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domingo, 9 de octubre de 2022

La Hacienda del Santo Patriarca, en Almensilla (Sevilla)

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Sevilla, déjame ExplicArte la Hacienda de San Antonio, en Almensilla (Sevilla).          
     Hoy, 9 de octubre, Conmemoración de San Abrahám, patriarca y padre de todos los creyentes, que, llamado por Dios, salió de su patria, la ciudad de Ur de Caldea, y peregrinó por la tierra que el Altísimo le había prometido a él y a sus descendientes. Manifestó toda su fe en Dios, esperando contra toda esperanza al no negarse a ofrecer en sacrificio al hijo unigénito, Isaac, que el Señor le había dado, ya anciano, de su esposa Sara [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].
     Y que mejor día que hoy, para ExplicArte la Hacienda del Santo Patriarca, en Almensilla (Sevilla)
   La Hacienda del Santo Patriarca se encuentra en la avenida de Coria, s/n; en Almensilla (Sevilla)
   Pequeña y encantadora hacienda situada en las afueras de Almensilla. Las construcciones se desarrollan en torno a un patio rectangular con un pozo central. Alrededor del patio están el molino, las cuadras, el pajar y las viviendas del casero y el capataz. Junto a la entrada, muy sencilla, se encuentra la casa del señorío, con dos plantas y un jardín delantero. La reconstrucción actual data del siglo XX y toma fuerza dentro del paisaje rural por sus planos encalados y su simbólica palmera (Turismo de la Provincia de Sevilla).
Conozcamos mejor la Historia, Leyenda, Culto e Iconografía de San Abraham, patriarca y padre de todos los creyentes;
   Abraham, que originalmente se llamaba Abram (El autor emplea Abram para referirse al periodo anterior al nacimiento de Ismael. Es ese momento Dios cambia su nombre por el de Abraham. Cf. 9 Agar, segunda mujer de Abram) y que recibió de Dios el nombre Abraham a los noventa y nueve años de edad, es el más célebre de los patriarcas.
   Descendiente de Sem, el hijo mayor de Noé, jefe de clan en Ur de los caldeos (Ur estaba situada a orillas del bajo Eufrates, no lejos de la desembocadura en el golfo Pérsico, que entonces se adentraba mucho más profundamente en el territorio ¿Pero la Ur de la que habla la Biblia estaba en Caldea? Según Lods habría que buscarla en Armenia donde había abordado el arca de Noé), abandonó su patria con su mujer Sara y su sobrino Lot por orden de Dios, para dirigirse al país de Canaan (Génesis 11:31). Llegó a Harran, luego a Siquem en Palestina, remontando el curso del Eufrates. Esta emigración habría tenido lugar aproximadamente dos mil años antes de Cristo, en la época del rey legislador Hammurabi.
   Una hambruna lo obligó a descender a Egipto. Hizo pasar a su mujer por su hermana porque temía que la belleza de aquella le acarreara disgustos; la dejó conducir el harén del faraón que en agradecimiento de su complacencia le regaló ovejas y bueyes, burras y camellos. Pero al saber que era su mujer, el faraón se la devolvió.
   Se separó amistosamente de Lot y lo liberó de sus enemigos. Después de su victoria, ofreció el diezmo de su botín a Melquisedec, rey sacerdote de Salem (Jerusalén), que le ofreció el pan y el vino.
   Su mujer Sara, estéril, introdujo en su lecho como concubina (Nebenfrau) a su sirviente egipcia Agar que parió un hijo, Ismael. Pero después de la visita de tres ángeles enviados por Dios, Sara dio a su vez un hijo legítimo a su marido centenario: Isaac. Celosa de su sirviente, Sara la hizo expulsar al desierto con su bartardo.
   Dios, para poner a prueba a Abraham, le ordenó entonces sacrificar a su hijo Isaac, según la costumbre de las tribus semíticas de Palestina que consagraban el hijo primogénito a Dios. Abraham obedeció, pero en el último momento, un ángel (angelus ex machina) le hizo caer el cuchillo de las manos.
   En esta agitada vida no faltan lo pintoresco y lo trágico. Pero lo que ha retenido el arte cristiano se limita casi únicamente a los hechos que los teólogos han podido interpretar como tipos o prefiguraciones de la vida del Salvador. El Nacimiento y la Circunsición de Isaac anuncian la Natividad y Circunsición de Jesús. El encuentro con Melquisedec es una figura de la Eucaristía. El sacrificio de Isaac se pone en paralelo con el Camino del Calvario. Así, es Cristo a quien se busca y descubre siempre a través de la leyenda de Abraham, como una aparición que irradia detrás de un velo.
   Abraham no es sólo un patriarca de la Biblia, una prefiguración de Cristo; también es un héroe del Islam. La célebre iglesia de la Roca en Jerusalén, falsamente llamada mezquita de Omar, ha sido construida como un relicario para abrigar la sagrada roca sobre la cual Abraham preparó el sacrificio de Isaac: es, junto con la piedra negra de la Kaaba en La Meca, la reliquia más venerada por los musulmanes.
CULTO
   Abraham era venerado en Mambré donde había recibido la visita de los tres ángeles que simbolizan la Trinidad. El emperador Constantino hizo construir allí una magnífica iglesia.
ICONOGRAFÍA
   ¿Cómo se ha representado a Abraham? Su tipo iconográfico fue fijado tempranamente en el arte judío. Un fresco de la sinagoga de Doura (siglo III) lo evoca con los rasgos de un anciano de cabello blanco, puesto que de acuerdo con la tradición, habría sido el primer hombre cuyos cabellos y barba encanecieron. Se le da como atributo un cuchillo, en alusión al sacrificio de su hijo. Los artistas de la Edad Media, anacrónicamente, lo revisten con una armadura de caballero cuando de vuelta de una guerra victoriosa se encuentra con Melquisedec.
EL ENCUENTRO DE ABRAM Y MELQUISEDEC
   Génesis 14: 18-24. Salmo 110. Epístola a los Hebreos, 7.
   Es al regresar de esa expedición cuando Abram se encuentra con Melquisedec, rey y gran sacerdote de Salem, que sería, según ciertos Padres de la Iglesia y Lutero, Sem, hijo de Noé. Ofrece el diezmo de su botín al tiempo que Melquisedec le presenta el pan y el vino.
   En ese doble gesto, la escolástica de la Edad Media descubre dos símbolos. Abran prefigura la Ofrenda de los Reyes Magos a Cristo al ofrecer el diezmo; el Sacrificio de Melquisedec consagrando el pan y el vino es una prefiguración de la Cena (por ello en el siglo XV se llamaba Melquisedec al viril de la custodia que guardaba la hostia consagrada). Así, ese tema privilegiado anuncia La Adoración de los Magos y La Santa Cena al mismo tiempo. Pero no es ésta, sin embargo, la opinión de Calvino para quien la ofrenda del pan y del vino no comporta significado simbólico alguno y sólo trata "de restaurar a la gente cansada por el camino y de vuelta de la batalla".
   Esos dos aspectos del tema están a veces reunidos en la misma obra: por ejemplo en el retablo esmaltado de Nicola de Verdun (1181) donde Melquisedec aparece dos veces: recibiendo el diezmo y consagrando el pan y el vino. Pero habitualmente se eligió una u otra interpretación. El símbolo eucarístico es el preponderante, con gran ventaja.
   En consecuencia, Melquisedec está representado como rey-sacerdote (summum sacerdos), lo cual se traduce en el lenguaje de los atributos con la corona que lleva sobre la cabeza y el cáliz o incensario que tiene en la mano. La corona suele reemplazarse por la tiara pontificia o la mitra episcopal (Patena de Hildesheim, Biblia Pauperum) (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).
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Más sobre la localidad de Almensilla (Sevilla), en ExplicArte Sevilla.

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