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Intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla", de Onda Cero, para conmemorar los 800 años de la Torre del Oro

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lunes, 9 de septiembre de 2024

Los principales monumentos (Iglesia de San Juan Bautista, Iglesia y Hospital de San Andrés, Torre de los Trinitarios, Ermita de Nuestra Señora de la Fuensanta, antiguo Convento de Santa María de la Encarnación, Centro Antonio Reyna Manescau, Cuevas Rupestres, Iglesia de San Sebastián, y Museo Etnográfico Las Vistillas) de la localidad de Coín, en la provincia de Málaga

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Málaga, déjame ExplicArte los principales monumentos (Iglesia de San Juan Bautista, Iglesia y Hospital de San Andrés, Torre de los Trinitarios, Ermita de Nuestra Señora de la Fuensanta, antiguo Convento de Santa María de la Encarnación, Centro Antonio Reyna Manescau, Cuevas Rupestres, Iglesia de San Sebastián, y Museo Etnográfico Las Vistillas) de la localidad de Coín, en la provincia de Málaga.
Datos geográficos
     Comarca del Valle del Guadalhorce
     Superficie: 127 km2
     Altitud: 209 m
     Latitud: 36º 39'  -  Longitud: -4º 45'
     Distancia a Málaga capital: 44,8 km
Datos demográficos
     Población: 25.023
     Gentilicio: Coinos
Ayuntamiento
     plaza de la Alameda, 10, 29100
     952453020 - 952453284     www.coin.es
     El municipio de Coín se encuentra en la comarca del Valle del Guadalhorce, se extiende desde la Sierra de Alpujata hasta el centro de la comarca y tiene una gran riqueza paisajística donde podrás disfrutar de la naturaleza desde el propio centro histórico. En este sentido, Coín tiene un gran patrimonio arquitectónico de carácter religioso. Las distintas iglesias que dan vida al municipio, como son la de la Encarnación, de San Andrés y de San Juan, así como la ermita de Nuestra Señora de la Fuensanta, son principales monumentos con los que cuenta la localidad, con un carácter ligado a sus tradiciones.
     En Coín no te puedes perder sus monumentos: 
     Por orden de los Reyes Católicos se construyó la iglesia de Santa María de la Encarnación, donde se encontraba la mezquita de la ciudad. Posee una nave con cúpula nervada y una decoración de yesería. Posteriormente, en el siglo XVIII, se construyó el convento que hoy se utiliza como recinto para actividades culturales. Todo el edificio dispone de tres salas en las que se organizan exposiciones de índole etnográfico, artístico y por supuesto arqueológico.
     La mezcla de estilos fruto a su vez de la diversidad cultural en la historia del municipio se puede comprobar en la iglesia de San Juan Bautista. Erigida en el siglo XVI, contiene elementos clásicos, góticos, mudéjares y barrocos. En su interior alberga una escultura de Nuestra Señora de los Ángeles y la imagen de la Virgen de la Fuensanta, patrona de Coín y origen de distintas tradiciones y fiestas populares.
     Una primitiva ermita acoge durante algunas fiestas populares a Nuestra Señora de la Fuensanta, existiendo ya desde el siglo XVI. El santuario ofrece una perspectiva única en una posición privilegiada desde la que se vislumbra todo el paraje que acompaña al río Pereila. En dicho paraje encontramos pinceladas de un arte rural encarnado en molinos, viejos puentes ya en desuso, una calzada romana o el yacimiento del Llano de la Virgen que está declarado Bien de Interés Cultural.
     Existen en Andalucía cuatro templos construidos con planta en forma de L, y uno de ellos se encuentra en Coín. El Hospital de la Caridad, construido en pleno siglo XVI, tiene su propia capilla, convertida después en la iglesia de San Andrés. Dicha composición arquitectónica parte del esfuerzo por añadir un brazo perpendicular a la capilla mayor para separar a los enfermos del resto de creyentes. Un estilo mudéjar y la portada neoclásica ensalzan la belleza sobria del edificio.
      También con existencia limitada en Andalucía, en Coín se encuentra una torre de planta triangular. Esta torre pertenecía a la iglesia del convento de los trinitarios, aunque esa construcción quedase destruida dejando la torre como único testigo directo de su existencia (Diputación Provincial de Málaga).
      Pese a que en su término municipal se han encontrado restos prehistóricos y romanos, de asentamientos dispersos, la fundación de Coín y la adquisición de su entidad urbana en la ubicación que hoy conocemos, data de los albores del s. X, cuando, en un momento de inestabilidad acusada por la insurrección mozárabe de Bobastro, el califato decide acometer su fortificación. Desde entonces esta localidad ha sido un punto decisivo en la administración de la comarca del Guadalhorce, siendo capital de la Algarbía y, posteriormente, del Corregimiento de los siglos XVII-XIX, así como cabeza de una de las más importantes Vicarías en las que se estructuró la Diócesis de Málaga. Precisamente este dato se confirma en el protectorado que algunos obispos malagueños ejercieron en la ciudad, donde llegaron a residir largas temporadas, manifestándose en elementos histórico-artísticos de considerable interés, como su palacio episcopal, hoy desaparecido, y varias de sus fuentes-públicas. Su afianzamiento como potencia indus­trial, ya desde el siglo XVIII, atrajo también la iniciativa privada de la burguesía malagueña, que del mismo modo dejó su impronta en un caserío señorial, muy mermado en los últimos tiempos.
     En pleno casco urbano se conserva un interesante conjunto arqueológico. Se trata de una iglesia mozárabe del siglo X, labrada en roca caliza, una de las más grandes de la provincia, que constata la presencia de una importante comunidad en un estadio anterior a la fundación de la ciudad. Presenta una planta basilical, algo irregular, a la que se suman capillas adyacentes con carácter secundario, posiblemente dedicadas a albergar elementos relacionados con la liturgia.
     Coín conserva los restos de un interesante castillo, declarado BIC con categoría de Monumento, y tienen incoado expedientes para su declaración la parroquia de San Juan, el convento de la Encarnación y la ermita de la Fuensanta (Rosario Camacho Martínez [dirección], Aurora Arjones Fernández, Eduardo Asenjo Rubio, Francisco J. García Gómez, Juan Mª Montijano García, Sergio Ramírez González, Francisco José Rodríguez Marín, Belén Ruiz Garrido, Juan Antonio Sánchez López, y María Sánchez Luque. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo II. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).  
     La carretera A-355 atraviesa la Hoya y conduce hasta Coín por entre naranjales y limoneros. Situada sobre una pequeña elevación del terreno, es Coín villa de fundación árabe, de la que conserva el trazado laberíntico de sus calles y sus casas de una o dos plantas blancas de cal. El Ayuntamiento es un buen edificio barroco del siglo XVIII; la iglesia de San Juan Bautista, un hermoso templo gótico del siglo XVI (Rafael Arjona. Guía Total, Andalucía. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2005).

Iglesia de San Juan Bautista
     Se trata de la segunda iglesia parroquial, mandada construir por cédula de Doña Juana en 1489, sobre el espacio antes ocupado por el gran bastión fortificado de la ciudad, del que se reuti­lizó gran parte de sus estructuras. Cumple el esquema basilical de tres naves separadas por arcos, en origen apuntados, luego, tras la reforma del siglo XVIII, de medio punto doblados, sobre co­lumnas de sillares. La nave central se cubre con bóveda de cañón rebajada, que esconde una armadura de madera de gran riqueza, deco­rada con estrellas de ocho puntas con un componente mudéjar muy destacado, siendo arquitra­badas las laterales. El coro, a los pies, de alfarje con zapatas y jácenas, fue desplazado en su función por uno nuevo a ambos lados del presbite­rio, con una sillería severa de motivos geomé­tricos.
     Los arcos de acceso al presbiterio, y este mismo, concentran la ma­yor parte de la deco­ración mural, basada en yeserías exuberantes, de carga simbóli­ca, muy mermadas, no obstante, durante la Guerra Civil. Este ámbito cuadrangular, elevado sobre gradas, se cubre con artesonado de casetones renacentistas, dispuesto sobre pechinas. Al pie se alza un púlpito de mármol jaspeado con el escudo del Obispo Eulate y Santa Cruz, bajo cuyo patrocinio se realiza a media­dos del siglo XVIII.
     El templo presenta como particularidad los distintos desniveles que determinan tres entradas, una principal a los pies, y dos a mitad de su área, abiertas en las naves laterales. La central, alzada sobre una escalinata, es de estilo mudéjar­ renacentista, con arco de ladrillo y enjutas con azulejería, y se corona con balcón que le impri­me un aire más civil. La torre, de tres cuerpos cuadrados, rematada con canecillos, se sitúa a los pies sobre el lado de la Epístola.
     Preside su cabecera, un imponente retablo con la imagen titular de la Inmaculada y Cristo Crucificado, de barroco triunfante, imitación mo­derna del desaparecido, que databa de comien­zos del XVIII. La nave del Evangelio cuenta con una nueva capilla dedicada a la Virgen de los Dolores, imagen de vestir anónima del setecientos, y a continuación, un retablo de realización actual que alberga la imagen del Cristo del Perdón y Vera-Cruz, de Castillo Lastrucci, de 1937. La capilla del crucero, conserva parte de decoración barroca de hojarascas y rocallas, del siglo XVIII, aunque muy deslucida por el retablo de mármol gris y blanco, frío y sin interés artístico alguno, incorporado recientemente, que acoge la patrona del pueblo, la Virgen de la Fuensanta, imagen arzonera del siglo XV.
     En el lado de la Epístola, se ubica una capilla para uso cofrade que alberga imágenes moder­nas para procesionar, entre las que destaca el Na­zareno de vestir, anónimo del XVIII, adscrito a la escuela granadina. En la capilla del extremo del transepto hay un retablo dedicado a San José, de estilo neobarroco, de factura moderna. En este lado, destaca de manera singular, una talla de una Virgen de dudosa iconografía, aunque dispuesta al culto como de los Ángeles, en recuerdo de la desaparecida imagen titular trinitaria, obra renacentista con rasgos góticos tardíos, de consi­derable interés (Rosario Camacho Martínez [dirección], Aurora Arjones Fernández, Eduardo Asenjo Rubio, Francisco J. García Gómez, Juan Mª Montijano García, Sergio Ramírez González, Francisco José Rodríguez Marín, Belén Ruiz Garrido, Juan Antonio Sánchez López, y María Sánchez Luque. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo II. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).  
      La iglesia de San Juan Bautista, en Coín (Málaga), que responde al esquema de planta basilical, cuenta con tres naves separadas por arcos, en origen apuntados, que tras la reforma del siglo XVIII se transformaron en medio punto, los cuales descansan sobre gruesas columnas de piedra de fuste liso con capiteles híbridos de sabor mudéjar. La nave central, más ancha y alta, se cubre con bóveda de cañón ocultando la armadura mudéjar primitiva. Las laterales, de menor altura, se comunican en sus cabeceras con el presbiterio por dos arcos de menores dimensiones. Estas naves presentan las cubiertas de forma arquitrabada, excepto las dos capillas de la cabecera cuyas plantas cuadradas se cubren con bóvedas de aristas. Tanto las cubiertas como el intradós de los arcos se encuentran decorados con yeserías policromas. El coro, situado a los pies, está sostenido por dos arcos de medio punto entre machones y semi-columnas. 
     El presbiterio es un ámbito cuadrangular, elevado sobre gradas, cubierto por un rico alfarje sobre trompas de artesas romboidales con los perfiles profusamente policromados. El arco triunfal presenta, en el intradós y en las enjutas, decoración de yeserías con rocallas y hojarascas que se extienden por las pilastras. Esta decoración se aplica con exuberancia también en los muros laterales de la capilla mayor, sobre los arcos que comunican con las laterales y sobre todo en la zona superior que se dispone alrededor de los óculos, mediante placas recortadas que se rematan en toscos querubines de cierto sabor colonial. Al pie del presbiterio se alza un púlpito de mármol jaspeado con el escudo del obispo Eulate y Santa Cruz, bajo cuyo patrocinio se realizó a mediados del siglo XVIII. El retablo mayor, que ocupa todo el testero del presbiterio, fue realizado por Pedro Pérez Hidalgo entre 1943-1947, según el estilo neobarroco a imitación de otro desaparecido que databa del siglo XVIII. 
     En el cuarto tramo de la nave del Evangelio se abre una capilla de planta cuadrada, correspondiente a la mitad del siglo XVIII, cubierta con bóveda semiesférica sobre pechinas decorada con amplias placas recortadas de yeserías entremezcladas con rica decoración barroca de hojarascas y rocallas. Contiene un retablo moderno de mármol gris y blanco que acoge a la patrona del pueblo durante sus meses de permanencia en la parroquia, la Virgen de la Fuensanta, imagen del siglo XV. 
     En el cuarto tramo de la nave de la Epístola se ubica la capilla bautismal, de planta cuadrangular cubierta con bóveda oval apoyada sobre pechinas, construida por el arquitecto Felipe Pérez en mayo de 1775. Contiene una pila bautismal de mármol realizada en el siglo XVIII según el estilo barroco. 
     Al exterior la imagen del templo sobresale por la amplitud de sus formas y la carencia de decoración. Su ubicación hizo que se levantase sobre un plano inclinado, con la particularidad de los distintos desniveles que determinan las tres entradas, la principal a los pies y las otras dos hacia la mitad de las naves laterales, utilizándose imponentes escalinatas de dobles mesetas. Fueron realizadas en 1783 y le otorgan una nota característica del barroco por la grandeza de sus formas.
     La portada principal, a la que se accede a través de una escalinata, es de estilo mudéjar- renacentista y está realizada mediante arco de medio punto de ladrillo, con azulejería en las enjutas, enmarcado por pilastras con finas columnas abalaustradas de orden jónico adosadas, también de ladrillo. Se corona con un balcón de fino balaustre de hierro forjado situado entre grandes contrafuertes rematados por pináculos, que le confiere un cierto aire civil y sobre el que se sitúa un gran óculo moldurado de ladrillo. 
     La portada lateral derecha, a la que se accede mediante escalinata, presenta arco de entrada de medio punto apoyado sobre amplias pilastras y, aunque más sencilla, contiene los mismos elementos mudéjares que la portada principal, como el empleo del ladrillo y el alicatado en las impostas.
     La portada de la nave del Evangelio, la única que está al nivel de la calle, está formada por un arco rebajado que apoya en finas pilastrillas y se cubre por pequeño tejado. La decoración de estilo mudéjar se reduce a una greca superior de entrelazo. 
     La torre, situada a los pies en el lado de la Epístola, es de planta cuadrada y se eleva sobre una primitiva torre de la muralla de la ciudad. Se compone de tres cuerpos separados por la línea de imposta, totalmente macizo el inferior, con pequeñas ventanas el segundo y con vanos de medio punto cerrados por balaustres de hierro en el campanario. Se remata con cubierta de tejas a cuatro aguas con alero de canecillos de doble nacela de tradición mudéjar.
     La iglesia de San Juan Bautista, en Coín (Málaga), mandada construir por cédula de doña Juana en 1489, representa uno de los monumentos más destacados de esta localidad, cuya estratificación y densidad histórica permite comprender su complejo proceso constructivo, el cual arranca en el antiguo bastión fortificado de la ciudad del que se reutilizaron gran parte de sus estructuras, siendo una de sus torres la base del actual campanario.
     El inmueble surgió como un apéndice de la titular Santa María de la Encarnación, que debido a lo pequeño de su trazado quedó como ermita, convirtiéndose el templo de San Juan, a partir de 1505, en la cabeza de la representación de la Iglesia. Pero es, sin lugar a dudas, su dilatada historia, unido al valor artístico, el aspecto más destacado de este inmueble, ya que la mayoría de sus bienes muebles desaparecieron con los sucesos de 1936, mostrándose, aún a pesar de estos avatares recientes, como un documento expresivo fuertemente vinculado a la propia historia de la ciudad.
     Desde el punto de vista artístico engloba dos etapas características y diferentes de la arquitectura en Andalucía. Es un bello ejemplo de arquitectura renacentista combinada con elementos góticos mudéjares. Las obras realizadas en el siglo XVI corresponden al obispo fray Bernardo Manrique, con el lenguaje de transición gótico-mudéjar y renacentista, cuyas soluciones se manifiestan en la utilización en la fábrica del ladrillo, fundamentalmente en los azulejos de la portada y en el primer sistema de arcos apuntados posteriormente rebajados. La segunda reforma, efectuada con lenguaje barroco, se realizó hacia 1720, afectando al baptisterio, archivo, altar mayor, capillas colaterales y cubiertas.
     El urbanismo generado en torno a este templo a lo largo del tiempo ha permitido acrecentar su poderosa y contundente imagen a través de la configuración espacial, destacando sobre el resto del paisaje constructivo de la ciudad, por lo que, junto con otros valores culturales, se ha convertido en uno de los testimonios relevantes dentro del conjunto de las iglesias del valle del Guadalhorce.
     A todo esto habría que añadir como valor antropológico la estrecha vinculación que los vecinos mantienen con este inmueble a través de la celebración de la romería de la Virgen de la Fuensanta, imagen que tiene aquí su sede cuando no se encuentra en su ermita; además de la presencia de numerosas cofradías que añaden un tono renovador a la imagen del mismo (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     Esta iglesia, del siglo dieciséis y reformada en el dieciocho, fue construida aprovechando una torre cuadrada, hoy el campanario, de las antiguas murallas de la fortaleza árabe que fue destruida en 1485 al ser tomada por los Reyes Católicos.
     La solemnidad del templo lo ha convertido en uno de los más grandes de la provincia albergando numerosas imágenes de gran devoción, como la patrona del municipio, la Virgen de la Fuensanta, quien sólo abandona el templo en el mes de mayo para trasladarse a su ermita situada en el partido rural de Pereila. Allí permanece hasta el primer fin de semana de junio en la que vuelve a ser trasladada a su templo por los vecinos en Romería.
     La iglesia cuenta con tres naves. La cubierta de la central es a dos aguas y de una sola en las dos laterales. Hay tres puertas de acceso: dos laterales y una principal situada al fondo. Y esto, como es lógico, se debe a la influencia renacentista en la arquitectura de cruz latina.
     Aunque la base del templo, como decimos, es renacentista, su Altar Mayor es barroco. Bajo éste se construyó un panteón con 24 nichos para sacerdotes, curas y beneficiados del pueblo. Tanto el púlpito como todo el suelo del templo es de mármol de Coín (Diputación Provincial de Málaga).

Iglesia y Hospital de San Andrés
     Se trata de un conjunto monumental, construi­do en el siglo XVI en sustitución de un primer establecimiento, que había quedado obsoleto por problemas de espacio. Acorde con la naturaleza de su fundación, y manteniendo el esquema manierista, cuenta con un patio central con ga­lerías arqueadas alrededor. Su iglesia, destinada únicamente a enfermos hasta el siglo XVIII, es abierta a la feligresía, sufriendo una profunda reforma estructural. En primer lugar se abre un segundo acceso, que evita la entrada por el pa­tio, se incorpora una de las galerías a modo de pequeña nave en el lado del Evangelio, y en este mismo flanco se suma otra perpendicular, que se mantiene reservada a los enfermos. Asimismo, la armadura  de madera va  a ser, como en el caso de San Juan Bautista, ocultada por bóveda de cañón. El templo estuvo presidido por un retablo manierista de Pedro de Moros, inicialmente concebido para la iglesia de San Juan, y perdido en la Guerra. En la actualidad, aún se cuenta con una imagen de valor significativo: una Dormición de la Virgen, anónimo del s. XVIII, antes en la Capilla Mayor, y actualmente en la nave lateral (Rosario Camacho Martínez [dirección], Aurora Arjones Fernández, Eduardo Asenjo Rubio, Francisco J. García Gómez, Juan Mª Montijano García, Sergio Ramírez González, Francisco José Rodríguez Marín, Belén Ruiz Garrido, Juan Antonio Sánchez López, y María Sánchez Luque. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo II. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).  
      El antiguo hospital de la Caridad, situado en la actual calle Doctor Palomo y Anaya forma parte de la trama renacentista del casco histórico, producto del ensanchamiento de la trama originaria medieval que baja desde la calle de Santa María, con un callejero no totalmente regular, salvo la esquina de dicho inmueble con la calle Malara, conformando varias manzanas en cuadrículas, al modo propio del espíritu moderno tras la reconquista.
     Este Antiguo Hospital de la Caridad debe su nombre y actividad al hospital fundado, tras la reconquista, por donaciones a la primitiva Hermandad de los Reyes Católicos en la plaza de San Andrés. El emplazamiento original tuvo que ser abandonado por lo barrancoso del terreno y la falta de espacio, trasladándose a su actual situación gracias a la donación de unos terrenos realizados en 1526 por Dña. María Ruiz y D. Miguel Martín Maderero, un pudiente matrimonio de la entonces villa, quienes además aportaron fondos para su construcción.
     Así, el conjunto conformado por el Hospital de la Caridad y la anexa Iglesia de San Andrés fue construido en el siglo XVI. 
     Esta iglesia presenta una curiosa planta en L fruto de una ampliación posterior. Originalmente tenía una sola nave cubierta con armadura de madera -hoy oculta por bóveda de medio cañón rebajado- y capilla mayor con armadura cuadrada de lazo de a ocho; a todo ello se le añadió otra nave, a través de la capilla mayor, para lo cual se tomó parte del claustro, consiguiéndose así una nave aparte para los enfermos dado que el templo perteneció al Hospital de San Andrés.
     La portada-espadaña, ubicada a los pies del lateral de la Epístola de la nave añadida, es obra de mediados del siglo XVIII y muy interesante por su rareza y proporciones. El acceso de medio punto se guarnece de pilastras que sostienen frontón triangular, todo ello cobijado bajo un gran arco-nicho de tipo  compartimentado, encuadrado, a su vez, por pilastras toscanas y entablamento denticulado. Encima de todo ello y con idéntica anchura se levanta la imponente espadaña, que en su primer cuerpo abre tres vanos de medio punto y uno sólo en el segundo, rematándose éste en frontón de líneas cóncavo-convexas (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     Adosado al antiguo Hospital de la Caridad (que se fundó por los Reyes Católicos), del siglo dieciocho, tenemos la iglesia de San Andrés, del siglo dieciséis. Fue mandada construir por los monjes franciscanos y es de estilo mudéjar. A través de la ampliación de la capilla mayor de la iglesia se construyó una nave para enfermos, leprosos y tuberculosos, de manera que se unieron hospital e iglesia.
     En este edificio religioso destacan la cúpula, el artesonado mudéjar y las vidrieras de las ventanas. Pero su elemento más significativo son, por una parte, la fachada claramente manierista y, por otra, su gran espadaña de tres cuerpos.
     Es un edificio que tiene forma de L, lo que lo hace bastante singular; de hecho en Andalucía sólo existen otros dos de similares características.
     En el interior destaca su retablo, de estilo renacentista, si bien no es el original ya que éste fue destruido en la Guerra Civil (Diputación Provincial de Málaga).

Torre de los Trinitarios
     Se trata del único elemento que nos queda del antiguo Convento de Trinitarios Calzados de la localidad. La orden, establecida en el siglo XVI, en las afueras de Coín, decide su traslado a la población a finales del seiscientos, levantando sus dependencias extramuros, aunque próximas al corazón del casco urbano, con fines de evangelización e influencia sobre sus habitantes. Hasta entonces sólo los Padres Agustinos tenían su residencia en sus inmediaciones. El edificio se levantará sobre la primera capilla-iglesia realizada tras la conquista, consagrada a la Vera-Cruz, la cual conservará su lugar y culto en la nueva fábrica. El derribo del convento en las últimas décadas del siglo XX, deja como testimonio la torre, que reproduce el canon y  la  iconografía de la orden de Félix de Valois, basada en el mó­dulo del número 3. Su estructura prismática de base triangular resulta ser un caso excepcional en Andalucía, sólo seguido, aunque conforme a cánones distintos, en las iglesias de Santa Ana en Archidona y la del Convento de Mínimas y Marroquíes de Écija (Rosario Camacho Martínez [dirección], Aurora Arjones Fernández, Eduardo Asenjo Rubio, Francisco J. García Gómez, Juan Mª Montijano García, Sergio Ramírez González, Francisco José Rodríguez Marín, Belén Ruiz Garrido, Juan Antonio Sánchez López, y María Sánchez Luque. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo II. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).  
     Es el único resto conservado del antiguo convento de los Trinitarios, que tras la Desamortización lo fue también de Franciscanos. La torre, obra de mediados del siglo XVII, presenta la particularidad de su planta triangular, levantando dos cuerpos a modo de basamento y un tercero -el de campanas- con las esquinas achaflanadas; en éste se abren arcos de medio punto entre pilastras rematadas en entablamento dórico que recibe el chapitel de escamas de cerámica. 
     Del convento no queda nada, pero muy cerca se encuentra una iglesia mozárabe (siglo X) excavada en la roca que debió integrarse en el convento.
     Podemos considerarlo obra del siglo XVII. Los frailes trinitarios instalados en una ermita a las afueras de la ciudad y en su deseo de tener un convento intramuros labraron una casa junto a la iglesia parroquial donde se instalaron sin  autorización en 1655, volviendo a la ermita tras las amonestaciones del Visitador. El 16 de Noviembre de 1655 les concedieron el traslado con la condición de dejar la ermita perpetua en el sitio antiguo. Se instalaron en la iglesia de la Vera-Cruz, que aunque fundada extramuros quedó más integrada en un extremo del pueblo, al extenderse el vecindario. 
     Abandonado desde la Desamortización fue en nuestro siglo convento de los Franciscanos, hoy queda únicamente su torre (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     El edificio original de la Iglesia-Convento fue construido en el primer tercio del siglo dieciséis y se levantó en los extramuros de la villa, en el camino de Monda (en el lugar conocido como partido de los Ángeles); pero a causa de la gran sequía que hubo en 1607 se trasladó al pueblo y fue fundada como Iglesia y Convento en 1655.
     De ellos sólo se conserva la torre triangular, siendo una de las pocas que existen en Andalucía, junto a la torre de la iglesia de Santa Ana en Archidona (Málaga) y la del Convento de Mínimas y Marroquíes de Écija (Sevilla). Esta hermosa Torre es de estilo mudéjar, y de ella destaca el hecho de que fuera diseñada a base de cerámica vidriada y con materiales típicos coínos, siendo el principal el cantillo (toba travertina).
     El Convento fue fundado por los trinitarios y más tarde pasó a manos de los franciscanos para ser abandonado por sus frailes en el siglo diecinueve. Con el paso de los años fue destruido y convertido en escuela (Diputación Provincial de Málaga).

Ermita de Nuestra Señora de la Fuensanta
     La ermita se levantó en las afueras del pue­blo, en el límite con Monda, y según la tradición englobando una gruta donde había aparecido la Virgen de la Fuensanta. La primera ermita fue la misma cueva, levantándose la obra actual en 1680, aunque con reformas importantes a lo largo del siglo XVIII, construyéndose el camarín a partir de 170l.
     En este templo, de nave única, con bóveda de medio cañón muy rebajada, su interés radica eminentemente en el interior, protagonizado por la capilla mayor antes camarín, que abarca la casi totalidad de su presbiterio, atrayendo, por ello, la atención del visitante nada más entrar. Presenta planta cuadrada cerrada con bóveda de nervios, concentrando una abigarrada decoración de yesería barroca con motivos de grutescos, veneras y angelillos, y relieves de mayor entidad que representan a las Virtudes y Evangelistas. El exterior es de gran sencillez, destacando la fortaleza de sus contrafuertes laterales, realizados tras los informes del arquitecto Antonio Ramos.
     La Virgen de la Fuensanta, interesante imagen arzonera de pequeño tamaño, del siglo XV, pasa gran parte del año en la parroquia. Las piezas escultóricas, en madera policromada, que se dis­tribuyen en sus seis hornacinas, dispuestas simé­tricamente a lo largo del cuerpo principal de la nave, son de factura moderna (Rosario Camacho Martínez [dirección], Aurora Arjones Fernández, Eduardo Asenjo Rubio, Francisco J. García Gómez, Juan Mª Montijano García, Sergio Ramírez González, Francisco José Rodríguez Marín, Belén Ruiz Garrido, Juan Antonio Sánchez López, y María Sánchez Luque. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo II. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).  
     La Ermita de la Fuensanta se encuentra situada a 2,5 Km de Coín en dirección a Monda, por el camino antiguo y a una distancia de casi 4 Km siguiendo el trazado de la C-337, que es el que en la actualidad recorre la Romería. 
     La ermita es de planta de cajón, de una sola nave con seis tramos rectangulares a los que se adosan el presbiterio y el camarín por la cabecera, con un atrio situado a los pies, separado de la nave por medio de una reja. En el lado del Evangelio sobresale la sacristía, una estancia de planta rectangular que contiene un nicho en un altar en cuya base se abre un transparente que permite ver la cueva donde según la leyenda estuvo en origen depositada la Virgen de la Fuensanta.
     La nave, que forma con el atrio el eje longitudinal de la planta, es una estructura sencilla cubierta por bóveda de cañón muy rebajada con siete arcos fajones que apoyan en los muros laterales sobre pilastras de orden toscano que a su vez descansan sobre zócalo de mármol gris. Sobre los capiteles de las pilastras se dispone un rígido entablamento moldurado que recorre toda la nave y una cornisa denticulada. La nave tiene a cada lado dos capillas hornacinas, enmarcadas las del tramo tercero con pilastras de orden jónico de fuste estriado y con sencillos motivos vegetales en las enjutas. La hornacina de la izquierda acoge la figura del Cristo del Mayor Dolor y la de la derecha la imagen de San Judas Tadeo. La entrada al camarín está flanqueada por columnas de mármol cuyos fustes descansan sobre pedestales.
     El presbiterio está separado de la nave por un arco triunfal de medio punto rebajado en cuyo intradós hay una moldura con un florón rodeado por roleos engarzados. Desde este espacio y por el lado de la Epístola se accede a la sacristía. 
     La capilla mayor, que se encuentra elevada con respecto al nivel de la nave, es de planta cuadrada y se cubre con bóveda de aristas decoradas con carnosas yeserías vegetales, florón en la clave, grutescos afrontados rodeados de tallos enrollados en los paños y con óculos abiertos en las paredes laterales. 
     El camarín, de planta octogonal, presenta un zócalo articulado por pequeñas pilastras cajeadas con yeserías formando lazos, racimos y placas recortadas. Los muros contienen grandes pilastras cajeadas que llegan al anillo de la bóveda y cuyos fustes están cubiertos por una decoración menuda que culmina en grutescos. Cada uno de los paramentos verticales presenta una composición de yeserías blancas formando cuadros que se repiten constantemente; en la parte inferior se ubica el relieve de un ángel enmarcado por una profusa decoración con estructuras mixtilíneas, veneras y querubines, entre otros motivos ornamentales. El anillo de la bóveda es igualmente complicado a nivel ornamental con querubines montados en fragmentos de cornisa que abrazan motivos vegetales carnosos. La bóveda es semiesférica y está articulada por ocho nervios que convergen en el centro en un florón central de carnosos acantos. Los segmentos triangulares de la bóveda enmarcan óvalos sobre fondo azul estrellado entre los que destacan relieves de cuerpo entero de los cuatros Evangelistas, alternando con los óvalos en los que se identifican tres Virtudes Teologales  y una Cardinal. 
     Tanto la estructura como la decoración del camarín data de comienzos del siglo XVIII, pudiendo ser obra de José de Medina, que seguiría en su traza el modelo de la capilla de San Isidro de la iglesia de San Andrés de Madrid.
     El exterior de la ermita es muy sencillo. Las fachadas son de mampostería, lisas, enfoscadas y encaladas. En el hastial se abre la portada principal con acceso en arco de medio punto y con movido escalón de mármol de perfil convexo; se corona con una espadaña de un solo vano flanqueado por pilastras rematada por frontón triangular.
     Las fachadas laterales tienen entibos o contrafuertes realizados en las reformas del siglo XVIII. Sobresalen en la fachada lateral izquierda cinco contrafuertes escalonados que refuerzan la estructura de la iglesia por este lado y que son el elemento más singular del sistema constructivo del edificio. Destacan por su macicez los tres que se adosan a la nave y al presbiterio, rematados por frontoncillos triangulares los laterales y por frontón curvo el central.
     Desde el exterior se advierte el juego de volúmenes de los diversos cuerpos: el atrio cubierto con tejado a dos aguas, la cubierta de la nave de mayor altura y en la que destaca el volumen correspondiente al camarín, que no trasdosa la cúpula y que se cubre con un tejado a cuatro aguas, y la sacristía con tejado a un agua.
     La ermita de Nuestra Señora de la Fuensanta constituye uno de los edificios más representativos de Coín (Málaga) debido a sus valores histórico-artísticos y a su marcado valor etnológico. 
     Sus orígenes se remontan al siglo XV, en los años posteriores a la conquista castellana, cuando, según la leyenda, la Virgen apareció en una cueva próxima a los montes de Pereila, en las proximidades de una fuente de agua a la que con el paso del tiempo le atribuyeron poderes curativos y por lo que la imagen recibió el nombre de Fuente Santa o Fuensanta.
     En la zona de las apariciones y para la veneración de la imagen de la Virgen se construyó una ermita, de la que se desconocen sus características. Fuentes documentales de la época señalan que en 1526 ya existía un templo que a finales del siglo XVI y comienzos del XVII se amplió, reformándose en el siglo XVIII e integrándose la primitiva ermita en la zona de la cabecera, adoptando el edificio las dimensiones actuales y la decoración interior de estética barroca que contrasta con la simplicidad del exterior.
     La Virgen de la Fuensanta es una imagen arzonera, sedente, representada con el Niño en su regazo y con una granada en la mano derecha, una obra de estilo gótico probablemente realizada a finales del siglo XV.
     Desde el uno de mayo hasta el primer domingo de junio la Virgen de la Fuensanta permanece en el tabernáculo del camarín de la ermita y el resto del año se encuentra en la iglesia de San Juan de Coín.
     La romería de la Fuensanta, estrechamente vinculada a la historia de la ermita, es un magnífico testimonio de la arraigada devoción a la patrona de Coín. El origen de las peregrinaciones de los fieles a este lugar, que puede remontarse al siglo XVI, se mantiene en la actualidad plenamente con una participación muy importante de los coineños, ya que muchos de ellos regresan a Coín con motivo de la romería convirtiéndose este evento no sólo en una celebración religiosa sino también en un reencuentro con el lugar de origen, con la familia y con los amigos. La romería se celebra el primer fin de semana de junio (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     Está ubicada en las afueras del municipio y fue construida entre los años 1544 y 1620. Se trata de una iglesia rupestre de estilo mozárabe en la que destaca la amplitud de su fachada, que la convierten en uno de los pocos monumentos de estas características en Andalucía. Abre sólo durante el mes de Mayo.
     LA LEYENDA: La tradición cuenta que en el año 1487 la Virgen de la Fuensanta se le apareció a un pastor en el lugar donde hoy se erige la ermita dedicada a su culto, que fue construida con el esfuerzo de todos los vecinos. Los trabajos dieron comienzo en el año 1544 y no se terminaron hasta 1680, aunque parte de la única nave se acabó en 1620. La imagen de la Virgen de la Fuensanta es obra del siglo quince. Tiene 11 centímetros de altura, y según otras versiones, debió ser traída por alguno de los caballeros que intervinieron en la conquista de Coín. Todos los años, el primer domingo del mes de junio se celebra una romería popular en la que participa todo el pueblo (Diputación Provincial de Málaga).

antiguo Convento de Santa María de la Encarnación
     La fábrica primitiva de la iglesia es del siglo XV, aunque reformada en el XVIII, y como en el resto de templos consagrados con la misma advocación en la comarca, se erige aprovechando en su infraestructura y dimensiones restos islámicos, en este caso, de la mezquita aljama. Su estructura está concebida con una gran nave central, otra más pequeña en el lado de la Epístola, donde se abre un sagrario-camarín, que al exterior se transforma en capilla callejera, y en el lado del Evangelio se dispone una pequeña nave, con funciones litúrgicas, destacando tam­bién el coro. Esta iglesia, con el establecimiento de la orden femenina de Santa Clara, es incluida en un conjunto conventual y acomodada a sus funciones. Si bien en su día contó con imágenes importantes, como un Jesús Cautivo de vestir, del s. XVIII, su abandono en la segunda mitad del XX y el traslado de las clarisas a la periferia, la desnuda completamente, siendo utilizada en la actualidad para uso cultural (Rosario Camacho Martínez [dirección], Aurora Arjones Fernández, Eduardo Asenjo Rubio, Francisco J. García Gómez, Juan Mª Montijano García, Sergio Ramírez González, Francisco José Rodríguez Marín, Belén Ruiz Garrido, Juan Antonio Sánchez López, y María Sánchez Luque. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo II. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).  
      El antiguo Convento de Santa María de la Encarnación lo conforma un conjunto de construcciones diversas de las cuales destacan la iglesia y torre-campanario, ubicadas ambas en el costado suroriental del inmueble, en torno a las cuales se estructura el edificio conventual del que sobresalen dos claustros y una extensa zona de huertas.
     La iglesia es de planta basilical, de tres naves separadas por pilares rectangulares en el lado de la Epístola y en forma de T en el del Evangelio, rematados con una cornisa simple desde donde parten arcos de medio punto doblados y ligeramente rebajados.
     La nave central es más alta y ancha que las dos naves laterales, tiene cinco tramos y se cubre con bóveda de cañón y lunetos. Recibe su iluminación a través de ventanas ovaladas dispuestas sobre una cornisa que recorre horizontalmente la zona superior del muro.
     El presbiterio se abre a la nave a través de un arco triunfal de medio punto, cuyo intradós está dispuesto con yeserías decoradas con hojas de acanto y motivos florales pintados en color gris. Tiene planta cuadrangular cubierta de cúpula con linterna sobre pechinas, compuestas también, con placas de yeserías decoradas con flores y acantos. Esta decoración se inicia en los muros laterales presentando cuartos de círculos que enmarcan ventanas adinteladas, continúa en las pechinas y anillo de arranque de la bóveda, alternándose placas de tendencia triangular y gallones.
     El pavimento del presbiterio está a la misma altura que el resto de la nave, excepto en la zona interior cercana a la cabecera, donde se levantan tres amplios escalones. En el muro del testero se abre un vano de medio punto enmarcado con doble moldura pintada de color albero que da acceso al camarín de Nuestra Señora de la Encarnación, de planta semi-octogonal cubierta con bóveda semiesférica sobre pechinas.  En ambos lados del muro del testero se ubica una repisa pintada también del mismo color. El presbiterio comunica a la izquierda con el oratorio de las monjas y por la derecha con la cabecera de la nave de la Epístola.
     A los pies de la nave se sitúa el coro alto limitado por una reja elevada, a modo de celosía, apoyada sobre un vuelo ondulado.  Esta pieza descansa sobre una bóveda mixta que incluye en su tramo central una bóveda de cañón con lunetos y en sus laterales tres arcos trilobulados.
     La nave de la Epístola tiene la misma longitud que la nave central y está cubierta con bóvedas de arista. En ella se abren dos ventanas que dan luz a su interior, una situada en el lado derecho de la portada que da acceso y otra, de reciente apertura, a los pies. Dicha portada se resuelve interiormente con un cuerpo de madera, cuyo volumen prismático invade parte de la nave.
     La cabecera de esta nave se cubre con bóveda semiesférica sobre pechinas, compuesta con yeserías decoradas con estrella central, acantos y motivos florales, circundados de enmarques mixtilíneos y en las pechinas elementos vegetales.  
     En el muro frontal se abre el camarín cuya planta hexagonal se cubre con bóveda semiesférica gallonada dispuesta sobre una cornisa volada mixtilínea. Por el lateral derecho de esta nave se accede a la torre-campanario.
     La nave del Evangelio limita con el claustro del Convento y con las dependencias de la portería y del torno. Se compone de dos tramos cubiertos con bóveda de arista, una de ellas dispuesta con yeserías mixtilíneas formando triángulos que engloban el anagrama mariano y que se unen en el centro en torno a un motivo vegetal.
     Todos los paramentos y pilares de la iglesia se protegen con zócalo de mármol negro veteado, mientras que el resto de los muros están enfoscados y enlucidos en color blanco. El pavimento se resuelve con baldosas de mármol blanco y negro, de formato cuadrado y dispuesto en damero.  El ámbito conventual se organiza adosado a los flancos noroeste y noreste de la iglesia en torno a tres patios, entre los que existe una diferencia de cota. Las huertas se sitúan al noroeste de los claustros de las cuales aún quedan parte del espacio vacío.
     El claustro principal es de planta semi-trapezoidal y en sus lados se abren galerías abiertas formadas por arcos realizados en fábrica de ladrillo basto, de medio punto rebajados con moldura en la clave, que descansan sobre columnas de sección circular de capiteles dóricos y plintos cúbicos. La escalera de acceso al piso superior, y de posible bajada al claustro colindante, se sitúa al noreste y se inicia con doble arco de medio punto rebajado, enmarcado en alfiz y apoyado en capitel dórico, columna de piedra y base con plinto cúbico.  Las galerías del segundo cuerpo repiten la misma composición, añadiendo un pretil con remate superior e inferior de ladrillo dispuesto a sardinel. En ambas galerías se abren puertas y ventanas que permiten la iluminación y el acceso. El segundo claustro o patio, de dimensiones más reducidas, es de planta rectangular y su pavimento se sitúa a nivel más bajo que el claustro principal. Tiene alzado de tres plantas excepto en uno de sus frentes, que cierra con una sola altura. Las tres plantas del frente nororiental y la planta baja del frente suroccidental presentan galerías porticadas. El tercer patio, situado tras la cabecera de la iglesia y de menores proporciones, tiene un alzado de tres plantas y puede considerarse como un patio de luces. Entre este patio y la iglesia se ubica la escalera que actualmente distribuye verticalmente la zona del edificio dedicado a Universidad Popular.  
     Las dependencias que se disponen en este ámbito se destinan principalmente a aulas. El resto de la parcela lo ocupa lo que fue la zona de huertas del Convento que originariamente tenía una superficie mayor.
     El exterior del templo presenta dos fachadas; en los pies y en la nave de la Epístola. La primera se organiza en torno a la portada que da acceso a la nave central y consta de un alzado de dos cuerpos construidos en ladrillo visto. Se compone de un vano de medio punto que da acceso al interior, flanqueado en ambos lados por pilastras cajeadas iniciadas en punta de estípite desde su basamento, con hiladas de media caña dispuesta en el arranque del arco. Una cornisa remata el primer cuerpo y da paso al segundo. Éste presenta una ventana centrada que da luz al coro alto, flanqueada con pilastras cajeadas también iniciadas en punta de estípite y centrada por un frontón moldurado en forma mixtilínea. A la izquierda de la portada se sitúa una puerta adintelada que da acceso al claustro grande que está flanqueada con almohadillado y cornisa superior y construida en ladrillo basto pintado en blanco y amarillo. Sobre ella se abre una ventana rectangular y sobre ésta una cornisa volada dispuesta con hiladas escalonadas. A la derecha de la portada se abre una ventana adintelada recercada con ladrillo visto y rematada con un frontón moldurado, fruto de las últimas obras de restauración.
     En la fachada de la nave de la Epístola se abre una portada de un solo cuerpo construida en ladrillo visto. Se estructura con un arco carpanel con moldura en la clave y pilastras en sus laterales. Esta portada se encuentra flanqueada a la izquierda, por una ventana arquitrabada rematada con un frontón de ladrillo visto de arco mixtilíneo y, a la derecha, con un pequeño cuerpo que sobresale de la línea de fachada, de planta semicircular que se corresponde con una capilla, también construida en fábrica de ladrillo visto. Está formado con un juego de molduras geométricas, estípites, cornisas y cubierta con su propio tejadillo. En este cuerpo se abren dos pequeñas ventanas adinteladas, abiertas a la calle a modo de una capilla callejera. En el interior de la iglesia la capilla se abre a la nave de la Epístola a través de un vano de medio punto.
     La torre-campanario se sitúa en el extremo sureste de la iglesia. Tiene planta cuadrada y alzado de dos cuerpos de dos alturas cada uno, separados exteriormente por una pequeña cornisa escalonada de ladrillos.
     Su fábrica de ladrillo y mampuestos se revoca en toda su superficie. La simplicidad, identificación artística y ausencia de ornamentación es total, incluso en las ventanas de vanos rectangulares, a excepción del campanario en donde se remata en medio punto. El conjunto se corona con un tejado a cuatro aguas. A los pies de la torre se ubica una fuente de mármol gris veteado, decorado con una máscara a modo de caño.
     Anteriormente se encontraba adosada al lateral del muro cerrado del claustro principal, en su lado suroeste.
     El conjunto arquitectónico del antiguo Convento de Santa María de la Encarnación en Coín (Málaga) se corresponde con la fisonomía general impuesta en las obras de acondicionamiento para el Convento, que ocultan y enmascaran edificaciones realizadas anteriormente, como la iglesia, levantada entre 1487 y 1491, fruto de la primera etapa constructiva, y la torre, que comienza sus obras en 1514 para servir de campanario. 
     No será hasta mediados del siglo XVIII cuando el obispo Juan de Ulate y Santa Cruz da permiso para formar el Convento de Clarisas, beatas que desde principios de la centuria ocupaban la torre, habilitando el espacio de un primitivo cementerio asociado a la iglesia. Estas construcciones han sufrido numerosas modificaciones para adecuarlas a los diferentes usos por los que han ido pasando. No obstante, aún es posible apreciar la estructura original de las mismas.
      Destaca el claustro original, que en un principio tenía galerías porticadas sólo en planta baja. En la iglesia resalta las proporciones de sus naves y la sencillez del lenguaje de los espacios, que contrasta con el barroco de sus fachadas.
     Los cambios que sufrió en la reforma del XVIII ocultaron su aspecto inicial, afectando a la bóveda, fachada, muros, coro y camarines, cuyo estilo se puede considerar que se corresponde con un barroco atemperado, sin excesivo alarde de movimiento y recargamiento. También son destacables diferentes elementos de cubrición, cerrajerías, carpinterías y determinadas soluciones constructivas.
     En la actualidad la iglesia se utiliza para usos culturales. El resto de las edificaciones del antiguo Convento están ocupadas con dependencias municipales y por la Universidad Popular.
     En uno de sus  de sus claustros se han instalado las Salas Etnográficas, con exposiciones permanentes de sus fondos, destacando la dedicada a la cerámica con trabajos del gran maestro de la localidad José Cumbreras (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     La iglesia-Convento de Santa María de la Encarnación es una obra datada en 1485 que fue levantada sobre una antigua mezquita. Está junto a la torre que fue el antiguo alminar, en sus dos primeros cuerpos, y que hoy es el campanario.
     Fue la primera iglesia parroquial de Coín; y es que, tras ser el pueblo tomado por los Reyes Católicos, su primera decisión fue levantar esta iglesia. De hecho su nombre se debe a la reina Isabel la Católica, quien era muy devota de esta Virgen.
     El Convento es de estilo mudéjar y perteneció a la orden de las Clarisas. Sin embargo, en el exterior se nota la influencia de los alarifes mozárabes. El interior presenta una planta de nave única con cúpula nervada y decoración de yesería.
     En la época del Gobierno republicano fue la Casa del Pueblo, lo que le sirvió para ser uno de los pocos edificios que, de estas características, no fue destruido, aunque sus imágenes y ornamentos sí que lo fueron.
     Hoy en día las instalaciones del Convento se utilizan como salas de exposición, contando con una sala etnográfica y varias arqueológicas, además de ubicarse la Universidad Popular y aprovecharse para celebrar diversos actos culturales (Diputación Provincial de Málaga).

Centro Antonio Reyna Manescau

     En uno de los claustros se han instalado las Salas Etnográficas, con exposición permanente de sus fondos, destacando muy significativamente la dedicada al trabajo de la cerámica con trabajos del gran maestro de la localidad José Cum­breras (Rosario Camacho Martínez [dirección], Aurora Arjones Fernández, Eduardo Asenjo Rubio, Francisco J. García Gómez, Juan Mª Montijano García, Sergio Ramírez González, Francisco José Rodríguez Marín, Belén Ruiz Garrido, Juan Antonio Sánchez López, y María Sánchez Luque. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo II. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
     El Centro Antonio Reyna Manescau de Coín es un lugar dedicado a la memoria del universal pintor coineño (1859 – 1937) en su ciudad natal, que fue inaugurado el pasado 29 de noviembre de 2019. Un proyecto promovido por la Fundación García Agüera y desarrollado conjuntamente con la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Coín abierto al público en dependencias del antiguo convento de Santa María de la Encarnación y cerca de la que fuera la casa familiar del pintor.
     En la actualidad se cuelga la exposición permanente “Íntimo y Universal”, dirigida y comisariada por José Manuel García Agüera. Una muestra rigurosa, amena y didáctica, con fondos procedentes del Excmo. Ayuntamiento de Coín, de la Diputación Provincial de Málaga y principalmente de la Fundación García Agüera y colecciones privadas de amigos de la fundación, familiares y admiradores del artista.
     Las salas donde se ubica el centro, al que se accede desde el bellísimo patio del inmueble, albergan una amplia colección de obra original del pintor, fotografías, documentación, trabajos de investigación y publicaciones, bibliografía, objetos personales y otros contenidos de interés que darán al visitante precisa información para conocer mejor la vida y magistral obra de nuestro paisano, Maestro de la pintura del XIX.
     En la segunda de las salas del centro se encuentra la obra principal de la exposición: “Un rancho en Andalucía”. Se trata de una obra que representa un típico cortijo andaluz, cuyo boceto fue iniciado durante el verano de 1910 en Coín. El boceto a óleo de este mismo cuadro y la paleta con la que pintó esta gran obra son propiedad del Ayuntamiento de Coín y se encuentran expuestos junto a la obra.
Horarios
     De lunes a viernes. De 9:00 a 14:00 y de 17:00 a 19:30 horas
     Entrada gratuita
     Antiguo Convento de Sta. María de la Encarnación. Entrada desde el claustro (Diputación Provincial de Málaga).

Cuevas Rupestres
      Este conjunto monumental se asienta a la salida de la población en dirección a Monda y Marbella, al pie del viejo camino y a extramuros de la población, muy próximo al antiguo casco urbano de Coín, quedando situado sobre una prominente altura y sobre una terraza abierta.
     Se ha datado este conjunto monumental entre los siglos VIII y X, muy probablemente hacia los siglos IX-X, sin desecharse la posibilidad de un origen anterior.
     Este conjunto monumental tiene la particularidad de haber sido excavado en la misma roca caliza, labrándose bastantes detalles estéticos y funcionales: con arcos de herradura, hornacinas, contrafuertes, simuladas cubiertas a dos aguas, banco para servicio litúrgico, arco triunfal para separar la nave y el presbiterio de la iglesia, diferentes tipos de bóvedas, galerías de ventilación, vías de escape... En particular, según el profesor Riu, cabe suponer la existencia de una cúpula semiesférica, frente a la nave abovedada más septentrional, con tubos o chimeneas de ventilación que llegarían hasta la superficie superior.
     En planta, se trata de un conjunto de tres naves principales y dos accesorias, similar a la existente en Ronda y Archidona.
     Durante el siglo XX, estas cuevas siempre han sido de titularidad privada y han estado expuestas  a una intensa explotación industrial, dedicada principalmente al almacenaje de mercadería, pero se conserva mejor que otras iglesias de este tipo de la provincia, principalmente porque su arquitectura fue diseñada utilizando la roca natural.
      En la actualidad dispone de un total de 246 metros cuadrados, de los cuales el 30,33% pertenece a las naves accesorias y el 69,67% corresponde a las naves principales. 
     Se compone de cinco grandes cuevas excavadas artificialmente en la roca por la mano del hombre, así como algunas pequeñas cavidades en los extremos laterales.
     Las tres cuevas centrales son las principales de todo el conjunto, siendo las más profundas y las de mayor superficie excavada.
      Existe un pasillo interior que intercomunica las tres cuevas principales y distribuye el acceso a ellas por el interior.
       Se descubre además un amplio patio exterior, que precedía como antesala al espacio de culto, cuyo perímetro actual queda delimitado por la tapia medianera con la carretera, los edificios colindantes y la fachada de roca natural.
     La fachada es la misma roca natural sobre la que fueron excavadas las cinco portadas de ingreso al interior, es de grandes dimensiones y siempre ha estado oculta por la vegetación y por una alta tapia exterior. Esta fachada tiene unos 30 metros de longitud y una altura de 14 con dos contrafuertes que sobresales de él entre 3,20 y 4,80 metros a una distancia de 12,65 metros.
      En uno de los extremos laterales de la fachada se conserva lo que podría ser el arranque de una gruesa muralla defensiva construida con sillares de cantillo.
     Desde el patio exterior y desde el pasillo se puede apreciar como algunas bocas de entrada han sido abocinadas para facilitar la penetración de la luz natural. Además, al haberse excavado dos metros en el suelo del interior de las cuevas, los arcos de entrada adquieren incluso mayores dimensiones a los antiguamente existentes. No obstante, aún se conservan algunas partes que mantienen y marcan el nivel del subsuelo original.
     CUEVA nº 1: es la de menor profundidad y menores dimensiones. Hacia la entrada existe un espolón o contrafuerte que flanquea y abriga las tres cuevas principales. En este espolón, cerca de la boca de entrada, se advierte una oquedad en la actualidad cegada con piedras, y ya en el interior de la cueva se aprecian gran cantidad de orificios, resultando muy llamativo el situado en el techo superior atravesando, todo el macizo rocoso hasta la superficie. Dadas sus dimensiones, es una de las cuevas accesorias y debió cumplir funciones de habitación monástica , al igual que ocurre con la cueva excavada en el lateral opuesto y reseñada con el 5.
     La parte más profunda de esta cueva tiene mayor anchura que los tramos cercanos a su entrada, y conforme se penetra, más se va ensanchando. Dispone de 2,40 metros de boca por 5,80 de profundidad. Su disposición exenta de las demás, sólo permite el acceso a esta cueva por la puerta de entrada exterior.
     CUEVA nº 2: es la cueva principal de todo el conjunto y la de mayor profundidad y dimensiones, ya que se trata de la iglesia propiamente. Se puede acceder a ella por la entrada exterior o por el pasillo interior que intercomunica las tres naves principales. El templo queda dividido en tres tramos claramente perceptibles: los pies de la iglesia, la nave propiamente dicha y el presbiterio,  Se pueden apreciar las hendiduras de los canceles que dividían la nave y el presbiterio. Conforme se va entrando en la iglesia, la altura de los techos disminuye por tramos, a la misma vez que se va ampliando la anchura, hasta llegar a la parte más profunda (el presbiterio), que pasa por ser el lugar del templo de mayor anchura y de techo más bajo en altura. 
     La cubierta de la iglesia tiene tres niveles de altura en sus correspondientes tres tramos, y además han sido labrados de manera diferente, estando la cubierta intermedia labrada imitando un tejado a dos aguas.
    Existen bastantes hornacinas  con formas rectangulares y semicirculares, la mayoría de ellas concentradas en la iglesia. 
     Además, se advierten los inicios de galerías altas, que pueden ser de ventilación, en los lados del templo y el pasillo, así como algunos orificios circulares que fueron horadados en ambos lados para sujetar vigas de madera.
     Esta cueva tiene una profundidad total de 12,20 metros, los pies de la iglesia (tramo de entrada) tiene 5 metros de longitud por 3,35 metros de anchura y dispone de una cubierta con bóveda de medio cañón. La nave del templo en sentido estricto (tramo intermedio) tiene una longitud de 6,35 metros por 3,35 metros de anchura y una altura originaria de unos 3,50 metros (hoy 5,50 metros aproximadamente). El presbiterio se abre en la parte más profunda del templo a modo de gran hornacina o ábside, originalmente elevado en altura, siendo la parte más baja y ancha de la nave. Lo más interesante del presbiterio, puede ser la existencia de un banco labrado en la roca y adosado al testero lateral. A modo de sagrario hay una pequeña hornacina semicircular en el testero de la cabecera, justo a la misma altura del banco y formando rincón con este.
     CUEVA nº 3: es la cueva central y una de las tres principales, se puede acceder a ella por la entrada exterior o por el pasillo interior que las intercomunica. La portada principal queda flanqueada por dos estéticos contrafuertes labrados en la roca. La planta tiene aspecto de cruz latina, con los pies de ésta situado en la cabecera de la cueva. Parece cubierta con bóveda de medio punto, tiene una longitud de 12,80 metros desde la fachada y una anchura de 3 metros.
     CUEVA nº 4:  Es una de las tres principales, se puede acceder a ella por la entrada exterior o por el pasillo interior que las intercomunica. La puerta de entrada es la que alcanza mayor altura de todas, sobrepasando la cota de los 8 metros medidos desde el suelo.
     Hacia la mitad de la cueva se aprecia como se va ensanchando el espacio debido a un retranqueo en la pared del pasillo, y también tiene planta de cruz latina. En la pared del fondo existe un túnel de profundidad intermedia e inexplorado, cuyo hueco de entrada de cuatro metros desde el nivel del suelo. Este túnel puede ser una galería de ventilación o una vía de escape que facilitara la huida al exterior. La entrada al túnel se encuentra medio cegada por los escombros de un tabique derruido.
     Esta cueva tiene una longitud de 12,90 metros sin contar el túnel  y una anchura de 2,95 metros. La parte de la nave situada entre el pasillo y el fondo se encuentra cubierta con una falsa bóveda, que puede datar del siglo X según el profesor Riu.
     CUEVA nº 5: es una de las cuevas accesoria y que debió cumplir funciones de habitación monástica. La puerta de entrada es la que tiene menor altura de las cinco cuevas. Tiene un a planta en forma de L, lo que impide la entrada de luz y ventilación natural. Su disposición exenta de las demás sólo permite el acceso por la puerta de entrada exterior, donde se puede advertir la presencia de una hendidura vertical que marca la primitiva existencia de una cancela.
     Tiene 3,50 metros de boca por 6,60 metros de profundidad, aunque se dobla en ángulo recto y se prolonga en una nave de otros 6 metros de longitud.
     PASILLO INTERIOR: tiene la principal función de intercomunicar las tres naves principales por el interior. Se encuentra cubierto por una bóveda de medio punto realzada y con tendencia a cerrarse en herradura. En uno de los extremos el pasillo se prolonga unos metros más conformando un habitáculo de dimensiones rectangulares, que le da un aspecto de cruz latina.
 Tiene una anchura de 2,80 metros y una altura aproximada de 6,50 a 7,30 metros según las mediciones del profesor Riu.
     En pleno casco urbano se conserva un interesante conjunto arqueológico. Se trata de una iglesia mozárabe del siglo X, labrada en roca caliza, una de las más grandes de la provincia, que constata la presencia de un importante comunidad en un estadio anterior a la fundación de la ciudad.
      La iglesia como tal está hoy día abandonada como monumento, dedicándose a acoger una pequeña empresa industrial, con los consiguientes deterioros que ello comporta (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     El conjunto integra cinco grandes cuevas excavadas en el travertino así como otras pequeñas cavidades laterales, datadas entre los ss. VIII al X, probablemente entre el IX y X, que se ha propuesto que correspondería a una iglesia y cenobio mozárabe suburbano. A nivel arquitectónico, está estructurado en tres naves principales y dos accesorias, con una extensión total de 246 m2 en planta, siendo uno de los más grandes de la provincia.
     Este conjunto monumental tiene la particularidad de haber sido excavado en la misma roca caliza, labrándose bastantes detalles estéticos y funcionales como son los arcos de herradura, hornacinas, contrafuertes, simuladas cubiertas a dos aguas, banco para el servicio litúrgico, arco triunfal para separar la nave y el presbiterio de la iglesia, diferentes tipos de bóvedas, galerías de ventilación, y vías de escape, entre otras peculiaridades. En particular cabe suponer la existencia de una cúpula semiesférica, frente a la nave abovedada más septentrional, con tubos o chimeneas de ventilación que llegarían hasta la superficie superior.
     Según el diseño arquitectónico, visto en planta, se trata de un conjunto de tres naves principales y dos accesorias, similar al existente en Ronda y Archidona, también denominado con la expresión de conjunto de naves únicas. A mayor parecido, las tres naves principales del conjunto de Coín corren todas en la misma dirección, al igual que también ocurre en el conjunto de Archidona (Diputación Provincial de Málaga).

Iglesia de San Sebastián
     En esta villa han estado abiertas al culto y a la devoción popular varias ermitas, de las que algunas existen en la actualidad y otras han desaparecido. Entre las ermitas que se erigieron en Coín cabe destacarse las de: San Sebastián (C/ San Sebastián, s/n); Vera Cruz, Santa María de la Encarnación; Nuestra Señora de los Ángeles; San Andrés; Torre de D. Fernando; Nuestra Señora de la Fuensanta; Nuestra Señora de la Cabeza y Capilla Votiva.
     La Ermita de la Vera Cruz es de antigua fundación, levantada sobre una vereda que conducía de Coín a Monda. En 1608, los padres trinitarios trasladaron allí su convento, respetando su antigua construcción. Esta está dotada de una sola nave.
     Actualmente la ermita de San Sebastián es una parroquia, y por tanto, iglesia (Diputación Provincial de Málaga).

Museo Etnográfico Las Vistillas

     El Museo Etnográfico "Las Vistillas, Coín vida rural" es un complejo cultural  en el que podemos encontrar un taller de cerámica, el propio museo etnográfico, un mirador y un huerto.
     En el Taller de cerámica se trabajan las técnicas y estilos de la cerámica tradicional, así como el uso de algunas herramientas como el torno.
     En cuanto al Museo Etnográfico "Las Vistillas, Coín Vida Rural", el mismo está dividido en dos salas, Sala Antonio Vargas Franco y Sala La Fragua, más los exteriores de la finca. A través de las piezas expuestas en estos tres espacios podemos conocer cómo era la vida de nuestros antepasados en el Valle del Guadalhorce. Tiene como objetivo dar a conocer a los visitantes la historia de Coín durante el siglo veinte.
     El Mirador es una gran terraza desde la cual podemos contemplar todo el Valle, desde la Serranía de Ronda hasta Málaga, ya que la finca se encuentra en un enclave privilegiado en la ladera sur del Valle del Guadalhorce.
     Finalmente la finca tiene parte de huerta tradicional, con naranjal y diversos árboles frutales, y parte de sierra, con árboles autóctonos (como encinas, algarrobos, olivos, o higueras). También posee plantas propias de la zona, caso del tomillo, romero, hinojo, manzanilla, esparto y otras plantas de uso medicinal y gastronómico. También cuenta con animales domésticos, (burro andaluz, gallinas, pavos, o faisanes) (Diputación Provincial de Málaga).

     Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Málaga, déjame ExplicArte los principales monumentos (Iglesia de San Juan Bautista, Iglesia y Hospital de San Andrés, Torre de los Trinitarios, Ermita de Nuestra Señora de la Fuensanta, antiguo Convento de Santa María de la Encarnación, Centro Antonio Reyna Manescau, Cuevas Rupestres, Iglesia de San Sebastián, y Museo Etnográfico Las Vistillas) de la localidad de Coín, en la provincia de Málaga. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la provincia malagueña.

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