Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Huelva, déjame ExplicArte los principales monumentos (Ermita de San Sebastián; e Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación) de la localidad de Cabezas Rubias, en la provincia de Huelva.
Ubicación
En la Comarca del Andévalo
Reseña histórica breve
Los primeros vestigios se remontan al período Calcolítico. La Cabeza del Andévalo fue un recinto rural de probable origen bereber (situado en lo la Cora de Niebla). El terreno formaba parte de LO que se llamó Reino de Niebla /del Campo de Tejada al río Guadiana).
En 1253 Alfonso X le concedió este territorio a Sevilla. En 1369 Cabezas Rubias cae dentro del señorío de Niebla al recibirlo Juan Alfonso de Guzmán con el rango de Condado. Casi un siglo después-1445- el Conde de Niebla recibe una nueva distinción convirtiéndose en Duque de Medina Sidonia.
Durante el siglo XVII hubo numerosas epidemias y guerras, como la Guerra de Restauración Portuguesa (1640-1668).
Patrimonio cultural y artístico
Ermita de San Sebastián, Iglesia Nuestra Señora de Consolación, Molino de la Divisa
Fiestas y tradiciones
Fiestas de Nuestra Señora de la Consolación, Fiestas y Romería de San Sebastián.
Recursos económicos y sociales
Agricultura (setas, naranjas y fresas, eucaliptos, pinos y jaras), ganadería (porcina, ovina y caprina), apicultura, artesanía (trabajo de la palma, cestos, canastos, alfombras) y el turismo rural.
Gastronomía
Guisos de carne de caza menor y mayor, productos derivados del cerdo ibérico, potajes de gurumelos, gazpacho, las poleás, los piononos, los gordillos y los gañotes (Diputación Provincial de Huelva).

Pequeño enclave rodeado de encinas y de eucaliptos que enlaza las tierras aftas de la serranía de Aracena con la comarca del Andévalo, a la que pertenece.
Historia y visita
Desde la lejanía, el pueblo, arracimado en una pequeña loma, con sus casitas blancas de rojos tejados, parece arrancado de un paisaje cubista. El término estuvo poblado desde la época de los fenicios que explotaron las minas de las proximidades.
En la localidad se encontraron vestigios de un templo que, según la tradición popular, estuvo consagrado al dios ibero Endovélico, deidad protectora y médica que simbolizaba al fuego y de cuyo nombre derivaría el de toda la comarca.
La historia del pueblo, no obstante, estuvo ligada a la del condado de Niebla desde que, tras el Conflicto del Algarve, las tierras comprendidas entre el Guadiana y el Guadalquivir pasaron a poder de la corona de Castilla mediante el Tratado de Badajoz de 1267. En sus alrededores se practica la caza del jabalí, del que suelen cobrarse abundantes piezas en las numerosas monterías que se organizan.
Gastronomía
El gazpacho de invierno, con lechuga, culantro y agua templada, así como la caldereta de cordero son los platos tradicionales del pueblo.
Artesanía
La talla en madera y en piedra y los trabajos realizados con palma forman el conjunto de una artesanía breve pero viva.
Fiestas
Es destacable Cabezas Rubias por un fandango autóctono que se canta y se baila en la romería de la Pascua de Resurrección al Cabezo del Buitrón, a unos 2 km del pueblo, y en la de San Benito, que se celebra el lunes siguiente al primer domingo de mayo (Rafael Arjona. Guía Total, Andalucía. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2005).
Conocemos la existencia de esta ermita al menos desde el siglo XVII, pues en ella fueron encerrados los vecinos del pueblo por los portugueses en 1644. El edificio actual, sin embargo, es de reciente construcción y no se conservan en su interior obras de interés artístico (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación
Se trata de un edificio de planta de cruz latina y una sola nave con capillas hornacinas entre los contrafuertes interiores. Se cubre la nave con bóveda de tabicado y el crucero con una artesa de tradición mudéjar. Exteriormente, la fachada del hastial se resuelve con una portada adintelada, enmarcada con pilastras toscanas y frontón triangular, sobre la que se sitúa un óculo rodeado por la cornisa que remata la fachada. Corona el conjunto una gran espadaña de dos cuerpos con vanos de medio punto entre pilastras del mismo orden, a la que se accede por una escalera de caracol, que se manifiesta exteriormente por un cilindro con cupulilla bícroma de azulejos. Las portadas laterales responden al mismo esquema, aunque con menor monumentalidad.
Es posible que durante el siglo XVII fuera levantada una primera iglesia, de la que hoy sólo se conservaría su cabecera, pues su única nave, descrita por los arquitectos del Arzobispado como «de arcos a lo antiguo», es decir, probablemente de arcos transversales, fue demolida a mediados el siglo XVIII por resultar su capacidad insuficiente para el aumento demográfico experimentado por la población. Esta ampliación del templo, fue propuesta y proyectada, en principio, por el arquitecto Francisco Muñoz en 1752, aunque la definición final del proyecto, con alguna modificación de medidas y con los diseños concretos de bóvedas, portadas y espadaña, fue realizada por Pedro de Silva en 1757. Un año después, fue renovada la armadura de madera del crucero por el maestro carpintero de lo blanco Esteban de Paredes, siguiendo el modelo y decoración de la antigua.
Estilísticamente el templo responde al lenguaje barroco de mediados del XVIII, destacando la armónica volumetría de su exterior y la rica molduración clasicista de todo el conjunto. Asaltado el templo en numerosas ocasiones, con motivo de los conflictos fronterizos con Portugal y, finalmente, durante la Guerra Civil, su interior apenas conserva obras de interés artístico.
Sólo podemos destacar los restos de una pila bautismal, fechada en 1696, cuyo pie sirve hoy de apoyo a una taza moderna, usándose la original como pila de agua bendita, incrustada en la pared junto a la puerta de entrada derecha. Sabemos que fue mandada poner por el Arzobispo de Sevilla don Juan de Palafox y Cardona, en la segunda visita que realizó a este pueblo en 1692, y que sustituyó a una primitiva pila de barro vidriado en verde de estilo mudéjar.
La mayoría de las imágenes del templo son de serie, modernas, a excepción de una Virgen dolorosa, de vestir, realizada por Sebastián Santos Rojas en 1950.
En la sacristía se conserva un Niño Jesús de talla popular barroca, del siglo XVIII, con potencias de plata de la misma época y varias piezas de orfebrería, entre las que podemos destacar un cáliz de plata sobredorada, de principios del siglo XVII, con estructura muy moldurada y decoración grabada y un copón de plata sobredorada, realizado por el platero sevillano Alexandre y donado a la parroquia por don Domingo de Mora Ponze, comisario del Santo Oficio, en el año 1769 (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
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