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martes, 1 de noviembre de 2022

La Hermandad de Todos los Santos

     Por Amor al Arte
, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la Hermandad Nuestra Señora Reina de Todos los Santos, de Sevilla.          
     Hoy, 1 de noviembre, Solemnidad de Todos los Santos, que están con Cristo en la gloria. En el gozo único de esta festividad, la Iglesia Santa, todavía peregrina en la tierra, celebra la memoria de aquellos cuya compañía alegra los cielos, recibiendo así el estímulo de su ejemplo, la dicha de su patrocinio y, un día, la corona del triunfo en la visión eterna de la divina Majestad [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].
   Y que mejor día que hoy, para ExplicArte la Hermandad de Nuestra Señora Reina de Todos los Santos, de Sevilla.
    La Hermandad de Nuestra Señora Reina de Todos los Santos, tiene su sede canónica en la Iglesia de Omnium Sanctorum [nº 43 en el plano oficial del Ayuntamiento de Sevilla; y nº 81 en el plano oficial de la Junta de Andalucía] se encuentra en la calle Feria, 96; mientras que la Casa de Hermandad, se encuentra en la calle González Cuadrado, 57; ambas, en el Barrio de la Feria, del Distrito Casco Antiguo
     La Real Antigua, Ilustre y Fervorosa Hermandad Sacramental de Nuestra Señora Reina de Todos Los Santos, Madre del Amor Hermoso, Medianera Universal de Todas las Gracias y Animas Benditas del Purgatorio; es ésta una corporación que ya existía en 1546, con sede canónica en la iglesia parroquial de Omnium Sanctorum, siendo sus imágenes titulares Nuestra Señora Reina de Todos los Santos, obra de Roque de Balduque en 1554, mientras que el grupo de los Arcángeles San Miguel y San Rafael, y los Santos que la acompañan en su paso procesional se atribuyen a Hita del Castillo en la 2ª 1/2 del siglo XVIII.
     El escudo constará de un pergamino enmarcado por dos plumas cruzadas en su final y rematado por corona imperial y en el que se inscribirá en el centro un ostensorio color de oro bajo el cual se situará el anagrama mariano en azul. A su derecha, dentro de un campo ovalado blanco, irá el Cordero Pascual en blanco, sobre el Libro Rojo con siete sellos colgantes de distintos colores, símbolo de la comunidad Parroquial, y a su izquierda, también en un campo ovalado las armas de Castilla y León. 
     Referencia histórica.- Sin duda estamos ante una de las esclarecidas e importantes Hermandades sevillanas, hasta el punto de que, siendo bellas todas nuestras procesiones, ésta resulta sencillamente "imprescindible de ver". Ya en 1742 el incremento que iba tomando su culto movió a los Marqueses de la Algaba, patronos de la capilla mayor de Omnium Sanctorum, a instalar la imagen en ella (antes estaba en un altar lateral), celebrándose el traslado con fuegos, procesión y novena. La Hermandad de Nuestra Señora se fundó a mediados del siglo XVII, y paralelamente venía desarrollando su existencia la Sacramental y de Animas, de gran antigüedad (erigida hacia 1500) con la cual se unió definitivamente en 1920. En 1929 Ia Virgen de Todos los Santos participó en las fiestas de la coronación de Nuestra Señora de la Antigua y en 1936 fue salvada providencialmente del incendio de su parroquia. El extraordinario esfuerzo invertido en la reconstrucción del templo es otro mérito para añadir a la lista, dentro de una enorme suma de valores, tanto espirituales como estéticos, dignos todos ellos de admiración.
     Referencia artística.- La imponderable efigie de talla completa fue concertada en 1554 por el imaginero flamenco Roque de Balduque y mantiene su esencia fundamental a pesar de las restauraciones. Su rostro (nimbado por tierna melancolía) se vuelve para mirar a su Hijo, en un coloquio intimista cargado de anhelos, interrogaciones y presagios. Luce soberbios atributos de orfebrería e iconográficamente se completa con dos grupos barrocos de Santos, preciosas figuras enlienzadas a tamaño académico, cuyas advocaciones simbolizan las Reginas de la Letanía: San José (por los Patriarcas), Lorenzo (por los Mártires) Basilio (Confesores), Pedro (Apóstoles), Domingo de Guzmán (Stmo. Rosario) y Catalina de Alejandría (Vírgenes). En el culto diario se ostenta sobre regio altar baldaquino de tipo basilical.
     El trono procesional supera cualquier descripción, bastando decir que es el mejor paso no pasionista de la ciudad. Todo un retablo ambulante, un auto sacramental esculpido, con maravillosa peana dieciochesca, de enorme virtuosismo, efecto y atrevimiento. En la parte delantera los Santos parecen flotar en el espacio, arrodillados sobre nubes ante la Madre de Dios; en la trasera, un arcángel recoge su manto. Altos candelabros vibrátiles. Delicadísima figura setecentista de San Miguel junto al llamador. Ondulante y etérea crestería, sobremontada por querubines. Entonados respiraderos modernos (de 1929), guardando la debida armonía con el resto. En el patrimonio se cuentan buenas insignias, excelentes alhajas, más otras piezas que provienen de la Hermandad Sacramental.
     Datos curiosos.- De las pocas efigies de Gloria que cambian el color de su manto: rojo, verde, celeste y salmón. La única quizá que recibe dos solemnes funciones: por su parroquia y por la Hermandad. La única también entronizada en baldaquino basilical. Su salvamento en 1936 supera cualquier lance novelesco, por la circunstancia de que colaboró decisivamente la dueña de una casa de la Alameda, quien facilitó el taxista que junto a otros hermanos puso a salvo tan inestimable tesoro iconográfico, tras rehuir con ingeniosa estratagema una inspección o control de la Guardia de Asalto. Otro hermano, con la manguera que servía para regar el mercado de Abastos, estableció una cortina de agua para que el fuego no se propagara a una sala sita sobre dicho mercado, donde la Hermandad guardaba importantes efectos.
     Momentos destacados.- La salida debe ser vista sin remisión posible tanto por naturales como por foráneos, si de verdad queremos calibrar en toda su hondura la maravilla del estilo procesional hispalense. E igual puede decirse del resto: Nuestra Señora de Todos los Santos es la Patrona indiscutible del barrio de la Feria y su procesión equivale a fulgurante apoteosis, mientras vibran las fibras más sensibles del corazón de la Sevilla Eterna (Web oficial del Consejo de Hermandades y Cofradías de la Ciudad de Sevilla).
Conozcamos mejor la Historia, Leyenda, Culto e Iconografía de la Solemnidad de Todos los Santos
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CULTO
     La Iglesia necesitó muy pronto celebrar de manera global los innumerables martirios que no contaban con un día de fiesta en el calendario.
   El primer esbozo de este culto apareció en Antioquía y en Edesa, Siria.
   Su introducción en Roma coincide con la consagración del Panteón que el papa Bonifacio IV transformó en Panmartyrion en el año 610, puesto que sustituyó a todos los dioses paganos, cuyas estatuas ocupaban los nichos de la rotonda, por todos los mártires cristianos cuyas osamentas mandara  recoger en las catacumbas. Luego, a los mártires se sumaron los confesores.
   De acuerdo con una tradición popular recogida en la Leyenda Dorada, uno de los vigilantes de la basílica de San Pedro de Roma, que se había dormido durante el transcurso de una ronda nocturna, tuvo un sueño: vio al Rey de Reyes sentado en un trono, entre la Santísima Virgen y San Juan Bautista; hacia él se dirigía una innumerable multitud de mártires, guerreros, ermitaños y vírgenes. Dios ordenó al vigilante que dijera al papa que instituyese una fiesta en honor de todos los santos.
   En 835, el papa Gregorio IV transfirió la fiesta del Panteón, que tuviera lugar el 13 de mayo al 1 de noviembre, y decidió que esta fiesta, que en principio sólo se celebraba en Roma, fuera a partir de entonces una fiesta universal. De esa manera quería ofrecer u na reparación a los santos ultrajados en Oriente por los emperadores iconoclastas.
   El nuevo culto, que en Francia fue introducido por Ludovico Pío, está probado por la advocación de cierto número de abadías o de iglesias. La abadía de Toussaint, en Angers, en la actualidad está en ruinas. Además, pueden citarse la Allerheiligenkirche de Schaffouse, y la iglesia florentina de Ognissanti.
ICONOGRAFÍA   
   La iconografía de la fiesta de Todos los Santos de la Iglesia no es muy abundante, pero en cambio ha sido ilustrada por algunas obras de enorme im­portancia en la historia de la pintura, tales como el Políptico de la Adoración del Cordero Místico de Jan van Eyck y el retablo de la Santísima Trinidad de Albrecht   Durero.
   Las primeras representaciones de Todos los Santos se copiaron de la iconografía de los Veinticuatro ancianos del Apocalipsis reunidos alrededor del Cristo de la visión de san Juan.
   Pueden clasificarse en dos series, según los santos rodeen al Cordero Místico o a la Santísima Trinidad (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).
Conozcamos mejor la Historia, Leyenda, Culto e  Iconografía de la Virgen con el Niño;  
  Tal como ocurre en el arte bizantino, que suministró a Occidente los prototipos, las representaciones de la Virgen con el Niño se reparten en dos series: las Vírgenes de Majestad y las Vírgenes de Ternura.
La Virgen de Majestad 
 Este tema iconográfico, que desde el siglo IV aparecía en la escena de la Adoración de los Magos, se caracteriza por la actitud rigurosamente frontal de la Virgen sentada sobre un trono, con el Niño Jesús sobre las rodillas; y por su expresión grave, solemne, casi hierática.
   En el arte francés, los ejemplos más antiguos de Vírgenes de Majestad son las estatuas relicarios de Auvernia, que datan de los siglos X u XI. Antiguamente, en la catedral de Clermont había una Virgen de oro que se mencionaba con el nom­bre de Majesté de sainte Marie, acerca de la cual puede dar una idea la Majestad de sainte Foy, que se conserva en el tesoro de la abadía de Conques. 
   Este tipo deriva de un icono bizantino que el obispo de Clermont hizo emplear como modelo para la ejecución, en 946, de esta Virgen de oro macizo destinada a guardar las reliquias en su interior.
   Las Vírgenes de Majestad esculpidas sobre los tímpanos de la portada Real de Chartres (hacia 1150), la portada Sainte Anne de Notre Dame de París (hacia 1170) y la nave norte de la catedral de Reims (hacia 1175) se parecen a aquellas estatuas relicarios de Auvernia, a causa de un origen común antes que por influencia directa. Casi todas están rematadas por un baldaquino que no es, como se ha creído, la imitación de un dosel procesional, sino el símbolo de la Jerusalén celeste en forma de iglesia de cúpula rodeada de torres. 
   Siempre bajo las mismas influencias bizantinas, la Virgen de Majestad aparece más tarde con el nombre de Maestà, en la pintura italiana del Trecento, transportada sobre un trono por ángeles.
   Basta recordar la Madonna de Cimabue, la Maestà pintada por Duccio para el altar mayor de la catedral de Siena y el fresco de Simone Martini en el Palacio Comunal de Siena.
   En la escultura francesa del siglo XII, los pies desnudos del Niño Jesús a quien la Virgen lleva en brazos, están sostenidos por dos pequeños ángeles arrodillados. La estatua de madera llamada La Diège (Dei genitrix), en la iglesia de Jouy en Jozas, es un ejemplo de este tipo.
El trono de Salomón
   Una variante interesante de la Virgen de Majestad o Sedes Sapientiae, es la Virgen sentada sobre el trono con los leones de Salomón, rodeada de figuras alegóricas en forma de mujeres coronadas, que simbolizan sus virtudes en el momento de la Encarnación del Redentor.
   Son la Soledad (Solitudo), porque el ángel Gabriel encontró a la Virgen sola en el oratorio, la Modestia (Verecundia), porque se espantó al oír la salutación angélica, la Prudencia (Prudentia), porque se preguntó como se realizaría esa promesa, la Virginidad (Virginitas), porque respondió: No conocí hombre alguno (Virum non cognosco), la Humildad (Humilitas), porque agregó: Soy la sierva del Señor (Ecce ancilla Domini) y finalmente la Obediencia (Obedientia), porque dijo: Que se haga según tu palabra (Secundum verbum tuum).
   Pueden citarse algunos ejemplos de este tema en las miniaturas francesas del siglo XIII, que se encuentran en la Biblioteca Nacional de Francia. Pero sobre todo ha inspirado esculturas y pinturas monumentales en los países de lengua alemana.
La Virgen de Ternura
   A la Virgen de Majestad, que dominó el arte del siglo XII, sucedió un tipo de Virgen más humana que no se contenta más con servir de trono al Niño divino y presentarlo a la adoración de los fieles, sino que es una verdadera madre relacionada con su hijo por todas las fibras de su carne, como si -contrariamente a lo que postula la doctrina de la Iglesia- lo hubiese concebido en la voluptuosidad y parido con dolor.
   La expresión de ternura maternal comporta matices infinitamente más variados que la gravedad sacerdotal. Las actitudes son también más libres e imprevistas, naturalmente. Una Virgen de Majestad siempre está sentada en su trono; por el contrario, las Vírgenes de Ternura pueden estar indistintamente sentadas o de pie, acostadas o de rodillas. Por ello, no puede estudiárselas en conjunto y necesariamente deben introducir en su clasificación numerosas subdivisiones. 
    El tipo más común es la Virgen nodriza. Pero se la representa también sobre su lecho de parturienta o participando en los juegos del Niño.
El niño Jesús acariciando la barbilla de su madre
   Entre las innumerables representaciones de la Virgen madre, las más frecuentes no son aquellas donde amamanta al Niño sino esas otras donde, a veces sola, a veces con santa Ana y san José, tiene al Niño en brazos, lo acaricia tiernamente, juega con él. Esas maternidades sonrientes, flores exquisitas del arte cristiano, son ciertamente, junto a las Maternidades dolorosas llamadas Vírgenes de Piedad, las imágenes que más han contribuido a acercar a la Santísima Virgen al corazón de los fieles.
   A decir verdad, las Vírgenes pintadas o esculpidas de la Edad Media están menos sonrientes de lo que se cree: la expresión de María es generalmente grave e incluso preocupada, como si previera los dolores que le deparará el futuro, la espada que le atravesará el corazón. Sucede con frecuencia que ni siquiera mire al Niño que tiene en los brazos, y es raro que participe en sus juegos. Es el Niño quien aca­ricia el mentón y la mejilla de su madre, quien sonríe y le tiende los brazos, como si quisiera alegrarla, arrancarla de sus sombríos pensamientos.
   Los frutos, los pájaros que sirven de juguetes y sonajeros al Niño Jesús tenían, al menos en su origen, un significado simbólico que explica esta expresión de inquieta gravedad. El pájaro es el símbolo del alma salvada; la manzana y el racimo de uvas, aluden al pecado de Adán redimido por la sangre del Redentor.
   A veces, el Niño está representado durante el sueño que la Virgen vela. Ella impone silencio a su compañero de juego, el pequeño san Juan Bautista, llevando un dedo a la boca.
   Ella le enseña a escribir, es la que se llama Virgen del tintero (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).
     Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la Hermandad de Nuestra Señora Reina de Todos los Santos, de Sevilla. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la ciudad.

Más sobre las Hermandades y Cofradías de Sevilla, en ExplicArte Sevilla.

Página web oficial de la Hermandad de Nuestra Señora Reina de Todos los Santos: www.reinadetodoslossantos.org 

La Hermandad de Nuestra Señora Reina de Todos los Santos, al detalle:
- Sede Canónica: Iglesia de Omnium Sanctorum
- Día de Salida Procesional: 1º o 2º domingo del mes de noviembre

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