Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Córdoba, déjame ExplicArte los principales monumentos (Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, Puerta de la Villa, Castillo de Miramontes, Castillo de Vioque, y Castillejo de la Nava) de la localidad de Santa Eufemia, en la provincia de Córdoba.
Vigilado por la escarpada fortaleza medieval de Miramontes, es el pueblo más septentrional de Andalucía, monta guardia en esta puerta de Castilla, soñando aún con la gloria expansionista de sus antiguos señores, cuyo mecenazgo protector y dadivoso aún persiste en esa parroquia singular de rotundos contrafuertes. Quebradas calles vencen el viejo recinto amurallado, del que pervive la espléndida Puerta de la Villa, de sillares ciclópeos.
Es ésta la población más septentrional de la provincia de Córdoba. Según las fuentes, su presencia se detecta ya en el periodo islámico, siendo reconquistada en 1243; cedida la villa a Hernando Díaz Carrillo, se transformó entonces en condado, quedando luego vinculada al marquesado de La Guardia. Se conservan algunos fragmentos del antiguo cerco amurallado, dos ermitas dedicadas a Nuestra Señora de las Cruces, patrona de la población, y a Santa Eufemia, y en el cerro que domina la localidad pueden verse los restos del Castillo de Miramontes (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Vigilado por la escarpada fortaleza medieval de Miramontes, es el pueblo más septentrional de Andalucía, monta guardia en esta puerta de Castilla, soñando aún con la gloria expansionista de sus antiguos señores, cuyo mecenazgo protector y dadivoso aún persiste en esa parroquia singular de rotundos contrafuertes. Quebradas calles vencen el viejo recinto amurallado, del que pervive la espléndida Puerta de la Villa, de sillares ciclópeos.
Villa situada al noroeste de los Pedroches, en la carretera C-411.
Distancia a Córdoba: 101 Km.
Altitud: 561 m.
Extensión: 189,2 Km2
Habitantes: 998.
Gentilicio: Calabreses.
Mancomunidad: Los Pedroches
Es probable que los propios conquistadores cristianos diesen en el siglo XII el nombre de Santofimia o Santa Eufemia al castillo musulmán existente en el lugar conocido hasta entonces por Sant Quniyah o Sant Fumiyah. Tras su conquista definitiva, Fernando III la integró en 1243 en el concejo de Córdoba, que cincuenta años más tarde, por indicación de Sancho IV, la dio en señorío al alcalde mayor de la ciudad Fernando Díaz, premiando así la ayuda prestada en la conquista de algunas villas cordobesas hasta entonces en manos del infante Don Juan. Conflictivo fue el mandato de Pedro Carrillo a finales del siglo XIV y principios del XV, por los enfrentamientos que, según el profesor E. Cabrera, mantuvo con las villas realengas de Los Pedroches motivados por sus afanes expansionistas. En la Edad Moderna, Santa Eufemia siguió formando parte del señorío de su nombre, constituido en condado, que comprendía además El Viso, El Guijo y Torrefranca, con las que se repiten los enfrentamientos a causa de usurpaciones territoriales, a las que puso fin una concordia en 1631 (Diputación Provincial de Córdoba).Es ésta la población más septentrional de la provincia de Córdoba. Según las fuentes, su presencia se detecta ya en el periodo islámico, siendo reconquistada en 1243; cedida la villa a Hernando Díaz Carrillo, se transformó entonces en condado, quedando luego vinculada al marquesado de La Guardia. Se conservan algunos fragmentos del antiguo cerco amurallado, dos ermitas dedicadas a Nuestra Señora de las Cruces, patrona de la población, y a Santa Eufemia, y en el cerro que domina la localidad pueden verse los restos del Castillo de Miramontes (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Santa Eufemia queda a catorce kilómetros de El Viso, ahora por la N 502. Es ésta villa antigua, situada en un terreno algo más escabroso, al pie del castillo de Miramontes. Guarda muchas bellezas, como los restos de las murallas que la cercaron, pero su tesoro mayor es la magnífica parroquia de Nuestra Señora de la Encarnación*, uno de los templos más bellos y singulares de la provincia de Córdoba. Es mudéjar y sobresale por sus muros de mampostería, sus poderosos contrafuertes redondeados, la imponente torre de ladrillo y las portadas, con exquisitos arcos de distinto tipo (Rafael Arjona. Guía Total, Córdoba. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2009).
Una pronunciada loma, al pie del monte del Horcón, sirve de basamento para esta pequeña localidad del valle de los Pedroches, última de la provincia en dirección a Almadén.
Historia y visita
Hasta la época árabe no se tienen noticias de la población. En 1155, tiempo en que el valle de los Pedroches era la única puerta de comunicación entre la Meseta y Andalucía, fue conquistada por Alfonso VIII, aunque a su muerte, volvió a caer en poder de los musulmanes, hasta el año 1212.
En 1243, Fernando III la puso bajo la jurisdicción de Córdoba y ésta, sesenta años más tarde, se la entregó a Hernando Díaz Carrillo como pago por la limpieza de malhechores efectuada por él en los caminos del valle.
Sobre la ciudad, encima de un serrijón descarnado, se encuentran los restos del castillo de Miramontes, fortaleza árabe del siglo XI, destruida por Fernando el Católico en el siglo XVI para sofocar la rebelión de Gonzalo Mexía Castillo, descendiente de Díaz Carrillo. Aunque apenas queda un montón de piedras, el panorama que se observa desde las alturas es extraordinario.
El valle de los Pedroches al sur y el de la Alcudia al norte quedan ante los ojos del espectador.
En la plaza del Mercado, yendo desde la carretera de Almadén hacia el centro de la ciudad, se localiza la iglesia de la Encarnación, templo de gran belleza y singularidad y uno de los más antiguos de la provincia, pues fue levantado en el siglo XII, poco después de la toma de la villa por Alfonso XI. Para su construcción se aprovechó la muralla que cercaba a la ciudad.
Así el campanario, de ladrillo visto, y los arcos de las dos entradas, la principal y la de la Epístola, se apoyan en una torre de piedra perteneciente a esta muralla. El interior es de una sola nave sostenida por seis arcos fajones de ladrillo rojo, conservándose en los del presbiterio yeserías árabes en muy buen estado.
Bajando por la Calle Real, se alcanza la Plaza Mayor. En ella se sitúa la Puerta de la Villa, perteneciente al antiguo recinto amurallado, recinto cuyos restos aparecen aún en la calle de la Muralla, que parte de un rincón de esta plaza y desde la que hay otra buena vista del valle.
Gastronomía
Tierra ganadera, con excelentes rebaños ovinos, el cordero a la caldereta es el plato fundamental de su cocina que tiene en los buñuelos de San Blas y en las roscas de Santa Ana tradicionales postres.
Fiestas y tradiciones
La Virgen de Santa Eufemia cuenta con una hermandad de carácter jerárquico y militar cuyo origen se remonta a la Edad Media. El Domingo de Resurrección esta hermandad celebra una romería hasta la ermita de la Virgen, situada en el paraje de El Donadío, a unos 6 km al este del pueblo, junto al río Guadalmez. Hay gran profusión de tambores y de cohetes y la ceremonia del trémolo de la bandera.
El 1 de mayo es la romería de la Virgen de las Cruces al lugar de El Soto y el 15 de mismo mes la de San Isidro, con un interesante desfile y concurso de carrozas (Rafael Arjona. Guía Total, Andalucía. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2005).
Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación.-
Se ha considerado que la primitiva construcción pudo surgir en el paso del siglo XIV al XV; presenta una nave de arcos diafragma, a la que dan cuatro capillas, y una cabecera poligonal cubierta por cuarto de esfera. Entre las alfarjías se ven restos de tablazón pintada y decoración mudéjar; algunos de los tableros se conservan en la sacristía. En el muro izquierdo hay una cata que deja ver los restos muy perdidos de la pintura que lo decoró.
El retablo de estética neobarroca y disposición tripartita se realizó en 1954; las imágenes son devocionales. En la primera capilla de la izquierda están las imágenes de vestir de Nuestro Padre Jesús de la Fe, obra del pontanés Francisco Palos Chaparro, de 1987, policromada por Juan Ojeda, y María Santísima de la Esperanza del Valle. En el lado derecho está la capilla del Sagrario, con una pintura del Buen Pastor, del XIX, y a continuación, la capilla bautismal, que antes lo fue del Nazareno (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Edificio situado en el centro del casco urbano. Iniciada en el siglo XII, consta de una nave sostenida por seis arcos fajones apuntados de ladrillo a sardinel. Los dos arcos del presbiterio están revestidos en su cara interior de yeserías árabes en muy buen estado de conservación.
El primer cuerpo de la torre es parte de un torreón defensivo, y sobre él se alza el campanario, de ladrillo visto igual que las puertas exteriores del templo. Los muros exteriores son de mampostería con verdugadas de ladrillo a sardinel. en las obras realizadas en el año 1.962 se le practicaron algunas aperturas de huecos que no tenía originariamente. Al edificio se adosa un pequeño jardín que contiguamente fue cementerio (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
En la parte más alta de la villa se alza la parroquia de la Encarnación, «una de las más bellas iglesias de la provincia» para el profesor J. Rivas, quien la considera importante muestra de la arquitectura gótico-mudéjar de la Sierra, fechable a finales del siglo XV.
Tiene nave única con arcos transversales de rojizo ladrillo, cubierta por techumbre de madera, y tras ella aparece una cabecera con bóveda gótica en el primer tramo.
Llama la atención el arco toral que separa ambas zonas, por su decoración a base de yeserías mudéjares.
Los exteriores impresionan por «sus muros de mampostería jalonados por potentes contrafuertes de esquinas redondeadas y la torre de ladrillo» (Diputación Provincial de Córdoba).
Puerta de la Villa.- Santa Eufemia fue villa amurallada, parece ser que ésta fue construida en la época de la Reconquista, en tiempos de Alfonso VII, siglo XII.
Actualmente de su antiguo recinto amurallado sólo se conservan pequeños restos; algunos trozos de las torres defensivas que se alzaron, como la del Pregón y la Redonda, y en la Plaza del Generalísimo la Puerta de la Villa, construida con sillares y cubierta con bóveda de ladrillo.
El lienzo de muralla tiene 170 metros de longitud. Es un paramento de piedra con torreones semicirculares. En determinados puntos son visibles las restauraciones en ladrillo. La anchura del lienzo es de 2,15 metros de espesor.
El lienzo es perfectamente visible desde la Carretera Comarcal 411, a la llegada al pueblo (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Junto al porticado del Ayuntamiento se alza la Puerta de la Villa, con un arco de herradura rebajado y dos columnas laterales de basas góticas, todo construido en sillería.
Esta Puerta de la Villa es una de las muestras fehacientes del intenso pasado medieval de la villa y de su cerco amurallado, que data del S. XV.
Antaño marcaba el final del casco urbano de la localidad, que hoy se prolonga por la calle Peñalta (Diputación Provincial de Córdoba).
Castillo de Miramontes.-
El Castillo de Miramontes de asienta sobre un escarpado cerro de la Sierra de Santa Eufemia (o "Cerros de Santa Eufemia") próximo al río Guadalmez y dentro de la comarca natural de Los Pedroches, cerca del límite de Córdoba con las provincias de Badajoz y Ciudad Real, cuyas primeras tierras se divisan en bastante porción desde el castillo (términos de Capilla, Chillón y Almodóvar del Campo). El cerro donde se localiza está cruzado en su lado occidental por la antigua carretera de Córdoba a Almadén, trazada en 1865. La fortificación domina ampliamente el entorno y desde ella se posee enlace óptico con otras fortalezas como el Castillo o Torre de la Nava, el de Vioque, el de Madroñiz, el de Gelices o Felices y el del Mochuelo, además del propio pueblo de Santa Eufemia, que queda al sur. Asimismo, el gran dominio visual que posee Miramontes hace que desde él se divisen incluso los montes de Toledo y parte de la sierra norte sevillana.
El Castillo de Miramontes de asienta sobre un escarpado cerro de la Sierra de Santa Eufemia (o "Cerros de Santa Eufemia") próximo al río Guadalmez y dentro de la comarca natural de Los Pedroches, cerca del límite de Córdoba con las provincias de Badajoz y Ciudad Real, cuyas primeras tierras se divisan en bastante porción desde el castillo (términos de Capilla, Chillón y Almodóvar del Campo). El cerro donde se localiza está cruzado en su lado occidental por la antigua carretera de Córdoba a Almadén, trazada en 1865. La fortificación domina ampliamente el entorno y desde ella se posee enlace óptico con otras fortalezas como el Castillo o Torre de la Nava, el de Vioque, el de Madroñiz, el de Gelices o Felices y el del Mochuelo, además del propio pueblo de Santa Eufemia, que queda al sur. Asimismo, el gran dominio visual que posee Miramontes hace que desde él se divisen incluso los montes de Toledo y parte de la sierra norte sevillana.
Se trata de un recinto de planta poligonal, irregular, adaptado a las abruptas rocas sobre las que se asienta. Aparece rodeado de diversas torres prismáticas de piedra, la mayoría de ellas derruidas, aunque todavía se conserva prácticamente entera la que fue torre del Homenaje, además de un espacioso aljibe en el patio de armas - con restos de bóveda de ladrillo -, abundantes restos de la residencia de los señores y sirvientes (sobre todo cerámicas y tejas medievales) así como vestigios de una posible torre hecha de tapial en el patio, correspondientes tal vez a una primitiva construcción árabe a cuyo alrededor, según Rafael Castejón, hubiese podido construirse ampliamente el castillo en el siglo XIII. Como indicó Castejón, la torre del Homenaje tiene su entrada a nivel del adarve y al parecer con arco de herradura apuntada. Los restos de murallas y barbacanas se confunden con la vegetación, y también es difícil distinguir el castillo de la propia roca donde se asienta. El Castillo de Miramontes está construido en tapial revestido por ambas caras de mampostería - hecha a base de ripios del lugar - trabada con una fuerte argamasa o mortero de cal y arena.
Ocasionalmente también aparece el ladrillo como elemento constructivo.
Según recoge R. Castejón, en el pueblo se conserva la tradición de que parte de los artesonados del castillo se emplearon en la iglesia. Se trata de dos magníficos tableros de vivos dorados situados a los pies de ella y de una bella puertecita que da entrada al coro.
El castillo de Santa Eufemia siempre ha tenido un importante papel como comunicador del Valle de los Pedroches con el Valle de Alcudia, siendo un importante baluarte defensivo durante siglos. De su época árabe quedan pocas referencias, siendo su papel el de centinela avanzado en la protección del camino entre Córdoba y Toledo, importantes ciudades andalusíes. A. Arjona (2003, pp. 69 y 236) lo identifica con la Shant Quniyya (o Fumiyya) citada por al-Idrisi en la ruta de Córdoba a Miknasa y situada entre Bitraws (Pedroche) y Shant q.r.q. (lugar antes de Kabbal, actual Capilla). No obstante, indica Arjona (2003, p. 246) que su grafía verdadera debe de ser Shant Ufimya, tal y como aparece en el Calendario de Racemundo, aunque el copista lo deformaría al no ser un nombre árabe. Anteriormente, Arjona había intentado, sin total seguridad, asimilar Santa Eufemia con la población árabe llamada Bali (1982, pp. 191-195), pero tras la reciente revisión de los itinerarios y distancias recogidas en la obra de al-Idrisi este investigador cordobés ha confirmado el nombre de Shant Quniyya o Fumiyya para la Santa Eufemia islámica. En cualquier caso, tanto Shant Quniyya como Bali eran poblaciones que se englobaron durante la época califal en la cora de Fahs al-Ballut o "Llano de las Bellotas o de las Encinas".
En la documentación cristiana aparece por primera vez con el nombre castellano de Santa Eufemia en el Fuero de Avilés, otorgado por Alfonso VII en 1155; asimismo este nombre aparece en un privilegio dado por este rey en Madrid en 1156.
En la Primera Crónica General de España se menciona que en 1155 Alfonso VII, después de cercar y tomar Calatrava, conquistó Alarcos, "Caracoy et al Pedroch et a Sancta Offimia et a Mestança et al Alcudia et Almodoual", datos casi coincidentes con los que ofrecen los anales de Toledo (Roderici Toletani antistitis opera) o la Crónica Latina de los Reyes de Castilla, obras en las que también aparece Santa Eufemia como baluarte conquistado por el mencionado monarca en la citada fecha, una de sus últimas conquistas en Andalucía (Díaz y Molina, p. 68). La tradición atribuye la conquista del castillo y poblado a treinta y tres caballeros italianos de Calabria, que participaron en los primeros intentos de reconquista que el rey Alfonso VII hizo en tierras andaluzas; desde entonces comienza a llamarse Santa Eufemia.
También en parte, según Juan Ocaña, este nombre puede deberse a la existencia de un crecido número de mozárabes que ocupaban estas tierras en época musulmana. Sin embargo, conviene recordar, como hace M. Nieto Cumplido (1991, p. 44), que el de Santa Eufemia es el primer topónimo cristiano que hallamos en el reino de Córdoba, consecuencia inmediata de la reconquista, idéntico al de la población zamorana de Santa Eufemia del Barco. Parece ser, pues, un nombre de santa cristiana aplicado sin más a una población islámica recién conquistada.
A partir del intento de conquista realizado por Alfonso VII, el más absoluto silencio rodea al castillo de Santa Eufemia hasta su conquista por Fernando III. Sólo sabemos que en un documento fechado en Toledo el 22 de septiembre de 1189 el castillo, junto a Pedroche, aparece como elemento delimitador de una serie de donaciones hechas por Alfonso VIII a la orden militar de Calatrava, de lo que según Nieto Cumplido puede deducirse con toda verosimilitud que tanto Santa Eufemia como Pedroche quedaban de alguna manera bajo el control de la orden de Calatrava (1991, p. 49).
En 1236 Fernando III conquista Córdoba y el 24 de julio de 1243 dona el castillo de Santa Eufemia, que estaba en poder cristiano desde antes de conquistar la capital (al menos desde 1217), al concejo de la ciudad de Córdoba junto con los de Almodóvar, Obejo, Chillón, Gahete (Belalcázar), Pedroche y Mochuelos. Pero tras la tenencia en poder de Córdoba, Santa Eufemia pasará en junio de 1293 a propiedad de Fernando Díaz Carrillo (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Castillo de Vioque.- El castillo de Vioque se levanta sobre un cerro de 493 metros de altitud sobre el nivel del mar que lo sitúa en una posición dominante respecto al entorno, especialmente hacia el norte, este y oeste, pues al sur se encuentra la Sierra de la Barca (Santa Eufemia), con picos de mayor altura. Sin duda, este castillo se halla controlando un recodo del río Guadalmez así como un punto de éste por donde se realiza desde antiguo el vado del mismo. Desde el lugar se divisa el castillo de Miramontes o de Santa Eufemia.
Se trata de una fortificación construida a partir de sillaretes calzados con lajas más estrechas y dispuestos en hileras sin ningún tipo de argamasa. En el interior se aprecia un migajón de mampostería de peor calidad y provisto de piedras más pequeñas e irregulares. La fortificación tiene unos 29 metros de longitud en los lados Sur - Norte y algo más en los lados Este - Oeste. Presenta planta casi cuadrada, con dos salientes - uno en la parte central del lado oeste y otro en la parte derecha del lado norte - que deben de corresponderse con dos antiguas torres de medidas desiguales (en torno a 7 metros la del lado Oeste y en torno a los 10 la de la cara norte). En la parte izquierda del lado norte se observa una pequeña estancia de función desconocida, mientras que en el ángulo noroccidental se observa un muro que parte desde la esquina del castillo en dirección Noroeste. Lo que se conserva de esta fortificación debe de ser la base de la misma, hecha del material descrito, no apreciándose otras estructuras en altura, como torres, etc. En cierto modo, la estructura y material de este castillo recuerdan al de Viandar, en Belmez, y al de Névalo, en Villaviciosa de Córdoba, pero a diferencia de éste último no se sabe si el de Vioque poseería alzados de tapial sobre la plataforma de piedra, aunque ello es muy probable, ya que se trata de una fortificación coetánea, apreciándose en su entorno cerámicas islámicas propias de los siglos XII-XIII, como fragmentos de verde-manganeso típico de esos momentos.
El castillo de Vioque debe de ser una fortaleza andalusí coetánea, probablemente, de otras como la de Névalo, con la que guarda ciertas semejanzas. En el lugar hemos observado la presencia de fragmentos de cerámicas islámicas fechables en los siglos XII-XIII, entre ellas vidriadas en verde, melado y verde-manganeso. En su mapa de los caminos medievales de Córdoba a Toledo Félix Hernández sitúa esta fortificación junto a una de esas vías, concretamente la que saliendo de Córdoba llegaba hasta la ciudad del Tajo tras pasar por Dar al-Baqar (El Vacar), Ovejo, el propio Castillo de Vioque, Almadén, Almodóvar del Campo, Caracuel, Ciudad Real, Calatrava, Malagón, Castillo de Guadalerzas y Orgaz. Vioque era, pues, una fortaleza clave en la vigilancia y protección del tránsito en una de las rutas alternativas entre las dos ciudades más importantes de al - Andalus.
Ya en época cristiana, el castillo de Vioque aparece en una delimitación de lugares llevada a cabo en el año 1274, durante el reinado de Alfonso X, conocida por un documento fechado el 18 de diciembre de ese año en Orabuena, aldea de Córdoba (actual Villa del Río). De uno de los límites se dice en este documento que se establece en el vado que está sobre el castillo de Vioque, refiriéndose sin duda al vado del río Guadalmez: "pero del lugar o cae del río de Santa María en Guadarmez fasta el vado sobredicho que está sobre Vioque que sea [...] de Guadarmez todo de Córdoua", y desde el vado de Vioque "commo va la carrera a la foz del Almadén que es entre el Almadén e Chillón, e desta foz misma commo va al arroyo Asogado arriba e salle derechamente al collado que es cerca las viñas que son entre San Juan et el Almadén et deste collado commo va el cerro arriba e da en el camino que viene del Almadén e va al corral de Sancho, et del corral de Sancho commo va la sierra que es aquende de Riofrío, e por la sierra ayuso por somo del cerro commo va a la foz de Estepa que es más cerca de Capilla et desta foz commo va derechamente a la cabeça de Agudo. Et destos mojones sobredichos contra Calatraua que sea todo de Calatraua, et otrosy destos mojones mismos contra Cordoua que sea todo de Cordoua" (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Castillejo de La Nava.-
El castillejo de la Nava fue emplazado en un espolón calizo de cumbre más o menos plana y de 526 metros de altitud sobre el nivel del mar. Se sitúa a 4,5 kilómetros del castillo de Miramontes o castillo de Santa Eufemia, dominando el valle del arroyo del Tamujar y la Sierra de Santa Eufemia, con el Peñón del Horcón (878 metros), el Cerro del Telégrafo (806 metros) y el mencionado castillo de Miramontes, que quedan al Este - Sureste de La Nava.
El castillejo de la Nava fue emplazado en un espolón calizo de cumbre más o menos plana y de 526 metros de altitud sobre el nivel del mar. Se sitúa a 4,5 kilómetros del castillo de Miramontes o castillo de Santa Eufemia, dominando el valle del arroyo del Tamujar y la Sierra de Santa Eufemia, con el Peñón del Horcón (878 metros), el Cerro del Telégrafo (806 metros) y el mencionado castillo de Miramontes, que quedan al Este - Sureste de La Nava.
Se trata de un recinto fortificado a base de grandes bloques irregulares de dura cuarcita gris sin ningún tipo de cemento de unión entre ellos. Los bloques, que asientan sobre una gran roca situada en el espolón de La Nava, presentan unas medidas a veces de incluso 1 x 1 metros aproximadamente. Los restos conservados poseen una altura aproximada algo superior al metro y una longitud cercana a los 5 metros.
En el siglo XIX ya señalaba Luis María Ramírez de las Casas-Deza que, aparte del Castillo de Miramontes, "en el territorio de Sta. Eufemia hubo otros castillos y atalayas que formaban parte de la línea de comunicación que por este lado establecieran los árabes, de los que solo quedan los cimientos; como son el llamado Vioque, el de la Nava y el de Atalayas, todos situados como á una legua de la villa. Los dos primeros están en la sierra mirando á la Zarza de Capilla, y el tercero en un cerro de bastante elevación á una legua de Sta. Eufemia mirando hácia Pedroche". También M. Ocaña consideró la de La Nava como una fortificación desaparecida (1973, p. 62), y M. Valverde y F. Toledo indican después que de esta fortificación "no quedan restos de muro". Sin embargo, se ha podido comprobar que no es así, es decir, que aún se observan restos del recinto en la misma cumbre del cerro de La Nava. Indican también Valverde y Toledo que quedan algunos restos de cerámica, pero lamentablemente no se ha podido apreciar ninguno, lo que en caso contrario hubiese sido muy útil para aportar alguna cronología al conjunto. Aunque La Nava está en conexión visual con el Castillo de Santa Eufemia, esto es lógico si tenemos en cuenta la altura de ambos, y no debe descartarse una cronología para esta fortificación anterior a la Edad Media, quizás de época romana (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Córdoba, déjame ExplicArte los principales monumentos (Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, Puerta de la Villa, Castillo de Miramontes, Castillo de Vioque, y Castillejo de la Nava) de la localidad de Santa Eufemia, en la provincia de Córdoba. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la provincia cordobesa.
Más sobre la provincia de Córdoba, en ExplicArte Sevilla.






No hay comentarios:
Publicar un comentario