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jueves, 11 de enero de 2024

Los principales monumentos (Iglesia de Ntra. Sra. de la Encarnación; Iglesia de San Sebastián; Ermita de Ntra. Sra. del Carmen; Capilla de San Benito; Castillo; Casa Consistorial; y Casas-Cueva) de la localidad de Setenil de las Bodegas, en la provincia de Cádiz

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Cádiz, déjame ExplicArte los principales monumentos (Iglesia de Ntra. Sra. de la Encarnación; Iglesia de San Sebastián; Ermita de Ntra. Sra. del Carmen; Capilla de San Benito; Castillo; Casa Consistorial; y Casas-Cueva) de la localidad de Setenil de las Bodegas, en la provincia de Cádiz.
         El impresionante abrigo rocoso en el que se ubica el pueblo favoreció el asentamiento de los primeros pobladores, constituyendo el primer núcleo de población la colonia romana de Lacippo. Luego los musulmanes aprovecharon las condiciones naturales del lugar para establecer otro asentamiento, que resistió al embate de las tropas cristianas hasta el final de la Reconquista.
     Siendo finalmente conquistada por las huestes de Fernando el Católico en septiembre del año 1484, ocho años antes de la caída final del reino nazarí. Del castillo medieval, construido entre los siglos XII  y XIII sólo permanece en pie la torre del homenaje, además del aljibe.
     La belleza del entorno compite con la propia de la ciudad, que se desparrama por las anfractuosidades del terreno. La orografía impone unas condiciones edificatorias que han permitido la conservación de la estructura medieval de la ciudad.
     La trama urbana se adapta a los desniveles del terreno, por lo que algunas de las calles están trazadas bajo las rocas, con las casas excavadas en su interior (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).   
     El Centro Histórico de Setenil se encuentra en la cumbre y laderas de unas profundas hoces que describen dos pronunciadas curvas, formando sobre el plano dos cerrados tornapuntas, socavados por el Río Guadalporcún. La más alta tiene una altitud de 640 metros y la de la Plaza de Andalucía es de 562,0 m.
     El principal atractivo de este municipio lo constituye el mismo pueblo, debido a la belleza y originalidad de su entramado urbano. A través de una elevada pendiente, el caserío baja desde el castillo adaptándose al curso del río, lo que le confiere una singular disposición con diferentes niveles de altura. En la parte baja los vecinos han aprovechado el tajo creado en la roca por el río para construir sus casas. Se trata de un excepcional ejemplo de un tipo de vivienda denominado "abrigo bajo rocas" que, a diferencia de otras construcciones semi-troglodíticas desarrolladas en Andalucía, no excava la roca, sino que se limita a cerrar la pared rocosa y desarrolla la vivienda de forma longitudinal. 
     Su trazado urbano es de claro origen musulmán. Se desarrolla dentro y en torno a los tajos de los ríos Guadalporcún y Trejo, siguiendo las líneas directrices de ambos cauces fluviales. Desde la Plaza Mayor, zona mas llana y alta, descienden las diversas vías hasta llegar a los cauces, a lo largo de los cuales se desarrollan, sinuosas, las calles horizontales a las que abren las fachadas de las casas, cuyo interior se adentra bajo la masa de roca. Las calles se acomodan a las curvas de nivel, superponiéndose unas sobre otras, llegando a alcanzar en algunos sectores hasta cuatro niveles distintos. Tanto el río Guadalporcún, como algunas calles y travesías, forman parte del viario estructurante de Setenil. Calles siguiendo las curvas de nivel, estrechas y tortuosas. Calles transversales de fuertes pendientes.
     Las manzanas alcanzan mayor regularidad en los planos superiores de los bloques de la roca. Manzanas de tipo anular (alrededor de la fortaleza) La parcelación es compleja, con superposición de hasta 4 planos diferentes de edificación, de difícil representación en plano, cerradas, en barrera (en línea a una sola fachada) y cuevas. Manzanas alargadas. Se pueden distinguir 4 grandes áreas urbanas: Núcleo Primitivo, Casco, Arrabal o Cumbrera y Ensanche.
     En la zona más alta posee casas cuevas que se adaptan a los grandes desniveles de las faldas de la sierra. En la zona más llana la tipología de vivienda responde a la de la región. La altura del caserío oscila entre una a tres plantas, con fachadas encaladas a las que se abren huecos muy simples y ocasionalmente enrejados. Las cubiertas, cuando no es la propia roca, es la tradicional inclinada de teja (Guía Digital del Patrimonio Digital de Andalucía).          
     Setenil de las Bodegas, con un bellísimo casco urbano que presenta muchas de sus casas cobijadas bajo la roca. Cuenta igualmente con un espléndido entorno que hace las delicias del visitante.
     Del castillo medieval, situado en lo más alto del pueblo, sólo queda la torre del homenaje y un aljibe. Gran interés reviste la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Encar­nación, en la calle Villa. Data del siglo XV y es de estilo gótico tardío, aunque por falta de financiación se acabó de mala manera, incluida la fachada con la que en el siglo XX se cubrió el nunca concluido hastial. El interior muestra bóveda nervada en el presbiterio y de terceletes en el crucero. En el retablo mayor se conservan nueve tablas originales del si­glo XV con pinturas que representan escenas de la vida de Cristo y el misterio de la Encarnación (Rafael Arjona, y Lola Wals. Guía Total, Cádiz, Costa de la Luz. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2008).  

Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación
     Fue construida sobre la mezquita mayor de la localidad con el patrocinio de los Reyes Católicos. Las obras comenzaron cuando el siglo XV llegaba a su término aunque se prolongaron hasta 1614, con algunas interrupciones. Era un proyecto muy ambicioso que la falta de financiación impidió terminar, pues se construyeron la cabecera y el crucero en el estilo del gótico final, pero los dos tramos que restan a la nave presentan mate­riales y formas que restan unidad al conjunto. Se ha justificado este hecho por corresponder esta parte a una edificación provisional para cerrar la iglesia que no llegó a mejorarse nunca, pero su fábrica de ladrillo frente a los silla­res del resto y la existen­cia de arcos de herradura recortados sobre la línea de impostas, hace pensar en una pervivencia de la mezquita precedente.
     Incluso la fachada no es más que una máscara incalificable, levantada en los años sesenta del siglo XX, que cubre un hastial inacabado. La nave es única y de marcado crucero, sosteniendo los pilares de sección circular las bóvedas de nervaduras estrelladas y de terceletes. Los dos tramos de los pies citados se estructuran con arcos diafragmas ligeramente apuntados, que pudieron ser originariamente de herradura, apoyados sobre pilares de sección cuadrada achaflanados que recogen el peso de la cubierta a través de un sistema de viguería dispuesta longitudinalmente. El muro lució en el pasado un revestimiento pictórico con fragmentos visibles en la pared izquierda de personajes inidentificables con túnicas. Los paramentos góticos están decorados con pinturas modernas y los huecos de luces cegados con vitrales fingidos de pintura, también muy recientes.
     Entre los maestros que intervinieron en la nue­va construcción sólo se conoce al maestro mayor del Arzobispado de Sevilla, Pedro Díaz de Palacios, responsable de las obras en los primeros años del siglo XVII.
     El altar mayor está presidido por un fragmento del retablo antiguo, realizado a fines del siglo XV o principios del siguiente y compuesto por nueve tablas pintadas con pasajes de la vida de Cristo, los santos patronos y el misterio de la Encarnación. En el piso superior se recrea la Pasión en tres registros, con Jesús ante Caifás, Cristo atado a la columna y el Ecce Homo, el segundo de un tamaño superior que resalta su importancia. Siguen en el plano inferior los episodios de la Infancia, Epifanía, Encarnación y Nacimiento, en un desorden premeditado para ubicar en el centro del retablo el tema al que está consagrada la iglesia. Finalmente, la secuencia última muestra las advocaciones particulares del donante o de la iglesia: San Jorge, los santos Pedro y Pablo y las santas Bárbara y Catalina. Se encuentra restaurado aunque con muchas lagunas en la capa pictórica, pérdidas especialmente notables en las tablas de la calle derecha.
     Ante el altar mayor hay una talla de Cristo Resucitado, que proce­de de la ermita de San Sebastián, burdamente policromada y que podría ser de mediados del siglo XVI. Y todavía dentro de la capilla destaca la cruz parroquial, obra de la segunda mitad del siglo XVII, con decoración de reminiscencias manieristas en la macolla. Muchas de las obras que contenía el tem­plo desaparecieron en 1936, a pesar de lo cual se conservan algunas piezas artísticas interesantes. En la primera capilla del muro de la derecha se encuentran las imágenes titulares de la cofradía fundada en el XVI, «de los Blancos», el Cristo de la Vera Cruz, obra sevillana comienzos del último tercio del siglo XVII, probablemente de un seguidor de Ruiz Gijón. Es de elegante factura, con una anatomía esfumada, de delicadas curvas y detalles poco pronunciados. El sudario está recogido en un moño lateral que recuerda al del Cachorro, además de utilizar la cuerda como sujección.
     El  tratamiento de los pliegues es afacetado, acorde con la estética roldanesca. La Virgen es una talla de candelero moderna. En el mismo tramo, pero en el muro de la izquierda y sobre una repisa, se encuen­tra una escultura dieciochesca de San Sebastián que procede de la ermi­ta de esta advocación.
     La capilla del Sagrario conserva el artesonado de madera y en ella destaca la cruz de altar barroca. Guarda la Sacristía algunos tejidos y bordados de gran valor, especialmente la singular casulla de seda y oro donada por los Reyes Católicos poco después de la fundación del edificio y que se expone en una vitrina.
     En la colección de plata hay piezas excepcionales, como el copón renacentista de pie circular, nudo de jarra con costillas y caja hexagonal, con un repertorio decorativo compuesto de elementos platerescos y manieristas.
     Una sacra de plata renacentista con un águila como soporte y la caña del marco bellamente decorada con motivos de «ces» y cueros enrollados manieristas, salpicados por los huecos que han dejado los esmaltes arrancados.
     El sagrario de carey antiguo presenta estructura arquitectónica clasicista de soportes toscanos y cúpula; los Hermanos Delgado recompusieron en su taller de Sevilla la obra, muy dañada en el año 1936, y labraron la puerta de plata en la que se representa el tema de la Encarnación.
     Una custodia de pie, de estilo neoclásico y realizada en plata, con base circular y astil de rico molduraje decorado con palmas y guirnal­das, que lleva la marca de CARAZONI. Y, por último, un acetre barroco con decoración de acantos y «ces» (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005). 
     La iglesia tiene una sola nave con marcado crucero, sosteniendo los pilares de sección circular las bóvedas de nervaduras estrelladas y de terceletes. Los dos tramos de los pies citados se estructuran con arcos ligeramente apuntados, que pudieron ser originariamente de herradura, apoyados sobre pilares de sección cuadrada achaflanados que recogen el peso de la cubierta a través de un sistema de viguería dispuesta longitudinalmente. 
     El muro lució en el pasado un revestimiento pictórico con fragmentos visibles en la pared izquierda de personajes inidentificables con túnicas.
     Los paramentos góticos están decorados con pinturas modernas y huecos de luces cegados con vitrales fingidos de pintura, también muy recientes.
Entre los maestros que intervinieron en la construcción sólo se conoce al maestro mayor del arzobispado de Sevilla, Pedro Díaz de Palacios, responsable de las obras en los primeros años del siglo XVII.
     Respecto a su iconografía cabe decir que representa escenas de la infancia de Cristo y en la calle central el misterio de la Encarnación, advocación bajo la que se encuentra la iglesia. 
     Enclavada en la Ciudadela de la Villa, la Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, en la localidad de Setenil de las Bodegas fue construida sobre la mezquita mayor de la localidad con el patrocinio de los Reyes Católicos. 
     Las obras comenzaron a finales del siglo XV, aunque se prolongaron hasta 1614 con algunas interrupciones. Era un proyecto muy ambicioso que la falta de financiación impidió terminar, pues construyeron la cabecera y el crucero de estilo gótico final, pero los dos tramos que restan a la nave presentan materiales y formas que restan unidad al conjunto. 
     Se ha justificado esta hecho por corresponder esta parte a una edificación provisional para cerrar la iglesia que no llegó a mejorarse nunca, pero su fábrica de ladrillo frente a los sillares del resto y la existencia de arcos de herradura recortados sobre la línea de impostas, hace pensar en una pervivencia de la mezquita precedente. Incluso la fachada no es más que una máscara levantada en los años 60 del siglo XX, que cubre un hastial inacabado.
     Iglesia titular de la villa, es el templo desde el que procesiona la Hermandad de Santa Vera Cruz (Los Blancos) de la popular Semana Santa setenileña (Guía Digital del Patrimonio Digital de Andalucía).

Iglesia de San Sebastián
     En la localidad existen otras tres iglesias, la más antigua es la de San Sebastián, primer edifi­cio construido tras la toma de la ciudad, a principios del siglo XVI. Se encuentra en las afueras del pueblo y en la zona alta, junto al cementerio, donde tradicionalmente se considera que estuvo el campamento cristiano durante el último asedio. Sus dimensiones son reducidas, planta rec­tangular y una rústica estética mudéjar.
     La portada y la espadaña se ubican en el centro del muro lateral (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005). 
     Situada a las afueras del pueblo, en la parte más alta de la ladera, constituye la primera edificación cristiana de la localidad tras la conquista a finales del siglo XV. Sus dimensiones son reducidas y planta rectangular mantiene las características constructivas del tardo-gótico español. 
     La portada y la espadaña se ubican en el centro del muro lateral.
     Cuenta una leyenda popular que la advocación bajo la cual se coloca la ermita se debe a que durante el asedio la Reina Isabel dio a luz un hijo prematuro que falleció a las pocas horas de nacer y al que bautizó como Sebastián. No abre al público y sólo abre sus puertas en Semana Santa, para la bajada del Cristo, en la madrugada del Viernes Santo (Noche del Jueves al Viernes) (Guía Digital del Patrimonio Digital de Andalucía).

Ermita de Nuestra Señora del Carmen
     La ermita de Nuestra Señora del Carmen es un edificio situado también fuera de la Villa, en el barrio del Cerrillo. Se construyó en el siglo XVIII sobre un edificio fechado en el siglo XIII. Es de una sola nave, planta rectangular cubierta con bóveda de aristas en su primer tramo y una cúpula en el crucero. La imagen titular, de rasgos goticistas, ha sido restaurada recientemente por el imaginero sevillano Juan Manuel Miñarro. En el muro de la izquierda se conservan, dentro de una urna, los restos de un Crucificado renacentista (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005). 
     La Iglesia se compone de tres cuerpos: un primer cuerpo de estructura cuadrada con cuatro pilares adosados sobre los que radica una bóveda de aljibe. En este espacio se localizan los bancos de la Iglesia y un pequeño cristo crucificado que no tiene nombre. El segundo, también cuadrangular, esta vez con una cúpula sobre pechinas alberga en su base algunos bancos, el altar en el centro, la sacristía a la izquierda (puerta de acceso) y la puerta por la que se accede al camarín. El tercer cuerpo de dimensiones más pequeñas, está constituido por una sala de forma pentagonal que es la que cubre el camarín de la virgen. 
     En cuanto a las cubiertas, la de los dos primeros cuerpos es a dos aguas y la última a cinco aguas. 
     Los muros son de mampostería (piedra, cal y arena); el altar en madera y el suelo de mármol. Los elementos sustentantes son los muros de mampostería, de un grosor aproximado de 45-50 metros; una serie de pilares adosados a los muros sobre los que se sostiene la techumbre y cubierta, y de los que salen unos arcos. 
     Las cubiertas son de teja, el armazón de las techumbres es de viguetas y el suelo es de mármol. En cuanto a los vanos, nos encontramos la entrada principal, tres ventanas en el lateral derecho y una trasera que da al camarín de la Virgen. Las paredes están encaladas al igual que los techos. El altar es pequeño, de madera pintado en blanco y tiene delante la mesa donde se ofician las misas, ambos están sobre una plataforma rectangular. 
     Del exterior cabe destacar la portada principal, entre pilastras de orden toscano bajo frontón triangular partido, y la espadaña que la corona. 
     La Iglesia es muy simple y sencilla, dejando claro que es un lugar exclusivamente dedicado a la virgen, ya que ella destaca por su situación, ofrendas forales y las continuas visitas que tiene lugar cuando está abierta. 
     Este centro de religiosidad une de manera simbólica al conjunto de la población por encima de la rivalidad que genera la constitución de éste a nivel religioso en mitades simbólico-ceremoniales de las hermandades de los blancos y negros.
     La Ermita de Nuestra Señora del Carmen se encuentra situada fuera del recinto de la villa, constituye otro de los edificios más significativos de Setenil dada su prominente situación sobre la peña del barrio del Cerrillo.
     Su construcción data del siglo XVIII con planta de una sola nave con pequeño crucero cubierto con una bóveda semiesférica a modo de cúpula sin tambor. La decoración interior es muy sencilla así como los elementos muebles, diversas tallas escultóricas y el retablo-altar que alberga la imagen de Nuestra Señora del Carmen, patrona de la villa (Guía Digital del Patrimonio Digital de Andalucía).

Capilla de San Benito
     La capilla de San Benito es obra de los siglos XIX y XX, aunque posiblemente tuviera como base un edificio medieval. Su planta es basilical con la capilla mayor abierta en uno de los lados más largos y las tres naves trasversales. En el camarín se encuentra la imagen de Nuestro Padre Jesús, titular de una cofradía fundada en el siglo XVIII (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005). 
     Confundida en el irregular trazado y caserío que compone el centro urbano, se encuentra la Ermita de San Benito. Una reciente restauración, o reconstrucción, ha alterado su primitivo aspecto ofreciendo hoy una ordenada y repintada fachada sobre la que se eleva un cuerpo de inspiración clásica, a manera de espadaña, donde se incorpora la campana. 
     Lo simétrico de la composición y los elementos que conforman el cuerpo de campanas, pilastras y frontón triangular pone en contacto su fábrica con el estilo neoclásico.
     La estructura de la ermita es muy simple: consta de una planta cuadrada con ocho pilares que sostienen la techumbre y cubiertas. Se accede a través de la puerta principal, una vez dentro en la misma pared donde está la puerta existe un cristo crucificado con dos farolillos; a la izquierda están las imágenes más antiguas en sendos altares; en el centro una serie de bancos que mira al altar mayor donde se encuentra la imagen del Nazareno (cristo de los negros); y a la derecha tres pequeñas hornacinas con sus respectivas imágenes. 
     A la izquierda del altar mayor está la sacristía, por la que se accede al camarín donde el cristo está situado. Las cubiertas son a dos aguas. Los muros de mampostería (piedra, cal y arena), estando encalado todo el interior, en los suelos el mármol destaca y los techos son de viguetas cubiertos al interior por un falso techo de escayola. Los muros son de un grosor aproximado de 45-50 cm; dentro de la ermita existen un total de cuatro pilares exentos que sustentan la estructura y dos adosados a los muros de carga. 
     La cubierta es de teja y el armazón de la techumbre es de viguetas, estando oculto por un falso techo de escayola. Suelos de mármol. Consta de pocos vanos: una pequeña ventana en el lateral izquierdo además de la puerta de acceso que es de doble hoja. Ésta sólo se abre para salir los pasos en Semana Santa, y tiene en cada portón una puerta más pequeña por la que acceden las visitas normalmente. Las paredes están encaladas.
     En el lateral izquierdo se localizan dos altares, mientras que el lateral derecho se ubican tres hornacinas. El altar mayor está en el fondo de la nave. El interés de este edificio radica tanto en su interés artístico, como por se la sede de una de las Hermandades del sistema de mitades que se localiza en el pueblo, y por tanto es sede de un fuerte sentimiento de adscripción social de un grupo con finalidad explícita religiosa (Guía Digital del Patrimonio Digital de Andalucía).

Castillo
     La defensa de Setenil se confía a su topografía, por ello se deduce que siempre debieron ser de escasa entidad y de los que apenas quedan vestigios, salvo una torre cuadrada (10,7 x 11,5 metros) de argamasa y mampuesto con sillería a escuadra en las esquinas y tres plantas perceptibles. 
     La primera cámara cubierta por bóveda de cañón, actualmente con salida exterior por un pasaje, aunque quizás el antiguo fuese cenital. La segunda planta tiene acceso junto al aljibe, es de planta cuadrada y cubierta con bóveda vaída, sobre cuatro trompas de plementería de un pie de ladrillo a soga y tizón, cada uno con su arco de descarga en medio punto. Se ilumina por medio de una saetera con derrame interno frente a la puerta de acceso, presentando una solería moderna sobreelevada. 
     En el costado derecho de la entrada nace la escalera de acceso a la tercera planta muy destruida, de disposición semejante, con la variedad de más huecos. La clave y la bóveda están desaparecidas en su mayoría y sus muros muy destruidos, presentando tres atanores para captación del agua pluvial, y su posterior conducción al aljibe. 
     Este aljibe es subterráneo, parcialmente excavado en la roca y de planta cuadrada, cubierto por dos medios cañones escarzanos y paralelos, separados por tres pilares en línea, unidos entre sí por arcos de medio punto con rosca de ladrillo de uno y medio pie. Su altura debió ser de tres metros.
     En la parte más elevada del pueblo se levanta el castillo, fortaleza tomada a los árabes el 21 de Septiembre de 1484 y de la que se conserva la torre del homenaje, único ejemplo vivo y de mayor prominencia del antiguo alcázar, junto con el aljibe que se encuentra a sus pies -de planta rectangular y cubierto con dos medios cañones separados por pilares en línea con arcos de medio punto. 
     Una intervención arqueológica efectuada en 2004, desveló en su subsuelo un rebaje en la roca completamente limpio que puede vincularse a ámbitos del bronce final e incluso de época romana. 
     Los materiales se centraron en monedas de época moderna y contemporánea, Los dos únicos elementos diferenciales lo constituyeron un trozo de cerámica nazarí y un fragmento de columna romana en mármol blanco-gris. 
     Se realizó además un sondeo para conocer el sistema de construcción de la cúpula. Aquí se obtuvo información de las cerchas, andamiaje, sistemas constructivos y técnicas para la elaboración de la cúpula. El resto de cultura material se centra en materiales modernos y en un conjunto de monedas del siglo XVII, XVIII y XIX.
     La fortaleza al menos contaba con dos torres defensivas. Todo el recinto de la peña estaba cercado con una muralla de paños de mampostería ruda e irregular y con sillería regular en los puntos más conflictivos de su perímetro (Guía Digital del Patrimonio Digital de Andalucía).

Casa Consistorial
     La Casa Consistorial es un edificio construido a mediados del siglo XVI, sede actual de la oficina de turismo, que cubre su planta cuadrada con una elevada armadura mudéjar de par y nudillo, en cuya inscripción se recuerda la conquista de la ciudad por los Reyes Católicos (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005). 

Casas-Cueva
     Constituye el ejemplo más característico de las viviendas populares inscritas en el Conjunto Histórico artístico, y con notas peculiares que diferencias estas viviendas de las existentes en otros municipios. Son cuevas naturales aprovechadas como viviendas, que han llegado a ser denominadas como viviendas semitroglodíticas, por los espacios físicos donde se ubican, donde al parecer pudo existir un importante refugio natural de los pobladores prehistóricos. Están construidas por una fachada que cierra la embocadura bajo la roca del cañón, siendo la propia roca la cubierta de gran parte de estas construcciones.
     Hasta hace pocos años han sido viviendas de familias de clase social humilde. en la actualidad albergan mesones típicos , o bien se han convertido en garajes y almacenes.
     Hoy se está intentando recuperar alguno de estos espacios como viviendas o comercios típicos que devuelvan su imagen de viviendas y cuiden su aspecto cara al potencial turismo, a la vez que se consigue evitar el deterioro de esos espacios.
     En otros lugares como la Jabonería y Herrerías estas casas nunca han perdido su función como viviendas (Ayuntamiento de Setenil de las Bodegas).

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