En época romana se tienen datos de la existencia de Castra Gemina, lugar de descanso de las legiones. Y desde el siglo VIII está constatada la presencia de los musulmanes, denominándose el lugar Torre del Sabio (Al-Haquim), de hecho en la documentación de finales del siglo XV aún se la nombra como Torre del Alfaquín. Todavía se conserva parte de la fortaleza, construida en el punto más elevado de la colina entre los siglos XIII y XIV, y que pasó en la centuria siguiente a formar parte del mayorazgo de los Ribera, adelantados mayores de Andalucía. Del castillo se conserva el perímetro murado, en la actualidad enrasado con el suelo de la cima, así como algún cubo saliente. La puerta en recodo, conocida como Arco de la Villa, se cubre con varios tramos de bóvedas de aristas y, como indica su nombre, daba acceso al caserío intramuros cuando la población era aún muy reducida, antes de que las viviendas, ya en tiempos de paz, se fueran construyendo a lo largo de la pronunciadísima ladera (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Pertenece a la comarca de la Sierra de Cádiz al noreste de la provincia, donde forma parte de la famosa Ruta de los Pueblos Blancos. Limita con los municipios de Olvera, Alcalá del Valle, y Setenil de las Bodegas. Situado en una elevada loma que rodea el Río Guadalporcún, en cuya cima se enclavan las ruinas del antiguo Castillo, desparramándose el caserío alrededor del mismo sobre las laderas de la colina árabe. La altitud máxima del núcleo (Castillo) es de 495 metros.
El núcleo presenta un borde muy nítido limitado por las fuertes pendientes, que le han obligado a desarrollarse en una superficie reducida, iniciando un descenso en aquel punto que ésta es más suave, el extremo sureste, en donde se ha producido un crecimiento desordenado a ambos lados de la carretera de acceso.
Su estructura urbana refleja la configuración característica de un asentamiento defensivo de tipo árabe, en forma concéntrica alrededor del castillo, adaptado suavemente a la topografía siguiendo las curvas de nivel, que es la que condiciona el trazado de las calles; calles estrechas, irregulares y tortuosas.
La única vía de acceso rodado con que cuenta Torre-Alháquime, parte de una vía pronunciada curva en el kilómetro 9 de la carretera CA-P-4222 de Olvera a Setenil. Esta vía, peligrosa y empinada en su comienzo se bifurca rápidamente en dos, que confluyen más tarde en la Alameda. Esta vía de acceso de gran anchura estructura el borde Norte de la población quedando inacabada hacia el noroeste para enlazar con la red de anillos pertenecientes al Conjunto Histórico, así como vías perimetrales de reparto, con fondos de saco circulatorios, carentes de pavimentación y escasa anchura. La importancia primordial de esta vía, reside además de su carácter de acceso en ser el apoyo de las nuevas viviendas del borde Norte, que presentan fachada a ella, y que al ser una vía de más de 9 metros de anchura ha permitido alturas de tres y hasta cuatro plantas conformando un borde urbano que produce un impacto ambiental negativo.
La red viaria se caracteriza por la complejidad de su trazado, sobre todo en las vías transversales, que unen la red viaria principal, estructurada en anillos en forma concéntrica entre sí, mediante complicados quiebros y escaleras que hacen posible salvar las acusadas pendientes. Tiene un trazado orgánico, casi laberíntico, que condiciona las tipologías de las viviendas. Es característica fundamental del viario de Torre-Alháquime la inexistencia de acerado dada la estrechez del mismo.
El conjunto histórico presenta gran variedad de parcelación, predominando las pequeñas superficies, ocupación total de la parcela en todos los casos y gran densidad edificatoria.
Se presentan dos tipos de manzanas; manzanas lineales, que se caracterizan por seguir la cota de la curva de nivel correspondiente sin cortes transversales lo que genera manzanas de gran longitud. La superficie media de parcela es pequeña, lo que unido a su casi total edificación nos da una densidad muy alta.
Manzanas compactas; se caracterizan por la parcelación irregular y compacta formando figuras irregulares por adición y encajado de piezas bien diferenciadas en forma y tamaño. Son manzanas pequeñas que engloban un número de parcelas minúsculas en su mayoría y que se retranquean o pliegan según la solución constructiva adoptada por cada vivienda para salvar el fuerte desnivel. Se pueden distinguir 4 zonas Homogéneas: Casco Histórico, Ensanche, Bordes y Arrabal.
La tipología edificatoria más común es la de viviendas unifamiliares rurales , con dos plantas o una planta más "soberao", adaptándose a la topografía. Presentan fachadas encaladas, vanos sencillos con cerrajería simple tradicional y cubiertas de teja con vertiente a dos aguas. Abundan en las fachadas arquillos resaltados sobre puertas y ventanas. Son bastante frecuentes los corrales y locales de almacén de una sola planta. Últimamente han aparecido edificios de tres o más plantas, siendo la iglesia el único edificio que destaca con un volumen singular.
El valor tipológico y ambiental del conjunto se ha ido perdiendo en los últimos años debido a la fiebre incontrolada de la autoconstrucción al transformar las casas populares en viviendas modernas, alterando drásticamente la imagen tradicional y singular de conjunto de la arquitectura rural de Torre-Alháquime (Guía Digital del Patrimonio Digital de Andalucía).
Pequeña población de poco más de 900 habitantes, cuyo nombre pro cede del árabe Al-Haquim o «Torre del sabio». En la parte más alta se conservan aún restos de la fortaleza nazarí.
En la plaza de la Constitución se levanta la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Antigua, modesta construcción de tres naves realizada en 1755 (Rafael Arjona, y Lola Wals. Guía Total, Cádiz, Costa de la Luz. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2008).
La primitiva edificación, de dos naves y la torre exenta, posiblemente mudéjar, sería sustituida entre 1729 y 1736 por el edificio cuya construcción dirigió el maestro mayor de obras de la diócesis de Sevilla, Diego Antonio Díaz. Es de tres naves con columnas toscanas sobre las que avanzan arcos de medio punto; la central está cubierta por una armadura, buen ejemplo de carpintería de lo blanco dieciochesca, y las laterales por sendos colgadizos. Sobre el acceso de los pies existe un coro sostenido por bóveda de aristas. La sencillez de esta arquitectura se mantiene en el diseño de la fachada, cuyo vano de acceso está enmarcado por pilastras toscanas sobre las que apoya un frontón abierto para dejar sitio a un óculo, que a su vez se cubre de parecida forma. Toda esta estructura se cierra en la espadaña, que es de dos cuerpos y triple piñón.
Como en el resto de la Sierra los enseres de esta iglesia fueron muy dañados en 1936. De su mermado mobiliario destaca el retablo hornacina de la cabecera de la nave izquierda, de estípites y ejecutado en la segunda mitad del siglo XVIII, en donde se rinde culto a una Dolorosa moderna de candelero. De su primera época guarda todavía la pila bautismal; también se conservan dos cálices de plata, uno de ellos muy restaurado. Los dos tienen parecida estructura, con una base circular y astil con nudo piriforme y copa y se encuentran exentos de decoración. Son sevillanos, uno lleva las marcas del contraste GARCIA y la fecha de ejecución 1810, además de la del platero, «frustra» y el NO8DO de la ciudad (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
La iglesia se compone de un cuerpo central y dos laterales, existiendo como anexo una casa y los restos del acceso al antiguo cementerio. Los muros son de mampostería (piedra, cal y arena), de unos 80-90 cm de grosor. El cuerpo central lo soportan cuatro columnas de piedra. Los techos están construidos en madera, caña y yeso, cubiertos de teja al exterior, y con un artesonado de madera al interior. Suelo de mármol. Existen pequeñas ventanas en los cuerpos laterales; además de la puerta principal de acceso, existe otra en el lateral derecho que comunica a un patio. Las paredes están pintadas en blanco. Existen tres altares, en torno al principal (uno a su derecha, dos a su izquierda). A destacar los artesonados de madera así como la escalera de acceso a las campanas (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Castillo
El Castillo de Torre Alháquime se encuentra situado en la parte más alta del casco urbano de la localidad, a unos 4 kilómetros de Olvera, sobre un cerro redondeado en la ribera del Guadalporcún, a unos 495 metros sobre el nivel del mar.
A él se accede por la calle Fuera del Arco, pasando por la Plaza de la Constitución y justo por delante de la Iglesia Parroquial Nuestra Señora de la Antigua.
El verdadero desarrollo de Torre-Alháquime como núcleo de población debió comenzar durante la dominación musulmana. Se sabe con certeza que durante el reino nazarí de Granada, Torre-Alhaquime era una pequeña población situada en torno a un Castillo. Este castillo formaba parte de una poderosa línea defensiva que limitaba el reino de Granada y que hasta 1292 se iniciaba en Algeciras por el Sur llegando hasta Olvera.
A este momento, corresponden los restos del castillo esparcidos alrededor de la cima del cerro sobre el que se asienta la villa. Entre ellos se cuentan algunos torreones desmochados, parte de los lienzos de murallas y la puerta de entrada a la plaza de armas, al final de una pendiente ya transformada en cómoda escalera, que comienza ante la entrada de la Iglesia Parroquial Nuestra Señora de la Antigua. Existe una segunda entrada, seguramente abierta en época moderna con aparejo de mampostería enripiada.
El castillo fue destruido en la primera mitad del siglo XX, emplazándose dentro del recinto amurallado un cementerio ya clausurado, hecho por el que se le ha conocido más recientemente como Castillo del Cementerio. Fue declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento y en la actualidad es propiedad del Ayuntamiento de Torre-Alháquime y forma parte de una zona recreativa municipal conocida como Parque de las Murallas o Parque Antiguas Murallas, con buenas vistas sobre el paisaje de la campiña y sus alrededores. El castillo habría presentado planta irregular y disposición general oblonga. El lienzo de muralla correspondiente a la puerta, comprendido entre un torreón saliente de planta cuadrada a su izquierda y otro semicircular a su derecha, ha sido recientemente restaurado.
En época andalusí su nombre era Bury al-Hakim (en árabe, Torre del sabio o del letrado) o Bury Ibn al-Hakim, quien a comienzos del siglo XIV fue visir de la corte granadina de Muhammad III y caudillo de la Cancillería de Granada. Como asentamiento desde el siglo XI de la célebre familia rondeña de los banu al-Hakim, procedentes de Sevilla, terminó por configurarse como un hisn de frontera. A finales del siglo XV, el caudillo de esta familia haría frente a las tropas cristianas en el nordeste de la actual provincia de Cádiz.
El topónimo Torre de al-Hakim evolucionó para dar lugar a la denominación de Torre-Alháquime (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Dado el origen árabe de Torre-Alháquime, su núcleo se desarrolla a partir de un Castillo-Fortaleza existente en la cumbre, alrededor del cual se fue desarrollando la población.
Apenas se conservan restos de su amurallamiento, que debió ser muy importante, con elementos y trozos que recuerdan la estructura almohade del siglo XII.
La Fortaleza no destaca en la actualidad como elemento sobresaliente arquitectónicamente. Se encuentra oculta casi por completo por edificaciones condicionadas por la pendiente, y por un aumento del número de plantas, con elevación de sus cubiertas hasta la altura de coronación del muro primitivo, ocultándolo. La fortaleza fue enterrada y desenterrada a lo largo de su historia, y sus muros aprovechados como apoyo de otras construcciones de su entorno. Únicamente en su flanco sureste, lindando con la iglesia, se percibe parte del muro de mampuesto y de un torreón desmochado. En el pasado reciente se instaló un camposanto dentro de la fortaleza, manteniéndose con este uso como punto de referencia importante, posteriormente fue trasladado fuera del casco urbano y en su lugar se implantó un parque urbano "Antiguas Murallas", con lo que se ha perdido gran parte de su significado histórico (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
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