Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Málaga, déjame ExplicArte los principales monumentos (Teatro Municipal Torcal, Casa de los Serrailler, Casa del Conde de Colchado, Casa de los Ramírez, Casa del Conde de Pinofiel, y Convento de los Remedios - Ayuntamiento) de la localidad de Antequera (IX), en la provincia de Málaga.
Teatro Municipal Torcal
El Teatro Cine Torcal, proyecto de 1933-34, del arquitecto Antonio Sánchez Esteve, veterano en el diseño de esta tipología, es una interesante muestra de la arquitectura racionalista en Andalucía, dentro de los parámetros estéticos Art Déco, que está integrado en el registro del DOCOMOMO ibérico (Rosario Camacho Martínez [dirección], Aurora Arjones Fernández, Eduardo Asenjo Rubio, Francisco J. García Gómez, Juan Mª Montijano García, Sergio Ramírez González, Francisco José Rodríguez Marín, Belén Ruiz Garrido, Juan Antonio Sánchez López, y María Sánchez Luque. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo II. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
El Teatro Cine Torcal, proyecto de 1933-34, del arquitecto Antonio Sánchez Esteve, veterano en el diseño de esta tipología, es una interesante muestra de la arquitectura racionalista en Andalucía, dentro de los parámetros estéticos Art Déco, que está integrado en el registro del DOCOMOMO ibérico (Rosario Camacho Martínez [dirección], Aurora Arjones Fernández, Eduardo Asenjo Rubio, Francisco J. García Gómez, Juan Mª Montijano García, Sergio Ramírez González, Francisco José Rodríguez Marín, Belén Ruiz Garrido, Juan Antonio Sánchez López, y María Sánchez Luque. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo II. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
El edifcio, en su conjunto, se inserta dentro de la estética del Art Decó, que tanta incidencia tuvo en Europa durante el periodo 1920-1940. En su exterior se advierten profusión de formas angulares, distribución regular de huecos y acusada simetría, cuerpos salientes laterales, bandas paralelas horizontales, etc.
El interior, distribuido en patio de butacas y anfiteatro, incluye elementos ornamentales del Art Decó, como son la serie de balaustres cilíndricos de proporciones o las grandes siluetas de cactus.
Con las vanguardias de principios de siglo y su posterior expansión en un movimiento de alcance internacional, la arquitectura -el arte en general- dio un salto sin precedentes en la historia. Aquello que se estaba buscando desde mediados del siglo XIX, una nueva arquitectura para una nueva sociedad industrial, pudo alcanzarse con plenitud. En pocos años se pasó del lenguaje academicista, incapaz de generar una nueva arquitectura y una nueva ciudad para la nueva ciudad (problemas tecnológicos, higiénicos...), a una arquitectura tendente a la abstracción, formalmente pura y plásticamente transparente, resuelta de manera pulcra, técnicamente avanzada, sin ornamentos ni añadidos innecesarios.
El Movimiento Moderno en arquitectura, considerado como uno de los productos más característicos de las llamadas Vanguardias Históricas, se desarrolló de modo distinto en cada país en función de una serie compleja de circunstancias de carácter político, económico y en función también de su cultura, tradiciones, disponibilidad de materiales, su desarrollo tecnológico y su capacidad creativa.
De la etapa inicial del movimiento moderno, entre los años 1920-1930, necesariamente experimental, nos han llegado obras preciosas, construcciones con lenguajes dispares, espacios y formas moderada o radicalmente modernas. De los años cuarenta del presente siglo hay testimonios de proyectos que intentan denodadamente romper con la pesada cortina política. En los cincuenta se vive una nueva etapa de dinamismo y capacidad innovadora y se avanza hacia una aceptación creciente y general de los modelos. Los sesenta anuncian una crisis profunda en este sistema moderno, surgiendo actitudes manieristas y cuestionando los postulados anteriores.
Se construye el Teatro-Cine Torcal entre los años 1.933 y 1.934, siendo autor del proyecto el arquitecto Don Antonio Sánchez Esteve, quien anteriormente hizo los cines Gades y Municipal de Cádiz, así como el Málaga cinema, ya desaparecido. También intervinieron en la dirección de las obras el arquitecto malagueño Daniel Rubio y el aparejador antequerano Juan Burgos (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Edificio construido entre 1933 y 1934 al estilo Art Déco supuso, en aquel momento, una auténtica sorpresa dentro del paisaje urbano de Antequera.
Obra de los arquitectos Antonio Sánchez Esteve y Daniel Rubio, presenta formas angulares, distribución regular de huecos y acusada simetría, cuerpos salientes laterales, y bandas paralelas horizontales.
El interior del edificio articula sus distintas piezas con obsesiva simetría espacial y en gran medida conserva lo fundamental de su primitiva decoración (Diputación Provincial de Málaga).
Casa de los Serrailler
Un ejemplo de la perdurabilidad de la tradición de casas solariegas lo encontramos en la casa Serrailler, en la calle de La Laguna, ejemplo de historicismo regionalista, diseñada en 1928 por el arquitecto Aníbal González, quien incorpora elementos sevillanos (Rosario Camacho Martínez [dirección], Aurora Arjones Fernández, Eduardo Asenjo Rubio, Francisco J. García Gómez, Juan Mª Montijano García, Sergio Ramírez González, Francisco José Rodríguez Marín, Belén Ruiz Garrido, Juan Antonio Sánchez López, y María Sánchez Luque. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo II. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
Un ejemplo de la perdurabilidad de la tradición de casas solariegas lo encontramos en la casa Serrailler, en la calle de La Laguna, ejemplo de historicismo regionalista, diseñada en 1928 por el arquitecto Aníbal González, quien incorpora elementos sevillanos (Rosario Camacho Martínez [dirección], Aurora Arjones Fernández, Eduardo Asenjo Rubio, Francisco J. García Gómez, Juan Mª Montijano García, Sergio Ramírez González, Francisco José Rodríguez Marín, Belén Ruiz Garrido, Juan Antonio Sánchez López, y María Sánchez Luque. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo II. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
Se concibe el edifcio -en 1.928- dentro del concepto tradicional de casa solariega, en la línea de las "casas principales" de los siglos anteriores, tan del gusto de la gran burguesía agraria andaluza del siglo XIX e incluso del XX.
Hacia el exterior se desarrolla una gran fachada de ladrillo en limpio, organizada en cinco ejes verticales y tres plantas en disminución de altura hacia arriba. El eje central lo ocupa la portada, inspirada clarísimamente en modelos muy conocidos de la arquitectura sevillana del setecientos. Como única referencia local -aunque relativa- debe consignarse el escudo de la orden de Jerusalén -indicativo de pertenecer la familia a la Cofradía de "Arriba"- que corona la portada, tan frecuente en las mansiones antequeranas del siglo XVIII. Los herrajes presentan un efecto abrumador en su abigarrado caracoleo.
Desde el punto de vita estético -y dentro de la producción anibalista- esta fachada tiene el interés de mostrar la faceta neo-barroca del arquitecto, que en la mayoría de las ocasiones fue más neo-renacentista. Se trata por tanto, de un claro ejemplo de hacia donde iban las preferencias "historicistas" de Aníbal González en los años finales de su vida.
Del interior del edificio destaca el patio, quintaesencia del sevillanismo inventado por el maestro; columnas corintias de mármol blanco -de un módulo muy característico-, molduración de ladrillo, azulejería trianera, etc.
Casi toda la primera mitad del siglo XX supone dentro de la arquitectura sevillana una constante búsqueda de la propia entidad perdida. Con escasas e incomprendidas excepciones, vemos como todos los arquitectos optan por uno o varios estilos "históricos", creyendo descubrir el auténtico sevillano. Dentro de este movimiento -que se ha dado en llamar "Arquitectura del Regionalismo"- no cabe la menor duda de que la gran figura que alcanza mayor renombre es la de Aníbal González. Además fue éste al que se le adjudicaron los proyectos más ambiciosos del momento, la mayoría de los cuales nacen entorno a la I Exposición Iberoamericana. La casa Serrailler de Antequera, una de las últimas obras de Aníbal González, se inserta por tanto, dentro del foco sevillano y está, en cierta medida, ajena a la tradición arquitectónica antequerana (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Casi toda la primera mitad del siglo veinte supone dentro de la arquitectura sevillana una constante búsqueda de la propia entidad perdida. Dentro de este movimiento (que se ha dado en llamar "Arquitectura del Regionalismo"), no cabe la menor duda de que la gran figura y la que alcanza mayor renombre es la de Aníbal González.
La Casa Serrailler de Antequera (1929), que es una de las últimas obras de Aníbal González en estilo neo-barroco, se inserta por tanto dentro del foco sevillano. Hacia el exterior se desarrolla una gran fachada de ladrillo en limpio, organizada en cinco ejes verticales y tres plantas en disminución de altura hacia arriba. El eje central lo ocupa la portada. Del interior del edificio destaca el patio, quintaesencia del sevillanismo inventado por el maestro donde destacan sus columnas corintias de mármol blanco, la molduración de ladrillo y los azulejos del barrio sevillano de Triana (Diputación Provincial de Málaga).
Casa del Conde de Colchado La casa del Conde de Colchado, en la calle Cantareros, aunque con numerosas transforma ciones del siglo XX (Rosario Camacho Martínez [dirección], Aurora Arjones Fernández, Eduardo Asenjo Rubio, Francisco J. García Gómez, Juan Mª Montijano García, Sergio Ramírez González, Francisco José Rodríguez Marín, Belén Ruiz Garrido, Juan Antonio Sánchez López, y María Sánchez Luque. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo II. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
Fue construida en el último tercio del siglo XVIII aunque una profunda reforma efectuada en la década de los años veinte del XX, modificó bastante su aspecto exterior. Estructurada dentro del esquema de fachada armazón, presenta una portada de rojo Torcal ya casi neoclásica a pesar del frontón partido de su segundo cuerpo; magníficos son los dos escudos realizados en caliza blanca. Los cierros de hierro corresponden al siglo XIX (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Casa de estilo barroco-neoclásico de finales del siglo dieciocho, con fachada de armazón con escudos a los lados. El primer cuerpo es más barroco; el segundo responde a un concepto más neoclásico. Su patio, la caja de la escalera y la bóveda de yesería son elementos a destacar.
Ubicado en la esquina de las Calles Cantareros y Laguna, este edificio sufrió grandes transformaciones a comienzos del siglo veinte en su segundo cuerpo a base de elementos neoclásicos.
En su fachada son destacables los magníficos escudos barrocos labrados en caliza blanca que se sitúan a ambos lados del balcón principal del primer cuerpo; y en estilo neoclásico, el frontón partido y centrado por un escudo de la Cruz de Jerusalén, que corona el segundo.
Sólo se puede ver la fachada ya que es una casa privada.
Ya en su interior, es de admirar el bello patio de columnas toscanas de caliza roja sobre las que se apoyan arcos de medio punto en ladrillo y la caja de la escalera que se cubre con una bóveda de yeserías (Diputación Provincial de Málaga).
Casa de los Ramírez
La casa de los Ramírez, mansión señorial de tipo medio con bella portada (Rosario Camacho Martínez [dirección], Aurora Arjones Fernández, Eduardo Asenjo Rubio, Francisco J. García Gómez, Juan Mª Montijano García, Sergio Ramírez González, Francisco José Rodríguez Marín, Belén Ruiz Garrido, Juan Antonio Sánchez López, y María Sánchez Luque. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo II. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
La casa de los Ramírez, mansión señorial de tipo medio con bella portada (Rosario Camacho Martínez [dirección], Aurora Arjones Fernández, Eduardo Asenjo Rubio, Francisco J. García Gómez, Juan Mª Montijano García, Sergio Ramírez González, Francisco José Rodríguez Marín, Belén Ruiz Garrido, Juan Antonio Sánchez López, y María Sánchez Luque. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo II. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
En su conjunto, se trata de una mansión señorial de tipo medio en la que destaca, de manera muy especial, su interesantísima portada.
En ella, su primer cuerpo, labrado en caliza roja, responde a un extraño diseño, mostrando curiosas formas de abanico en la intersección de pilastras y arquitrabe. El segundo cuerpo es, sin embargo, lo que concede auténtico carácter al edificio.
Dobles pilastras toscanas cajeadas, en planos distintos de profundidad, sostienen un amplio entablamento y frontón partido. La decoración general añadida consiste en aplicaciones de barro cocido muy del gusto local (Ayuntamiento de Antequera).
Casa del Conde de Pinofiel A lo largo del siglo XVIII, y sobre todo en su último tercio, la actividad constructora continuó con la casa del Conde de Pinofiel, en la calle La Tercia, hoy establecimiento hotelero, obra documentada del alarife Juan de Navarrete en 1762; la fachada, dentro del modelo antequerano de «armazón», es de ladrillo, a excepción de la portada de caliza blanca del Torcal, que forma parte, junto al patio columnado y la escalera con cúpula cuajada de yeserías, de un típico conjunto noble (Rosario Camacho Martínez [dirección], Aurora Arjones Fernández, Eduardo Asenjo Rubio, Francisco J. García Gómez, Juan Mª Montijano García, Sergio Ramírez González, Francisco José Rodríguez Marín, Belén Ruiz Garrido, Juan Antonio Sánchez López, y María Sánchez Luque. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo II. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
Este inmueble, aún cuando reúne todas las piezas propias de una gran casa solariega -fachada moldurada, patio columnado, y escalera con cúpula-, se concibe en una escala menor. Su exterior organizado tectónicamente según el modelo antequerano de "fachada armazón", es totalmente de ladrillo con excepción de la portada. Esta, labrada en sus dos cuerpos en caliza blanca de "El Torcal de Antequera", presenta en el primer cuerpo pilastras muy originales, coronadas de capiteles toscanos ovados y decorados en sus fustes por una especie de dobles casetones mixtilíneos. Junto al balcón principal presenta sendos magníficos escudos nobiliarios en caliza blanca.
El patio columnado, con solo tres galerías, es de gran sencillez y apoya sobre columnas toscanas. La caja de la escalera es muy interesante y se decora con yeserías de finales del siglo XVIII.
Se construyó este edificio -se reza en una cartela esgrafiada de su fachada- en el año 1762 por el maestro alarife Juan de Navarrete (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Este edificio es uno de los mejores conservados de Antequera. Obra del barroco civil antequerano que fue mandada construir por el primer Conde de Pinofiel, ministro de Carlos Tercero de quién recibe el título por los servicios prestados a la Corona.
Es una de las pocas construcciones domésticas de la época de la que conocemos fecha y autor. Ambos datos rezan en la fachada: "Juan de Navarrete me fecit. Año de 1762".
El edificio, muy bien conservado, está concebido como una mansión en escala menor.
En el exterior, responde al tipo antequerano de "fachada armazón" totalmente de ladrillo visto, excepto en la portada. Ésta, labrada en sus dos cuerpos en caliza blanca del Torcal, presenta en el primero unas pilastras muy originales coronadas con capiteles toscanos ovalados; en el segundo cuerpo, destacan dos espléndidos escudos enmarcados, según tradición mudéjar, en un recuadro quebrado de ladrillo.
Del interior del edificio destacamos el patio con tres galerías de columnas toscanas de caliza roja y, la caja de la escalera, ricamente decorada con yeserías barrocas (Diputación Provincial de Málaga).
Convento de los Remedios - Ayuntamiento
Caso singular de adaptación de un edificio religioso es el Palacio Municipal, que fue convento de Terceros Franciscanos hasta la desamortización. Desvinculado de la anexa iglesia de los Remedios, se convirtió en sede del Ayuntamiento en 1845, siendo acondicionado para el ejercicio de su nueva función. La impronta neobarroca de la fachada, inspirada en elementos de edificios locales, es obra del arquitecto Antonio Galán Lechuga, de 1953. El inmueble que hoy contemplamos es el resultado de una rehabilitación llevada a cabo entre 2002 y 2005 que ha supuesto, además, la duplicación del espacio con la construcción de una nueva ala. Dos de los elementos más importantes del primitivo convento se integran como hitos monumentales: el patio claustral, levantado en el último tercio del siglo XVII, y la caja de la escalera principal, una de las más suntuosas de Antequera (Rosario Camacho Martínez [dirección], Aurora Arjones Fernández, Eduardo Asenjo Rubio, Francisco J. García Gómez, Juan Mª Montijano García, Sergio Ramírez González, Francisco José Rodríguez Marín, Belén Ruiz Garrido, Juan Antonio Sánchez López, y María Sánchez Luque. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo II. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
Caso singular de adaptación de un edificio religioso es el Palacio Municipal, que fue convento de Terceros Franciscanos hasta la desamortización. Desvinculado de la anexa iglesia de los Remedios, se convirtió en sede del Ayuntamiento en 1845, siendo acondicionado para el ejercicio de su nueva función. La impronta neobarroca de la fachada, inspirada en elementos de edificios locales, es obra del arquitecto Antonio Galán Lechuga, de 1953. El inmueble que hoy contemplamos es el resultado de una rehabilitación llevada a cabo entre 2002 y 2005 que ha supuesto, además, la duplicación del espacio con la construcción de una nueva ala. Dos de los elementos más importantes del primitivo convento se integran como hitos monumentales: el patio claustral, levantado en el último tercio del siglo XVII, y la caja de la escalera principal, una de las más suntuosas de Antequera (Rosario Camacho Martínez [dirección], Aurora Arjones Fernández, Eduardo Asenjo Rubio, Francisco J. García Gómez, Juan Mª Montijano García, Sergio Ramírez González, Francisco José Rodríguez Marín, Belén Ruiz Garrido, Juan Antonio Sánchez López, y María Sánchez Luque. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo II. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
Este palacio, hoy Ayuntamiento de Antequera, fue concebido como convento de los Terceros Franciscanos junto a la lindante Iglesia de Los Remedios.
Se sabe que el edificio estaba en construcción en 1679 pero, su actual aspecto, se lo debe a la remodelación dirigida por el arquitecto Antonio Galán al que el Ayuntamiento, propietario desde 1845 del inmueble, contrató a mediados del siglo veinte.
La fachada presenta elementos característicos del siglo dieciocho copiados de otros edificios de la ciudad. Se ordena en nueve ejes articulados en dos plantas y ático. En el extremo de la izquierda se levanta una gran torre-mirador.
En su interior, al que se accede a través de un amplio zaguán con cancela de hierro, encontramos el patio claustral, un cuadrado de veinticinco metros de lado, fábrica de ladrillo y veintiocho columnas toscanas de caliza roja del Torcal. El cuerpo alto abre al exterior siete balcones en cada frente.
La caja de escalera, de este palacio, es la más monumental entre las barrocas de Antequera. Tiene planta rectangular y presenta tres tramos y dos descansos. El pasamanos, el zócalo y los grandes escalones de una sola pieza hechos en jaspes pulimentados de distintos colores, resultan verdaderamente palaciales. La escalera se cubre con bóveda de media naranja sobre pechinas con yeserías fechadas en 1720.
Existen otras dependencias destacables en el interior de este Ayuntamiento como el Salón de Sesiones, concebido como museo pictórico de ilustres antequeranos y en el que destacan las pinturas al temple de techos y paredes; o la Sala de los Reyes, en la que encontramos una colección de retratos reales.
Pero, sin género de dudas, la mejor obra artística del patrimonio pictórico municipal es el retrato de Romero Robledo situado en el despacho del alcalde, firmado por el valenciano Ignacio Pinazo Camarlench en 1904 (Diputación Provincial de Málaga).
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