye (Creuse), adoptó ese nombre porque en el siglo XI se llevó hasta allí, desde Benevento, una reliquia del santo desollado.
Patronazgos
   Su martirio le valió la clientela de todas las corporaciones que se ocupaban de la preparación de pieles y manufactura o empleo del cuero: carniceros, curtidores, zurradores, guanteros, encuadernadores. Tal es lo que revela la advocación de las iglesias italianas como San Bartolomeo dei vaccinari (de los zurradores), dei pizziagnoli (de los chacineros).
   Lo reivindicaban los sastres porque lleva su piel bajo el brazo, como un abrigo.
   También tenía prestigio de santo curador. Se lo invocaba contra los espasmos, convulsiones y enfermedades nerviosas en general.
ICONOGRAFÍA
   De ahí procede la riqueza de su iconografía que contrasta con lo poco que se sabe de su persona.
   Se lo representa tanto cubierto como despojado de su piel, como el sátiro Marsias, víctima de los celos de Apolo.
   Sus atributos, en el primer caso, son el cuchillo grande con el cual lo desollaron, en el segundo caso su propia piel suspendida del brazo. Esa piel de recambio recuerda la cabeza de recambio de San Dionisio y de los cefalóforos.
   Los primeros estudios de Desollado (Écorché, Scorticato, Muskelmann) que servían de modelos en las academias de dibujo, se consideraban representaciones de San Bartolomé.
   En la pintura española, tiene además un demonio encadenado (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).
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