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sábado, 2 de enero de 2021

El banco de la provincia de Granada, en la Plaza de España

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte el banco de la provincia de Granada, en la Plaza de España, de Sevilla.
   Hoy, 2 de enero, se conmemora el aniversario de la Entrega de las llaves de la ciudad de Granada por Boabdil a los Reyes Católicos (2 de enero de 1492), con el que finalizó la Guerra de Granada, y con ella la Reconquista, siendo éste el tema del panel central del banco de la provincia granadina, así que es hoy el mejor día para Explicarte el banco de la provincia de Granada, en la Plaza de España, de Sevilla.
     La Plaza de España consta de cuatro tramos de catorce arcos cada uno, en cuya parte inferior se sitúan bancos de cerámica dedicados a cada provincia española. Flanquean el conjunto dos torres, denominadas Norte y Sur, intercalándose tres pabellones intermedios, que corresponden a la Puerta de Aragón, la Puerta de Castilla y la Puerta de Navarra. El central o Puerta de Castilla es de mayor envergadura y alberga la Capitanía General Militar.
   La estructura de cada banco provincial consiste en un panel frontal representando un acontecimiento histórico representativo de la provincia en cuestión, incluyendo por lo general escenas con los monumentos más representativos de la ciudad o provincia. Flanquean el conjunto anaqueles de cerámica vidriada, destinados originalmente a contener publicaciones y folletos de la provincia en cuestión. Rematando el banco aparece un medallón cerámico en relieve con su escudo. En el suelo se reproduce en azulejos el plano de la provincia y sus localidades más destacadas. Entre los arcos figuran los bustos en relieve de los personajes más importantes de la historia de España. La ejecución de la mayoría de los mismos corrió a cargo del escultor ceramista Pedro Navia Campos.
   La Exposición Iberoamericana tuvo sus motivaciones políticas y propagandísticas, y éstas influyeron en algunos detalles. Respecto a las escenas históricas representadas en los bancos de las provincias, algunos de ellos fueron retirados precipitadamente en los meses previos a su inauguración por sus incorrecciones históricas o su inconveniencia política, ya que se consideró que no sintonizaban con la idea de unidad y paz que pretendía proyectar el recinto monumental.
   En el banco de la provincia de Granada, situado entre los de las provincias de Gerona y Guadalajara, y entre las Puertas de Aragón y la de Castilla (Capitanía General), la escena histórica representada en su panel central es la Entrega de las llaves de la ciudad de Granada por Boabdil a los Reyes Católicos que puso fin a la Guerra de Granada, y con ello a la Reconquista, el 2 de enero de 1492, reproduciendo el lienzo del pintor Francisco Pradilla que pintó para el Senado en 1882. El escudo de la izquierda corresponde a los Reyes Católicos antes de la conquista de Granada, pues falta el símbolo de la fruta en la parte inferior. El escudo de la derecha corresponde al de la ciudad de Granada, obra original de 1926 de Enrique Orce Mármol, en la fábrica Vda. de Tova Villalba. La firma desaparece en una restauración posterior. Restaurado in situ en 2006 por la Escuela Taller de la Plaza de España.
   Los azulejos retirados fueron restaurados por dicha Escuela y depositados en los almacenes del Patrimonio del Estado ubicado en los bajos del edificio de la Plaza de España, y en los extremos unos anaqueles, también cerámicos, donde se colocaron originalmente folletos de cada localidad. En la zona inferior encontramos otro panel cerámico con el mapa de la provincia y tres bancos en forma de "U" decorados con dibujos arquitectónicos de tipo goticistas, cobijando escudos con los emblemas de los Reyes Católicos "Y" (Isabel), "F" (Fernando), el yugo (Y - Isabel), el haz de flechas (F - Fernando), junto con otros escudos de algunos de los pueblos de la provincia granadina como son Alhama, Baza, Huéscar, Loja, Montefrío, Motril, y Santa Fe.   
   Sobre el balcón, encontramos una balaustrada centrada por el escudo, en forma de tondo, de la provincia, decorado con una especie de corona de laurel. En el arco que está sobre él, aparecen en sus enjutas los relieves con los bustos de Fray Bartolomé de las Casas (c. 1484 - 1565), dominico (OP), obispo, teólogo, polemista, defensor de los indios, y Fray Luis de Granada (1504 – 1588), dominico (OP), escritor, teólogo, tratadista, predicador, humanista, junto a Fray Luis de León (1527 – 1591), agustino (OSA) y catedrático de la Universidad de Salamanca, agrupados bajo el título "Los dos Luises" (www.retabloceramico.net).
Conozcamos mejor el hecho histórico que aparece en el panel principal del banco de la provincia de Granada
     La Entrega de las llaves de la ciudad de Granada por Boabdil a los Reyes Católicos que puso fin a la Guerra de Granada, y con ello a la Reconquista, el 2 de enero de 1492, reproduciendo el lienzo del pintor Francisco Pradilla que pintó para el Senado en 1882:
   Se denomina Guerra de Granada al conjunto de batallas que tuvieron lugar entre 1482 y 1492 en el reino nazarí de Granada. Con la rendición de Boabdil y la entrega de las llaves de la ciudad a los Reyes Católicos, Granada queda integrada en Castilla y con este hecho finaliza la Reconquista y expulsión de los musulmanes de España.
   Se prolongó durante diez años y supuso un gran esfuerzo económico militar para la corona de Castilla y la experiencia constituyó el inicio de la edad moderna y la expansión de España hacia el nuevo mundo. La participación de la Corona de Aragón fue de menor importancia, la presencia del rey Fernando supuso la colaboración naval y la aportación de expertos en táctica militar. La guerra fue claramente una empresa castellana.
   Con su matrimonio, los Reyes Católicos, consiguieron la unión política de los reinos, recibiendo por primera vez el título de rey y reina de España. Posteriormente debieron fijar como prioridad la toma de Granada, antes de iniciar sus etapas de expansión y consolidación del territorio: los turcos avanzaban peligrosamente por los Balcanes y Fernando había elegido para la expansión del reino de Aragón, Nápoles y Sicilia, colisionando con los intereses franceses y cuyas costas estaban también amenazadas por los turcos. 
   Era imprescindible, terminar definitivamente la Reconquista antes de iniciar la etapa de conquista de Italia. Resultaba muy peligroso la permanencia de los musulmanes en nuestro territorio, ya que estos se podían convertir en aliados y cabeza de puente del imperio turco para una nueva invasión de España. Era por tanto urgente terminar de una vez por todas con el reino musulmán de Granada.
Los Ejércitos  de la Guerra de Granada
LOS MUSULMANES
   La base de su ejército era la leva urbana y los mercenarios extranjeros, sobre todo, bereberes y zenetas de Marruecos. Los zenetas recibían su paga en oro y una prima porcentual del botín logrado. Los zenetas, también participaron en el bando cristiano, y eran apreciados por su valentía y decisión en el combate. Además de estos cuerpos, el emir contaba con su guardia personal, unos 600 helches, renegados cristianos de inquebrantable fidelidad al islam.
   El emir de Granada contaba con unos 60.000 soldados de infantería, en su mayor parte mercenarios africanos y unos 6.000 jinetes de caballería ligera de gran movilidad, muy adaptada al acoso y persecución en la orografía granadina.
   Tenía un cuerpo especial, los jinetes bereberes, que participaban en el combate sin defensa alguna y lo confiaban todo en la movilidad y a las cimitarras, lanzas ligeras y jabalinas; era el cuerpo de élite de la caballería musulmana.
   Disponían de gran número de arqueros y ballesteros muy bien entrenados. Los arqueros solían ir a caballos, mientras que los ballesteros eran del cuerpo de infantería.
   Los sistemas de defensa lo constituían los escudos circulares de madera y de piel de antílope importados de África; mientras que las espadas, forjadas en Toledo y Almería, se adaptaba al infante o al caballero, ajustando el tamaño y el peso de la herramienta de combate.
   Eran numerosas las fortificaciones, que aseguraban una sólida defensa y que habían resultado hasta el momento inexpugnables para las tropas cristianas. El conjunto numeroso de atalayas y murallas constituían la base de la defensa del reino de Granada frente a las fuerzas cristianas de la época. La frontera estaba protegida por más de 100 castillos. Se cerraron con murallas la Alhambra con la Alcazaba y el mismo barrio del Albaicín. En la vega de Granada se alzaron cientos de torres de vigilancia que proporcionaban  también posición defensiva a la población musulmana.
   A pesar de que los musulmanes había introducido el arma de artillería en las batallas campales y de sitio a las fortalezas cristianas, fue abandonada y no evolución técnicamente. A finales del XV, la artillería musulmana era claramente inferior a la cristiana, modernizada por iniciativa de la reina Isabel.
LOS CRISTIANOS
   Durante el Reinado de los Reyes Católicos, el ejército estaba formado por tres bloques:
   1. La Tropas Real o “Guardias Viejas”. Eran tropas profesionales asalariadas que alcanzaba unas 20.000 unidades entre infantería y caballería. Organizadas en Compañía de unas 100 lanzas cada una, su origen debemos encontrarlo en la Santa Hermandad, policía establecida por los Reyes Católicos para proteger y asegurar los caminos. Junto con la infantería y caballería, los artilleros también formaban parte del cuerpo de ejército de la Tropa Real.
   2. Las Órdenes Militares: 20.000 unidades de nobles y eclesiásticos; organizados en peones, jinetes y ballesteros.
   3. Las fuerzas de las Villas y Ciudades. Los municipios de todo el territorio aportaron un total de 25.000 hombres, dispuestos para el combate contra el moro.
   Al final de la toma de Granada, estos son los números aproximados del ejército cristiano, unos 65.000 soldados, 40.000 fuerzas de infantería, 10.000 de caballería y los 15.000 restantes fuerza auxiliar de zapadores, artesanos, sanitarios y de suministros.
   Era la primera vez que se organizaba un ejército con fuerzas de logística y sanitarias. Apareció el primer hospital de campaña moderno de la historia militar europea. Las fuerzas de logística, contaban con una 1.000 acémilas que permitió el desplazamiento de las piezas de  artillería de una ciudad a otra según las necesidades y también asegurar el abastecimiento de munición en los frentes de batalla.
   Importante resaltar la presencia de unos 1.000 soldados mercenarios suizos, la mejor infantería europea del momento; este pequeño grupo inspiró a don Gonzalo Fernández de Córdoba y Aguilar, El Gran Capitán, en sus posteriores campañas. También intervinieron otros 1.000 voluntarios alemanes, ingleses y franceses.
El Decisivo Cuerpo de Artillería del Ejército Cristiano.
   Aparece por primera vez la artillería como cuerpo de ejército. Contaban con unas 200 piezas que cargaban bolas de mármol, de hierro o productos inflamables. El capitán general  del cuerpo de artillería era Francisco Ramírez de Oreña “El Artillero”, madrileño y casado con  Beatriz Galindo “La Latina”, preceptora de Isabel la Católica. Francisco Ramírez estuvo asesorado por maestros alemanes, flamencos y borgoñeses.
   Una de las principales dificultades eran  rendir los numerosos recintos amurallados que constituían las posiciones musulmanas en el reino nazarí. Estas posiciones militares habían resultado inexpugnables, habiendo resistido fácilmente el empuje de los ataques cristianos. Los Reyes Católicos, contaban ahora con la ayuda de la artillería, y debían rendir las posiciones musulmanas una a una hasta la totalidad de las plazas y pueblos granadinos. El problema logístico fue terrible, la necesidad de tener que mover estas pesadas piezas a lo largo del territorio sin ninguna infraestructura fue todo un reto para aquella época. Se llegó a construir, con 6.000 zapadores, una calzada para llevar hasta Cambil las piezas de artillería necesarias. El empleo del arma de artillería fue decisivo  y permitió la conquista de Granada.
   Las piezas de artillería disponibles, eran de numerosos calibres aumentando la dificultad del abastecimiento de las cargas.
   - Lombarda de hierro, pieza básica y fundamental, que tenía 14 pulgadas de calibre y 3,5 metros de longitud, pesaba unos 3.000 kilos y lanzaba proyectiles de 150 kilos a 1.300 metros.
   - Lombarda de bronce, pesaba unos 6.000 kilos y lanzaba proyectiles de 250 kilos, también a unos 1.300 metros.
   A fines del siglo XV, la guerra de Granada favoreció el rápido desarrollo de la artillería. Se reduce el tamaño de las piezas y se prioriza la ligereza y la maniobrabilidad de las mismas. Se montan sobre ruedas, son los antecedentes de la actual Artillería de Campaña.
   Las bombardas ó lombardas son las piezas de artillería más antiguas que se conocen. Estaban formadas por dos partes separadas: la caña ó tomba, parte anterior, por donde se desplazaba el proyectil y la recámara, servidor ó mascle, parte posterior, donde se colocaba la carga de pólvora. Ambas se unían mediante cuerdas pasantes por argolla. Eran de hierro forjado o bronce y estaban formadas por una serie de barras unidas fuertemente, en caliente, por aros o cércoles exteriores. Cada bombarda disponía de varias  recámaras para facilitar los 5 a 8 disparos de media al día. El disparo se producía mediante el contacto de un hierro al rojo, la brancha, que inflamaba la pólvora  a través de un orifico practicado en la recámara, denominado oído ó fogón. La puntería era a ojo. Estas piezas eran de tiro tenso o rasante y se emplearon para demoler los muros de las fortalezas.
 El peso de las grandes bombardas de bronce podía llegar hasta 6.000 kg y los proyectiles era muy diverso, desde 5 a 150 Kg. cuando se trataba de bolaños (de piedra), y si las pelotas eran de hierro podían llegar a 250 Kg. Su alcance máximo era de unos 1.300 m., y a final del siglo XV de unos 2.000 m, pero el eficaz de 100 á 200 m, que era la distancia a la que se empleaban normalmente. Su calibre era de 20 a 30 cm y la longitud no sobrepasaba los 12 calibres.
   Con el tiempo los calibres se hicieron cada vez mayores para aumentar el efecto de destrucción, así se llegó a bombardas enormes, como la utilizada en el sitio de Antequera, año 1410, por el Infante D. Fernando, necesitaba de 20 pares de bueyes para su arrastre y unos 200 hombres para su servicio.
   Los morteros o lombarda trabuquera de tiro curvo, aparecen a mediados del XV y tenían como objetivo colocar el proyectil en el interior de la fortaleza sitiada. El mortero era una pieza de calibre grande, de 30 a 50 cm y muy corta, con caña entre 1 y 3 calibres. La recámara era de calibre mucho más pequeño que la caña. 
  Los proyectiles eran bolaños de piedra, como las grandes bombardas, de hasta 150 Kg. de peso y cestos de guijarros, de donde se deriva el nombre de pedreros. Se empleaban para atacar en el interior de las fortalezas y su alcance eficaz, 2.000 m. Fernando el Católico, empleó estas piezas de artillería en el sitio de Ronda, 1484, con proyectiles huecos, con carga incendiaria en su interior, que pueden considerarse precursoras de la bomba, proyectil característico del mortero desde mediado el siglo XVI.
Las Nuevas Técnicas Bélicas Empleadas en la Guerra de Granada
   1) Artillería: se aplicaron nuevas formas de debilitar al enemigo, la artillería puso en evidencia la debilidad de las fortificaciones.
   2) Las ciudades se rendían por bloqueo total o al asalto después de abrir brecha en la muralla.
   3) Tierra quemada: se quemaron varias veces la vega granadina y se talaron los bosques del territorio, estas actuaciones mermó las posibilidades económicas y de manutención del ejército y de la población musulmana hasta colapsar su economía.
   4) Maquiavelismo: sorprendente fue las actuaciones maquiavélicas del rey Fernando el Católico. Su manipulación favoreció el enfrentamiento civil entre los miembros del poder musulmán del reino de Granada.
   5) La guerra psicológica: los reyes se mantuvieron en la vanguardia con su ejército. Esta presencia significaba compromiso y decisión por conseguir la victoria, esta actitud, motivó a la tropa, impidiendo deserciones y los posibles excesos de los propios nobles.
   6) Los reyes, fueron muy comprensivos con los musulmanes de las ciudades y pueblos rendidos; mientras que en los casos de resistencia o traición la crueldad fue terrible con el enemigo. En este caso, las ciudades eran arrasadas y los combatientes ahorcados o vendidos como esclavos.
   7) El aislamiento total se logró mediante la toma de los puertos estratégicos de la costa del reino, el de Almería y de Marbella. Se impidió la llegada de refuerzos desde África.
Comienza la Guerra de Granada
   La guerra que terminaría definitivamente con la presencia del islam en España se culminaría con la conquista de Granada, que comenzó en 1482. La guerra de Granada es considerada como la última guerra medieval y la primera de la época moderna.
   La conquista de Granada se prolongó durante 10 años, desde el 1 de marzo 1482 cuando las tropas cristianas atacaron Alhama hasta el día 2 de Enero de 1492 cuando Boabdil  firmó las capitulaciones. El cerco de Granada, duró ocho meses y nueve días contando desde un sábado 23 de Abril de 1491, cuando los Reyes Católicos hacen presencia en el cerco hasta el 2 de Enero de 1492.
   27 de diciembre de 1481. Inicio de la guerra de Granada. El sultán Muley Hacen, Abusalan y el gobernador de Ronda, Ahmad al-Zagrí, toman la fortaleza de Zahara, donde toda la población cristiana es asesinada. Consecuencia de la traición perpetrada por los nazaríes, estaba vigente un tratado de paz entre las partes, los cristianos desencadena la Guerra de Granada contra el reino Nazarí.
   1482. El 1 de marzo los cristianos toman por sorpresa Alhama, punto estratégico por su corta distancia, tan solo 55 km, a Granada. Los moros intentaron reconquistar varias veces Alhama, llegan a ofrecer 30.000 doblas de oro, la ciudad de Zahara y la libertad de todos los cautivos.
   1482. Los castellanos fracasan en su asalto a Loja y la Axarquía. Las tropas conducidas por el marqués de Cádiz sufren un ataque feroz por parte de los hombres del Zagal, hermano del sultán Muley Hacen.
   1482. El hijo de Muley Hacen, conocido como Boabdil, sube los impuestos para provocar el odio popular contra su padre. Muley había repudiado a la madre de Boabdil para casarse con una esclava cristiana. Boabdil se reveló contra su padre, apoyado por los Abencerrajes.
   1483. Un ejército castellano con 4.000 soldados fueron derrotados por los granadinos. Las bajas castellanas fueron muy numerosas y 1.500 soldados cayeron en manos musulmanas.
   1483. En abril confiado por la anterior victoria, Boabdil intentó conquistar Lucena con 700 jinetes y 9.000 soldados. Los musulmanes cayeron estrepitosamente derrotados y Boabdil fue hecho prisioneros por el conde de Cabra.
   1483, 31 de Agosto, Boabdil es llevado como rehén a ante los reyes Isabel y Fernando, que le llamarían El Infantico o el Chico.
   Durante el cautiverio de Boabdil, Fernando mandó talar los árboles de la vega de Granada y tomaron la torre de Tajara. Prisionero Boabdil, los vencidos se vieron obligados a pagar vasallaje a la reina de Castilla y se comprometieron a pagar tributos por una cantidad de 12.000 doblas de oro al año. El acuerdo obligaba a los Reyes Católicos a  ayudar a Boabdil en la guerra contra su padre, Muley Hazan. Boabdil, tuvo que dejar como prenda o garantía del acuerdo a su hijo, a su hermano y 10 hijos más de nobles nazaríes.
   Una vez en libertad, Boabdil reanudó la guerra contra su padre. El hermano de Muley Hazan, El Zagal (el Bravo) tomo el mando del bando de su hermano e hizo frente al bando de Boabdil, aliado de los Reyes Católicos. Boabdil no pudo derrotar a su tío y perdió la plaza de Guadix.
   1483. Se levanta un campamento militar, de carácter provisional, en la Vega de Granada, en los Ojos de Huécar, junto a la alquería de Gozco, cercana al río Genil, que se llamaría Santa Fe y desde donde se divisa la ciudad de Granada.
   1484. La Corte de los Reyes de Castilla y Aragón se instala en Córdoba.
   1485 Comienza la segunda fase de la guerra. El Zagal consigue expulsar a Boabdil de Granada. Los cristianos consiguen tomar Ronda y su serranía, en estas escaramuzas resultó decisiva la acción de la artillería. Poco más tarde los castellanos lograron la conquista de Marbella y su puerto, que se convirtió en la base de la flota de los Reyes Católicos. No se logró el avance de la frontera hasta Málaga debido a la fortaleza de la resistencia musulmana que costó más de 1.000 bajas cristianas.
   1485. Muley Hacen muere en el castillo de Mondújar. Le sucede su hermano el Zagal.
   1486. Conquista castellana de Loja y Moclín.
   1486. Septiembre, Boabdil regresa a Granada y vuelve a sublevarse con el apoyo de los Reyes Católicos, que le suministraron armas y comida. Su tío, El Zagal no pudo expulsarlo de Granada. Los Reyes Católicos, aprovechan el levantamiento de Boabdil, para tomar varias ciudades leales Al Zagal.
   La hábil política de división de Fernando llevó a Boabdil otra vez a Granada. Los Reyes Católicos, apoyaban al partido de la Paz, cuyo líder y representante máximo era Boabdil. Un levantamiento del barrio del Albaicín de Granada le hizo cambiar de opinión y se unió otra vez a su tío, El Zagal, para luchar contra los cristianos. Boabdil reconoció a su tío el título de emir del Reino de Granada mientras que él se quedaba con el dominio del resto del territorio.
   1487. El Zagal huye y se refugia en Almería. Boabdil firma un acuerdo con los Reyes Católicos por el que se les cedía la soberanía del reino, mientras que Boabdil se asignaba el señorío de gran parte del reino. Además ambas parte se comprometía a luchar contra El Zagal.
   1487. El Papa Inocencio VIII concede a la guerra de Granada la Bula de Cruzada
   Los Reyes Católicos consideran roto el acuerdo con Boabdil y desencadenan nuevamente las disputas. En abril de 1487 toman Loja y Boabdil cayó otra vez prisionero. Esta ofensiva produce un movimiento  de musulmanes hacia Granada para refugiarse de las tropas cristianas. La llegada masiva de refugiados hace todavía más penosa la vida en la capital del reino.
   1487, en abril, el ejército castellano, ayudado por las naves catalanas, ataca Vélez Málaga, que se incorpora a la Corona de Castilla y se producen las conquistas castellanas de Málaga.
   Málaga tenía fuertes murallas “Castillo de los Genoveses” unido al castillo de Gibralfaro para proteger a sus 15.000 habitantes. El jefe de la ciudad, Hamet Ez Zegrí, fiel a El Zagal, se resistió a entregar la ciudad a los castellanos lo que motivó la dura reacción del ejército de Fernando. El rey Fernando hizo rodear la ciudad y sus suburbios mientras la flota bloqueaba el puerto. La reina Isabel hizo acto de presencia junto a sus tropas para motivarlas y transmitir a sus soldados confianza y seguridad en la victoria definitiva para el asalto final a Málaga.
   El caudillo malagueño rechazó la reiteradas ofertas de rendición, mientras que El Zagal trató de hacer llegar refuerzos a la ciudad sitiada. Un prisionero que se hizo pasar como renegado musulmán, cuando estaba en la tienda de la reina de Castilla, confundió a una cortesana con la reina de Castilla y le asestó una puñalada ocasionándola la muerte inmediata. El musulmán fue atado a la boca de un cañón y un disparo dispersó sus restos sobre la ciudad asediada. Los malagueños, después de la intensa y reiterada acción artillera que ocasionó la brecha en la muralla, presentaron propuesta de negociaciones a las fuerzas del rey Fernando, que rechazó cualquier trato que no fuera rendición incondicional. 
   El 18 de agosto de 1487 se rinde Málaga y el rey ordenó la ejecución de los cristianos renegados la quema en la hoguera de los judíos relapsos y la venta como esclavos del resto de los habitantes. Se repetía de esta forma la estrategia, generosidad con las ciudades rendidas y la absoluta firmeza con las que ofrecían resistencia al avance de los cristianos.
   1488. Ataque de los cristianos a Guadix y Almería. Con la conquista de Almería el reino Nazarí se quedaba sin puertos. Se logra el bloque del reino moro.
   4 de diciembre de 1488: Isabel y Fernando tomaron posesión de Baza. Entraron a la cabeza de sus tropas en medio del toque de las campanas, de las salvas de la artillería y de todas las demás demostraciones que suelen acompañar esta triunfal ceremonia.
   El denominado alcaide de Baza, Cidi Yahye obtuvo de los Reyes Católicos una gran acogida, muy diferente de la del valeroso defensor de Málaga. Le llenaron de atenciones y presentes y tanto labraron en su corazón estos actos de cortesanía que manifestó deseos de entrar al servicio de España. Cidi Yahye, visitó a su primo, el Zagal en Guadix, para instarle a que se sometiera a los reyes cristianos. En su entrevista con Zagal, le hizo ver la imposibilidad de resistir a las fuerzas reunidas de las coronas de España.
   En seguida se acordó que las ciudades principales de Almería y Guadix junto con sus dependencias, que constituían los dominios del Zagal, serian rendidas por el Zagal a Isabel y Fernando, que pasarían inmediatamente a la cabeza de su ejército a tomar posesión de ellas. El tratado establecería que el Zagal conservaría el título real y se le entregaría en herencia y señorío los valles de Lecrín y Andarax, 20.000 vasallos moros y una renta de 4 millones de maravedíes al año.
   7 de diciembre de 1488, conforme a este convenio los Reyes Católicos, sin descansar ni dar ningún tiempo de reposo a sus tropas muy fatigadas, salieron por las puertas de Baza con el rey Fernando en el centro y la reina en la retaguardia del ejército.
   Cerca  de Almería salió a recibir a Fernando según lo convenido, el Zagal que iba escoltado por un cuerpo numeroso de caballeros musulmanes; Fernando ordenó a sus nobles que se adelantasen a recibir al príncipe moro.
   A la rendición de estas principales ciudades, siguió la de todas las del territorio dependiente del Zagal incluidas una multitud de aldeas que poblaban las laderas de la cordillera de montañas que se extiende desde Granada a la costa. A todas se otorgaron las mismas condiciones generosas que a Baza.
   Apenas terminada la campaña precedente, Fernando e Isabel enviaron embajadores al rey de Granada,  intimándole que rindiera su capital conforme a lo pactado en Loja.
   1490. El Zagal, en situación difícil ante sus mal sometidos vasallos, vende sus estados al rey Fernando de Aragón y se traslada a Tlemecén.
   1491. Los castellanos acumulaban fuerzas cerca de Granada para el asalto final a la fortaleza. En 80 días se levantaría la ciudad de Santa Fe en el valle del Genil, protegida por una muralla, torreada y con 4 puertas. Esta ciudad sería la base de operaciones militares de los castellanos. Con la presencia de los reyes en Santa Fe, manifestaron su decisión  al enemigo de llegar hasta el final con el asedio a Granada.
   Los cristianos no iniciaron ningún bombardeó ni asalto, sino que querían rendir la ciudad mediante su aislamiento; si la cosa funcionaba la fruta caería sola cuando estuviera  madura. La fundación de Santa Fe por los españoles, produjo mayor abatimiento en los habitantes de Granada que las victorias militares más decisivas. Los moros veían a sus enemigos asentados sobre su suelo, resueltos a no abandonarlo jamás.
   Los moros de Granada iban sintiendo los horrores del hambre. En esta coyuntura, el desventurado Boabdil y sus principales consejeros, se convencieron de que Granada no podía sostenerse por mucho tiempo y finalmente en el mes de octubre hicieron proposiciones por medio del visir Abul Cazim Abdelmalig para abrir tratos sobre la rendición de la ciudad. Granada estaba aislada también por mar y no había esperanzas de recibir socorro de África o de alguna otra parte.
   Finalmente Abul Cazim Abdelmalig, Hernando de Zafra, secretario de los Reyes Católicos y Gonzalo de Córdoba, iniciaron secretamente las negociaciones para la Capitulación de Granada. Gonzalo de Córdoba fue elegido para este delicado asunto por su extraordinaria habilidad y por el conocimiento que tenia de la lengua y costumbres de los moros. 
 Las reuniones tuvieron lugar de noche y con el mayor secreto, unas veces dentro de los muros de Granada y otras en la aldea de Churriana, cerca de Granada. Por último después de largos debates se fijaron definitivamente las condiciones de la capitulación, que fueron ratificadas por los respectivos monarcas a 25 de noviembre de 1491.
   Estas condiciones eran semejantes a las de Baza. Se concedía a los habitantes de Granada que conservaran sus mezquitas y el libre ejercicio de su religión con todos sus peculiares ritos y ceremonias; habían de ser juzgados según sus leyes por sus propios cadis o jueces con sujeción a la autoridad general del gobernador.
   No se les habían de imponer tributos mayores que los que pagaban de ordinario a los reyes moros y ninguno absolutamente durante los tres primeros años. El rey Boabdil podría reinar sobre cierto territorio que se le señaló en las Alpujarras. Debían entregar a la corona de Castilla, la artillería y las fortalezas. Las ciudades se rendirían en el plazo de sesenta días contados desde la fecha de la capitulación.
   Cuando se conocieron las condiciones de las capitulaciones, la población de Granada se enfureció, estallando una insurrección abierta que puso en riesgo la seguridad de la plaza y la persona de Boabdil. Debido a lo peligroso de la situación, los consejeros del monarca creyeron que lo mejor era anticipar el día prefijado para la rendición y en su consecuencia se señaló al efecto el 2 de enero de 1492.
   1492. El 2 de Enero, el sultán del Reino de Granada, Boabdil, entrega la ciudad en conformidad con el pacto de Capitulación a las tropas castellanas y los Reyes de Castilla y Aragón toman la ciudad de Granada. El sultán Boabdil se retira al Señorío de Andarax, en la Alpujarra almeriense. Granada quedaba definitivamente en manos castellanas.
   1492 El 5 de Enero, los Reyes Católicos hacen entrada triunfal en Granada.
   Los habitantes que no se convirtieron al cristianismo tuvieron que marcharse a África. 100.000 musulmanes tomaron dirección hacia donde habían venido, hace entonces 8 siglos. El objetivo era lograr la unión política y religiosa, una vez conseguida, fue la base de la expansión inmediata de la corona de Castilla.
   1493. Don Hernando de Zafra, secretario de los Reyes de Castilla y Aragón, concreta con Aben Comixa, visir del sultán vencido, la venta de todos los bienes de Boabdil, que partiría para Marruecos.
   1496, El Papa Alejandro VI concede el título de Católicos a los reyes Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, pasando a denominarse para la Historia como Reyes Católicos.
   1499. Con el nombramiento del cardenal Cisneros, tiene lugar la conversión forzosa de los hispano-musulmanes. Este hecho generó, en la zona de La Alpujarra, la primera gran revuelta de los moriscos. Se produce la quema de libros del Corán y textos escritos en árabe en la plaza de Bib Rambla de Granada.
   1500. Estalla la rebelión de los moriscos en La Alpujarra.
   1501. La sedición comienza a propagarse por la sierras de Filabres, Ronda y Bermeja.
   1502. Se establece oficialmente la unidad religiosa en España.
   1568. Don Hernando de Córdoba y Válor, Caballero Veinticuatro de Granada, es proclamado en La Alpujarra como primer rey de los moriscos, con el nombre de Aben Humeya.
2 de enero de 1492
   Los españoles hicieron todos los preparativos necesarios para ejecutar este último acto de aquel drama histórico con la pompa y aparato correspondiente. El día 2 de enero de 1492 era la fecha especificada en la capitulaciones para la entrega de Granada. Todo el campamento de los cristianos presenció la escena más bulliciosa y alborozada. Enviaron delante al gran cardenal Mendoza a la cabeza de un destacamento considerable, compuesto por las tropas más veteranas en las guerras de los moros.
   Fernando permaneció a cierta distancia en la retaguardia, a orillas del Genil, junto a una mezquita árabe que después fue consagrada como ermita de San Sebastián. Le rodeaban sus cortesanos que lucían sus ricas armaduras y con orgullo ostentaban los estandartes de sus antiguas casas. La reina Isabel se quedó un poco más atrás en el pueblo de Armilla.
   Boabdil abandonó definitivamente la Alhambra por la puerta de los Siete Suelos. A petición de Boabdil tapiaron la puerta para siempre, para que nadie pudiera volver a pasar jamás por ella, recordando de esta forma la desgraciada suerte del último de los reyes de Granada.
   Cuando la columna del cardenal Mendoza iniciaba su entrada en la Alhambra, por la subida de los Mártires, a través de un camino abierto para que pudiera pasar la artillería, se encontró con el príncipe moro Boabdil que bajaba a caballo por aquella cuesta acompañado de su corte, unos cincuenta caballeros, dirigiéndose al encuentro del rey Fernando, a orillas del Genil.
   Durante este tiempo los reyes esperaban con impaciencia la señal de estar ocupada la ciudad por las tropas del cardenal Mendoza. Dando rodeo por la parte exterior de las murallas según se había convenido anteriormente afín de no herir la sensibilidad de los habitantes, entraron los cristianos en la Alhambra por la puerta de los Molinos.
   El viernes 2 de enero de 1492 a las 3 de la tarde aparecieron en las almenas de la torre más alta de la Alhambra de Granada, el estandarte de Santiago Apóstol y el pendón real de Castilla. Ante este glorioso espectáculo el coro de la real capilla prorrumpió con el solemne Te Deum laudamus y todo el ejército cristiano penetrado de profunda emoción se postró de rodillas en acción de gracias.
   Cuando el  moro llegó a la presencia de los Reyes Católicos, que esperaban su llegada en la Ermita de San Sebastián, quiso apearse del caballo y besar sus manos en señal de homenaje, pero Fernando se apresuró a impedírselo y le abrazó en prueba de su afecto y consideración.
   El rey moro se acercó al cristiano y se procedió a la entrega solemne de las llaves del palacio y fortalezas, diciendo:
   "Tuyas son ó rey pues que Allah así lo ha dispuesto usa de tu triunfo con clemencia y moderación".
   Don Fernando tomó las llaves las puso en manos de la Reina, de la Reina en manos del Príncipe, su hijo y del Príncipe las tomó don Iñigo de Mendoza conde de Tendilla a quien el rey había nombrado teniente de la Alhambra.
   Boabdil, después del acto de sumisión, pasó a reunirse con su familia que se había adelantado con los efectos más preciosos por el camino de las Alpujarras. Entre tanto el rey moro seguía el camino llegó a un montecillo desde donde se descubría por última vez la ciudad de Granada. Allí detuvo el caballo y al dirigir su mirada postrimera sobre aquellos lugares de su pasada grandeza, su corazón se llenó de dolor y no pudo menos que llorar. Le replicó su madre, "Llora, llora como mujer la pérdida de un reino por cuya defensa no has sabido morir como un hombre”.
   Al atardecer, los reyes dejaron el mando de la ciudad al conde de Tendilla y volvieron a su campamento de Santa Fe. Tres días más tarde, el 5 de Enero, harían su entrada pública y solemne en Granada.
5 de enero de 1492
   La comitiva real se puso en marcha hacia la Alhambra, el rey y la reina marchaban en medio de la comitiva. Según lo previamente convenido, vestidos de gala, Isabel y Fernando entraron montados a caballo triunfantes en Granada. Siguiendo a los reyes, todos los prelados y los comandantes de su ejército. Poco antes de llegar a las puertas de la Alhambra, se abrieron sus puertas y la corte entró en la Alhambra.
   El 5 de enero hacen su entrada triunfal la reina Isabel con el rey don Fernando. Con este hecho se terminó la lucha contra los musulmanes que había comenzado cerca del rio Guadalete el jueves 30 de abril de 711, hacía siete siglos ochenta años y dos días.
   A continuación, Isabel y Fernando entraron en el Alcázar y pasearon por su interior, mientras las calles permanecían desiertas y con las puertas de las casas cerradas por el miedo y desconfianza de los vencidos.
   Se izaron en los más alto de la Alhambra los estandarte y guiones cristianos y la bandera de la corona de Castilla, entre un inmenso griterío de los presentes, el reino de Granada quedó agregado a la corona de Castilla.
   La toma de Granada no fue sólo un triunfo glorioso para España sino para toda la cristiandad. Esta victoria decisiva equilibró la pérdida de Constantinopla tomada por los turcos medio siglo antes en 1453. Casi toda la Europa participó de la alegría con España celebrando tan feliz e importante acontecimiento. En Roma se celebró aquella victoria con solemne procesión del Papa, donde cantó una misa mayor.
   El papa Alejandro VI concedió a Fernando e Isabel el título de Reyes Católicos título con que son conocidos en la Historia y que han trasmitido a sus sucesores.
   Después de la toma de Granada, los Reyes católicos adjudicaron a Boabdil el Valle de Purchena y le otorgaron rentas para que viviese conforme a su clase. Días después de la rendición de Granada, Boabdil marchó de incognito hacia las Alpujarras, cuya propiedad se le había reconocido en las capitulaciones.
   La puerta por donde el rey Boabdil salió la última vez se tapió a petición de este para que nadie pudiera volver a pasar por ella y en tal estado permanece todavía hoy en recuerdo de la desgraciada suerte del último de los reyes musulmán de Granada.
   Cuando salió de Granada, camino a su destierro en las Alpujarras, Boabdil no quiso girar la mirada hacia Granada, y sólo cuando estuvo sobre la última colina en el "Suspiro del Moro" en Padul, se detuvo y observando por última vez su palacio suspiró y rompió a llorar, siendo su propia madre, la Sultana Aixa al-Horra quien le dijo:
   "Llora, llora como mujer la pérdida de un reino por cuya defensa no has sabido morir como un hombre”.
   Este popular episodio está puesto en duda por muchos historiadores. Esta la historia pudo ser una invención de Antonio de Guevara, obispo de Guadix , que se la contó a Isabel de Portugal, cuando en su luna de miel visitó Granada, en el año de 1.526. Curiosidades de la Historia...
Boabdil vente sus territorios por 21.000 castellanos de oro
   7 de marzo de 1.493 Aben Comixa firmó en Barcelona, en el palacio de Los Reyes de Aragón, escritura de venta del feudo alpujarreño de Boabdil. El precio acordado fue 21.000 castellanos de oro, que fueron transportados a lomo de varios borricos desde Barcelona hasta el castillo de Laujar de Andrax, en las Alpujarras almerienses, donde vivía entonces Boabdil.
   "Aben Comixa dejó el botín en el patio del castillo, entró en el salón y le dijo a su rey: "vuestra hacienda traigo vendida, veis aquí el precio de ella. He querido quitaros del peligro porque mientras los moros os tuvieren presente no dejarán de intentar cosas que os den pesadumbre y desasosieguen esta tierra, de manera que ni vuestra persona ni los que os sirvieren tengan seguridad, ni puedan dejar de perder lo poco que les queda en ella con cualquier pequeña ocasión que se ofrezca. Con este dinero podréis comprar mejor hacienda en Berbería, y allí podréis vivir con más seguridad y descanso que en esta tierra, donde fuisteis rey y no tenéis la esperanza de poderlo ya ser…” (L. Mármol Carvajal.”Reb y Cast de Los Moriscos”.Lib 1,cap XXI, pág 59.)
   Aceptando su destino, Boabdil solicitó a los Reyes Católicos le devolvieran a sus hijos antes de dejar España. A pesar de que la reina Isabel se empeñaba en cristianizar a Ahmed, el primogénito, el rey Fernando ordenó a Hernando de Zafra liberar a los hijos de Boabdil.
   El 15 de abril otorgó Abulcacim El Maleh, en Granada, nueva escritura de venta que ratificó Boabdil, en Laujar de Andarax, el día 8 de Julio. El empeoramiento del estado de salud de su esposa Moraima, aceleró el proceso de partida final de territorio español.
   Mientras Hernando de Zafra y el apoderado de Boabdil, Sidi Mohamed Moratil, terminaban de negociar la compraventa de los bienes de las Reinas Moras, llegaron a Laujar sus dos hijos. Este emocionante regreso no fue suficiente para mejorar el estado de Moraima, cuya salud empeoraba de forma acelerada.
   Una vez recuperado sus dos hijos y consciente Boabdil de que sus días en España se finalizaban, envió una carta al sultán de Fez rogándole su acogida. La respuesta fue clara, le aseguró que lo aceptaría como a un hermano.
   Los representantes de Boabdil firmaran un documento, en nombre de su rey, reconociendo que la familia real nazarita salía de España voluntariamente. Pero el estado de salud de Moraima impedía el destierro de Boabdil al Magreb.
   Finalmente el 20 de agosto de 1.493 Moraima falleció. Boabdil ordenó su entierro en el cementerio familiar del sótano de la mezquita de Mondújar, que todavía permanecía sin cristianizar. Estos restos permanecen hoy en día enterrados entre los vestigios arqueológicos de esta mezquita.
   El 28 de agosto de 1.493, habiendo recibiendo los últimos honores de rey en España, Boabdil, su séquito y todas sus posesiones, embarcaron en la flota del comandante vasco, Íñigo de Arrieta, en Adra rumbo a la Berbería. La escuadrilla estaba formada por una carabela, una carraca y nao.
   En una carta remitida  a Barcelona, Hernando de Zafra, informaba a los Reyes de la situación:  
   “han sido 1.120 los granadinos que han partido hacia Berbería. Desde que se inició el proceso del rey Chiquito, suman ya 6.320 los moros de todas las edades y condiciones que han abandonado El Reino de Granada…
   Íñigo de Arrieta desembarcó su carga en la playa de Cazaza, junto a Melilla. Boabdil fue recibido  por una escolta del sultán de Fez. A su llegada a la ciudad imperial de Muley El Idrisi, el sultán los trató como hermanos y les otorgó solares para que se construyeran sus casas, en lo que todavía se conoce como el barrio granadino. Boabdil y su séquito fueron apodados como “los cristianos de Castilla”.
   Boabdil hizo vida normal en Fez, siempre al lado de los reyes Zanatas, hasta la hora de su muerte, a los 70 años de edad.
CONSECUENCIA DE LA TOMA DE GRANADA
   La inmediata consecuencia del final de la guerra de Granada es la ejecución de nuevos planes de la reina Isabel en el sentido de iniciar la expansión castellana hacia Europa y América.
   La principal causa raíz del descubrimiento de América y la expansión hacia Europa fue lograr la completa unión política y religiosa del reino y la inercia social imparable consecuencia del impulso militar logrado durante el final de la Reconquista. El larguísimo periodo de victorias y derrotas, culmina finalmente con la toma de Granada. Un nuevo imperio inicia su camino abriéndose paso a codazos seguros e su victoria. La moral era muy alta y la sociedad militar y civil española estaba segura de su superioridad moral.
   Uno de los pilares de la empresa fue la unión religiosa. Castilla contó con el apoyo de la Iglesia y toda la población se implicó en la labores evangelizadora. Se produce, tras la caída de Granada, la conjunción de los sentimientos de la masa social, la Iglesia y también el interés del nuevo Estado Español. 
El origen de los Tercios Españoles
   En el terreno militar, la experiencia de la guerra de Granada desarrolla, y consolida las grandes capacidades bélicas de las fuerzas militares castellanas lo que constituiría la base del mejor ejército de Europa durante muchos años. Inmediatamente se consigue la conquista de las islas Canarias y de América, es el inicio de lo que años más tarde sería el inmenso imperio español.
   Los españoles, se habían acostumbrado a los largos combates de desgaste. Los oficiales españoles habían entendido en la práctica la guerra, no como una batalla aislada, sino como el resultado de un conjunto de batallas continuas de desgaste. El descubrieron de la importancia de la logística, del análisis del terreno y de los accidentes geográficos fueron definitivas en la conquista de Italia. Ahora la infantería luchaba de manera organizada en silencio y a las órdenes de sus oficiales. La infantería asumió la responsabilidad del resultado final de las batallas.
   Con la organización de los Tercios Españoles, la infantería pasó a ser la base del ejército español mientras que la caballería se convirtió en fuerza auxiliar.
   Los europeos del los siglos XVI y XVII reconocieron a los tercios españoles como las mejores unidades militares del mundo. Fueron comparadas con las legiones romanas y las falanges macedónicas.
   Al contrario que en el resto de Europa, la guerra durante la Edad Media en España no fue un deporte violento entre caballeros feudales. En España, la guerra durante la Edad Media había sido una cuestión de supervivencia porque durante 8 siglos el pueblo español combatió en la Reconquista. La Reconquista había sido cuestión de todos y participaron en la lucha contra el moro; las órdenes militares, los señores con sus mesnadas y los pequeños ejércitos municipales de las milicias populares de los concejos. Después de 8 siglos, la amenaza ya no venía del imperio omeya ni almohade ni abasida, los reyes católicos identificaron otros horizontes para nuestra Historia.
Los Grandes de España
 
 Estos son algunos nombres de los más distinguidos caballeros que seguían generalmente al rey Fernando en la guerra contra los moros. Estos son los antecesores heroicos de muchas familias nobles que todavía existen en España.
   Alfonso de Cárdenas maestre de Santiago, Juan de Zúñiga maestre de Alcántara, Juan García de Padilla maestre de Calatrava, Rodrigo Ponce de León marqués de Cádiz, Enrique de Guzmán duque de Medina Sidonia, Pedro Manrique duque de Nájera, Juan Pacheco duque de Escalona marqués de Villena, Juan Pimentel conde de Benavente, Fabrique de Toledo hijo del duque de Alba, Diego Fernández de Córdova conde de Cabra, Gómez Álvarez de Figueras conde de Feria, Álvaro Téllez Girón conde de Ureña, Juan de Silva conde de Cifuentes, Fabrique Enríquez adelantado de Andalucía, Alonso Fernández de Córdova señor de Aguilar, Gonzalo de Córdova hermano del anterior conocido después por el Gran Capitán, Luis Portocarrero señor de Palma, Gutiérrez de Cárdenas primer comendador de León, Pedro Fernández de Velasco conde de Haro condestable de Castilla, Beltrán de la Cueva duque de Alburquerque, Diego Fernández de Córdova alcaide de los donceles y después marqués de Comares, Álvaro de Zúñiga duque de Béjar, Iñigo López de Mendoza conde de Tendilla después marqués de Mondéjar, Luis de Cerda duque de Medinaceli, Iñigo López de Mendoza marqués de Santillana - segundo duque del Infantado, Garcilaso de la Vega señor de Balrás (www.grandesbatallas.es).
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