Un paseo por la calle Barco

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     La calle Barco es, en el Callejero Sevillano, una vía que se encuentra en el Barrio de la Feria, del Distrito Casco Antiguo; y va de la confluencia de las calles Joaquín Costa, y Amor de Dios, a la plaza Alameda de Hércules. 
   La  calle, desde  el punto de vista urbanístico, y como definición, aparece perfectamente delimitada en  la  población  histórica  y en  los  sectores  urbanos donde predomina la edificación compacta o en manzana, y constituye el espacio libre, de tránsito, cuya linealidad queda marcada por las fachadas de las  edificaciones  colindantes  entre  si. En  cambio, en  los  sectores  de periferia donde predomina la edificación  abierta,  constituida  por  bloques  exentos,  la  calle,  como  ámbito  lineal de relación, se pierde, y  el espacio jurídicamente público y el de carácter privado se confunden en términos físicos y planimétricos. 

     En las calles el sistema es numerar con los pares una acera y con los impares la opuesta. También hay una reglamentación establecida para el origen de esta numeración en cada vía, y es que se comienza a partir del extremo más próximo a la calle José Gestoso, que se consideraba, incorrectamente el centro geográfico de Sevilla, cuando este sistema se impuso. En la periferia unas veces se olvida esta norma y otras es difícil de establecer.
    Este topónimo debe aparecer a comienzos del s. XVIII, ya que no se encuentra en padrones sacramentales de San Martín con anterioridad a 1706. En el plano de Olavide aparece por error como Banco. En cuanto a la razón de su nombre, no existe explicación conocida. Álvarez-Benavides indica la posibilidad de que pueda estar relacionado con alguna lancha de las que circulaban por aquí en las frecuentes inundaciones y que quedaría en ella. Es una calle corta, a la que a fines del s. XIX se acuerda sustituir el empedrado por  adoquines, y  que en  la actualidad está asfaltada; el alumbrado eléctrico le llegaría en 1949. En el siglo pasado corría por el subsuelo una de las cloacas principales de la ciudad. Las casas, de fachadas alineadas, son casi todas de tres plantas, algunas de ellas cerradas, arruinadas o derruidas. Aparece inserta en una de las zonas de la prostitución. En la esquina con la Alameda conservaba varios azulejos marcando la altura de las aguas en sendas inundaciones [Antonio Collantes de Terán Sánchez, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].

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