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miércoles, 26 de octubre de 2022

Un paseo por la calle García de Vinuesa

     Por Amor al Arte
, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la calle García de Vinuesa, de Sevilla, dando un paseo por ella.
     Hoy, 26 de octubre, es el aniversario del fallecimiento (26 de octubre de 1865) de Juan José García de Vinuesa, alcalde sevillano a quien está dedicada esta calle, de ahí que hoy sea el mejor día para ExplicArte la calle García de Vinuesa, de Sevilla, dando un paseo por ella.
     La calle García de Vinuesa es, en el Callejero Sevillano, una calle que se encuentra en el Barrio del Arenal, en el Distrito Casco Antiguo; y va de la avenida de la Constitución, a la calle Puerta del Arenal.
   La  calle, desde  el punto de vista urbanístico, y como definición, aparece perfectamente delimitada en  la  población  histórica  y en  los  sectores  urbanos donde predomina la edificación compacta o en manzana, y constituye el espacio libre, de tránsito, cuya linealidad queda marcada por las fachadas de las  edificaciones  colindantes  entre  si. En  cambio, en  los  sectores  de periferia donde predomina la edificación  abierta,  constituida  por  bloques  exentos,  la  calle,  como  ámbito  lineal de relación, se pierde, y  el espacio jurídicamente público y el de carácter privado se confunden en términos físicos y planimétricos. En las calles el sistema es numerar con los pares una acera y con los impares la opuesta.
     También hay una reglamentación establecida para el origen de esta numeración en cada vía, y es que se comienza a partir del extremo más próximo a la calle José Gestoso, que se consideraba, incorrectamente el centro geográfico de Sevilla, cuando este sistema se impuso. En la periferia unas veces se olvida esta norma y otras es difícil de establecer.
     La vía, en este caso una calle, está dedicada al alcalde sevillano Juan José García de Vinuesa.
     Desde el s. XIII se denominó de la Mar, por ubicarse en el barrio del mismo nombre, en el que Fernando III asentó a las gentes relacionadas con el mundo del río y de la mar, pero también era la que unía el puerto con el centro económico en torno a Gradas. En 1866 se le dio el nombre actual, en recuerdo de Juan José García de Vinuesa, que fue alcalde entre 1859 y 1865, y murió en esta calle al año siguiente. Entre 1868 y 1880 se suprime la primera parte del apellido. Se la denominó fugazmente 1873, fecha de la proclamación de la I República, pero recupera su nombre anterior al año siguiente. Según Álvarez-Benavides también se la conoció como Boneteros y, vulgarmente, como Botineros, por el número de estos artesanos allí instalados, pero no se han encontrado en ningún otro tipo de fuentes dichas denominaciones. Dado que hasta su desaparición desembocaba en la Puerta del Arenal, al espacio que precedía a ésta es posible que se le denominase plaza de la Puerta del Arenal, lo mismo que ocurría con la existente por la parte exterior.
     Formada sobre un tramo de un brazo muerto del Guadalquivir, es una calle recta, de mediana anchura, con ligera pendiente descendente, que se transforma en ascendente al final. En los siglos medievales se accedía a ella a través de un arco que fue derribado a fines del s. XV para darle mayor amplitud y por razones de estética; además, en la presente centuria experimentó un retranqueo al ensancharse la avenida de la Consti1ución. Casi en sus comienzos desem­bocan a derecha e izquierda Fernández y González, y Cristóbal de Castillejo. En su parte final, donde, hasta su derribo en 1864, estuvo la Puerta del Arenal, confluyen Federico Sánchez Bedoya, Puerta del Arenal, Harinas y Castelar, lo que contribuye a diseñar la típica plaza-ensanche producto de dicha confluencia. Sin embargo, hasta que en el s. XVIII no se urbanizó este sector debió estar bastante degradado, ya que lindaba con un sitio bajo en el que se acumulaba el agua, conocido como la Laguna o Laguna de la Pajería, en cuyas inmediaciones estaba, además, la Mancebía, del que quedaba aislada por medio de un postigo, casi siempre inutilizado. Cuando se derribó la puerta, se proyectó un gran eje viario que fuese desde la Catedral al puerto, uniendo esta calle con la de Antonia Díaz, pero no se materializó. Quizás por su importancia como eje de comunicaciones, desde fechas relativamente tempranas en comparación con el resto de la ciudad, debió contar con un rudimentario sistema de pavimentación, al tener que so­portar el tránsito de carretas cargadas. 
     A comienzos del s. XV estaba pavimentada con ripios, que fueron sustituidos por ladrillos de canto a fines del mismo. El intenso tráfico debía producir una constante destrucción de este material, y entre 1604 y 1633 aparecen en las actas capitulares constantes peticiones y acuerdos para empedrarla. A mediados del s. XIX estaba adoquinada, y en la década de 1970 se echó el riego asfáltico. Otra de las preocupaciones históricas de los vecinos fue la de la limpieza y mantenimiento de las corrientes para evitar que el agua se estancase, debiendo existir un sistema al aire libre que la canalizaba hacia los husillos de la citada laguna; probablemente hasta el s. XVIII no se hicieron subterráneas dichas conducciones.
     La importancia económica de la calle fue secular. En su esquina con la avenida de la Constitución estaba desde el s. XIII la lonja de los genoveses; en el s. XV se instaló una lonja de paños; al final se encontraba la Tonelería Vieja; y, según ordenanzas del s. XIV, allí tenían que concentrarse los cargadores en espera de que sus servicios fueran requeridos; ya se ha citado la proximidad de la Mancebía, de manera que no es extraño que Quevedo sitúe en esta calle un encuentro violento de su Buscón con la ronda nocturna. En las inmediaciones de la Puerta del Arenal, tuvieron sus puestos los panaderos de Alcalá de Guadaira y Utrera durante los siglos XVI y XVII. También tuvieron su residencia personas destacadas como el veinticuatro Alonso Fernández de Marmolejo a fines del s. XIV, y el teniente de alguacil mayor Pedro Núñez de Guzmán, en el siguiente. En 1600 se establecen aquí los franciscanos de la observancia, antes de construir San Buenaventura. En el s. XIX ofrece un aspecto variopinto, desde los talleres del periódico El Liberal al de los fabricantes de cofres, polvoristas, talabarteros, polaineros y y botineros, que, según el barón de Davillier, la ocupaban casi por entero (Viaje por España) y lo mismo indica González de León, además de esparterías, herrerías y freidurías de pescado. En este ambiente no podían faltar los lugares de asueto y reunión. 
     Según Santiago Montoto, en la esquina con la avenida de la Constitución se abrió el primer café que existió en Sevilla (1758); en 1850 abre sus puertas la célebre Casa Morales; en 1880 existe el Café del Arenal o de la Mar; en 1908 se inaugura Casa Salazar; ésta y Morales, reliquias del pasado, siguen gozando de gran vitalidad, como lugar de tertulia y degustación de vino y pescado frito, adquirido en una freiduría próxima. Otra reliquia de un tiempo pasado lo constituye el Hotel Simón. En 1873, con ocasión de las Cantonales, se levantó una barricada y se registró uno de los enfrentamientos con las tropas
     La actividad de los años cincuenta y sesenta del presente siglo, está descrita por A. Burgos en los siguientes términos: "... Y Casa Morales, donde el Gran  Polito mojaba el tinto, y el baby de Luis el de la Andaluza, y las berenjenas de Almagro y la cerveza negra de Casa Salazar,... de cuando Alejandro del Campo lo vendía todo más barato que en Tánger en la Gran Joyería Nueva York, las peponas de Casa Conde, las bobinas de todos los colores de Casa Botello, las piezas de lienzo moreno de Casa Contreras, las cuentas de libros a dita con Guerrero, en Aguilar..." (ABC, 28-12-1982). En la actualidad algunas de estas actividades han sido sustituidas por otras de distinto contenido, pero la calle conserva el carácter de esa vida económica abigarrada con tiendas de muy diverso contenido, así como su condición de vía de tránsito relativamente intenso, según momentos, por ser salida hacia el Arenal, por lo que, desde esta óptica, resulta algo estrecha, debido a los aparcamientos, al igual que los peatones tienen dificultades por la estrechez de algunos tramos de las aceras. 
     El caserío presenta, en general, bastante uniformidad en cuanto a alturas. La mayor parte de sus casas de tres plantas construidas entre finales del siglo pasado y comienzos del presente, entre las que destacan el núm. 2 de Aníbal González; el núm. 16 de Juan Talavera; y el núm. 52 de Antonio Arévalo, todas ellas de estilo regionalista. [Antonio Collantes de Terán Sánchez, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993]. 
Conozcamos mejor la Biografía de Juan José García de Vinuesa, a quien está dedicada esta vía;
     Juan José García de Vinuesa (Montenegro de Cameros, provincia de Soria, 1814-Sevilla, 26 de octubre de 1865), alcalde de Sevilla.
Biografía
     Trabajó en el ámbito mercantil y se trasladó a Sevilla, para luego tomar también participación en su empresa y de ahí también pasó a ayudar a crear bancos de giro e institutos de crédito comercial hipotecario. En 1839 obtuvo la mano de Doña María de los Ángeles. Tras el crecimiento de su capital pudo consagrarse a la vida política. Fue elegido concejal en 1849, jurando en el Ayuntamiento el 1 de enero de 1850. El 31 de enero de 1854 fue nombrado por la Corona teniente primero de Alcalde, teniendo que dimitir el 1 de julio por una revuelta popular que tumbó a Luis José Sartorius. Ya con el gabinete de O'Donell en el gobierno central fueron elegidos los ediles en Sevilla para el nuevo bienio y en 1858 nombran a García de Vinuesa Alcalde-Presidente, jurando el cargo el 1 de enero de 1859. Dadas sus reformas y su gestión, con un oportuno instinto, Isabel II le definió como Alcalde-Modelo. Hubo de dimitir en 1864, haciendo una dura oposición a los moderados y, al recuperar el mando la Unión Liberal en 1865, fue nombrado alcalde-corregidor de Sevilla.
     Fue el alcalde más longevo de la ciudad de Sevilla en todo el siglo XIX, y también el más conocido y popular durante el reinado de Isabel II.
     Bajo su mandato, que se desarrolló entre los años 1859 a 1865, se inició la demolición de las murallas medievales que protegían a la ciudad, junto con algunas de sus puertas de acceso.
     También fue el primero que descentralizó distintos servicios municipales en distritos, y cerró con la actual verja la Fábrica de Tabacos.
     Falleció el 26 de octubre de 1865, contagiado por el cólera mientras asistía a algunas de las víctimas de esa enfermedad.
Reconocimientos
     En su memoria, en el año 1874 el Ayuntamiento de la ciudad rotuló con su nombre la antigua "calle del Mar", hoy calle García de Vinuesa, lugar donde tuvo su residencia.
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Más sobre el Callejero de Sevilla, en ExplicArte Sevilla.

Más sobre el Camino de Santiago (Camino Mozárabe, o Vía de la Plata), a su paso por la ciudad de Sevilla, en ExplicArte Sevilla.

La calle García de Vinuesa, al detalle:
Edificio García de Vinuesa, 2.
Edificio García de Vinuesa, 16.
Edificio García de Vinuesa, 52.

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