Intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla", de Onda Cero

Intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla", de Onda Cero, para conmemorar los 800 años de la Torre del Oro

   Otra Experiencia con ExplicArte Sevilla :     La intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla" , presentado por Ch...

viernes, 31 de octubre de 2025

El sitio arqueológico Cortijo de Fuente de la Mujer, en La Puebla de los Infantes (Sevilla)

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Sevilla, déjame ExplicArte el sitio arqueológico Cortijo de Fuente de la Mujer, en La Puebla de los Infantes (Sevilla)
     Se localizó una zona con ladrillos romanos y tégulas. Asentamiento rural romano (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Sevilla, déjame ExplicArte el sitio arqueológico Cortijo de Fuente de la Mujer, en La Puebla de los Infantes (Sevilla). Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la provincia sevillana.

Más sobre la localidad de La Puebla de los Infantes (Sevilla), en ExplicArte Sevilla.

Haz tu ruta con ExplicArte Sevilla: Tú decides la ruta, la fecha y el precio (Free Tour - propina)

 


     Con ExplicArte Sevilla podrás hacer la ruta que desees por Sevilla (o cualquier localidad de la provincia, o de cualquier lugar), siempre adaptándonos a tu tiempo y a tus necesidades. Hay multitud de ellas, y desde aquí te proponemos algunas de ellas (hay tantas Rutas como tú quieras), en las que ponemos el acento en el aspecto artístico:

     Ruta Leyendas y Curiosidades de Sevilla: Desde Explicarte Sevilla nos adentraremos en las Leyendas y Curiosidades de Sevilla: el "No8Do" emblema de Sevilla, Doña María Coronel, la Cabeza del Rey Don Pedro, Grace Kelly, el "Negro de Triana",...

     Ruta Sevilla Imprescindible: Desde Explicarte Sevilla te mostraremos los monumentos y barrios más típicos de Sevilla: Plaza de España, Plaza de Toros, Torre del Oro, Catedral, Giralda, Barrio de Santa Cruz, Reales Alcázares, Ayuntamiento,...

     Ruta Sevilla Patrimonio de la Humanidad: Desde ExplicArte Sevilla te mostraremos los monumentos Patrimonio de la Humanidad: Catedral de Santa María de la Sede, Reales Alcázares, y el Archivo General de Indias.

     Ruta Sevilla Prehistórica: Desde Explicarte Sevilla te mostraremos en el Museo Arqueológico de la ciudad y en las salas dedicadas a la Prehistoria el devenir de este momento histórico-artístico de la ciudad.

     Ruta Sevilla Prerromana - Ispal: Desde Explicarte Sevilla te mostraremos en el Museo Arqueológico de la ciudad y en las salas dedicadas al mundo prerromano el devenir de este momento histórico-artístico de la ciudad con especial atención al mundo de Tartessos y a los demás pueblos que se asentaron en la zona.

     Ruta Sevilla Romana - Hispalis: Desde Explicarte Sevilla te mostraremos los vestigios que podemos encontrar del paso de la cultura romana por la actual ciudad, como los Monolitos de la calle Mármoles, las Columnas de la Alameda de Hércules, restos del Acueducto ("Caños de Carmona"), restos de las Murallas, el Antiquarium, y la obligada visita al Museo Arqueológico. Incluso podremos visitar el cercano enclave arqueológico de la ciudad romana de Itálica en el pueblo de Santiponce.

     Ruta Sevilla Visigoda: Desde Explicarte Sevilla te mostraremos los vestigios que la cultura visigoda ha dejado en nuestra ciudad, sobre todo en la Catedral y en el Museo Arqueológico y te contaremos las historias de San Hermenegildo, y San Leandro y San Isidoro, personajes históricos imprescindibles de Sevilla.

     Ruta Sevilla Musulmana - Isbiliya: Desde Explicarte Sevilla te mostraremos los principales vestigios que la cultura musulmana ha legado a Sevilla, comenzando por nuestro símbolo más universal: La Giralda, junto con la Torre del Oro, Los Reales Alcázares,...

     Ruta Sevilla Judía: Desde Explicarte Sevilla te mostraremos la huella judía en la Sevilla de hoy: las antiguas sinagogas y los barrios judíos de Santa Cruz o de San Bartolomé.

     Ruta Sevilla Mudéjar: Desde Explicarte Sevilla te mostraremos los innumerables vestigios que la cultura mudéjar dejó en Sevilla, fundamentalmente en los Reales Alcázares, Iglesia de San Marcos, Iglesia de Santa Marina,...

     Ruta Sevilla Gótica: Desde Explicarte Sevilla te mostraremos nuestra Catedral, el edificio gótico más grande de la cristiandad.

     Ruta Sevilla Renacentista - Nova Roma: Desde Explicarte Sevilla te mostraremos los imprescindibles vestigios renacentistas de nuestra ciudad, representados por el Ayuntamiento, el remate de la Giralda y la Sacristía Mayor de la Catedral.

     Ruta Sevilla y su río: Desde Explicarte Sevilla te mostraremos la importancia que ha tenido el río Guadalquivir, el antiguo Betis, en la historia de la ciudad, recorriendo sus puentes, el Barrio de Triana, la Torre del Oro,...

     Ruta Sevilla y América: Desde Explicarte Sevilla te mostraremos la llamada Sevilla Americana, la Sevilla del siglo XVI y XVII cuando nuestra ciudad se convirtió en la capital del mundo, con edificios tan importantes como el Archivo de Indias o la Casa de la Moneda.
     
     Ruta Sevilla Barroca: Desde Explicarte Sevilla te mostraremos la esencia de nuestra ciudad, puesto que Sevilla es una ciudad eminentemente barroca en prácticamente todos y cada uno de sus edificios. 

     Ruta Sevilla Neoclásica: Desde Explicarte Sevilla también te mostraremos las huellas neoclásicas de nuestra ciudad que podemos contemplar en las iglesias de San Ildefonso o San Bartolomé.

     Ruta Sevilla Romántica: Desde Explicarte Sevilla te mostramos la huella romántica de los Jardines del Parque de María Luisa y del Barrio de Santa Cruz.

     Ruta Sevilla Modernista: Desde Explicarte Sevilla te mostraremos el legado modernista que también tiene en Sevilla sus ejemplos como las casas que podemos encontrar en las calles Alfonso XII, Feria, Tomás de Ibarra, Felipe II y Adriano, entre otras.

     Ruta Sevilla Regionalista: Desde Explicarte Sevilla te mostraremos el legado que arquitectos como Aníbal González y sus contemporáneos dejaron en Sevilla con la famosísima Plaza de España.

     Ruta Sevilla y la Expo del 29: Desde Explicarte Sevilla te mostraremos el legado que la Exposición Iberoamericana de 1929 dejó en Sevilla en modo de pabellones y edificios que conforman el Parque de María Luisa y el Barrio de Heliópolis.

     Ruta Sevilla y la Expo del 92: Desde Explicarte Sevilla te mostraremos el legado que en la Isla de la Cartuja quedó para nuestra ciudad, llevándola al siglo XXI.

     Ruta Sevilla Cofrade: Desde ExplicArte Sevilla te mostraremos la importancia del mundo cofrade en la historia de nuestra ciudad y sus incontables manifestaciones artísticas en el interior de los templos, las casas de hermandad, y en los actos de culto interno y externos (procesiones).

     Ruta Sevilla, Ciudad de Ópera: Desde ExplicArte Sevilla te mostraremos la importancia de Sevilla en la historia del Bel Canto, puesto que está presente en más de 100 óperas. Podemos elegir varias rutas relacionadas con la Ópera y Sevilla: Sevilla escenario de Ópera ASevilla escenario de Ópera BEl Mito de CarmenEl Mito de Don Juan, y El Mito de Fígaro.

     Ruta Magallanes y la primera vuelta al mundo 1519-1522: Desde ExplicArte Sevilla te mostramos los hitos más importantes de la expedición que dio la I Vuelta a la Tierra.

     Y muchas más rutas... tú decides. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la ciudad.

La desaparecida Puerta de Carmona

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la desaparecida Puerta de Carmona, de Sevilla.
      La Puerta de Carmona, se encontraba en la calle Puerta de Carmona; en el Barrio de San Bartolomé, del Distrito Casco Antiguo, de Sevilla.
     Estaba situada al final de la calle San Esteban, en su confluencia con la calle Navarros -antiguo muro de los Navarros-. Por otra parte, no debe olvi­darse que junto a esta puerta penetraban en la ciudad los Caños de Carmona.
     Este topónimo aparece documentado en las fuentes musulmanas en re­lación a sucesos de los siglos X, XI y XII. También figura en el Libro del Repartimiento, en la documentación castellana de la segunda mitad del siglo XIII, así como en la de los siglos XIV y XV y todavía hoy se conserva en la toponimia de la ciudad, por lo que nos encontramos ante la circunstancia excepcional de un punto de Sevilla que mantiene un mismo nombre al menos desde principios del siglo X.
     En cuanto a su origen, la historiografía sevillana es unánime al atri­buirlo al hecho de dar salida al camino que a Carmona conducía.
     Acerca de la primitiva estructura de la puerta islámica, contamos con algunas referencias contenidas en los Papeles del Mayordomazgo. Así, a través de varios documentos fechados en 1386, sabemos que tenía "barruacana" y "alcazarejo que está delante dela dicha puerta". Por otra parte, en el grabado de Hoefnagel, fechado hacia 1565, se la representa flanqueada por dos torres, aunque el hecho de que la práctica totalidad de las puertas que figuran en este grabado se representen flanqueadas por dos torres me hace sospechar que se trate de una representación convencional. Finalmente, al no figurar en el documento de 1560 entre aquellas a las que Hernán Ruíz debía eliminar el acceso en recodo y la barbacana, me lleva a coincidir con quienes la califican como de acceso directo.
     La reforma de esta puerta debió iniciarse en 1576, puesto que así figura en un memorial de las obras que en ese año se realizaban y que presentó el Mayordomo Diego de Postigo, según trazas de Asensio de Maeda, Maestro Mayor de la Ciudad por entonces. Creo que consistió, al igual que la del postigo del Aceite, en unir las dos torres que flanqueaban la puerta en un sólo cuerpo y en rozar la parte baja de las mismas para facilitar el tráfico, aunque también se procedió a la construcción de una portada monumental con almohadillado y frontón rizado, tal y como evidencia la iconografía. En este sentido, encontramos en 1578 noticias de unas "mejorías hechas por Juan Bautista en la Puerta de Carmona".
     Las obras concluirían ese año con la colocación de dos lápidas con inscripciones latinas: una, en conmemoración de la reparación de la puerta, se situó sobre su arco, al exterior; otra, en agradecimiento a don Francisco de Zapata por sus servicios a la ciudad en el campo de la obras públicas, se puso por el interior.
     No tengo ninguna noticia acerca de estas inscripciones, por lo que debieron ser destruidas cuando en diciembre de 1868 se concluyó su derribo.
     Esta puerta también figura, en el documento de 1560, en la relación de accesos en los que Hernán Ruíz debía colocar escudos esculpidos en piedra con las armas de la Ciudad y las reales. Además, a través de la historiografía sabemos que por la parte de afuera estaba decorada con las armas de los duques de Alcalá, quienes eran sus Alcaides.
     Los escudos colocados por Hernán Ruiz desaparecerían como consecuencia de las obras de 1578. De la misma manera, las armas de los duques de Alcalá desaparecieron cuando se derribó la puerta el siglo pasado.
     Por lo que respecta a otros elementos decorativos, Santiago Montoto reprodujo un documento del Libro de Caja del Cabildo, fechado a primero de julio de 1581, por el que sabemos que "se le pagaron a Vasco Pereira 54.852 maravedíses por la pintura de la Puerta de Carmona". Además, la puerta estaba decorada con una Concepción, tal y como evidencia un dibujo de Pérez Villamil (Daniel Jiménez Maqueda, Estudio histórico-arqueológico de las puertas medievales y postmedievales de las murallas de la ciudad de Sevilla. Guadalquivir Ediciones. Sevilla, 1999).
     En este lugar discreto, hoy un humilde rincón, acontecía el monumental encuentro de la muralla y una de sus más grandiosas puertas con el largo acueducto que traía el agua de Alcalá. Partía de aquí la calle Oriente, por donde, además de otras muchas cosas, se iba, -Salud y Buen Viaje- el oro de América.
     Un hermano mayor de la Hermandad de San Esteban, un señor, venerable y bienintencionado, llamado Julián López, nada que ver con el Juli, ni, que se sepa, con la tauromaquia, solicitó formalmente a finales del siglo XX la reconstrucción de la Puerta de Carmena. Quería el hombre levantar una réplica de aquella edificación, tristemente demolida en el año de 1868, justo a la entrada de la calle San Esteban, donde cada año en Navidad y Semana Santa se ponen los guardias municipales para impedir que los coches entren al centro, es decir, donde estuvo la puerta, cuya existencia aún insinúan los contornos de una calle que se va cerrando sobre el caminante hasta casi convertirse en un estrecho corredor creando en quien por allí pasa la sensación de haber atravesado un pórtico imaginario. Otro recuerdo de que por aquí pasaba la mura­lla es el nombre de la vía que, a la entrada de la calle San Esteban, parte hacia la derecha con dirección a la Puerta Osario: Muro de los Navarros. Muro del que formaba parte un pequeño lienzo que logró sobrevivir a los derribos por estar embutido entre las edificaciones que anárquicamente se habían adosado a la cerca y que reapareció tras el derribo de aquellas.
     Hoy en día, ese fragmento de la muralla, reducido a la condición de resto arqueológico, puede verse, como enjaulado, tras una can­cela que da a una oquedad abierta, da la impresión que con cierta pretensión museística, en el edificio color almagra que se alza según se entra en la calle a mano izquierda, al lado justo del local donde estuvo la antigua zapatería Díez Hermanos y enfrente de la ferretería Puerta Carmona. Hasta hace unos años, no era fácil distinguir con nitidez las trazas de la muralla, dado que el hueco en cuestión se transformó en un aparcamiento de bicicletas para los vecinos del edificio, adquiriendo forma de trastero. De suerte que aquello que se podía ver al asomarse lo mismo podía pare­cer un trozo de muralla que una pared de cemento mal forjado llena de humedades. Sin embargo, la remodelación del local de la vieja zapatería para albergar un negocio de restauración, acometida hace algún tiempo, permitió descubrir, por el lado de intramuros, el lienzo de la muralla que hasta entonces se dejaba entrever por su otra cara en el susodicho hueco. Triste destino, empero, el de la antigua y orgullosa cerca que resistiera sitios y bombardeos, ahora condenada a ser, por una cara, pared de un trastero y, por la otra, tabique de una pizzería.
     La referida pretensión de reconstruir la Puerta de Carmona planteada por señor López, un hombre encantador por otra parte, no dejaba de ser una romántica e inútil ensoñación, un empeño absurdo en el que la ciudad, con otras muchas prioridades, bastante más importantes y acuciantes en las que gastar el dinero de sus contribuyentes, ni podía ni debía embarcarse, pero se dio la circunstancia de que entonces controlaba la Delegación Municipal de Urbanismo el Partido Andalucista, una formación política que, con una concepción bastante desviada de la tierra a la que pretendía representar, fue siempre amiga de los pastiches folkloricoides y propensa a lo cañí; lo cual, unido a la desmesurada atención que los políticos han prestado en los últimos lustros a las ocurrencias de las cofradías, considerándolas un poder fáctico al que se debe tener contento, llevó a que el Ayuntamiento se planteara seriamente la posibilidad de acceder a la propuesta del señor hermano mayor y cometer lo que sin duda habría sido una majadería historicista, creyendo ingenuamente que acaso así se granjearían el favor electoral de todos los hermanos de esa corporación y también el de los del resto de las corporaciones, amen de los vecinos del barrio y así sucesivamente. Claro que, vistas las cosas que se acabaron levantando años después, debe reconocerse que reconstruir la Puerta de Carmona no hubiera sido precisamente lo más estrafalario que se habría hecho en Sevilla en el tránsito entre el segundo y el tercer milenio.
     Mas, también quizá aquí estemos dando más importancia de la cuenta a lo que no fue sino una simple anécdota histórica, quizá la última protagonizada por una puerta erigida en un lugar, aunque excéntrico, central en la historia de la ciudad. Porque en este punto donde durante muchos siglos acababa Sevilla, bien es cierto que manteniendo extramuros una cierta continuidad a través varios arrabales, incluido uno habitado por esclavos negros libertos, está, desde muy antiguo, el eje de buena parte de su existencia.
     La Puerta de Carmona fue en la antigüedad, con el río, la puerta principal de la ciudad. En ella rendía la Vía Augusta, una calzada romana que atravesaba la península Ibérica y que fue, hasta la cons­trucción de la red de carreteras promovida por Primo de Rivera en los años veinte del siglo pasado, la utilizada para viajar de Sevilla a Madrid, y de Madrid al cielo o donde fuera menester. Una vía que en tiempos de Ortiz de Zúñiga era conocida como el Arrecife. Vélez de Guevara dice en El Diablo Cojuelo: «Aquél que entra por la Puerta de Carmona es comisario de mis amos, que viene contra mí a Sevilla; menester es guardarnos". Del mismo modo que se entraba por la Puerta de Carmona, también se salía, en este caso no sin antes invocar la protección, a través de la ventana de su iglesia, del Cristo de la Salud, que por eso también fue advocado del Buen Viaje. Y a fe que por la Puerta de Carmona hubo de salir, además de mucha gente, mucho oro del que entró a Sevilla por el puerto, con destino Madrid en primera instancia y, en segunda y definitiva, a las tierras centroeuropeas donde se hallaban establecidos los banqueros que financiaban las guerras y los dispendios de los monarcas hispanos.
     Además de la calzada romana, también a la Puerta de Carmona llegaba el acueducto construido en tiempos de la dominación musulmana, aunque aprovechando una obra preexistente realizada en tiempos de los césares, para traer el agua de los manantiales de Alcalá de Guadaíra, los famosos caños llamados, erróneamente, de Carmona, por aquello de la puerta donde rendían. Una obra que proveía a la ciudad de un agua de calidad, cosa que hasta entonces nunca había tenido, excepto en la época romana, pues, conside­rando lo anterior, resulta lógico pensar que los ciudadanos de Híspalis sí habían disfrutado de ella.
     La Puerta de Carmona fue asimismo el eje de la espiritualidad sevillana. Frente a ella se alzó el monumental convento de San Agustín, donde recibía culto el Cristo que durante siglos fue la gran devoción de la ciudad. El 2 de junio de 1649 el crucificado de San Agustín cruzaría la Puerta de Carmona para ser llevado hasta la Catedral en una procesión rogativa por el cese de la epidemia de peste bubónica que estaba asolando la ciudad. Un par de días des­pués, el mal comenzó a remitir. Aunque en ello, además de las rogativas, intervinieron también las condiciones ambientales, pues el alza de las temperaturas destruiría la bacteria causante del histórico desastre del que Sevilla, no obstante, jamás se recuperó del todo. Años antes, la creación del vía crucis desde el palacio de los Medinaceli hasta el templete de la Cruz del Campo, que discurría en paralelo a la calzada romana, significaría el germen de las actuales procesiones de Semana Santa.
     Desde que en 1868 fuera demolida en una decisión trufada de perversos indicios delictivos, el único arco que existe en la Puerta de Carmona es uno efímero hecho de lona que cada año se coloca de pared a pared anunciando la hechura de capirotes en un pequeño local donde también se confeccionan túnicas de nazarenos. Ida para siempre su grandeza, ni siquiera rinde ya en ella la antigua calzada romana, pues hasta el Ayuntamiento llegó a cambiar el sentido de la circulación a los coches, obligándolos a seguir el del oro de América: solo salida. Una decisión a la que otra corporación posterior daría marcha atrás, aunque para poder hacer lo mismo con el oro ya era demasiado tarde (Juan Miguel Vega, Veintitantas maneras de entrar en Sevilla. El Paseo. Sevilla, 2024). 
        Situada donde hoy se encuentra la entrada de la calle San Esteban, era la puerta este de la ciudad y, por consiguiente, una de las principales, debido a lo cual permanecía abierta durante toda la noche. De la Puerta de Carmona partía la antigua Vía Augusta trazada por los romanos que llevaba hasta Roma. Y junto a esta puerta entraba a la ciudad el agua que, a través de los Caños de Carmona, se traía desde los manantiales de Alcalá de Guadaíra. Reconstruida en el año de 1578 por iniciativa del Conde de Barajas, fue una de las más suntuosas y notables de la muralla. Al igual que la Puerta de Triana, también disponía de habitáculos en su parte superior que fueron destinados a celdas de personas distinguidas. En 1868, en el transcurso de la Revolución Gloriosa y a pesar de la oposición de los alcaldes del barrio y los vecinos, la Puerta de Carmona fue demolida (Exposición Puertas de Sevilla, ayer y hoy. Sevilla, 2014).
      Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la desaparecida Puerta de Carmona, de Sevilla. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la ciudad.

Más sobre el Recinto Amurallado de Sevilla, en ExplicArte Sevilla.

Más sobre la calle Puerta de Carmona, en ExplicArte Sevilla.

jueves, 30 de octubre de 2025

Los principales monumentos (Iglesia de Nuestra Señora del Amparo, e Iglesia de Santa Rita) de la localidad de Entrín Bajo, en la provincia de Badajoz

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Badajoz, déjame ExplicArte los principales monumentos (Iglesia de Nuestra Señora del Amparo, e Iglesia de Santa Rita) de la localidad de Entrín Bajo, en la provincia de Badajoz.
     Entrín Bajo se halla a escasa distancia de Corte de Peleas, tratándose de un pequeño enclave de 700 habitantes que se complementa como municipio con su anejo Entrín Alto.
     Su fundación se debe, según la tradición, a los ocupantes leoneses que se asentaron en este punto tras la Reconquista, sobre un viejo núcleo prehistórico, dentro de la jurisdicción de la Ciudad y Obispado de Badajoz.
     Tipo de Entidad: Municipio
     Superficie Término: 9,7 Km2
     Altitud: 244 m.
     Distancia Capital: 35 Km.
     Partido Judicial: Almendralejo
     Comarca: Tierra de Barros
     Otras Entidades: Entrín Alto -barrio- a 3 km. del núcleo -Entrín Bajo- y a 244 m. de altitud.
     Gentilicio: Entrinero
Ayuntamiento de Entrín Bajo
     Avda. Luis Chamizo, 46
     06197 Entrín Bajo (Badajoz)
     Teléfono: 924481004
     Fax: 924481093
     Correo-e: secretaria@entrinbajo.es
     Web: www.entrinbajo.es
Historia.-
    Entrín Bajo se halla a escasa distancia de Corte de Peleas, tratándose de un pequeño enclave de 700 habitantes que se complementa como municipio con su anejo Entrín Alto.
     Su fundación se debe, según la tradición, a los ocupantes leoneses que se asentaron en este punto tras la Reconquista, sobre un viejo núcleo prehistórico, dentro de la jurisdicción de la Ciudad y Obispado de Badajoz. El topónimo deriva del de Entrín Verde que nomina el arroyo, también llamado Antrín o Lentrín, que baña ambos lugares. Familiarmente se les conoce como Los Entrines. Económica y morfológicamente constituye un centro típicamente agrícola (Diputación Provincial de Badajoz).
Monumentos.-
     En el aspecto constructivo la realización más destacada es la iglesia parroquial de Ntra. Sra. del Amparo, que preside la atractiva plaza que se abre en un extremo de la población.
     Fue levantada a principios del presente siglo sobre otra anterior como obra de planta rectangular y espacio unitario de estructura moderna.
     Al exterior presenta fachada encalada con portada de frontón, huecos de medio punto y espadaña de coronación con cuerpos laterales adosados, con los recercos enfatizados en color ocre y pequeño esquilón sobre la cabecera (Diputación Provincial de Badajoz).
ENTRÍN ALTO
     Por su configuración poco evolucionada en relación con su aspecto secular, constituye un núcleo pintoresco, representativo de los enclaves rurales de llano, en el que perduran casas de tipo tradicional con grandes chimeneas y otros componentes de acusado plasticismo. Su reducido censo se engloba en el de Entrín Bajo.
     El hito más señalado es la iglesia parroquial de Santa Rita, que preside también una plaza de grato sabor popular. Es obra muy sencilla de planta rectangular con cubierta de bóvedas de arista, minúscula sacristía y fachada encalada sin elementos rue resalten.
     Cerca de la iglesia encuentra una Casa-Museo en la que se custodian piezas de interés aparecidas en el vecino yacimiento de La Pijotilla y otros, correspondientes sobre todo a la prehistoria más próxima. Algunas de origen visigodo se exponen directamente en la calle ante la casa (Diputación Provincial de Badajoz).

          Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Badajoz, déjame ExplicArte los principales monumentos (Iglesia de Nuestra Señora del Amparo, e Iglesia de Santa Rita) de la localidad de Entrín Bajo, en la provincia de Badajoz. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la provincia pacense.

Más sobre la provincia de Badajoz, en ExplicArte Sevilla.

El azulejo conmemorativo al párroco D. Manuel Domínguez Bermejo, en la fachada de la Iglesia de San Gil

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte el azulejo conmemorativo al párroco D. Manuel Domínguez Bermejo, en la fachada de la Iglesia de San Gil, en la plaza homónima, de Sevilla.
     Hoy, 30 de octubre, es el aniversario de la colocación (30 de octubre de 1991) del azulejo conmemorativo al párroco D. Manuel Domínguez Bermejo, así que hoy es el mejor día para ExplicArte el azulejo conmemorativo al párroco D. Manuel Domínguez Bermejo, en la fachada de la Iglesia de San Gil, de Sevilla.
     La Iglesia de San Gil, abad [nº 49 en el plano oficial del Ayuntamiento de Sevilla; y nº 71 en el plano oficial de la Junta de Andalucía]; se encuentra en la plaza San Gil, s/n (aunque la entrada habitual se efectúa por la portada lateral, situada en la misma plaza San Gil, 10); en el Barrio de San Gil, del Distrito Casco Antiguo.
     En su fachada lateral, encontramos un azulejo conmemorativo muy interesante. Es una obra de 24 piezas (6 x 4), siendo la parte más destacable el propio texto en sí, ornamentado con el escudo parroquial de San Gil, y una cenefa vegetal, muy sencilla, más un enmarque sogueado simple. El texto es el siguiente:
"A iniciativa de la Hermandad
de la Macarena, con la autorización del
Excmo. Ayuntamiento, la Parroquia, Órde-
nes Religiosas y sus Hermandades, acuer-
dan dedicar esta Plaza de S. Gil al Rvdo.
P. D. MANUEL DOMÍNGUEZ BERMEJO,
Párroco y Director Espiritual durante 39
años, en el primer Aniversario de su
fallecimiento.
Sevilla, 30 de Octubre de 1.991".

     Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte el azulejo conmemorativo al párroco D. Manuel Domínguez Bermejo, en la fachada de la Iglesia de San Gil, de Sevilla. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la ciudad.

Más sobre la plaza San Gil, en ExplicArte Sevilla.

miércoles, 29 de octubre de 2025

Los principales monumentos (Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, Santuario de Nuestra Señora del Valle, Pósito - Casa de la Cultura, Ermita de la Vera Cruz, Escultura de la Maternidad, Escultura Leona de Santaella, Museo Histórico Municipal - Casa de las Columnas, Castillo y Recinto Amurallado) de la localidad de Santaella, en la provincia de Córdoba

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Córdoba, déjame ExplicArte los principales monumentos (Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, Santuario de Nuestra Señora del Valle, Pósito - Casa de la Cultura, Ermita de la Vera Cruz, Escultura de la Maternidad, Escultura Leona de Santaella, Museo Histórico Municipal - Casa de las Columnas, Castillo y Recinto Amurallado) de la localidad de Santaella, en la provincia de Córdoba.
     Tierra donde dejaron su huella numerosas civilizaciones desde el paleolítico inferior, pasando por íberos, romanos, visigodos e hispanomusulmanes.
     Santaella está situada al suroeste de la provincia de Córdoba, en pleno corazón de Andalucía. Cuenta con un término municipal de unos 272 km cuadrados aproximadamente dentro del cual se encuentran sus aldeas: La Montiela, El Fontanar, Huertas Bocas del Salado, Huertas del Ingeniero. Tiene alrededor de unos 6.100 habitantes. Su principal actividad económica es la agricultura, aunque en la actualidad se están creando numerosas empresas de transformación. Su historia data de 150.000 a.C. y aquí formaron parte numerosas civilizaciones que nos fueron dejando su huella: la época del bronce, ibéricos, romanos, visigodos y árabes. Hasta que fue conquistada por Fernando III el Santo, se constituyó en municipio en el año 1240.
     Villa situada al suroeste de la provincia, a 15 Km. de La Rambla.
     Distancia a Córdoba: 56 Km.
     Altitud: 243 m.
     Extensión: 271,21 Km2
     Habitantes: 6.100
     Gentilicio: Santaellenses
     Mancomunidad: Campiña Sur
Ayuntamiento de Santaella
     Dirección: Plaza Mayor, 6. 14546- Santaella (Córdoba)
     Teléfono: 957313003- 06
     Fax: 957313224
     Página Web:  www.santaella.es
     Correo electrónico: turismo@santaella.es (Diputación Provincial de Córdoba).
     Aunque se suele remontar el origen de Santaella a la época visigoda, aparece citada por ve primera en el siglo XII, en época almohade. Fue tomada por Fernando III en 1241, pasando a jurisdicción de Córdoba, generalmente bajo el control de la Casa de Aguilar. En 1569 logró emanciparse de Córdoba, pero en 1649 pasó a Diego de Aguayo, nuevo marqués de Santaella. Finalmente en 1733 logró la independencia municipal. Conserva restos de las murallas de origen almohade que protegieron el barrio de la Villa, destacando una puerta y el castillo, reformado en el siglo XVI (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
     A doce kilómetros de La Rambla, está Santaella, muy bella población situada sobre un pequeño tajo, en el que se localiza el castillo así como la iglesia de la Asunción, con su bellísima portada plateresca, una de las primeras de este estilo en la provincia (Rafael Arjona. Guía Total, Córdoba. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2009).
      
Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.-
    La construcción de este templo se inició con la reforma del lado norte y la torre por el maestro Hernán Ruiz el Viejo en 1527; en 1559 proyectó Hernán Ruiz II la gran capilla mayor, trabajando también en ella su hijo Hernán Ruiz III, hasta terminarse en 1606 bajo la dirección del arquitecto Juan de Ochoa. El cuerpo de la iglesia se debe a Juan Francisco Hidalgo, que lo realizó entre 1669 y 1685. Tras experimentar algunas reformas en el siglo XVIII, en 1980 fue restaurada por Joaquín Gómez de Hita y en 2005 se halla de nuevo sometida a importante restauración por los arquitectos Fernando Osorio y Marián Martínez. En su estructura se distinguen dos partes esenciales: el imponente cubo de la capilla mayor y las tres altas naves, separadas por arcos de medio punto.
     El retablo mayor, inspirado por el de la Cate­dral de Córdoba, fue tallado entre l627 y 1631 por Juan de Espinosa y pintado en 1618 por Cristóbal Vela y Francisco de Vargas. En el banco lleva pinturas con el Prendimiento y la Oración del Huerto y, en la puerta del sagrario, San Pedro Papa. Preside el relieve de la Asunción, flanqueado por esculturas de los santos Acisclo y Victoria y pinturas de San José y los santos Antón y Pablo ermitaños. En el ático hay un Calvario de talla y a los lados, San Pedro y San Pablo, rematando el Padre Eterno.
     En el brazo derecho del crucero, se encuentra la capilla del Sagrario, cuyo retablo de mármoles es obra de Alonso Pérez y Andrés Gallardo, realizado entre 1734 y 1739. Tiene columnas salomó­nicas en el cuerpo y estípites en el enorme ático. En el tabernáculo hay una talla de la Inmaculada coetánea, procedente de otro  lugar. En el cuerpo están las esculturas de Santo Domingo y San Antonio y en el ático. Los Padres de la Iglesia y el sumo sacerdote Melquisedec flanqueado por los bustos de Adán y Eva. Los ángeles lampareros son de hacia l750.
     El púlpito es también de mármoles embutidos y fue realizado por José Gutiérrez Abril en 1756. Lleva el escudo del obispo Martín de Barcia y tres apóstoles en relieve. El resto de altares se encuentra en la actualidad desmontado por razones de la reforma. Pero merece la pena recordar algunas obras del patrimonio de esta iglesia, como San Francisco de Paula, de hacia 1630, año en que se le nombró patrón de la villa, Cristo Atado a la Columna, probable talla local de mediados del XVII, aunque de  iconografía manierista, y la bella imagen de Jesús Nazareno, obra sevillana de Vergara Herrera, de 1940.
     En las dependencias parroquiales se conserva un estimable ajuar de orfebrería en el que descuella la hermosa custodia procesional realizada por Antonio de Alcántara en 1656. También un cáliz, punzonado por Diego de Alfaro, fechado hacia 1578, un portaviático de Damián de Castro, realizado en torno a 1770, una cruz procesional, de 1762, con punzón de Aranda y varias piezas más del siglo XVIII (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
      Consta de tres naves, siendo la central más ancha que las laterales. 
     El templo es de proporciones catedralicias y destaca la gran cúpula de crucero, que abarca las tres naves, sobre pechinas, proyectada por Hernán Ruiz II y terminada por Juan de Ochoa. La nave principal es de bóveda de cañón y las laterales de crucería, la de la derecha las ha perdido en una reciente restauración, para dejar vistas las vigas de madera de cubierta. 
     Entre sus altares destaca el Mayor, renacentista, y el del sagrario de 1749, barroco, construido con jaspes. De la misma época y estilo es el púlpito de una pieza en jaspe rojo con embutidos.
     Sus capillas de más mérito son la de las Ánimas con un magnífico artesonado que da al claustro, recientemente restaurado y la gótica en la base de la torre.
     En la fachada izquierda existe una bella portada plateresca, inundada de materiales, que no se percibe desde el exterior por tener delante la tapia de cerramiento del solar de la iglesia.
     La torre, de más de 50 metros, tiene tres cuerpos; el primero gótico de planta octogonal y base cuadrada y los otros dos renacentistas, reconstruidos en 1758 tras los daños ocasionados por el terremoto de Lisboa, ambos sirven de campanario. La torre data de 1527.
     Delante de la entrada al templo existe un resto de muro terminado en frontón que oculta la verdadera portada con hornacina.
     Fue construida sobre una antigua mezquita árabe durante el periodo de 1.527-1.670 y constituye un vivo testimonio de la evolución de la arquitectura cordobesa en dicha época (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     Conocida como la catedral de la campiña y declarada Bien de Interés Cultural (BIC), es el monumento más representativo de Santaella.
     Se trata de un templo renacentista de grandes dimensiones, en cuyo lugar hubo una antigua mezquita musulmana del siglo X, que pasó posteriormente a convertirse en templo cristiano con la conquista de Santaella de Fernando III en el siglo XIII.
     Destacan su grandiosa Capilla Mayor, el Retablo Mayor, el Altar de Sagrario, el Púlpito, el Órgano,  La Torre y la Portada plateresca (Diputación Provincial de Córdoba).

Santuario de Nuestra Señora del Valle.-

    El actual templo fue levantado por iniciativa de don Miguel Vicente Alcaide y Lorite entre 1747 y 1752, atribuyéndose las trazas a Tomás Jerónimo de Pedrajas. Es de una nave con cruce­ro trilobulado y camarín de planta cuadrada en la cabecera. La iglesia fue restaurada en 1990 y el camarín en 1991.
     El retablo mayor fue realizado en 1750 por los maestros ecijanos Juan José y Bartolomé Cañero bajo supervisión de Pedrajas. Lo adornan las imágenes de San Francisco, San Antonio de Padua, San José y San Ildefonso y, en el ático, la Visitación. El camarín, ricamente ornamentado, guarda la imagen de la titular, una teotocos gótica mutilada para ser vestida. Los ángeles lampareros se inspiran en modelos sevillanos de mediados del XVIII.
     Los retablos del crucero se realizaron también por los hermanos Cañero en 1750. El de la izquierda está dedicado a San Joaquín, que lleva un cordero en el brazo; en el remate se ve una pequeña imagen de San Miguel. El de la derecha es de Santa Ana, representada en pie con un libro en la mano y un tallo que le brota de su pecho, sobre el que está apoyada una paloma, signo de la concepción inmaculada de María. En los muros del crucero y nave hay repartidas urnas dieciochescas con diversas imágenes de carácter popular.
     En el muro izquierdo de la nave, próximo a los pies de la iglesia, hay un lienzo de la Virgen del  Carmen del siglo XIX y varias pinturas de diversa fecha sin especial relevancia, entre ellas un Ecce Homo y la Huida a Egipto, éste firmado por V. Palma. En el lado derecho, cuelgan una Divina Pastora, un San Juanito y una Virgen con Niño, inspirada en la de la Servilleta de Murillo (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
      En las trazas del edificio, en el camarín y en los retablos de los Cañero, maestros tallistas ecijanos, participó Tomás de Pedrajas. La iglesia presenta planta de cruz latina, cuyos brazos tienen forma trebolada. Lo más destacado es el sistema de cubiertas de estos brazos, formadas por un curioso sistema de bóvedas con un gran gallón central entre dos casquetes de esfera. El resto del templo se cubre con bóvedas de medio cañón en la nave y cúpula en el crucero. El conjunto se complementa con la ornamentación de yeserías, la mayoría de ellas de temas geométricos, que se extienden hasta el camarín. En la nave de disponen tribunas laterales que se prolongan hasta el coro alto situado a los pies del templo. Al exterior es claramente apreciable la disposición de la planta y destaca la portada dividida en dos cuerpos. En el inferior, el vano de medio punto de la entrada está flanqueado por pilastras toscanas y baquetón mixtilíneo. Aquellas soportan el entablamento que da paso al segundo cuerpo formado por una hornacina que contiene la imagen de S. Miguel.
     A escasa distancia de Santaella, fue mandada levantar a expensas de D. Miguel Vicente Alcaide y Lorite, mayordomo y administrador de la cofradía de Nuestra Señora de Santaella a mediados del s. XVIII, sobre una edificación más antigua de la que se conserva la portada. Ésta da acceso al patio y se puede leer una inscripción: "ESTA PORTADA HIZO A SU COSTA ALONSO FERNANDEZ ALCAIDE, DEBOTO (sic) DE NUESTRA SEÑORA. AÑO 1699". Desde 1987 la ermita está atendida por la comunidad de Hermanos de la Resurrección, dedicados al enterramiento y cuidado del cementerio situado junto a la ermita. La devoción a Nuestra Señora del Valle es muy popular, no sólo en Santaella, sino que se extiende por toda la comarca. Su festividad, el 8 de septiembre, se hace coincidir con la Feria Real en honor de la Virgen (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     Situada en las afueras, al sureste de la población, el Santuario del Valle se constituye como uno de los principales elementos patrimoniales existentes en la localidad. Alberga en su interior la venerada y antigua imagen de la patrona por aclamación popular y alcaldesa perpetua, Nuestra Señora del Valle.
     Se trata de una imagen del siglo XIII, en la transición del románico al gótico que ha sido recientemente restaurada y que conserva los colores y tallas originales. El edificio es de estilo barroco andaluz con planta de sala, o cajón, con cabecera trilobulada que, en su centro, se cierra con una cúpula. Preside el templo el Camarín de la Virgen que se abre en el gran retablo barroco de madera tallada y dorada. A los lados se encuentran sendos retablos, más pequeños, que albergan las imágenes de San Joaquín y Santa Ana.
     El Santuario tiene un indudable valor social que se configura como un lugar de encuentro entre lugareños y emigrantes, estos últimos denominados Hermanos Ausentes, siendo un símbolo que conjuga el pasado, presente y futuro de esta población, de las personas que están y de las que, aunque se fueron, siguen estando muy presentes ya que los fallecidos siguen viviendo en la memoria de los vivos (Diputación Provincial de Córdoba).

antiguo Pósito - Casa de la Cultura.-
    Fue construido en el siglo XVIII durante el reinado de Carlos III, en 1736. Destaca su portada de piedra blanca con decoradas pilastras a base de motivos geométricos.
     Fue el antiguo pósito municipal, y más tarde pasó a cuartel de la guardia civil, hasta que en 1988 y hasta 2016 albergó el museo municipal. Actualmente este edificio ha sido restaurado y es sede de la casa de la cultura y de la sala de exposiciones (Diputación Provincial de Córdoba).

Ermita de la Vera Cruz.-

    La Ermita de la Vera Cruz, aunque se encuen­tra muy transformada, tuvo su origen en el siglo XVI. Está presidida por el Santo Cristo de dicha advocación, talla también del XVI restaurada por Miguel Arjona en 1985, y la Virgen del Mayor Dolor, bella imagen de vestir del XVII (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
      De formas muy sencillas, presenta planta rectangular muy alargada con cabecera plana, abriéndose a esa altura en el muro del Evangelio una pequeña sacristía. Al exterior la precede una escalinata que desemboca en un pórtico formado por un arco de medio punto que cobija la portada. Sobre ésta se levanta una sencilla espadaña de un solo vano, construida en ladrillo.
     Situada en el casco histórico de Santaella, la ermita es obra de una reconstrucción total llevada a cabo en la década de los años 70 de este siglo, sobre los cimientos de la primitiva. No obstante, el culto y veneración a la imagen se remonta al siglo XV. El Cristo de la Veracruz recibe culto semanalmente y procesiona el Jueves Santo acompañado a la Virgen del Mayor Dolor (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Escultura de la Maternidad.-
     Escultura realizada por el artista local Paco Luque, el cual quiso representar la esencia de los emigrantes de Santaella. La mujer representa a Santaella, junto a ella su hijo representa a todos los ciudadanos que conviven en nuestro pueblo.
     Los niños que posan sentados representan a todos aquellos hijos de Santaella ausentes repartidos por los cuatro puntos cardinales, sostienen un libro en el que escriben la vida de cada uno de ellos (Diputación Provincial de Córdoba).

Escultura Leona de Santaella.-
     La leona es la imagen principal de Santaella y todo un símbolo del pueblo. La pieza original se encuentra en el museo, de origen íbero (Diputación Provincial de Córdoba).

Museo Histórico Municipal - Casa de las Columnas.-
      Se empezó a construir en 1730 y se terminó en 1734, siendo obra del arquitecto Tomás Jerónimo Pedrajas.
     Presenta una portada de composición barroca amortiguada, con un primer cuerpo formado por portalón pareado de columnas dóricas sobre basamento cuadrado sobre el que se asienta un balcón con bonita rejería y medias volutas laterales. El segundo cuerpo lo integra un vano rematado por un arco compuesto, igualmente entre volutas, sobre cuyo entablamento se aloja un escudo nobiliario. Está construida a base de ladrillo visto aplantillado con argamasa de cal y arena (se encuentra enfoscada en toda la parte de planta baja).
     En el interior lo más interesante es el patio central porticado de estilo barroco. Es de planta rectangular, formado por arcos de medio punto de piedra enfoscados y encalados, en cuyo centro hay un aljibe para la recogida de agua en invierno.
     Son, además,  piezas de interés la bóveda de la caja de escalera principal y las cuatro bóvedas de las caballerizas de crucería apoyadas en una columna central -con basa y capitel- y en los cuatro muros que la definen. Todo ello conserva una buena carpintería en puertas y viguería sencilla (las que quedan) de estilo barroco.
     Además tiene tres patios, ocho dependencias en planta baja, cuatro en planta alta, una de las cuales invade la mitad del pasillo del patio central, y un pequeño sótano debajo del mencionado patio. Todas están construidas con ladrillos (adobes) y argamasa de cal y arena (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     Casa del siglo XVIII de estilo barroco a la que se accede por una monumental portada con columnas toscanas, que sujetan un entablamento rematado en un frontón partido que aloja un balcón, sobre éste, un nuevo orden soporta un frontón muy movido que presenta, en su tímpano, un escudo nobiliario que debe estar relacionado con la familia. Fue sede de las Casas Principales de D. Miguel Vicente Alcaide Lorite, a quien también debemos la actual Ermita Nuestra Señora del Valle. Grandiosa mansión de dos pisos, sótano y buhardilla, que se articula en torno a dos patios, uno principal en la zona noble y otro trasero que serviría a la casa de labor. En el interior destaca la escalera con cúpula de yesería barroca y el patio central porticado de estilo barroco de planta rectangular, formada por arcos rebajados de ladrillo. La Casa de las Columnas se inauguró en 2016 tras una larga y completa restauración, llegando a ser así el lugar ideal y digno de la sede del Museo Histórico Municipal. A lo largo de sus tres plantas visitables, se expone un conjunto de piezas y materiales procedentes de los yacimientos del término municipal de Santaella, así como otros de nuestro pasado más reciente que reflejan, entre todos, el devenir histórico de estas tierras (Diputación Provincial de Córdoba).

Castillo y Recinto Amurallado.-

      El castillo se encuentra en el extremo Sureste del recinto amurallado y aunque ha sido muy afectado por edificaciones más modernas, se destaca una torre de tapial sobre zócalo de sillería, junto a la que se delimita un patio de armas.
     Del antiguo castillo sólo se conservan algunos torreones y lienzos de murallas, pregonando su pretérita fortaleza defensiva. Rodeado de barrancos, tan sólo tenía una puerta por la parte de la plaza. En el interior se conservan aún los aljibes y otros detalles de interés.
     En las inmediaciones del pueblo se descubren los restos de su antiguo castillo, en una escarpada ladera. Dicha fortaleza fue, quizá la que en el Itinerario de Antonino se cita con el nombre de Ad-ras, y que Ptolomeo la denominó Asila, y Plinio, Sacrana o Sacrata. El Nubiense, en su geografía, la llama Sant-Falla. En manos de los árabes, la conquistó San Fernando en 1.240, reservándosela para su corona hasta el reinado de Alfonso XI, que la cedió a Córdoba. Fue teniente de alcaide de esta fortaleza Gonzalo Fernández de Córdoba (El Gran Capitán).
      El recinto amurallado, está muy destruido por edificaciones actuales. 
     Permanecen en pie restos de murallas entretejidos con las nuevas construcciones y dos torres con cimentación de sillería y el resto de tapial, en el que se encuentran gran cantidad de cerámica procedente del Cerro de la Muela.
     La entrada al recinto amurallado es por una puerta, con el tradicional recodo de las construcciones árabes y una poderosa torre que llaman El Castillo. Exteriormente la obra de tapial de la torre se interrumpe en su segundo piso, con un vano decorado con almohadillado renacentista. Una gárgola embellece la silueta Sureste. Interiormente una bóveda vaída de rosca de ladrillo remata el techo del primer piso, tres nichos cargados con medias bóvedas y recinto anexo, seguramente hueco de escalera con pequeñas bóvedas de crucería.
     En el subsuelo se hallaban las mazmorras. En el interior del recinto amurallado se encuentra la antigua villa y la parroquia de la Asunción.
     El recito amurallado acoge el patio de armas del castillo y dos espaciosos aljibes que las nuevas construcciones han ido enmascarando (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     Muestra del intenso pasado histórico de Santaella es el cinturón fortificado que rodea al Barrio de la Villa o el Barrio Bajo. Particular interés tiene el lienzo de muralla que asoma y domina la Plaza Mayor y que continúa por el Paseo Adarve. Pese a que siempre se ha pensado que es de origen almohade, lo cierto es que las investigaciones que se están desarrollando sobre dicho bien, están arrojando cronologías de diferentes épocas, como por ejemplo obras y reformas de época cristiana, aunque no se descartan fases anteriores a la almohade. En el lienzo se ve una típica puerta de recodo con gran arco de herradura apuntado y cerca de ella un gran torreón de tapial que con su vigorosa silueta preside la plaza. Se trata de un Torreón del Homenaje realizado entre los Siglos XIV y XV y que se corresponde además con la última fase constructiva realizada en el recinto amurallado de la villa. Entre el torreón y la puerta encontramos una construcción barroca con portada y balcones de ladrillo que fue la sede del antiguo Ayuntamiento. Todo el conjunto amurallado está catalogado como BIC, máxima figura de protección que otorga la Ley de Patrimonio Histórico (Diputación Provincial de Córdoba).

     Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Córdoba, déjame ExplicArte los principales monumentos (Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, Santuario de Nuestra Señora del Valle, Pósito - Casa de la Cultura, Ermita de la Vera Cruz, Escultura de la Maternidad, Escultura Leona de Santaella, Museo Histórico Municipal - Casa de las Columnas, Castillo y Recinto Amurallado) de la localidad de Santaella, en la provincia de Córdoba. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la provincia cordobesa.

Más sobre la provincia de Córdoba, en ExplicArte Sevilla.

La desaparecida Puerta del Sol

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la desaparecida Puerta del Sol, de Sevilla.
      La Puerta del Sol, se encontraba en la calle Madre Isabel de la Trinidad; en los Barrios de Santa Catalina, y de San Julián, del Distrito Casco Antiguo, de Sevilla.
     Se encontraba situada al final de la calle Trinidad.
     Este topónimo no aparece documentado en las fuentes musulmanas, aunque sí en el Libro del Repartimiento y en otros documentos castellanos de los siglos XIII, XIV y XV.
     En cuanto a su origen, la historiografía sevillana se encuentra dividida entre quienes lo consideran vinculado con el hecho de que esta puerta fuese la más oriental y, por tanto, la primera en recibir los rayos solares, y quienes consideran que el nombre estaba vinculado al carácter votivo de la puerta, consagrada a este astro. También hay autores que, si bien recogen estas dos explicaciones, incluyen una tercera relacionada con un sol que la decoraba.
     La primitiva estructura de la puerta islámica es posible conocerla a través de testimonios literarios y documentales. La primera referencia la encontramos en un documento de los Papeles del Mayordomazgo fechado en 1386, a través de la cual sabemos que tenía "alcazarejo" y "barvacana de enderredor del dicho alcazarejo". En otro documento de los Papeles del Mayordomazgo fechado en 1426, se hace alusión a unas obras en su alcázar, torres y puertas.
     Sin embargo, el testimonio fundamental lo constituye la descripción que de ella hizo Morgado en el siglo XVI, cuando todavía conservaba, al igual que la de Córdoba, las "rebueltas" y los "rebelines" islámicos. En este sentido, figura también, en el documento de 1560, en la relación de accesos que en el siglo XVI tenían puertas por las que "se ba rodeando para salir desta ciudad" y "rebellines".
     Además, en el grabado de Hoefnagle desde el Este, fechado en  1565, se la representa abierta en una torre, que también puede intuirse en las modernas representaciones de esta puerta.
     Por lo tanto, se trataría de una torre-puerta con acceso en recodo único y protegida por barbacana, muy similar a la de Córdoba.
     Por otra parte, y aunque esta puerta figura, en el documento de 1560, en la relación de aquéllas en las que Hernán Ruíz debía intervenir al objeto de facilitar el acceso, fue una de las últimas en perder su carácter islámico, puesto que hemos visto cómo Morgado la incluía entre las que todavía en su tiempo conservaban las "rebueltas " y los "rebelines", los cuales habrían sido derribados en la obra que en ella se hizo en 1595 bajo el mandato del Asistente don Pedro Carrillo de Mendoza, y sustituidos por un gran arco de medio punto. Por lo tanto, este hecho podría indicar que el proyecto contenido en el documento de 1560 no llegó a realizarse en su totalidad.
     Las obras de 1595 concluirían con la colocación de una lápida con inscripción en castellano en conmemoración de las mismas. A través de la historiografía, sabemos que se encontraba sobre su arco, hacia el exterior.
     No tengo noticia alguna de esta lápida, por lo que debió ser destruida cuando entre los años 1870 y 1871 se procedió al derribó la puerta (Daniel Jiménez Maqueda, Estudio histórico-arqueológico de las puertas medievales y postmedievales de las murallas de la ciudad de Sevilla. Guadalquivir Ediciones. Sevilla, 1999).
     El primer hilo de luz que cada amanecer se escapaba del horizonte venía a parar hasta esta esquina, a través de la cual la claridad entraba solemnemente en la vieja ciudad. Durante muchos años, aquí empezaron los días en ella. Y también aquí empezaban las noches.
     Los primeros que se levantan y los últimos que se acuestan coinciden en este lugar a esa hora incierta en la que aún no es de día porque todavía no ha salido el sol, pero tampoco es de noche porque en las cosas ya se perciben los primeros signos de haber escapado del sueño. Hay luz en las ventanas y los pájaros pregonan el alba desde sus ocultos nidos. Todo está oscuro pero algo dice en el ambiente que la ciudad ya está despierta. En la cafetería Trinidad hace solo un rato aún estaban sirviendo filetitos a la plancha, pero a partir de un momento que nadie sabría decir cuándo ocurrió ni por qué, la clientela solo requiere desayunos. En un relevo imperceptible, los madrugadores han ocupado el sitio que fueron abandonando los noctámbulos, mientras a las puertas de la cafetería se van apa­gando las luces verdes de los taxis, eclipsadas por la claridad, a cada instante más intensa, del amanecer. El frío aprieta, los cuellos de los abrigos se levantan, las puertas del colegio de las Trinitarias se abren por fin. Un nuevo día ha comenzado.
     Durante muchos siglos, esta esquina que hoy forman la avenida de María Auxiliadora y la calle Madre Isabel de la Trinidad fue el primer rincón de Sevilla al que se asomaba el astro rey. Hoy es distinto, porque antes de llegar hasta aquí, el primer haz de luz ha de trazar un largo itinerario a través de otros barrios que el tiempo fue anteponiendo entre esta esquina y el horizonte. Pero eso es ahora. Antes, un antes que casi duró los tres mil años que a Sevilla se le calculan, era aquí donde empezaba el tiempo en la ciudad. Y también donde acababa. Porque igual que los días entraban por esta puerta, también por ella se colaba la noche, extendiendo paradójicamente sus sombras a través de la misma calle que el sol trazó con la plomada de uno de sus rayos entre la blancura abigarrada del caserío, para que por ella se abriese paso cada mañana su claridad. Por eso se llamaba del Sol la puerta que en este punto tenía la antigua muralla de Sevilla, de cuya existencia es hoy reminiscencia esta calle donde el tiempo estableció una frontera que desde hace años no se mide por la irrupción ciclópea en el horizonte del lucero que anuncia el alba, sino a partir del instante en que las tostadas dan el relevo a los filetitos en la plancha de la cafetería bar Trinidad, El Trini para sus habituales.
     Tenía un sol en su frontispicio y un alto torreón a su lado, donde habitaba un anciano matrimonio. La prerrogativa de vivir allí fue concedida a la pareja gracias al arrojo de la esposa, llamada Josefa Rodríguez, la cual, en el caluroso y violento mes de junio de 1843, desafiando el fuego de las bombas del general Van Halen (nada que ver, que yo sepa, con el famoso guitarrista de heavy metal), socorrió con agua y víveres a los soldados que defendían la ciudad parapetados en una barricada levantada en la Puerta Osario. Tan heroico proceder, le valdría a la buena señora la concesión de una pensión vitalicia, de la que disfrutaría junto a su esposo hasta que en la trágica noche del 7 de noviembre de 1865 unos ladrones asaltaron la torre y acabaron con sus vidas. No fue aquel, por desgracia, el único episodio funesto del que la Puerta del Sol sería testigo, pues igual que vio entrar la luz cada mañana, también vio salir bajo su arco centenares de cadáveres cuando la ciudad fue asolada por las epidemias de peste de 1362, tan virulenta que hasta el rey don Pedro hizo testamento temiéndose lo peor, y, sobre todo, 1649, tan letal que dejaría los barrios de San Julián y Santa Marina convertidos en un mortuorio páramo. Es posible que todos estos hechos trágicos tuvieran que ver con el halo ectoplásmico y misterioso que acabaría envolviendo este enclave de la ciudad durante mucho tiempo llamado «la puerta del Sol", nombre que hace más de un siglo que la ciudad olvidó; se decía que en ella era donde acababa la jurisdicción del inquietante y antaño famoso duende Rascarrabias, de quien hablaremos con más detalle unos capítulos más adelante. Y también era de fama antiguamente que en sus aledaños acontecieron las andanzas de los llamados "fantasmas rojos", acaecidas durante la invasión francesa. Si bien, los tales fantasmas, más que seres del ultramundo resultaron ser individuos de carne y hueso que se ganaban la vida trabajando como panaderos. Dos hermanos, llamados Juan y Pedro, que vengaban a una hermana, María, violada por la soldadesca invasora. Según cuenta Álvarez Benavides, muy cerca de esta puerta, en el cercano convento del Valle -sobre cuyos restos se alza hoy el santuario de la Herman­dad de los Gitanos- las tropas napoleónicas habían instalado un cuartel. Los "fantasmas rojos" se amparaban en la contradictoria oscuridad que de noche reinaba en la Puerta del Sol para degollar a todo militar galo que osara aventurarse sin compañía en las inquietantes tinieblas que envolvían aquellos andurriales.
     A pesar de que los días y las noches principiasen en ella, no era la del Sol una puerta principal, de hecho ni siquiera ha quedado constancia de la fecha exacta en que fue demolida. Sí, en cambio, consta la de la reforma que le hizo adquirir la fisonomía con la que su recuerdo ha llegado hasta nosotros a través de láminas y dibujos. De aquella reforma daba fe una placa, cuyo texto nos ha llegado a través del historiador Félix González de León, quien la transcribe de este modo: "Reinando en Castilla el Rey D. Felipe nuestro Sr. II de este nombre, Sevilla mandó abrir esta puerta y se acabó siendo asistente D. Pedro Carrillo de Mendoza, Conde de Pliego de las Villas de Canaberas y Castinuevo, y diputados della el 24 Pedro de León de Aiala y el jurado Rodrigo Xuárez. Acabose el año de 1595". González de León, que alcanzó a verla en pie, describe la puerta como "grande y elevada", pero "sin que pueda decirse de ella nada digno de observarse". Junto al lugar donde se alzaba permanecen aún valiosos vestigios de nuestro pasado, empezando por un buen trecho de la antigua muralla que constituye el más importante y mejor conservado, aparte, claro está, del lienzo que sobrevivió entre las puertas de Córdoba y la Macarena. Emparedada entre las casas, la cerca discurre en paralelo a la calle Sol, habiéndose comprobado la existencia de restos evidentes de ella a la altura de los números 124 y 130. Más evidente resulta, sin embargo, su presencia en los jardines que actualmente ocupan el solar del antiguo convento del Valle, cuyo derribo en los años ochenta del siglo pasado dejó al descubierto un tramo de doscientos metros de la muralla que incluía cinco torres. Un detalle curioso observado en el trazado de la cerca en este punto es el misterioso ángulo recto que describe y que a algún experto ha hecho elucubrar hipótesis sobre la posible existencia de alguna construcción de grandes dimensiones (¿por ventura, un edificio de época romana?) que la muralla tratase de eludir trazando ese forzado e inexplicable ángulo para dejarlo fuera de la ciudad al no ser de interés ni utilidad para los habitantes de la época musulmana en que fue construida. 
   Hipótesis aparte, lo cierto es que además de esos excelentemente conservados restos de la muralla, en el entorno de la antigua Puerta del Sol, hoy se conservan otras edificaciones de interés, sobre todo histórico y sentimental, como el beaterio de la Santísima Trinidad, donde aún se custodian las antiguas imágenes de la cofradía de la Bofetá, o el hogar natal de sor Ángela de la Cruz, una pequeña casita de cal blanca que las monjas de la ejemplar orden que aquella fundara mantienen pulcra y reluciente. Al fondo de la calle está también la iglesia mudéjar de Santa Lucía, donde fue bautizada la santa sevillana, pero en la que no se oficia culto alguno desde hace más de siglo y medio. El templo fue desacralizado durante la revolución Gloriosa de 1868, sufriendo a partir de entonces una suerte de desguace ornamental y arquitectónico. Su pila bautismal fue llevada al convento de las Hermanas de la Cruz y su portada de piedra a la iglesia de Santa Catalina, desapareciendo también el campanario que remataba su torre. Sufrió después muchos años de olvido, siendo destinado a cometidos diversos, algunos no demasiado nobles, como almacén, local de ensayo de bandas de música o sala de exposición. Propiedad de la Junta de Andalucía desde los años ochenta del pasado siglo, varios fueron también los intentos de recuperarla para el culto, vanos todos. Algunas hermandades llegaron a solicitar incluso que les fuera cedido para instalar en él su sede canónica. A este respecto constan peticiones de la Trinidad, los Javieres y los Gitanos, descartándose en todos los casos. En la actualidad, la antigua iglesia de Santa Lucía acoge el Centro de Documentación de las Artes Escénicas.
     A unas decenas de metros del desacralizado monumento, frente a la cafetería que hoy marca en la Puerta del Sol la frontera del tiempo, un kiosco vende aun los periódicos del día. La vida que pasa está escrita en ellos, pero igual que la luz cuando llegue el ocaso, toda esa tinta se acabará evaporando, perdiéndose en el olvido, hundida en el lóbrego pozo de alguna papelera, como se perdió la vieja Puerta del Sol un día de que nadie recuerda cuándo. Sucedió que amaneció y la puerta ya no estaba.
     En la acera de enfrente, un rumano hace sonar su acordeón, mientras ruega unas monedas a los clientes que salen o entran del supermercado Lidl. Tan melancólica es su melodía que parece con­tarnos la historia de aquella mañana en la que el sol, al llegar a Sevilla, vio que ya no estaba la puerta por donde siempre había entrado en ella. Y desde hace unos años, tampoco asiste al relevo entre noctámbulos y madrugadores en el Trini, que cambió de dueño, fue reformado y ya no abre toda la noche como antaño (Juan Miguel Vega, Veintitantas maneras de entrar en Sevilla. El Paseo. Sevilla, 2024). 
        Se encontraba donde hoy se cruzan las calles Madre Isabel de la Trinidad y Sol, la cual precisamente tomaría el nombre de la puerta. Su denominación obedecía al hecho de estar orientada hacia la salida del astro rey. Según rezaba una lápida que había en ella, fue reconstruida en 1595, durante el reinado de Felipe II, por mandato del asistente Pedro Carrillo de Mendoza, Conde de Pliego de las Villas de Cañaveras y Castinuevo. Su diseño era austero y simple. El único motivo decorativo con el que contaba era una representación del astro rey que le daba nombre grabado en su frontispicio. La certificación de su derribo está fechada en 1869, pocos meses después de la Revolución Gloriosa (Exposición Puertas de Sevilla, ayer y hoy. Sevilla, 2014).
      Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la desaparecida Puerta del Sol, de Sevilla. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la ciudad.

Más sobre el Recinto Amurallado de Sevilla, en ExplicArte Sevilla.