Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la calle Fabiola, de Sevilla, dando un paseo por ella.
Hoy, 2 de agosto, es el aniversario del nacimiento (2 de agosto de 1802) del Cardenal de Wiseman, autor de la novela Fabiola, por lo que hoy es el mejor día para ExplicArte la calle Fabiola, de Sevilla, dando un paseo por ella.
La calle Fabiola es, en el Callejero Sevillano, es una vía que se encuentra en los Barrios de San Bartolomé, y de Santa Cruz, del Distrito Casco Antiguo; y va de la confluencia de las calles Madre de Dios, Federico Rubio, y Aire, a la confluencia de las calle Ximénez de Enciso, y plazuela Marqués de la Vega Inclán.
La calle, desde el punto de vista urbanístico, y como definición, aparece perfectamente delimitada en la población histórica y en los sectores urbanos donde predomina la edificación compacta o en manzana, y constituye el espacio libre, de tránsito, cuya linealidad queda marcada por las fachadas de las edificaciones colindantes entre si. En cambio, en los sectores de periferia donde predomina la edificación abierta, constituida por bloques exentos, la calle, como ámbito lineal de relación, se pierde, y el espacio jurídicamente público y el de carácter privado se confunden en términos físicos y planimétricos. En las calles el sistema es numerar con los pares una acera y con los impares la opuesta. También hay una reglamentación establecida para el origen de esta numeración en cada vía, y es que se comienza a partir del extremo más próximo a la calle José Gestoso, que se consideraba, incorrectamente el centro geográfico de Sevilla, cuando este sistema se impuso. En la periferia unas veces se olvida esta norma y otras es difícil de establecer.
Desde el s. XV las cruces que allí existían se usaron como referencia toponímica y desde el s. XVI dieron nombre a la calle. En la reforma del callejero de 1845 se incluye en la de Aire; en 1868 se acordó denominarla Wiseman (1802-1865) en homenaje al cardenal-arzobispo de Westminster que había nacido en ella, pero, dada la dificultad de pronunciación, se cambió por el de Fabiola, título de su novela ambientada en la época de Diocleciano, también titulada La Iglesia de las catacumbas. Ligeramente curva en forma de S, falta de alineación y estrecha, ha experimentado ensanches parciales desde el s. XVII, siendo más acusados en la confluencia con Mateos Gago y Ximénez de Enciso. Confluían en ella diversas callejuelas, de las; que se han conservado dos, muy estrechas y de desigual profundidad, en la acera de la derecha; otras fueron incorporadas a las viviendas colindantes en el s. XVIII. Al final de la calle, en una casa de nueva construcción, se han levantado soportales manteniendo la línea de fachada. Confluyen por la derecha Mateos Gago y por la izquierda Farnesio. Estuvo empedrada en los siglos XVI y XVII, embaldosada en el s. XIX y adoquinada por primera vez en 1899. Recientemente se ha pavimentado de nuevo con adoquines, habiéndose eliminado el asfalto y reducido la anchura de la calzada. El acerado es de losetas de cemento con bordillo de granito. Se ilumina con farolas de brazos de fundición adosadas, tipo gas.
Hoy, 2 de agosto, es el aniversario del nacimiento (2 de agosto de 1802) del Cardenal de Wiseman, autor de la novela Fabiola, por lo que hoy es el mejor día para ExplicArte la calle Fabiola, de Sevilla, dando un paseo por ella.
La calle Fabiola es, en el Callejero Sevillano, es una vía que se encuentra en los Barrios de San Bartolomé, y de Santa Cruz, del Distrito Casco Antiguo; y va de la confluencia de las calles Madre de Dios, Federico Rubio, y Aire, a la confluencia de las calle Ximénez de Enciso, y plazuela Marqués de la Vega Inclán.
La calle, desde el punto de vista urbanístico, y como definición, aparece perfectamente delimitada en la población histórica y en los sectores urbanos donde predomina la edificación compacta o en manzana, y constituye el espacio libre, de tránsito, cuya linealidad queda marcada por las fachadas de las edificaciones colindantes entre si. En cambio, en los sectores de periferia donde predomina la edificación abierta, constituida por bloques exentos, la calle, como ámbito lineal de relación, se pierde, y el espacio jurídicamente público y el de carácter privado se confunden en términos físicos y planimétricos. En las calles el sistema es numerar con los pares una acera y con los impares la opuesta. También hay una reglamentación establecida para el origen de esta numeración en cada vía, y es que se comienza a partir del extremo más próximo a la calle José Gestoso, que se consideraba, incorrectamente el centro geográfico de Sevilla, cuando este sistema se impuso. En la periferia unas veces se olvida esta norma y otras es difícil de establecer.
Desde el s. XV las cruces que allí existían se usaron como referencia toponímica y desde el s. XVI dieron nombre a la calle. En la reforma del callejero de 1845 se incluye en la de Aire; en 1868 se acordó denominarla Wiseman (1802-1865) en homenaje al cardenal-arzobispo de Westminster que había nacido en ella, pero, dada la dificultad de pronunciación, se cambió por el de Fabiola, título de su novela ambientada en la época de Diocleciano, también titulada La Iglesia de las catacumbas. Ligeramente curva en forma de S, falta de alineación y estrecha, ha experimentado ensanches parciales desde el s. XVII, siendo más acusados en la confluencia con Mateos Gago y Ximénez de Enciso. Confluían en ella diversas callejuelas, de las; que se han conservado dos, muy estrechas y de desigual profundidad, en la acera de la derecha; otras fueron incorporadas a las viviendas colindantes en el s. XVIII. Al final de la calle, en una casa de nueva construcción, se han levantado soportales manteniendo la línea de fachada. Confluyen por la derecha Mateos Gago y por la izquierda Farnesio. Estuvo empedrada en los siglos XVI y XVII, embaldosada en el s. XIX y adoquinada por primera vez en 1899. Recientemente se ha pavimentado de nuevo con adoquines, habiéndose eliminado el asfalto y reducido la anchura de la calzada. El acerado es de losetas de cemento con bordillo de granito. Se ilumina con farolas de brazos de fundición adosadas, tipo gas.
El caserío, según González de León (Las calles...), había sido renovado ampliamente y sus casas le parecían "de buena vista, grandes y cómodas", de nuevo en los últimos años han sido sustituidas por nuevos edificios. Se ha conservado, sin embargo, en el tramo de Madre de Dios a Farnesio, un conjunto de casas de dos plantas y ático de gran interés; destacan la núm. 1, cuyo lienzo de fachada lateral es parte del muro de la Judería, la núm. 2 con arquería de medio punto en el ático, del s. XVII, y la núm. 5 con portada de piedra y un apeadero de grandes proporciones. El regionalismo ha dejado una muestra en la casa núm. 11, obra de Pérez Bergali, con fachada de ladrillo visto decorada con cartelas neobarrocas. Durante siglos ha sido una de las vías de comunicación más frecuente entre el centro administrativo y la Puerta de la Carne; a partir del s. XX, vía de penetración de las barriadas extramuros al este de la ciudad, y ello a pesar de su estrechez, lo que obligó a establecer el tráfico en una sola dirección. Carece de comercios. La reciente demolición de una casa en la acera de la izquierda, esquina a Ximénez de Enciso. ha creado un espacio plantado de naranjos, salvaguardado con macetones, que ha puesto al descubierto los antiguos sistemas constructivos de los paramentos medianeros que, una vez restaurados sirven de elementos decorativos junto a unas arcadas pintadas por estudiantes de Bellas Artes. En la citada casa núm. 5 hay una lápida que recuerda que en ella nació el cardenal Wiseman, pues fue residencia de su padre siendo cónsul de Inglaterra en Sevilla. Lord Byron se hospedó durante su estancia en la ciudad en la casa núm. 21 [Salvador Rodríguez Becerra, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].
Fabiola, 1. Casa de gran interés, de tres plantas y fachada avitolada. El patio está porticado en sus dos plantas, la inferior con arcos inscritos en alfices. En la planta baja se conserva una interesante colección de puertas talladas. El comedor y otra de las habitaciones están cubiertas con artesonados.
Fabiola, 2. Casa del siglo XVII, de dos plantas y ático. Este posee vanos de medio punto con enjutas decoradas con cartabones, separados por pilastras. Las dos plantas del patio tienen galerías de columnas, con cimacios las de la planta baja. El zócalo del patio está decorado con azulejos de cuenca. La caja de la escalera se cierra con bóveda.
Fabiola, 5. MUSEO DONACIÓN DE ARTE MARIANO BELLVER - CASA FABIOLA. Casa de tres plantas, con portada de piedra decorada con una moldura que recuadra un dintel resaltado con escudo en el centro. El zaguán, de grandes proporciones, da paso a un patio de columnas en planta baja y balcones en la superior. En un pequeño patio trasero existe una fuente mural, con hornacina flanqueada por pilastras y rematada por un frontón curvo. La caja de escalera se cubre con bóveda. Una lápida colocada en la fachada recuerda el nacimiento, en esta casa, del cardenal Wiseman.
Fabiola, 9. Casa de dos plantas, ambas avitoladas, y ático con vanos de medio punto separados por pilastras toscanas.
Fabiola, 30. Casa del siglo XVIII, que consta de dos plantas, alternando en la segunda ventanas y balcones; la cornisa del balcón central remata en un pinjante. La cancela del zaguán está fechada en 1851. Los artesonados y el portaje de esta casa se han instalado en diversas dependencias del Hospital de la Santa Caridad [Francisco Collantes de Terán Delorme y Luis Gómez Estern, Arquitectura Civil Sevillana, Excmo. Ayuntamiento de Sevilla, 1984].
Conozcamos mejor la Biografía de Nicolás Wiseman, autor de la novela que da nombre a esta vía;
Nicolás Wiseman. (Sevilla, 2 de agosto de 1802 – Londres, Gran Bretaña, 15 de febrero de 1865). Primer arzobispo y cardenal de Westminster, teólogo, novelista.
Nicolás Wiseman. (Sevilla, 2 de agosto de 1802 – Londres, Gran Bretaña, 15 de febrero de 1865). Primer arzobispo y cardenal de Westminster, teólogo, novelista.
Nicolás Wiseman fue el segundo hijo del matrimonio de su padre, James (Diego como él lo traducía al español) Wiseman y su segunda esposa, Javiera Strange, ambos nacidos en Irlanda. Diego Wiseman emigró de Waterford para establecer en Sevilla, junto con su hermano Patricio, una casa comercial, Wiseman and Brothers, con amplios intereses mercantiles, incluso bancarios. Los padres de Nicolás se habían casado en Londres en 1800, donde nació el primer hijo del matrimonio. A principios de 1802 Diego Wiseman con su mujer y su hijo volvieron a Sevilla, donde al año siguiente nació el biografiado. Su padre murió inesperadamente en 1805, durante la fiesta del bautizo de su hija Francisca. La viuda y sus tres hijos se fueron a Irlanda cuatro años más tarde, en 1809, cuando la inminencia de la ocupación francesa puso fin a los negocios comerciales de los ingleses con peligro incluso de sus vidas.
Después de una breve estancia en Waterford, Nicolás y su hermano mayor James, fueron enviados al Colegio de Ushaw para estudiar. Nicolás permaneció en Ushaw hasta 1818, después de haber decidido que quería ser sacerdote. Desde 1818 a 1840 residió en Roma, en el Venerabile Colegio Inglés, que había abierto de nuevo sus puertas tras la ocupación de la ciudad por las tropas francesas. Fue sucesivamente estudiante, vicerrector y rector del colegio hasta la fecha indicada. Hizo una brillante carrera académica en Roma y en 1827 fue nombrado catedrático de siríaco de la Universidad de Roma, la Sapienza. En sus años romanos estableció una relación muy cordial con los sucesivos papas de ese período, Pío VII, León XII, Pío VIII y muy particularmente con Gregorio XVI, que lo nombró en 1840 obispo coadjutor del vicario apostólico del Distrito Central de Inglaterra. La Iglesia católica de Inglaterra estaba entonces gobernada por cuatro vicarios apostólicos, que no tenían la plena autoridad de obispos residenciales, sino que ejercían su ministerio bajo el control directo de la Congregación de Propaganda Fide.
Aquellos años fueron muy importantes en la historia eclesiástica inglesa. Por un lado la Ley de la Emancipación Católica de 1829 devolvió a los católicos los derechos civiles de los que estaban privados. Por otro, el Movimiento de Oxford acercó a muchos clérigos anglicanos a la Iglesia católica al buscar las raíces históricas del cristianismo en los primeros años de su existencia. Muchos de ellos —J. H. Newman el más importante de todos— se hicieron católicos. Los católicos tradicionales ingleses no veían con buenos ojos a los conversos porque no podían olvidar los tres siglos de vejaciones y persecuciones que habían tenido que soportar pacientemente de parte de los anglicanos. Por otro lado, los vicarios apostólicos pedían más autonomía a Roma y eran por ello acusados de galicanismo. Wiseman apareció en Inglaterra con un talante muy distinto: recibía con entusiasmo a los conversos y se mostraba muy ‘romano’ en su visión de la Iglesia, después de sus veintidós años en la Ciudad Eterna. Esta situación le causará serios conflictos con sus hermanos en el episcopado.
En 1850, Pío XI tomó la decisión de restaurar la jerarquía católica en Inglaterra, de manera que los antiguos distritos se convirtieron en doce diócesis más la arzobispal de Westminster, el título que se le da a la de Londres para no crear conflictos con los anglicanos, que siguen ocupando las antiguas sedes católicas. Wiseman fue nombrado el primer arzobispo y cardenal. A pesar del acercamiento de Inglaterra y la Santa Sede —entonces un Estado soberano— que se había iniciado al entrar ésta en la coalición contra Napoleón, el Gobierno y el pueblo inglés consideraron la restauración de la jerarquía católica como una agresión del Papa a la soberanía inglesa. Este enfrentamiento va a marcar los primeros años del ministerio episcopal de Wiseman en Londres, aunque el rechazo inicial se irá suavizando con el paso del tiempo.
Por su carácter de arzobispo primado Wiseman era el principal responsable de llevar a la práctica la restauración de la jerarquía católica, que no va a ser una tarea fácil. Existían diversos factores conflictivos empezando por la mayor o menor afinidad personal de los obispos con Roma. No les resultaba fácil ponerse de acuerdo en establecer normas comunes para todo el país, porque eran demasiado celosos de su autonomía en el gobierno de sus respectivas diócesis. Para Wiseman, por el contrario, la Iglesia católica en Inglaterra no podía presentar una imagen fragmentada, como lo había estado en la etapa de los vicarios apostólicos y era absolutamente necesario conseguir cierto nivel de uniformidad. Pero no le era fácil tratar en plan de igualdad a los otros obispos, normalmente más jóvenes que él e incluso a veces nombrados prácticamente por él. Persistían las desconfianzas hacia los conversos y la desconfianza de los obispos hacia las órdenes religiosas que querían establecerse en Inglaterra. Estos problemas y el peso de los años afectan la salud de Wiseman. Sus enfermedades —diabetes, problemas cardíacos agravados por su obesidad, y otros problemas menores— aceleraron el fin de su vida y murió en Londres a los sesenta tres años de edad.
Su entierro fue espectacular. Parece como si los londinenses se hubieran dado cuenta de la injusticia cometida con él al recibirlo con hostilidad cuando llegó a la ciudad en 1850 y quisieran hacerle un homenaje póstumo. A pesar de todas las dificultades que encontró en su camino por parte de sus correligionarios Wiseman consiguió lo que había pretendido: crear una Iglesia católica nueva, libre del sentido social de inferioridad de los viejos católicos, abierta a la sociedad inglesa, presente en el mundo de la cultura y sobre todo capaz de aprovechar las posibilidades abiertas por la emancipación. Como sucede con frecuencia, después de su muerte los obispos que tanto lo habían hecho sufrir se dieron cuenta de la importancia de su pérdida. Su amor a la cultura y su defensa de la religión católica hizo de él un activo predicador y conferenciante. Tiene en su haber libros muy importantes, entre ellos algo tan impensable en un eclesiástico de su tiempo como una novela, Fabiola o la Iglesia de las Catacumbas, traducida a los idiomas más importantes del mundo. Fue uno de los fundadores, y editor durante muchos años, de la Dublín Review, con la que hizo al catolicismo presente en el mundo editorial inglés. Visitó Sevilla durante dos meses en 1844-1845, cuando comenzaba la década moderada tras la desamortización eclesiástica, y nunca perdió el cariño hacia su ciudad natal y hacia España. Las experiencias de aquel viaje quedaron expresadas en dos espléndidos artículos para su Review (Antonio Garnica Silva, en Biografías de la Real Academia de la Historia).
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Más sobre el Callejero de Sevilla, en ExplicArte Sevilla.
La calle Fabiola, en detalle:
Edificio c/ Fabiola, 1
Placa "Caminos de Sefarad"
Edificio c/ Fabiola, 3
Lápida Cardenal Wiseman
Edificio c/ Fabiola, 9
Edificio c/ Fabiola, 11
Edificio c/ Fabiola, 30
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