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sábado, 18 de enero de 2020

El Palacio de las Dueñas

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte el Palacio de las Dueñas, de Sevilla.
     El Palacio de las Dueñas [nº 42 en el plano oficial del Ayuntamiento de Sevilla; y nº 80 en el plano oficial de la Junta de Andalucía], se encuentra en la calle Dueñas, 5, en el Barrio de la Feria, del Distrito Casco Antiguo.  
     Fue mandado construir, a mediados del siglo XV, por la familia de los Pineda. pasando lue­go a ser propiedad de los marqueses de Villanueva del Río y finalmente a los duques de Alba.
     Este espléndido palacio se instala en la trama urbana sin utilizar ningún mecanismo que confirme su singularidad, sin evidentes signos de imposición monumental, si acaso ese pequeño retranqueo de la línea de fachada. El sentido de la implantación se aproxima a un edificio más del caserío. Esta consideración, aplicable igualmente a la Casa de Pilatos y a tantos otros monumentos de nuestra ciudad, nos llevaría a plantear el principio de yuxtaposición, de promiscuidad, entre monumento y caserío y que será la actitud aceptada y reconocida en el largo proceso de la construcción de nuestra ciudad.
     En efecto, un ligero retranqueo de su corta fachada (mecanismo que se repetirá en otros palacios sevillanos, baste recordar Villapanés, Segovias l, etc.), nos avisará de la presencia de este magnífico palacio que se desarrolla en el interior de la manzana, ya lejos de la calle. Precedido por una sencilla portada apilastrada con frontón recto sobre un arco de medio punto, en cuyo tímpano aparece un escudo de cerámica del siglo XVIII, se encuentra el primer jardín, an­tiguo picadero, que no es sino una plaza en el interior del edificio (espacio análogo al compás del convento, al apeadero de la casa-palacio, al zaguán de la casa sevillana, espacios que proponen un desdibujamiento de límites, una relación indefinida entre la casa y  la ciudad).
     Al fondo de este patio de naranjos y palmeras se encuentra el apeadero porticado, que dará paso a través de una entrada acodada al patio principal, en torno al cual se disponen las dependencias de la casa, rodeadas, a su vez, perimetralmente por jardines que se sitúan entre los linderos medianeros y la construcción. El patio, porticado en sus cuatro frentes, presenta arquerías en ambas plantas, decoradas con yeserías renacentistas y balaustrada calada, de estilo gótico en la planta superior. Alrededor de éste se sitúan dos grandes salas rectangulares: el comedor de verano, el oratorio precedido de un vestíbulo -profusamente decorado con elementos góticos y platerescos, cubriéndose con una bóveda de nervadura- y una serie de habitaciones o casas independientes que reproducen analógicamente la distribución de la casa principal.
     En el ángulo superior derecho del patio se instala la espléndida escalera, resuelta en dos tramos y cubierta con un artesonado mudéjar. En la planta alta se encuentran las grandes salas de la casa: la antesala o pieza de recibimiento, el salón de honor (para fiestas y reuniones en una de las galerías del patio), el comedor de invierno, etc.
     El edificio, que como se dijo, inicia su construcción en el siglo XV, sufre reformas de consideración en los siglos XVIII y XIX.
     El palacio ocupa en planta baja una superficie aproximada de 9.000 m2. La superficie construida de la planta baja, incluyendo el patio principal (290 m2), se aproxima a los 2.800 m2, estimándose la superficie total construida del palacio alrededor de los 6.000 m2 (Guillermo Vázquez Consuegra, Cien edificios de Sevilla: susceptibles de reutilización para usos institucionales. Consejería de Obras Públicas y Transportes. Sevilla, 1988).
     Desde Bustos Tavera, doblando a la derecha por Peñuelas, se alcanza enseguida el célebre palacio de las Dueñas, en la calle de su nombre. La residencia sevillana de la casa de Alba es visitable, pero desde la cancela de acceso se ven algunas edificaciones que tie­nen un marcado carácter de cortijada andaluza y, sobre todo, el apeadero, un gran patio con naranjos y limoneros cantado por Antonio Machado, pues fue aquí donde nació y vivió parte de su niñez el gran poeta sevillano.
     Enfrente del palacio estuvo el no menos célebre convento de las Dueñas, de monjas cistercienses, uno de los más ricos de Sevilla y, probablemente, el más antiguo, pues lo fundaron en 1251 las hermanas de Ramón Bonifaz, almirante de Castilla, que tanto contribuyó a la conquista de la ciudad. Las monjas lo abandonaron el 10 de octubre de 1868, como con­secuencia de la Desamortización, procediéndose inmediatamente a su derribo (Rafael Arjona, Lola Walls. Guía Total, Sevilla. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2006).
      Fue mandado construir, a mediados del siglo XV, por la familia de los Pineda, pasando luego a ser propiedad de los marqueses de Villanueva del Río y finalmente de los Duques de Alba, actuales propietarios. Las más importantes reformas que sufrió el palacio son las acaecidas durante los siglos XVIII y XIX. 
   Este espléndido palacio se instala en la trama urbana sin utilizar ningún mecanismo que confirme su singularidad, sin evidentes signos de imposición monumental, si acaso un pequeño retranqueo de la línea de fachada. El sentido de la implantación se aproxima a un edificio más del caserío. Esta consideración, nos llevaría a plantear el principio de yuxtaposición, de promiscuidad, entre monumento y caserío y que será la actitud aceptada y reconocida en el largo proceso de la construcción de nuestra ciudad. En efecto, un ligero retranqueo de su corta fachada (mecanismo que se repetirá en otros palacios sevillanos, Villapanés, Segovias 1, etc.), nos avisará de la presencia de este magnífico palacio que se desarrolla en el interior de la manzana, ya lejos de la calle. Precedido por una sencilla portada apilastrada con frontón recto sobre un arco de medio punto, en cuyo tímpano aparece un escudo de cerámica del siglo XVIII, se encuentra el primer jardín, antiguo picadero, que no es sino una plaza en el interior del edificio (espacio análogo al compás del convento, al apeadero de la casa-palacio, al zaguán de la casa sevillana,...).
     Al fondo de este patio de naranjos y palmeras se encuentra el apeadero porticado, que dará paso a través de una entrada acodada al patio principal, en torno al cual se disponen las dependencias de la casa, rodeada a su vez perimetralmente por jardines que se sitúan entre los linderos medianeros y la construcción. El patio, porticado en sus cuatro frentes, presenta arquerías en ambas plantas, decoradas con yeserías renacentistas y balaustrada calada, de estilo gótico en la planta superior. Alrededor de éste se sitúan dos grandes salas rectangulares: el comedor de verano, el oratorio precedido de un vestíbulo - profusamente decorado con elementos góticos y platerescos, cubriéndose con una bóveda de nervadura- y una seria de habitaciones o casa independientes que reproducen analógicamente las distribución de la casa principal.
     En el ángulo superior derecho del patio se instala la espléndida escalera, resuelta en dos tramos y cubierta con un artesonado mudéjar. En la planta alta se encuentran las grandes salas de la casa: la antesala o pieza de recibimiento, el salón de honor (para fiestas y reuniones en una de las galerías del patio), el comedor de invierno, etc. (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía). 
       Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte el Palacio de las Dueñas, de Sevilla. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la ciudad.

Horario de apertura del Palacio de las Dueñas:
            Todos los días: de 10:00 a 15:00

Página web oficial del Palacio de las Dueñas: www.lasduenas.es

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