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Intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla", de Onda Cero, para conmemorar los 800 años de la Torre del Oro

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sábado, 8 de junio de 2024

Los principales monumentos (Mirador Niña de Antequera, Puerta de Málaga, Henchidero antigua fábrica de mantas, Iglesia de San Juan Bautista, Capilla-Tribuna Virgen del Socorro "El Portichuelo", e Iglesia de Santa María de Jesús) de la localidad de Antequera (III), en la provincia de Málaga

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Málaga, déjame ExplicArte los principales monumentos (Mirador Niña de Antequera, Puerta de Málaga, Henchidero antigua fábrica de mantas, Iglesia de San Juan Bautista, Capilla-Tribuna Virgen del Socorro "El Portichuelo", e Iglesia de Santa María de Jesús) de la localidad de Antequera (III), en la provincia de Málaga.


Mirador Niña de Antequera

     El Mirador Niña de Antequera, construido a principios del presente siglo, se sitúa en las inmediaciones de la Puerta de Málaga y muy próximo también a la Iglesia de San Juan, donde se encuentra la imagen del Señor de la Salud y de las Aguas, una de las más veneradas de Antequera, por tratarse también del Patrón de la ciudad.
     Desde este amplio mirador, construido a dos niveles, el visitante podrá divisar el río de la Villa, que abastece de agua a nuestra localidad, así como una perspectiva de la Iglesia del Carmen -Monumento Nacional-, de la Peña de los Enamorados, y de la mencionada Puerta de Málaga (Diputación Provincial de Málaga).

Puerta de Málaga
     La Puerta de Málaga (BIC), construida en origen en el siglo XIY, como parte del segundo anillo de murallas de la medina musulma­na, que se convierte en ermita-capilla cristiana posiblemente desde el siglo XVI, dedicando su retablo-altar interior a la Virgen de Espera. Asi­mismo, formando parte de este cerco amurallado, se levantó la torre albarrana de la Estrella, junto a la cual se abrió un postigo, después de la conquista, para poder ingresar al recinto. Junto al pasadizo cubierto se ha creado en época contemporánea una recoleta plazuela de particular encanto (Rosario Camacho Martínez [dirección], Aurora Arjones Fernández, Eduardo Asenjo Rubio, Francisco J. García Gómez, Juan Mª Montijano García, Sergio Ramírez González, Francisco José Rodríguez Marín, Belén Ruiz Garrido, Juan Antonio Sánchez López, y María Sánchez Luque. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo II. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).  
     La Puerta de Málaga, construida en el siglo XIV, es la única que aún se conserva de la muralla de Antakira. Su construcción es de época nazarí, siglo XIII, cuando ya la frontera guerrera se iba acercando a Andalucía. Convertida después de la Reconquista en Ermita, fue modificada en su ordenación interior, aunque todavía se advierten algunos elementos de su disposición originaria.
     Situada a un lado del castillo se abre en un torreón formando pasadizo en ángulo. El ancho total de la fachada es de 9,94 metros. 
     Su planta es la típica de pasadizo en recodo, con entrada centrada de arco de herradura con alfiz retranqueado y salida trasera descentrada, a un lado de la muralla. Sobre la puerta se abre una ventana con objeto de lanzar proyectiles al enemigo. Su estancia superior no se comunicaba con la inferior, sino con el pasillo de ronda de las murallas adyacentes, que formaban ángulo en esta puerta. Desde ahí se accede también a la cubierta, en la que faltan las almenas. De las murallas que llegaban a la puerta no queda más que un resto de relleno en un lado. Este último se encuentra totalmente oculto de tierra apelmazada, que llega hasta cubrir la clave del arco de salida de la puerta.
       Sobre ella se llevó a cabo una restauración en los años veinte de nuestro siglo por Torres Balbás. Posteriormente, se ha actuado sobre su entorno para hacer un vial que pasa junto a ella y realizar las escaleras de acceso (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     Declarada Monumento Nacional, constituye la expresión más característica del arte musulmán en la ciudad. Data del siglo dieciocho y se le conoce también por Ermita de la Virgen de Espera.
     Perteneciente al conjunto amurallado de la Medina islámica, la Puerta de Málaga es del tipo de pasadizo en recodo. Recuerda, a pesar de sus menores dimensiones, la de la Justicia de la Alhambra Granadina. En su frente principal (de 9,94 metros de anchura) tiene un arco de herradura de ladrillo con alfiz rehundido, creando el típico nicho de compartimentación espacial, tan característico de la arquitectura nazarí. Entre el referido arco y el paño en el que se abre la puerta propiamente dicha, queda un espacio abierto al cielo por el que se arrojaban proyectiles en los momentos de asedio.
     La organización interior de la torre, que fue muy trastocada cuando se convirtió en ermita, ha sido recuperada tras la restauración efectuada en 1986; además, se ha descubierto y consolidado el arco de la cara posterior, que durante años estuvo prácticamente enterrado. Sin embargo, y por respeto a la larga tradición mariana del monumento, se ha mantenido el retablito y lienzo de la Virgen de Espera, curiosa pintura de corte manierista en la que teniendo como fondo las murallas de la ciudad se quiere representar libremente a la imagen gótica de la Virgen de la Esperanza de la Colegiata de San Sebastián (Diputación Provincial de Málaga).

Complejo Henchidero - antigua Fábrica de Mantas

     El conjunto industrial Manufacturas Rojas Castilla se encuentra situado en la ribera de río de la Villa, en el núcleo urbano de Antequera, al sur de la Real Colegiata de Santa María la Mayor, en la calle del Río Rosal, conformando, junto a las instalaciones fabriles de León Checa Palma y Daniel Cuadra, el conjunto fabril plaza del Henchidero.
     Esta fábrica constituye, junto a otras 13 fábricas de hilados, el conjunto patrimonial más importante de la industrialización antequerana. Este conjunto lo componen las siguientes fábricas: Juanona- Cañada, Hilados Ramos Granados, Fábrica de Mantas, Hermanos Moreno, La Cruz, La Chafarina, La Maquinita, Manufactura Rojas Castilla, León Checa Palma, Daniel Cuadra, Argüelles, Laz, Hilados y tejidos de lana del antiguo molino de papel y la fábrica de hilados y tejidos de lana de la calle Higueruelos. 
     El núcleo fabril Manufacturas Rojas, dedicado al proceso completo de la fabricación de mantas: preparado, hilado, tisaje, tinte y acabado de la lana, estaba formado por cuatro grupos de edificaciones: el cuerpo principal de la fábrica; las dependencias anejas a éste, la vivienda del portero y almacenes; dos salones de telares y el edificio del batán. 
     En la actualidad, el cuerpo principal de la fábrica y las dependencias anejas a éste, la vivienda del portero y almacenes, han sido restituidos siguiendo el esquema compositivo de los edificios originales, no se conservan las naves de los telares y permanecen los restos del batán. La rueda hidráulica colocada corresponde a la rueda de la fábrica de hilados y tejidos de lana del antiguo molino de papel. 
     El conjunto industrial para la fabricación de mantas Laz, dedicado al preparado, hilado, tisaje, tinte y acabado del tejido, está formada por los siguientes elementos: el edificio principal de la fábrica, la nave de telares, las ramblas, una vivienda, la chimenea. Este conjunto está rodeado por una tapia que deja fuera las naves de la fábrica de la Tabarrera. 
     El conjunto tiene forma de U formada por la disposición este-oeste de la fábrica de hilado, el edificio de las ramblas al este y las naves de telares al oeste. 
     El conjunto está construido con fábrica de mampuesto encaladas y las cubiertas a dos aguas con fibrocemento o teja. 
     Todo el conjunto ha sido fuertemente transformado modificándose alturas y perdiendo en el caso del edificio principal y del edificio de ramblas, la tradicional glorieta en cubierta.
     La fábrica de hilados La Chafarina, dedicada al acabado de la lana, se encuentra actualmente en ruinas y se conserva tan sólo, los restos del muro de la fachada principal de la fábrica 1. 
     Se desconoce la altura del salto y su podenca. Sólo se conserva uno de los anclajes y algunos pilares de sostén de las atarjeas que conducían el agua, la rueda no se conserva.
     La tradición textil en Antequera está documentada desde finales del siglo XV. La lana, la seda y el lino fueron a lo largo de los siglos XVI y XVII las actividades fundamentales de la industrial textil antequerana. Sin embargo, será en el siglo XVIII cuando la industria lanera antequerana se vea favorecida por medida de protección al sector que culminará con la concesión como Real Fábrica de Lanas, Paños y Bayetas en 1765. 
     Hasta finales del siglo XVII, la fábrica era un lugar de reunión para los fabricantes y las diferentes fases productivas estaban dispersas: los lavaderos, batanes y tintas se encontraban en la ribera del Río de la Villa, las perchas en la plaza Alta y los talleres artesanos en los barrios de San Juan y Santa María. 
En 1755 había en Antequera 87 fabricantes textiles que disponían de 147 telares. 
     El final del Antiguo Régimen da paso a una experiencia original de la burguesía antequerana: la transformación de las manufacturas de lana que ya funcionaban de modo preindustrial desde 1750, en una industria textil lanera desde 1830 hasta fin de siglo (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     Desde el nacimiento del río de la Villa, al pie del Paraje Natural El Torcal de Antequera, podemos realizar un recorrido paralelo al río hasta la Venta El Conejo por la A 7075. En la bifurcación de caminos, cogemos a la derecha un pequeño carril que nos lleva a través de C/ Henchidero hasta la ciudad. Los edificios, acequias, puentes y acueductos, en su mayor parte abandonados, nos hablan del pasado textil antequerano. Al final de esta calle se encuentra el conjunto industrial “El Henchidero”, al sureste del casco urbano de la ciudad. El río continúa su curso dejando a sus orillas otras instalaciones textiles como las de Argüelles, Laz o Crespite.
     Las décadas centrales del siglo XIX, coinciden con la época dorada de la industrialización en Antequera. Es ahora cuando se empiezan a instalar los modernos sistemas de mecanización del sector textil, en sustitución de los métodos artesanales tradicionales. El proceso iniciado en 1833 por los hermanos Moreno con una fábrica de lana y otra de algodón, lo continúa Vicente Robledo en 1837 con otra fábrica textil y Pérez y Perea con la  moderna fábrica de mantas de Rojas Castilla. Durante varias décadas no cesa la bonanza industrial que mostrará síntomas de agotamiento en los años finales del siglo. Desde 1900 se recuperan mercados exteriores y el sector incorpora nuevas mejoras: telares Jacquard, selfactinas, máquinas de acabado y se sustituye la producción de bayetas por la de mantas llegando a colocar en el mercado más de 100.000 unidades anuales. La fuerte competencia exterior llevó al sector a una profunda crisis que no superó. La Cruz en 1973, fue la última fábrica textil que cesó su actividad.
     El río de La Villa abastece de agua a la ciudad de Antequera, motivo por el que su cauce apenas recibe caudal alguno. Quedan como testigos del pasado fabril: acequias, acueductos, puentes y chimeneas, dispersas por los 6 kilómetros que nos separan desde su nacimiento hasta la ciudad de El Torcal. Algunos edificios han sido reacondicionados por su propietario o se encuentran en un estado de ruina y abandono. La maquinaria ha desaparecido por completo.
     Durante el recorrido, en “El Henchidero”, nos encontramos tres edificios ejemplares: La fábrica de Tejidos de Rojas Castilla (1837-1965) donde actualmente se encuentra la Exposición sobre la historia del sector textil antequerano, en su fachada este se ha reproducido una rueda hidráulica, semejante a la que ocupó el mismo lugar en el pasado; la fábrica El Henchidero (1837-1973) donde se ha instalado la “Escuela de Hostelería” y distintos talleres de artesanía. En el solar de la fábrica de hilados de León Checa Palma (1840-1965) se han levantado patios interiores y suelos de la fábrica, cerrando el conjunto mediante jardines a distintas alturas.
     A lo largo del curso del Río de la Villa se han instalado, desde hace siglos, molinos harineros, aceiteros, batanes y tintes, pequeñas fraguas, etc. siendo el sector textil el de mayor desarrollo al menos desde el siglo XV. La calidad de sus paños y bayetas era tal que, en 1765, Carlos III le concede al sector lanero antequerano el calificativo de Real Fábrica. A mediados del siglo XIX la propia burguesía agraria local como los Moreno, Robledo, Perea, o bien comerciantes como Auroux, Bordenave, y otros, modernizan y convierten a Antequera en un centro textil lanero de referencia.  En el siglo XX el aislamiento de la ciudad, la defectuosa comercialización y la fuerte competencia de otros mercados nacionales, hacen entrar en crisis al sector. La creación de un grupo empresarial textil local no pudo superar las dificultades de esta industria y a mediados de los años setenta del pasado siglo, la actividad textil de Antequera cesó (Diputación Provincial de Málaga).

Iglesia parroquial de San Juan Bautista

     Al igual que en San Pedro, la construcción de la iglesia de San Juan, situada en el barrio del mismo nombre, vino a sustituir una edificación anterior más pequeña. La autoría de la obra, concluida en su fábrica en 1584, es una incógnita, pero la crítica la relaciona con el arquitecto que trazara el Templete de Papabellotas. Siguiendo el mo­delo de la Colegiata de Santa María, aunque a menor escala, la iglesia estructura su imponente planta basílical columnaria con tres naves separadas por columnas toscanas, sobre las que apoyan arcos de medio punto. El arco triunfal marca el comienzo de la capilla mayor, con un desarrollo espacial poco profundo. A los pies se eleva el coro, sobre estructura arquitrabada apoyada en ménsulas, con balaustrada de madera manierista. A finales del siglo XVIII, se reconstruyó, en la nave de la Epístola, la capilla de las Ánimas del Purgatorio, conocida también como la del Cristo de la Salud, cubierta con bóveda semiesférica; su imagen actual se debe a la reforma sufrida en el siglo XX. La armadura es de madera en la nave central, de estilo manierista-mudéjar, fechada en 1595, con forma ochavada sin decoración, y las laterales son simples de colgadizo.
     Tres portadas configuran los accesos al templo, estando cegada la de los pies. El buque exterior, imponente en su volumen, queda empequeñecido por la disposición inclinada del terreno, que deja semienterradas tanto la entrada de los pies como la del lado de la Epístola. La practicada en el muro del Evangelio se abre con arco de medio punto, sobre el que se eleva una hornacina que cobija una escultura del santo titular. La torre se levanta a los pies del lado de la Epístola.
     El testero de la capilla mayor queda ocupado por un estimable retablo tardo-manierista, trazado por el maestro Toribio Sánchez Calvo en 1649. La sencillez y elegancia de su estructura se evidencia en un diseño de doble cuerpo, ático y tres calles separadas por pilastras acanaladas de orden dórico y jónico. El esquema enmarca otras tantas composiciones que no conforman una unidad iconográfica: en el centro, escultura del titular, San Juan Bautista, policromada por Pedro Pérez en el siglo XVI, y en los laterales, la Crucifixión y el Descendimiento, copias de Rubens; completan el retablo lienzos del Bautismo de Jesús y la Sagrada Familia, posibles obras de Mohedano, el Nacimiento del Precursor, obra sevillana del XVII, y el óleo del Crucificado con la Magdalena a los pies, de escuela antequerana del primer tercio del XVII; los dos lienzos de los lados, San Juan Bautista predicando en el Desierto y Muerte de San Juan de Dios, no pertenecen a la misma época del retablo. En los muros laterales del presbiterio cuelgan cuatro lienzos que forman parte de un Apostolado, continuado en el sotocoro y en los testeros de ambas naves, realizado en el siglo XIX, según modelo del XVII.
     El patrimonio mueble más destacado de las naves laterales comienza con dos importantes obras de Antonio Mohedano, en los tramos de los pies de ambos lados de la iglesia: la Adoración de los pastores y la Inmaculada rodeada de santos, son las dos composiciones de mayor tamaño de Antequera. Una importante talla de la Virgen de la Cabeza, del siglo XVI, reformada en el XVIII y redorada en el siguiente, da nombre al retablo situado junto al lienzo de Mohedano, en el lado del Evangelio; la imagen procede de la ermita del mismo nombre del cerro de la Rábida, al igual que el resto de esculturas del retablo: San Roque, del XVI, y Santa Ana con la Virgen, del XVII y XVIII.
     En la nave de la Epístola, se encuentra la capilla más importante del templo, dedicada a las Ánimas o al Cristo de la Salud. Sede de la Real Hermandad del Santísimo Cristo de la Salud y de las Aguas, su imagen titular, popularmente «el Señor», una de las de mayor fervor en Ante­quera, protagonista de actos devocionales que se celebran en mayo, es un crucificado de escuela sevillana de comienzos del siglo XVII; bajo el camarín que cobija esta imagen, se encuentran dos destacados bustos en terracota policromada: un Ecce Homo y una Dolorosa, de taller hispalense del último tercio del siglo XVI. En los muros laterales sendos retablos dieciochescos de la Virgen del Rosario y de San José con el Niño, singular composición escultórica atribuida a Diego Márquez. Completan el contenido patrimonial de la nave de la Epístola otros lienzos de los siglos XVII y XVIII (Rosario Camacho Martínez [dirección], Aurora Arjones Fernández, Eduardo Asenjo Rubio, Francisco J. García Gómez, Juan Mª Montijano García, Sergio Ramírez González, Francisco José Rodríguez Marín, Belén Ruiz Garrido, Juan Antonio Sánchez López, y María Sánchez Luque. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo II. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).  
     El modelo que sigue en su interior -concluida en 1.584- es el inaugurado por la Real Colegiata de Santa María la Mayor de Antequera, aunque notoriamente simplificado. Presenta tres naves separadas por columnas toscanas, de fuste sin éntasis, sobre las que voltean arcos de medio punto, y capilla mayor poco profunda y separada igualmente por arco de medio punto. La nave central se cubre con armadura ochavada de madera, de estilo híbrido entre lo mudéjar y lo renacentista, y los laterales con simples colgadizos. En la nave de la Epístola se abre la capilla adyacente de Ánimas, de planta cuadrada y con bóveda semiesférica sobre pechinas que se levantó en honor del Cristo de la Salud y de las Aguas en los años finales del siglo XIX.
     El exterior resulta imponente en su masa y presenta tres portadas de diseño manierista, situadas a los pies del templo y a ambos laterales (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     Edificio de 1584 y traza manierista, destaca en su interior por la imagen del Cristo de la Salud y de las Aguas del siglo diecisiete, que es sin duda la imagen más venerada en la ciudad.
     Este templo parroquial se levanta a finales del siglo dieciséis, uno de los momentos de mayor actividad constructiva de la ciudad.
     De aspecto exterior muy simple, el interior resulta por el contrario verdaderamente solemne. Su planta, de tipo basilical, quiere imitar el esquema de iglesia columnaria de Santa María la Mayor. Queda dividida en tres naves por grandes columnas de orden toscano sobre las que se apoyan una danza de tres arcos de medio punto a cada lado. La nave principal se cubre con armadura de madera.
     En la capilla mayor, podemos admirar un bello retablo de estilo manierista realizado en 1646 por Toribio Sánchez Calvo. Presenta dos cuerpos y un ático divididos en tres calles mediante pilastras jónicas y dóricas resultando una traza muy sencilla y elegante que enmarca una serie de composiciones pictóricas.
     En los retablos laterales destacan por su enorme tamaño, dos conjuntos del pintor Antonio Mohedano que representan la Adoración de los Pastores y la Inmaculada rodeada de santos.
     También destacaremos la imagen del Cristo de la Salud y las Aguas, crucificado de comienzos del siglo diecisiete, veneradísimo en la ciudad y que se procesiona acompañado por un incalculable gentío que porta velas encendidas (Diputación Provincial de Málaga).

Capilla-Tribuna Virgen del Socorro - "Portichuelo"
     La sacralización de los ámbitos públicos de la ciudad, tiene en Antequera varios hitos tremendamente significativos, que la convierten en un escenario de exaltación cristiana como paradas teatrales de los recorridos procesionales y, du­rante todo el año, manifestación abierta y permanente de la permeabilidad del sentimiento religioso barroco. La capilla-tribuna de la Virgen del Socorro, conocida popularmente como Portichuelo, en la plaza del mismo nombre, jun­to al colegio-iglesia de Santa María de Jesús, se convirtió desde su construcción en referente de este discurso y, por sus cualidades arquitectóni­cas, en uno de los mejores ejemplos españoles. Su compleja estructura, en la que se combina piedra, ladrillo visto, estuco y cal, en vistosos juegos, se organiza en dos plantas de galerías abiertas y un ático cerrado, cubierto con tejadillo a cuatro aguas, estando el interior articulado en fragmentos autónomos y a la vez relacionados (Rosario Camacho Martínez [dirección], Aurora Arjones Fernández, Eduardo Asenjo Rubio, Francisco J. García Gómez, Juan Mª Montijano García, Sergio Ramírez González, Francisco José Rodríguez Marín, Belén Ruiz Garrido, Juan Antonio Sánchez López, y María Sánchez Luque. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo II. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).  
     Arquitectónicamente nos encontramos ante una construcción de maqueta originalísima, que, a pesar de su compleja estructura resulta muy afín a lo popular. Presenta dos plantas de galería abierta y un ático cerrado, a manera de cubo compacto y rematado en tejadillo a cuatro aguas, con tres frentes o fachadas. Su frente principal se divide en tres calles -más ancha la central- y dos plantas, de las cuales la interior hace la función de pórtico o soportal y la superior de una especie de logia. Los arcos son todos de medio punto, aunque de molduración y tamaño diversos; en la calle central presenta rosca de ladrillo y en las laterales de estuco caleado. En este sentido, la referida utilización de materiales supone una acertada culminación de los mismos, lo que determina un carácter mudéjar o morisco (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     La Plaza del Portichuelo es, sin ninguna duda, uno de los conjuntos más interesantes del urbanismo castizo andaluz, destacando como elemento de máxima singularidad la Capilla-Tribuna de la Virgen del Socorro, construida en 1715.
     Esta es una más de las que jalonaban el antiguo itinerario procesional de la conocida como Cofradía de «Arriba». Se ha especulado sobre su posible relación con las «capillas de indios» y con las «posas» americanas. Por tanto, estas capillas serían como una llamada constante a la religiosidad del viandante.
     Arquitectónicamente nos encontramos ante una construcción de maqueta originalísima, que, a pesar de su compleja estructura, resulta muy afín a lo popular. Presenta dos plantas de galerías abiertas y un ático cerrado, a manera de cubo compacto, rematado en tejadillo a cuatro aguas, con tres frentes o fachadas. Su frente principal se divide en tres calles y dos plantas, de las cuales, la inferior hace la función de pórtico o soportal, y la superior, de una especie de logia. Los arcos son todos de medio punto. En la calle central presenta rosca de ladrillo, y en las laterales, de estuco caleado de blanco. Interiormente, el espacio queda compartimentado en seis fragmentos (Diputación Provincial de Málaga).

Iglesia de Santa María de Jesús (Museo de la Cofradía de Nuestra Señora del Socorro)
    Siendo ya los Franciscanos Terceros propietarios de un convento en las Suertes, decidió la Orden instalar otro convento más cerca del cas­co urbano, eligiendo un lugar «santo» que había estado ocupado anteriormente por la cueva de fray Martín de las Cruces. Desde 1508 este espacio había empezado a dejar de ser inhóspito para seguir un proceso de urbanización alrede­dor de la plaza del Portichuelo. La denomina­ción colegial, en lugar de conventual, sería una solución terminológica adoptada por el Cabildo para acallar las voces de protesta de las otras órdenes ante la posibilidad de que los terciarios contaran con varios establecimientos en la ciudad. Los pleitos harían que las obras se dilataran desde 1527 hasta 1615.
     La iglesia es el resultado de numerosas remode­laciones y reconstrucciones, llevadas a cabo entre los siglos XVII y XIX. En su origen, el templo, de tres naves, estaba orientado en sentido transversal al actual. La primitiva capilla del Socorro, construida en 1621, hubo de ser reedificada entre 1717 y 1725, convirtiéndose en la parte principal del templo que seguía siendo una pequeña fábrica de tres naves. La destrucción napoleónica dejó a salvo únicamente este espacio, que pasaría a desempeñar las funciones de capilla mayor en la nueva y definitiva iglesia, siguiendo la orientación actual. El espacio hexagonal, recorrido en cuatro de sus seis lados por tribunas con celosías, se cubre con bóveda de media naranja con grandes lunetos y se halla profusamente decorada con un carnoso muestrario de penachos, hojarascas, angelitos y símbolos marianos. En su testero se abre el camarín, uno de los más destacados de la Antequera dieciochesca. Levantado en 1725, tiene planta cuadrada y gran desarrollo en altura, articulada en dos cuerpos separados por un potente entablamento curvo, con cúpula gallonada y cupulín. A la riqueza del conjunto contribuye el sobrecogedor programa de yeserías que lo cubre. La reconstrucción decimonónica trazó tres naves separadas por pares de columnas dóricas de hierro fundido, con bóveda de medio cañón rebajado, la central, y planas las laterales. Los tramos de bóveda más cercanos al crucero son restos conservados del XVIII, al igual que la interesante caja de la escalera conventual decora­da con yeserías manieristas. Al exterior presenta dos portadas: la del lado de la Epístola, que se corresponde con la que originalmente fue la fachada de los pies del templo, y la construida en el XIX para cerrar la nueva orientación.
     Antonio Rivera trazó el retablo que emboca el camarín de la Virgen del Socorro en la capilla mayor. La imagen, una de las de mayor devoción en Antequera, cobijada en un templete barroco, es talla de vestir de comienzos del XVII, con numerosas restauraciones posteriores, como la llevada a cabo por Miguel Márquez en 1792, que incorporó los ojos de cristal y renovó la policromía. Es una de las imágenes titulares de la Pontificia, Real e Ilustre Archicofradía de la Santa Cruz en Jerusalén, Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima del Socorro, conocida popularmente como la de «Arriba», procesionada el Viernes Santo.
     Las otras dos imágenes titulares se encuentran en sendos retablos colaterales a la capilla mayor, singulares ensambladuras de Antonio Rivera; la Cruz de Jerusalén, obra alegórica y paso insig­nia de la cofradía, es una pieza del siglo XIX del orfebre antequerano Francisco Durán, y Nuestro Padre Jesús Nazareno, imagen de vestir anónima de 1725.
     Del resto del patrimonio de la iglesia destacan un Corazón de Jesús Niño, atribuido a Miguel Márquez, en le nave del Evangelio, un San Antonio del siglo XVII y el retablo del cuadro de La Verónica, con dos pequeños relieves representando a San Joaquín y Santa Ana, obras posibles de Carvajal, en la nave de la Epístola. En el descanso de la escalera conventual se encuentra la pintura más notable del templo, La Adoración de los Pastores, posiblemente de Antonio Mohedano. La archicofradía posee, además, un rico patrimonio de enseres procesionales, muchos de los cuales son exhibidos en el Museo Municipal en una sala dedicada exclusivamente a la Virgen del Socorro (Rosario Camacho Martínez [dirección], Aurora Arjones Fernández, Eduardo Asenjo Rubio, Francisco J. García Gómez, Juan Mª Montijano García, Sergio Ramírez González, Francisco José Rodríguez Marín, Belén Ruiz Garrido, Juan Antonio Sánchez López, y María Sánchez Luque. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo II. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).  
     La primitiva capilla presenta planta hexagonal y se cubre con bóveda de media naranja. Tras el retablo mayor se levanta el importantísimo camarín de la Virgen del Socorro, construido hacia 1.725 por Antonio de Rivera (maestro de la talla en madera y yeso).
     Es asimismo muy interesante la caja de la escalera del antiguo convento de P.P. Terceros. En la fachada destaca la espadaña del siglo XVII, con dos cuerpos de campanas superpuestas.
     La parte más antigua de este edificio corresponde a la capilla mayor, levantada en el primer cuarto del siglo XVIII, que originariamente no fue tal, sino capilla adyacente en la nave de la Epístola, dado que la orientación del templo no era actual. Tras de la invasión napoleónica la iglesia quedó casi destruida, por lo que la Cofradía del Socorro -propietaria del templo desde la Desamortización- optó por hacerla en función de su propia capilla como la mayor. Esta circunstancia fue la generadora de su planta verdaderamente compleja (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     Templo del siglo diecisiete resultado de numerosas reformas. Durante la invasión francesa se destruyó gran parte, salvándose solamente la Capilla del Socorro. Decidida la reconstrucción general, se optó por cambiar la orientación del templo y la referida capilla pasó a ser Capilla Mayor. Esta presenta planta hexagonal y se cubre con bóveda de media naranja, rasgada en grandes lunetos en los plementos. Está decorada pomposamente con penachos, hojarascas y angelitos que rodean símbolos marianos.
     El retablo mayor, dentro de su barroquismo, es de gran sencillez compositiva. Obra del antequerano Antonio Rivera (hijo), contiene la pieza más bella de todo el templo, un camarín del siglo dieciocho articulado en dos cuerpos y ornamentado ricamente con yeserías. Sobre un templete barroco, la popular Virgen del Socorro lo preside. Esta Dolorosa de vestir, de principios del siglo diecisiete, se procesiona el Viernes Santo siendo una de las imágenes que más clamor popular provoca y que se encierra, junto a los demás pasos de su cofradía, con gran expectación según la costumbre popular antequerana de "Correr la Vega".
     Los retablos colaterales de esta capilla, dedicados a la Cruz de Jerusalén y a Nuestro Padre Jesús Nazareno, son de magnífica traza y ejecución y posiblemente, del mismo autor que el anterior. En él podemos contemplar una interesante escultura anónima de Jesús Nazareno del siglo dieciocho.
     La Real e Ilustre Archicofradía de la Santa Cruz en Jerusalén y Nuestra Señora del Socorro es propietaria y conservadora de todo el edificio desde la Desamortización. Conserva buena parte del antiguo y riquísimo patrimonio de los enseres procesionales, la mayoría guardados en el Museo Municipal donde poseen una sala propia (Diputación Provincial de Málaga).
     
     Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Málaga, déjame ExplicArte los principales monumentos (Mirador Niña de Antequera, Puerta de Málaga, Henchidero antigua fábrica de mantas, Iglesia de San Juan Bautista, Capilla-Tribuna Virgen del Socorro "El Portichuelo", e Iglesia de Santa María de Jesús) de la localidad de Antequera (III), en la provincia de Málaga. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la provincia malagueña.

Más sobre la provincia de Málaga, en ExplicArte Sevilla.

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