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jueves, 25 de abril de 2024

La Iglesia de San Marcos, en El Saucejo (Sevilla)

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Sevilla, déjame ExplicArte la Iglesia de San Marcos, en El Saucejo (Sevilla)
       Hoy, 25 de abril, Fiesta de San Marcos, evangelista, que primero acompañó en Jerusalén a san Pablo en su apostolado, y después siguió los pasos de san Pedro, quien lo llamó su hijo. Es tradición que en Roma recogió en su Evangelio la catequesis de Pedro a los romanos y que fue él quien instituyó la Iglesia de Alejandría, en el actual Egipto [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II]. 
     Y qué mejor día que hoy, para ExplicArte la Iglesia de San Marcos, en El Saucejo (Sevilla).
     La Iglesia de San Marcos se encuentra situada en la plaza del Cardenal Spínola, 4; en El Saucejo (Sevilla).
     Consta de tres naves, crucero y capilla mayor. Los soportes son gruesas columnas toscanas sobre pedestales cuadrados de piedra caliza en la nave, mientras que los del crucero son pilares de sección cruciforme. Todos los arcos son de medio punto. Las naves presentan estructuras de madera, con tres paños la central y en col­gadizo las laterales. El crucero se cubre con media naranja sobre pechinas y sus brazos y la capilla mayor con bóvedas de medio cañón con lunetas. Al exterior destacan la portada de los pies, de esquema clásico, y la torre, de cuatro cuerpos y chapitel. La sencillez de su esquema arquitectónico y la parquedad decorativa dificultan una datación exacta, si bien, atendiendo a sus caracteres generales, puede fecharse en torno a 1700.
     El retablo mayor, procedente de la iglesia de la Compañía de Jesús de Osuna, consta de banco, un cuerpo de tres calles entre columnas salomónicas y un ático. Aunque ha sido remo­delado, su estructura y ornamentación permiten relacionarlo con las creaciones de Cristóbal de Guadix y datarlo a principios del siglo XVIII. La calle central se organiza con sagrario-mani­festador de planta circular y hornacina central. A la izquierda figura una imagen de San Ignacio, de fines del XVII, siendo modernas las esculturas de San Marcos y San Antonio. El ático lo ocupan cinco ángeles de la época del retablo. A ambos lados del presbiterio se hallan lienzos del siglo XVIII, que representan a la Sagrada Familia y a San Jerónimo.
     En la nave izquierda destaca tan sólo un retablo recompuesto con piezas de fines del siglo XVIII, donde se venera un Crucificado, obra moderna del escultor sevillano Antonio Illanes. Adosado a un pilar del crucero se halla un púlpito de jaspes rojos y negros de época barroca.
     En la nave derecha figuran varios retablos, en su mayoría recompuestos con fragmentos del siglo XVIII, en los que se veneran imágenes del siglo XX, entre ellas un Jesús Nazareno y una Dolorosa, obras del citado escultor sevillano. Entre 1648 y 1661 se fecha el ensamblaje de un sagrario de madera que conserva en su puerta una pintura del Niño Jesús Salvador. La Virgen del Rosario es obra del siglo XVIII, aunque fue restaurada por Antonio Illanes tras la Guerra Civil, siendo moderno el Niño Jesús.
     Las piezas de orfebrería de este templo pertenecen a los estilos barroco y neoclásico, destacando entre ellas una naveta y un incensario de plata repujada de mediados del siglo XVII (Alfredo J. Morales, María Jesús Sanz, Juan Miguel Serrera y Enrique Valdivieso. Guía artística de Sevilla y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2004).
     El edificio actual es resultado de obras de reconstrucción de una capilla o iglesia anterior del final del s. XVI, que fue muy dañada por el terremoto de Lisboa de 1755, que se realizaron entre 1.759 y 1.763, posiblemente por el arquitecto del Ducado de Osuna, Francisco de Acosta.
     El cuerpo de la Iglesia es de cruz latina y se divide en tres naves, que están separadas por tres grandes arcos apoyados en columnas de piedra de orden toscano. Las columnas de la nave son toscanas, ejecutadas con piedra caliza y en el crucero nos encontramos con pilares de sección cruciforme. El techo de la nave central se cubre con una sencilla armadura de madera a dos aguas, y las naves laterales con cubiertas de madera a un agua. La luz penetra a través de aberturas en forma de ojo de buey por las naves laterales. A los pies de las tres naves se ubica el coro alto, sostenido con vías de madera, sobre la puerta principal cerrada por un cancel. En uno de los fondos de las naves laterales se sitúa la torre del campanario.
     En la nave del Evangelio se encuentran la Capilla del Sagrario, el Púlpito y las puertas de acceso al coro, a la torre-campanario y la de salida de los pasos procesionales.
     El Púlpito, adosado al muro del Evangelio, es de forma hexagonal ejecutado con mármol rojo y lágrimas de mármol negro en la peana, escalera de cinco peldaños y pasamanos de madera.
     En la nave de la Epístola se encuentran la Sacristía y el Salón, así como diversos retablos y las capillas de Jesús Nazareno y del Baptisterio, que contiene una pila bautismal de jaspe rojo del siglo XVIII. En el pavimento de la nave hay una losa sepulcral de José Almagro fechada en 1731.
     La capilla mayor, la Sacristía y los brazos del crucero se cubren mediante bóvedas de medio cañón con lunetos, y el crucero con cúpula de media naranja sobre pechinas apoyadas en cuatro pilares dodecagonales. Por encima de las pechinas hay cuatro óculos con cristales policromos por donde penetra la luz. La nave central se cubre con armadura de madera y cubierta a dos aguas de teja árabe.
     La fachada presenta policromía en color albero sobre el blanco de la cal. La portada se sitúa en el centro y está compuesta por arco de medio punto entre pilastras toscanas, frontón, sobre el que se sitúa una pequeña ventana, y remate mediante cornisa triangular que delimita la techumbre a dos aguas. Dos pilastras separan la parte central de la fachada de las laterales. El acceso al interior del edificio se realiza mediante cancel de madera con relieves.
     La torre-campanario está situada en el lateral izquierdo, es de forma cuadrangular y tiene cuatro cuerpos. Los dos primeros encalados y con policromía color albero y los dos restantes de ladrillo visto y aristas achaflanadas. La altura total de la torre es de 20,25 mts. Los cuerpos primero y segundo miden 12,25 mts., y el tercero y cuarto 8 mts. hasta la veleta. Estos dos últimos cuerpos tienen arcos de medio punto en cada una de sus caras, dentro de los cuales se sitúan las campanas. Corona la torre un chapitel.
     Los muros maestros están ejecutados con mampostería y ladrillo revocado. Otros materiales usados en la construcción del edificio fueron baldosas en la solería, hierro, cristales, arena y yeso.
     Perteneció al patronato de la Casa Ducal de Osuna. El 23 de julio de 1936 fue saqueada e incendiada. 
     El 25 de abril se celebran las fiestas en honor de San Marcos. En estas sale el santo en procesión hasta la capilla de la Hacienda de San Pedro (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     Data de mediados del siglo XVII ya que el titulo de San Marcos está claramente vinculado a las devociones del IV conde de Ureña, Juan Téllez Girón (1624-1656). 
     El actual templo fue reconstruido en el siglo XVIII, entre los años 1759-1763, después del terremoto de Lisboa de 1755. Posee tres naves, capilla bautismal en la nave de la epístola y sagrario en la del Evangelio. La planta de la iglesia es de cruz latina con tres naves, crucero central y coro a los pies. Las columnas de la nave son toscanas, ejecutadas con piedra caliza y en el crucero nos encontramos con pilares de sección cruciforme.
     En la nave del Evangelio se encuentran la capilla del sagrario, el púlpito y las puertas de acceso al coro, a la torre campanario y la de salida de los pasos procesionales. La capilla del sagrario sirve de camarín de la Virgen del Rosario, patrona de la localidad, del siglo XVIII y restaurada por Illanes. 
     El púlpito es de forma hexagonal ejecutado con mármol rojo y lágrimas de mármol negro en la peana, escalera de cinco peldaños y pasamanos de madera. En la nave de la epístola se encuentran la sacristía y el salón, así como diversos retablos y las capillas de Jesús Nazareno y del Baptisterio, que contiene una pila bautismal de jaspe rojo del siglo XVIII. 
     En el presbiterio se encuentra el retablo mayor, que data de 1700, procedente de la iglesia de la Compañía de Jesús de Osuna. Tiene un cuerpo de tres calles separadas por columnas salomónicas, la central con sagrario, manifestador y ático.
     La torre campanario está situada en el lateral izquierdo. Es de forma cuadrangular y tiene cuatro cuerpos. Los dos primeros encalados y con policromía color albero y los dos restantes de ladrillo visto y aristas achaflanadas. Corona la torre un chapitel.
     Entre los bienes muebles que posee en la actualidad el templo hay que resaltar los retablos, siendo el más importante y antiguo el retablo mayor. También la imaginería escultórica que acompaña a esos retablos, así como otras obras de pintura y de orfebrería (Turismo de la Provincia de Sevilla).
Conozcamos mejor la Historia, Leyenda, Culto e Iconografía de San Marcos, evangelista;
LEYENDA
   Uno de los cuatro evangelistas, de origen judío, que adoptó  el nombre de pila romano Marcus. En numerosos textos se lo llama Juan Marcos, o Juan motejado, o llamado Marcos.
   No formaba parte del colegio de los Doce, y sin duda se convirtió al cristianismo después de la Ascensión. Se habría  cortado el dedo pulgar para vol­verse inútil al sacerdocio judío, por ello en griego se lo llama kolobodaktylos (con el pulgar cortado).
   Habría sido el discípulo preferido y el portavoz de san Pedro a quien habría acompañado  a Roma. En los primeros siglos del cristianismo se llamaba normalmente al Evangelio según san Marcos, Evangelio de san Pedro. Si no lo  escribió al dictado de san Pedro, en cualquier caso fue el fiel compañero de éste, y su hijo espiritual.
   Su Evangelio, que está clasificado en el canon como el segundo, y que en el pasado se consideraba un resumen del de San Mateo, está considerado en la actualidad como anterior a los otros dos sinópticos.
   En Aquilea convirtió a san Hermágoras, quien fue el primer obispo de dicha ciudad, donde padeció el martirio.
   San Pedro lo envió a Egipto, a la ciudad de Alejandría, donde desembarcó en tiempos de reinado de Nerón. Allí hizo que el zapatero remendón Aniano pusiera suela nueva a sus sandalias, el artesano se hirió la mano con la lezna, san Marcos lo curó y lo convirtió al cristianismo. A causa de su prédica en Alejandría fue acusado de magia y arrestado el día de Pascua, mientras celebraba misa; en la prisión se le apareció Cristo. El populacho lo arrastró por las calles con una cuerda atada al cuello, como un buey conducido al matadero; golpeado casi hasta la muerte con una maza, falleció antes que sus verdugos tuvieran tiempo de  lapidarlo. 
    Su cadáver fue arrojado a una hoguera; pero una lluvia torrencial que inundó al país entero apagó el fuego. Al fin sus restos fueron sepultados por los cristianos en una tumba cavada en la roca.
CULTO
   En el siglo IX, en 828, dos comerciantes venecianos establecidos en Alejandría sustrajeron el cuerpo del evangelista junto con el sarcófago que lo contenía, que se les reveló mediante una luz deslumbrante. Lo ocultaron en un Cesto y lo transportaron hacia el barco que los aguardaba, gritando kanzir (carne de cerdo), para alejar a los musulmanes. Las reliquias de san Marcos fueron solemnemente recibidas Venecia en 829. 
   De acuerdo con una versión desmentida por  los venecianos, los restos habrían sido cedidos más tarde al obispo Ratoldus (Rodolfo), quien los habría transferido a  uno de los monasterios  benedictinos de la isla de Reichenau, en el lago de Constanza.
   La iglesia de Limours (Seine et Oise) también pretendía poseer reliquias de San Marcos.
   Sea como fuere, fue Venecia la ciudad que, después de Alejandría, se convirtió en el centro principal de su culto. Los ducados de Venecia, que durante la Edad Media fueron, con los florines de Florencia, la moneda internacional de mayor circulación, mostraban en el anverso el dux arrodillado ante San Marcos. Junto al palacio de los Dux se edificó una magnífica basílica bizantina de cúpulas, cubierta con mosaicos de fondo dorado, y edificada para gloria de San Marcos, quien sustituyó a san Teodoro, primer patrón de la ciudad insular. Ese insigne santuario del evangelista del león era al mismo tiempo una capilla de mártires, una capilla palatina que comunicaba con el palacio de los Dux, y una catedral municipal independiente del patriarca.
   El célebre convento dominico de Florencia, ilustrado por Fra Angélico, también se puso bajo la advocación de San Marcos.
   Numerosas corporaciones reclamaron su patronazgo: los notarios y los escribas, porque fue el secretario de san Pedro; los zapateros y los curtidores por­que curó al remendón Aniano que se había herido con una lezna mientras le arreglaba el calzado, los vidrieros y pintores vidrieros, también a causa del zapatero remendón herido en la mano, porque los vidrieros  estaban expuestos a cortarse los dedos e incluso porque la industria del vidrio era muy floreciente en Venecia y en las islas de la laguna; los ópticos y los cesteros, porque sus reliquias se ocultaron en una cesta.
   Aunque no era un santo curador, no obstante se lo invocaba contra la sarna de las manos, porque había curado la herida que el zapatero Aniano se hiciera en la mano, con la lezna.
   La fecha de su fiesta, a principios  de la primavera, explica ciertas consecuencias de su culto en las tradiciones populares: es el santo de las primeras eclosiones. En Venecia, el día de su fiesta solía ofrecerse un pimpollo de rosa a las jóvenes casaderas.
ICONOGRAFÍA
   San Marcos presenta su Evangelio. A veces está tocado con un turbante en conmemoración de sus prédicas en Alejandría. Y a título de primer obispo de Alejandría, a veces lleva también las vestiduras pontificias de un obispo griego, sin la mitra.
   Pero su atributo habitual es un león. La explicación usual que se da a este atributo, es que una de las primeras frases de su Evangelio es: Voz de quien grita en el desierto: «Prepara del camino del Señor, enderezad sus senderos.» Vox clamantis in deserto, que es la de San Juan Bautista, que se asimila al rugido del león.
   Pero ese león tiene alas (leone alato), tal es lo que distingue al león de San Marcos del león áptero de san Jerónimo.
   Y por qué un león alado? Es posible que por razones de simetría con el águila de San Juan Evangelista y el ángel de san Mateo, y porque esas alas se prestan para poblar los ángulos del Tetramorfos.
   Ese león, tan erguido como el de san Jerónimo y como el águila de san Juan, a veces le sostiene el tintero.
   En ciertos casos excepcionales, el león está inscrito, al igual que el cordero de San Juan Bautista, en un disco que tiene en la mano.
   A causa de la leyenda que asegura que habría sido discípulo de san Pedro, con frecuencia  san Marcos forma pareja con el Príncipe de los apóstoles (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).
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