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domingo, 20 de noviembre de 2022

Los principales monumentos (Ermitas de la Salud, Reina de los Ángeles, San Bartolomé, Stma. Trinidad, Iglesia de San Marcos, y la Peña de Arias Montano) de la localidad de Alájar, en la provincia de Huelva

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Huelva, déjame ExplicArte los principales monumentos (Ermitas de la Salud, Reina de los Ángeles, San Bartolomé, Stma. Trinidad, Iglesia de San Marcos, y la Peña de Arias Montano) de la localidad de Alájar, en la provincia de Huelva.
Ubicación
     En el Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche.
Reseña histórica breve
     Las primeras referencias históricas que se poseen hablan acerca de dos aldeas: Alfajar de arriba (ermita) y Puebla del Valle (localidad), con unos 20 vecinos en 1480. Esta villa quedó encuadrada en el Reino de Niebla antes de la Reconquista. Durante la segunda mitad del siglo XVI adquiere cierto renombre debido a la Peña de Los Ángeles donde se retiró a descansar Benito Arias Montano después de sus trabajos sobre la Biblia Políglota y su participación en el Concilio de Trento.
     También destacó por la explotación de yacimientos de plomo y plata. En 1702 se le concedió el título de Villa.
Patrimonio cultural y artístico
     Iglesia de San Marcos
     Ermita de San Bartolomé
     Ermita de la Reina de los Ángeles
     Monumento Natural "Peña Arias Montano", a un kilómetro del pueblo donde se encuentra una estatua del humanista esculpido por Eugenio Hermoso en 1927.
Fiestas y tradiciones
     Fiestas patronales de San Marcos el domingo más próximo al 25 de abril, la Romería de San Bartolomé el fin de semana más cercano al 24 de agosto en el paraje Los Llanos de Orullos, la Romería de la Virgen de los Ángeles (7 y 8 septiembre) en la Peña de Arias Montano. Fiesta de Nuestra Señora de la Salud en la aldea de Los Madroñeros el último domingo de agosto y la Festividad del Voto el domingo siguiente al 8 de septiembre.  Además el 7 de septiembre se celebra la fiesta del poleo amenizada por la Banda de Música.
Recursos económicos y sociales
     El cultivo de olivos y frutales así como la ganadería y productos derivados. En la actualidad se está potenciando el turismo rural como fuente de riqueza.
Gastronomía
     Gazpacho, dulces como las tortas de manteca, los piñonates, los fritos de rosa o los pestiños con miel de jara (Diputación Provincial de Huelva).
   El pueblo de Alájar, en el centro del Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, se extiende a los pies de la famosa Peña de Arias Montano. Testimonio de época romana es el yacimiento arqueológico del Llano de los Grullos, en los alrededores de la ermita de San Bartolomé, donde hoy se conservan restos de edificaciones y una lápida sepulcral perteneciente al enterramiento de Cayo Cabio Atio. De época islámica es el posible nombre de la localidad, que significa «La Peña».
     La población debió pasar a dominio cristiano a mediados del siglo XIII, quedando adscrita al alfoz de Sevilla como aldea de Aracena. A finales del siglo XV Alájar estaba formada por dos núcleos de población: uno en la Peña, «Alfajar de Arriba » y el otro, «Alfajar de Abajo », asentado en el valle. Con el transcurso del tiempo, el de la Peña acabará despoblándose, mientras el núcleo del valle experimentará un crecimiento sostenido. En el siglo XVI Fadrique Enríquez de Ribera, compró la localidad al Rey. También en este siglo es cuando el teólogo y humanista Benito Arias Montano elige la Peña como lugar de retiro. En 1640 la aldea pasó, junto a Aracena, al dominio del Conde-Duque de Olivares y, finalmente, en 1700 consigue emanciparse al obtener el título de villa. Sin embargo, este título no afectará a su vínculo señorial, por entonces con la Casa de Altamira, a la que pertenecerá hasta la disolución del Antiguo Régimen (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
     El término municipal de Alájar está situado en el norte de la provincia de Huelva, en la Sierra de Aracena, entre los municipios de Castaño de Robledo y Los Marines al norte, Linares de la Sierra al este, Aracena y Almonaster la Real al sur y Santa Ana la Real al oeste. El Conjunto Histórico de Alájar está compuesto por el núcleo principal del municipio y por la Peña de Arias Montano.
     Cuenta con una extensión superficial de 41,34 km2 en la que se distribuyen 7 entidades de población: Alájar, El Cabezuelo, El Calabacino, El Collado, la Peña de Arias Montano, San Bartolomé y Los Madroños, siendo Alájar el núcleo cabecera y más importante con 649 habitantes.
     El núcleo está emplazado a una altitud media de 570 m sobre el nivel del mar encajado entre sierras más altas; hacia el norte la Sierra de El Robledo (899 m) y hacia el sur las Sierra del Camposanto (658 m) y la Sierra el Chao (687 m), sierras donde la pendiente es un factor territorial relevante. El emplazamiento del núcleo y la orografía hacen que las vías normales de crecimiento hayan sido hacia el este y el oeste del mismo, en paralelo a las curvas de nivel, lo que provoca que la morfología del núcleo tenga un marcado acento longitudinal, carácter que queda reflejado en la estructura viaria y parcelaria.
     Los restos arqueológicos cerámicos y óseos del Calcolítico y Bronce Final hallados en algunas de las cuevas de la Peña de Arias Montano constituyen una prueba del asentamiento de población prehistórica en la zona.
     Escasas son las noticias referidas al período musulmán. En este sentido se ha de mencionar el propio topónimo de la localidad, «Alhajar», que significa «la piedra» o «peña». Tras la conquista cristiana de la zona a mediados del siglo XIII, Alájar queda vinculada en un principio a la Orden de Santiago, luego al Concejo de Niebla y finalmente al alfoz de Sevilla como aldea de Aracena.
     En 1553 llega a la Peña el teólogo y humanista Benito Arias Montano. Una vez obtenido el patronato sobre la ermita la reedificó, construyendo casa y estudio con vides, huerta de frutales y paseo con parras y árboles de diverso género. La Peña se constituirá como un centro de culto mariano de primer orden con la devoción a Nuestra Señora de los Ángeles, fundándose en 1528 una hermandad que celebraba la romería.
     La estructura viaria del núcleo de Alájar viene determinada por su emplazamiento longitudinal entre sierras a pies de la Peña de Arias Montano. Esto hace que se marquen unas vías principales que atraviesan la población con una orientación dominante este-oeste, y otras vías perpendiculares a éstas.
     El núcleo originario de Alájar se encuentra situado en el centro de la localidad en torno a la plaza Hermanos Álvarez Quintero. Este primer asentamiento engloba 13 manzanas de reducido tamaño por medianeras con construcciones a dos calles en la mayoría de los casos. Los espacios libres privados en parcelas son casi inexistentes en esta parte del núcleo.
     A partir de este primer núcleo urbano se desarrolla parte del caserío que lo circunda y dos núcleos secundarios, uno de ellos sería el compuesto por la Iglesia y su entorno más próximo y otro el que queda enmarcado por las calles Manuel Siurot, José María Reyes y Reina de los Ángeles. A partir de aquí el núcleo va a crecer siguiendo los caminos preexistentes, hacia el este teniendo como eje la actual calle Reina de los Ángeles, hacia el sureste teniendo como eje la calle Pintor Antonio Milla y al oeste por las calles Talero y Médico Emilio González. Estos crecimientos presentan manzanas alargadas con parcelas contiguas que normalmente presentan un frente de fachada construido y un espacio libre trasero, si bien en el caso de Alájar hay que destacar, debido a su formación longitudinal, la amplitud de muchos de estos espacios libres vinculados tradicionalmente a usos domésticos que van a integrar caserío y paisaje, de tal forma que desde dentro del núcleo en todo momento se percibe esta realidad natural.
     Dentro del núcleo la zona que mayor desarrollo urbano ha experimentado es la localizada en su cuadrante sur occidental, donde se aprecia el desarrollo de un tejido urbano más regular y organizado.
     El caserío se caracteriza por su uniformidad en altura, pues normalmente las viviendas tienen una planta más doblado.
     Los doblados se constituyen por un forjado de madera, con acceso interior desde la vivienda, que proporciona un espacio de almacenaje localizado en la primera planta que se corresponde en el exterior con un pequeño hueco que normalmente está alineado con la entrada principal. También hay ejemplos de solanas, que son galerías corridas situadas en la parte alta de la casa y abiertas al sur, de gran utilidad para todos los usos que necesitaran de un espacio luminoso, abierto pero cubierto.
     Predomina el macizo sobre el hueco en las fachadas. Estos son huecos rectangulares, que a veces aparecen con un recercado en el acceso a la vivienda y en las ventanas de la planta baja. Las cubiertas son a dos aguas, de tejas cerámicas con aleros que vuelan directamente sobre el plano de fachada. Los acabados de las fachadas característicos son enfoscados (de cal y arena, y en la actualidad de cemento y arena) encalados hasta el suelo que en algunos casos se han ido sustituyendo por distintos tipos de zócalos, a la tirolesa, placas cerámicas o simplemente pintados. De manera singular en algunas viviendas de dos plantas aparecen balcones con arcos de medio punto que ocupan parte del espesor del muro sobre el que inserta la carpintería rectangular para ganar espacio en el balcón. La carpintería es de madera y con colores oscuros. Hay que destacar la importancia de los pavimentos empedrados (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     Para llegar a Alájar es preciso seguir la carretera A-470 y dejar atrás Santa Ana la Real, pueblo de calles empedradas y fachadas luminosas que tiene una iglesia de estilo neoclásico. Rodeado de alcornoques y castaños, Alájar extiende una bella geometría de tejas y fachadas a los pies de la peña de Arias Montano. Tejados rojos y paredes encaladas forman un conjunto armónico y bien conservado, que se organiza en calles, callejas y plazuelas. Viviendas señoriales de los siglos XVIII y XIX conviven con casas populares que presentan detalles de ornamentación en los dinteles o en unas ventanas que se protegen con rejas, se realzan con cercos o molduras y se engalanan con flores. Como parte de su urbanismo, debe reseñarse la presencia de los llanos, mosaicos realizados con piedras blancas y negras que forman dibujos geométricos a la entrada de las casas. La iglesia de San Marcos constituye el elemento más destacado de su patrimonio monumental. Se comenzó a construir en 1777 y aún no había sido aca­bada en los albores del siglo XIX. Torre rematada por una estructura en forma de pirámide. En su interior, saqueado durante la Guerra Civil, sobrevive una pila bautismal de 1791 que, si se golpea con los nudillos en el borde, responde con resonancias musicales.
     Hay en Alájar un local, llamado el Mesón del Molino, instalado en una almazara con más de un siglo de an­tigüedad. No sólo conserva la antigua maquinaria, sino parte de un acueducto que, desde la peña de Arias Montano, conducía el agua a las ruedas de moler.
     Desde Alájar y por carretera bien asfaltada se asciende a la peña de Arias Montano. Es éste uno de los enclaves más visitados de la sierra de Aracena por la variedad de atractivos que concentra: un humilladero barroco que se presenta como final de un vía crucis iniciado en Alájar; una serie de grutas, el llamado Arco de los Novios, la ermita de Nuestra Señora de los Ángeles y un conjunto formado por portada, espadaña, dos garitas y un monolito conmemorativo de la visita' que el rey Felipe II hizo a este lugar. Además de lo expuesto, la situación estratégica y la fecundidad de los manantiales atrajeron a diversos pueblos primitivos, ya desde el Paleolítico. Siempre se ha tenido por un lugar cargado de magia y simbolismo, y vinculado al misterio de las fuerzas telúricas.
     La ermita, fruto desde el siglo XVI de sucesivas am­pliaciones y reformas, esconde un interior que se adorna con decoración pictórica y zócalo de azulejos y guarda la imagen de Nuestra Señora de los Ángeles, que goza de gran devoción en la comarca. Todos los años acoge a los participantes de la romería que se celebra el 8 de septiembre y a la que acuden hermandades de los nueve municipios cercanos. Es una de las más concurridas de la provincia.
     Una cal deslumbrante recubre tanto el cuerpo ocupado por la portada manierista (siglo XVI) como la es­padaña barroca que la corona, ejecutada en 1701 por Martín Carnes. El fulgor de lo blanco establece el necesario contrapunto cromático sobre el verde borroso de la sierra.
     La peña, frecuentada por anacoretas, acogió también al humanista (además de consejero y capellán real) Benito Arias Montano, que, por orden de Felipe II y huyendo de las asechanzas de la corte, se retiró a estas soledades a estudiar las Sagradas Escrituras. Tuvo aquí jardín y residencia, de la que sólo quedan restos del pórtico de entrada. Se ha abierto un Centro de Visitantes que desvela las claves de la vida y la obra del filósofo renacentista. Desde el borde exterior de la peña se contempla el caserío de Alájar y los perfiles difusos de unos montes poblados de robles, encinas, castaños y alcornoques (Pascual Izquierdo, Un corto viaje a Huelva. Guíarama compact. Anaya Touring. Madrid, 2012). 
     Encantador pueblecito de la sierra de Aracena que cuenta con el renombrado enclave mágico de la peña de Arias Montano.
Historia y visita
     Villa de origen árabe, su nombre significa "piedra", pero, aunque es verdad que existen piedras en sus alrededores, lo verdaderamente incomparable es la belleza de su paisaje, de gran singularidad, inmerso en el Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche. Alájar se sitúa en el fondo de un recoleto vallecito en cuyas faldas crecen espléndidos bosques de castaños y encinas.
     A poco más de 1 km, en la ladera del monte se halla la famosa peña de Arias Montano, lugar de fuerte actividad magnética y de reconocido prestigio mágico que debe su nombre al hecho de haberse retirado aquí el erudito, esotérico y consejero de Felipe II Benito Arias Montano (1527-1598), donde se dedicó durante un tiempo a la meditación y al estudio de la Biblia. Junto a la peña se halla el santuario de Nuestra Señora de los Ángeles, que en 1578 fue visitado por Felipe II. Desde aquí se divisa uno de los más bellos paisajes de toda la serranía: allí abajo, a los pies del monte, el pueblo -declarado Conjunto Histórico Artís­tico-, con sus estrechas calles empedra­das y su iglesia de San Marcos (barroca del siglo XVIII), con su esbelta torre rematada en una aguda pirámide; al frente, los dientes de la sierra, por cuyas faldas ascienden espesos bosques de castaños, encinas, robles y alcornoques; detrás el monte, recta pared vertical que muestra en anchas vetas la densa oscuridad de la roca. Y arriba del todo, el cielo intensamente azul gracias a la pureza del aire.
Fiestas y tradiciones
     La fiesta por antonomasia es la de la romería al santuario de la Virgen que se celebra el 8 de septiembre y a la que acuden hermandades de todos los pue­blos de la sierra.
     Aunque el origen de su culto parece remontarse al tiempo de los godos, la cofradía actual data de 1528, si bien no empezó a cobrar importancia hasta 1700. No obstante, fue a partir de 1835 cuando, tras librarse de la epidemia de cólera morbo que asoló toda la sierra, gracias a la promesa hecha a la Virgen, el pueblo la adoptó como protectora perpetua decidiendo sacarla en procesión con los mismos honores que al Corpus. Virgen milagrosa, hasta su santuario acuden gentes de todos los lugares de Andalucía, de España y aun del extranjero en solicitud de favores o en cumplimiento de promesas.
     En la sacristía de la ermita se guarda un impresionante muestrario de los más variopintos y curiosos exvotos depositados por los peregrinos. La romería se lleva a cabo con gran profusión de caballos, con los trajes típicos de gitana y corto, con el tamboril y la dulzaina, con campanas, cohetes, baile, vino y el cante del gracioso fandanguillo de la tierra (Rafael Arjona. Guía Total, Andalucía. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2005).

Ermita de Nuestra Señora de la Salud (Aldea de los Madroñeros)
     Este pequeño edificio fue construido en 1843. En su interior se conserva la imagen de la Virgen de la Salud, talla popular de época barroca (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
     Ermita de pequeñas dimensiones, centro ceremonial en torno al cual se desarrolla la fiesta de la Virgen de la Salud. Pero esta ermita no puede disociarse del entorno de la aldea donde transcurre la fiesta: los Madroñeros. Aldea que, aunque actualmente no tiene apenas gente residente, los habitantes de Alájar la han cuidado con un especial esmero. La aldea en sí es un espacio de sociabilidad importante para la gente del pueblo, que se desplaza habitualmente a cuidar sus casas. El conjunto de la aldea merecería una protección especial (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía). 

Ermita de la Reina de los Ángeles
      La Ermita de la Reina de los Ángeles responde, en esquema, a la tipología de templos mudéjares de arcos transversales, de finales del siglo XIV o principios del XV, aunque de este período sólo subsiste su presbiterio, de planta cuadrada cubierto con bóveda de crucería. Ciertamente, su actual configuración es fruto de distintas intervenciones. Una primera ampliación fue sufragada por el humanista Benito Arias Montano, a finales del siglo XVI; otras obras fueron ejecutadas en la década de 1760 y, finalmente, se hicieron las reformas del XX, cuando se le añadió el camarín, la portada y la actual cubierta, todo ello de estilo neobarroco. Al igual que ocurrió con la iglesia parroquial, esta ermita fue saquea­da en julio de 1936. La actual imagen de la Reina de los Ángeles es una copia fidedigna de la antigua escultura gótica, realizada por Antonio Illanes Rodríguez en 1937 (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
     La Ermita responde a la tipología de templos mudéjares de finales del siglo XIV o principios del XV, aunque su actual configuración es fruto de distintas intervenciones. Una primera ampliación fue sufragada por el humanista Benito Arias Montano, a finales del siglo XVI; otras obras fueron ejecutadas en la década de 1760, y, finalmente, se hicieron las reformas del XX, cuando se le añadió el camarín, la portada y la actual cubierta, todo ello de estilo neobarroco. Al igual que ocurrió con la iglesia parroquial, esta ermita fue saqueada en julio de 1936. La actual imagen de la Reina de los Ángeles es una copia fidedigna de la antigua escultura gótica, realizada por Antonio Illanes Rodríguez en 1937.
     La Ermita de la Reina de los Ángeles responde, en esquema, a la tipología de templos mudéjares de arcos transversales, de finales del siglo XIV o principios del XV, aunque de este período subsiste su presbiterio, de planta cuadrada cubierto con bóveda de crucería. Ciertamente, su actual configuración es fruto de distintas intervenciones (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Ermita de San Bartolomé (Despoblado de los Orullos)
     Se trata de un edificio de origen medieval. No obstante, de la construcción primitiva sólo subsisten los arcos transversales que sostienen la cubierta y el muro perimetral que forma la nave. El resto de la edificación corresponde a comienzos del siglo XIX, cuando se le añadió la sacristía, la hospedería en el lado sur y se reformó su fachada en estilo neoclásico, realizada en 1809 a expensas de don Juan Lucas Martín Carnes, según consta en una inscripción que aparece sobre la puerta. En su interior, sólo queda un pequeño retablo recompuesto con elementos del siglo XVIII, con una imagen moderna de San Bartolomé y, en el frente de la grada del presbiterio, unas contrahuellas de azulejos con motivos estrellados (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
     La Ermita de San Bartolomé es de una gran sencillez y belleza. Enclavada a unos siete kilómetros de Alájar, es el centro ceremonial de la Romería de San Bartolomé, que es la romería por excelencia de este pueblo, ya que la romería de la Reina de los Ángeles, debido a la cercanía de la Peña, tiene muy escasa duración.
     La iglesia, además del espacio para el culto, tiene otras dos crujías laterales; una de ellas utilizada como habitación de desocupo y la otra que es utilizada el día de la fiesta y de forma esporádica por miembros de la Hermandad.
     El entorno que rodea a la ermita es el espacio utilizado para situar las casetas y una plaza de toros, constituida básicamente por un cercado, que es utilizada el día de la fiesta.
     La ermita de San Bartolomé y su entorno (tanto de la ermita como el propio camino) constituye por tanto un espacio de gran interés etnológico que debe ser preservado como uno de los espacios festivo-ceremoniales más importantes de la localidad de Alájar (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Ermita de la Santísima Trinidad (Aldea del Calabacino)
     La actual ermita es sólo el presbiterio de un templo de mayores dimensiones que comenzó a construirse en 1749 y que, por circunstancias desconocidas, quedó inconcluso. Del ajuar de la ermita sólo se conservan en la actualidad un lienzo de la Santísima Trinidad, recientemente restaurado, y una pila de agua bendita, ambas obras del siglo XVIII (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
Iglesia de San Marcos
     Conocemos documentalmente la existencia de un primitivo templo, en el mismo solar que el actual, que comenzó a levantarse en 1593 y que se consagró hacia 1616. A finales del siglo XVII, este edificio fue ya ampliado. En relación con esta ampliación, estaría el panel de azulejos polícromos de la portada del hastial con la efigie de San Marcos, obra de ceramistas trianeros, que incluye una inscripción fechada en 1697.
     El edificio actual data del año 1773, cuando el Arzobispado de Sevilla pidió a Pedro de Silva que proyectar a una nueva ampliación del templo. Sin embargo, esta propuesta no se llevó a cabo, labrándose en su lugar un edificio de nueva planta. Las obras fueron realizadas por el maestro alarife Tomás Botani y duraron hasta 1792. La torre fue terminada posteriormente.
     Se trata de un edificio de grandes dimensiones, de planta basilical, dividido en tres naves, con presbiterio, capillas y sacristía inscritas en un rectángulo. Las molduraciones de su alzado, tanto en el interior como en sus tres portadas, reflejan el sobrio estilo barroco característico del Arzobispado Hispalense en la segunda mitad del siglo XVIII.
     La parroquia contó con un importante patrimonio mobiliario, perdido en su mayor parte durante los disturbios del verano de 1936. No obstante, lograron sobrevivir la escultura de San Marcos, cuya factura había sido contratada con el tallista Diego Meléndez en el año 1796, y la de San Antonio, en un altar lateral, también del siglo XVIII.
     Del mismo siglo son los dos púlpitos de forja en la embocadura del arco toral, la pila bautismal, de mármol blanco, decorada con gallones, fechada en 1791 y el antepecho del coro, de madera tallada con motivos de rocalla dorada.
     Respecto del ajuar de plata que conserva la parroquia, todas sus piezas se encuadran cronológicamente entre la segunda mitad del siglo XVIII y la primera mitad del XIX. Destaca un cáliz de estilo imperio, de la primera mitad del XIX, y un ostensorio con decoración rococó, del siglo XVIII (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).

La Peña de Arias Montano
     La Peña es, sin duda, el lugar de mayor significación simbólica de toda la comarca y su centro espiritual desde los más remotos tiempos. Contaba el paraje, ya desde época medieval, con una ermita dedicada a la Virgen como Reina de los Ángeles, junto a la cual Arias Montano construyó su propia residencia. Próximo a ella, en los alrededores, descubrió y acondicionó un antiguo manantial, «La fuente de la Peña»; levantó un ce­nador, «un estudio artificial» como contrapunto a la cueva que describe como «el palacio oscuro» y ordenó todo el conjunto, ampliando y adornando el camino de acceso con una frondosa alameda, y los alrededores, con huertas y viñas.
     Sin embargo, después de su muerte y a pesar de haber dejado el paraje en manos de la Corona, éste quedó abandonado y fue destruido casi en su totalidad. De su residencia, sólo se conserva parcialmente la portada, realizada en cantería de piedra de toba, en orden rústico, inspirada en el Libro IV de Arquitectura de Sebastián Serlio. También persisten la fuente, varias veces intervenida, y la actual espadaña que, en forma de arco de triunfo, es una reconstrucción de fines del siglo XVIII. Por entonces o poco después, se añadieron las garitas laterales como puntos de vigilancia fronteriza y el humilladero de la Verónica en el camino de subida.
     A comienzo del siglo XX, bajo la protección del marqués de Aracena, se organizó la actual romería. Se levantó la estructura troncopiramidal, de mampostería rústica, tradicionalmente considerada como la base de un obelisco conmemorativo de la hipotética visita de Felipe II, y la Fuente-Monumento a Benito Arias Montano, rematada por un busto de bronce, del escultor Eugenio Hermoso, fechado en 1927 (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
     La zona arqueológica forma parte de un conjunto de interés geológico, ambiental, ecológico, cultural e histórico. El área de yacimiento se encuentra en varias cuevas y abrigos situados en la ladera sur de la Peña. Existen un total de 4 cuevas, 5 abrigos y 2 con restos en superficie. Los materiales aparecidos son de época prehistórica (Calcolítico, Bronce, etc...), y protohistórica, constando fundamentalmente de restos cerámicos, útiles líticos, etc. También se han hallado restos óseos humanos, pertenecientes a enterramientos (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

       Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Huelva, déjame ExplicArte los principales monumentos (Ermitas de la Salud, Reina de los Ángeles, San Bartolomé, Stma. Trinidad, Iglesia de San Marcos, y la Peña de Arias Montano), de la localidad de Alájar, en la provincia de Huelva. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la provincia onubense.

Más sobre la provincia de Huelva, en ExplicArte Sevilla.

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