Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Huelva, déjame ExplicArte los principales monumentos (Capilla de Nuestra Señora del Carmen; Ermita de Santa Brígida y San Ginés; e Iglesias de Nuestra Señora del Rosario de Navahermosa, y de la Purísima Concepción) de la localidad de Galaroza, en la provincia de Huelva.
Ubicación
En la sierra de Huelva, situado en el valle del río Múrtiga.
Esta situada a 556 metros de altitud en el fondo de un valle en el centro de la Sierra de Aracena, a 117 kilómetros de la capital y perteneciente al Partido Judicial de Aracena. Su población es de algo más de 1.500 habitantes y tiene una extensión de 21,8 km2. Este pueblo en el que destaca la arquitectura de sus casas de tradición barroca y renacentista, obtuvo la Carta de Exención y Jurisdicción otorgada por Felipe II en el año 1.553.
Reseña histórica breve
Se cree que su nombre árabe original era Al-Jaroza (que podría significar Valle de las Rosas, Valle de las Doncellas o Valle de la Desposada).
Durante la Edad Media perteneció a la jurisdicción de Aracena, del que se independizó en 1553. Perteneció al Reino de Sevilla hasta 1833.
En los siglos XVIII y XIX tuvo un importante crecimiento económico y demográfico.
Patrimonio cultural y artístico
Iglesia Parroquial de la Purísima Concepción, del siglo XVI
Iglesia de Nuestra Señora del Rosario.
Se encuentra en la aldea de Navahermosa, del siglo XVI
Ermita de Santa Brígida, del siglo XV, románica, desde ella se puede divisar unas excelentes vistas del pueblo y sus alrededores.
Ermita del Carmen, siglo XVI, neoclásica, existe en ella una talla de la Virgen del Carmen, patrona de la localidad, atribuida a La Roldana. Templo Parroquial de la Purísima Concepción, del siglo XVI, neoclásico-dórico.
De entre sus numerosas fuentes, hay que destacar la de los Doce Caños, de finales del siglo pasado.
De los muchos senderos que existen en el pueblo, la subida al Cerro de Santa Brígida tiene un especial encanto.
Fiestas y tradiciones
Fiestas Patronales de Nuestra Señora del Carmen, entre el 15 y el 25 de julio.
Romería de la Divina Pastora, el último fin de semana de junio.
Los Campanilleros, el primer fin de semana de octubre.
Las Fiestas del Rosario en Navahermosa, el primer domingo de octubre.
Fiestas de la Divina Pastora en Las Chinas.
Fiestas de los Jarritos, el día seis de septiembre. "Día del Huevo y del Bollo", lo celebran el Domingo de Resurrección en Santa Brígida y sacan a la Santa en procesión.
Día de la Gira", que se celebra el Lunes de Pascua.
Fiesta del "Pirulito", se celebra con motivo de la Festividad de San Juan Bautista el 24 de junio y la de San Pedro y San Pablo el 29 de junio. Fiesta de la Virgen del Carmen, el día 16 de julio es la bajada de la Virgen al pueblo y el día 24 vuelve a su Santuario.
La agricultura y el turismo rural.
Gastronomía
Los productos derivados del cerdo ibérico como la caldereta o guiso. Sus platos más típicos son el cocido elaborado con productos del cerdo, gazpacho de invierno y las migas hechas con patatas, vino, ajos y sardinas.
Todos estos productos pueden degustarse en cualquiera de sus establecimientos así como en los restaurantes del Hostal Venecia, Toribio y Hotel Galaroza (Diputación Provincial de Huelva).
Galaroza pudiera tener quizás un origen islámico, según se desprende de su topónimo: Al-aruza: «la desposada». Durante toda la Edad Media perteneció a la jurisdicción de Aracena, aunque realizó varios intentos de independizarse. El primero en 1348, un segundo en 1491 aludiendo a su importancia demográfica, y el tercero y definitivo, durante el reinado de Carlos V, en 1553, cuando recibió el título de villa a cambio de ingresar 400.000 maravedíes en las arcas reales. Es hoy una atractiva localidad, animada por el turismo rural que se beneficia de su frescor veraniego. Su Fuente de los Doce Caños fue reconstruida en 1898 (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
El Conjunto Histórico de Galaroza está situado en la provincia de Huelva, a una distancia de 117 Km. de la capital y 105 Km. de Sevilla. El término al que pertenece está situado en la parte central de la Comarca de la Sierra y limita al Norte con Valdelarco y La Nava, al Sur con Castaño del Robledo, al Este con Valdelarco y Fuenteheridos y al Oeste con Jabugo y La Nava.
Núcleo situado en promontorio y en las laderas circundantes, rodeando por oeste, norte y este, un cerro de mayor altura, el cual se encuentra coronado por una Ermita. Solo recientemente se han ocupado alguna de sus laderas. El casco urbano está atravesado por tres caminos, siendo la actual carretera general (N-433) tangente al núcleo. Sus altitudes más significativas son: Ayuntamiento, 548,0 m.; Iglesia, 558,0 m.; Cerro Sta. Brígida, 622,5 m.; Pza. Venecia, 533,0 m.; Pza. Enrique Ponce, 554,0 m.-
En general el trazado se adapta a la topografía produciéndose vías sensiblemente paralelas o perpendiculares a las líneas de nivel, lo que provoca que estas últimas calles tengan una gran pendiente. Su la trama viaria urbana se caracteriza además por varias cuestiones. En primer lugar, la carretera principal de acceso posee un trazado tangente al núcleo urbano y sirve de apoyo para el desarrollo lineal de la edificación, convirtiéndose en parte del viario urbano. En el interior se diferencian dos zonas claramente diferenciadas en su forma urbana: la correspondiente al núcleo originario, con una trama más densa, formada por calles de trazado muy irregular y en la que existen todavía algunos adarves; y la zona de expansión, con calles de mayor anchura y trazado algo más rectilíneo y regular. En esta zona el crecimiento se ha desarrollado en forma de cuadrícula. Existe también cierta diferencia entre calles principales y calles de servicio, que en general son vías de acceso a las traseras de las viviendas y a los corrales. De éstas parte un trazado más confuso surgido de la necesidad de conectarlas con determinadas vías pecuarias y caminos de servidumbre entre parcelas. Estas vías tienen el carácter de caminos semiurbanos y no están dotados de servicios ni pavimentados.
Estructura original nuclear, que posteriormente ha evolucionado a una estructura lineal. Trama viaria orgánica, adaptada a las curvas de nivel, en la parte más antigua, con una cuadrícula más o menos regular (manzanas rectangulares) en zonas al norte y al este. Iglesia en posición central, sin relación con plaza. Manzanas densas en núcleo original (de pequeño tamaño y parcelario), semidensas en zonas de ensanche (interior con patio o corral, a veces de gran tamaño), e inacabadas en los bordes (edificaciones a una sola cara).
La tipología residencial predominante responde a la vivienda unifamiliar entre medianeras, que incorporan en la mayoría de los casos espacios para el uso agrícola o ganadero, especialmente almacenes. La altura de estas edificaciones es de una o dos plantas con soberado, desván o granero en la planta superior. Sólo en casos excepcionales aparecen edificaciones de tres plantas, sobre todo en la zona próxima al Ayuntamiento. Suelen tener dos o tres crujías paralelas a la fachada a las que se le agrega un cuerpo de edificación en el patio donde se ubican las dependencias, relativamente recientes, como la cocina y el baño. En el sentido perpendicular a la fachada, las viviendas pueden constar con uno, dos o tres portales, según el ancho de la parcela y la importancia del edificio. En el fondo de la parcela se sitúa el corral y a veces tiene acceso desde la calle trasera, disponiéndose en el mismo piezas complementarias para el uso agrario.
Constructivamente, los muros suelen ser de tapial, pudiendo ser de piedra granítica o caliza la planta baja, o simplemente el zócalo. La estructura es de madera y la cubierta, a dos aguas está formada por teja árabe curva. Los paramentos están enfoscados con mortero de cal y encalados. La carpintería es de madera, aunque se está sustituyendo por materiales metálicos. Conviven dos variantes de esta arquitectura una de mayor escala y residencia de las clases más pudientes, y otra más popular que constituye la mayor parte del caserío. En las primeras destacan el mayor tamaño de los huecos, la mayor altura de plantas, el remate de la fachada con pretiles que ocultan las tejas y una composición donde prima la simetría y un cierto ornato. Las segundas responde a una disposición de los huecos más aleatorio y una mínima ornamentación. El predominio del macizo sobre el hueco y los aleros son prácticamente generalizados. Un elemento que se repite con cierta asiduidad es la solana, producida por el retranqueo de la primera crujía en la planta alta, y con cubiertas sostenidas por pilares que sostienen arcos de medio punto o de carpanel (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Galaroza también tiene una fuente de doce caños, pero en esta villa donde suenan remotos ecos venecianos no parece que mane tanta agua. Donde sí manó en el pasado, antes de la última remodelación, fue en una de las entradas al pueblo: el lavadero de Venecia. Allí, según los rótulos, era tan crecido el caudal que a este paraje se le adjudicó el nombre de la ciudad italiana de los canales y las góndolas.
Fantasías o realidades aparte, Galaroza es un pueblo que se cobija bajo el cerro de Santa Brígida y se articula alrededor de una calle principal que asciende hacia la plaza de los Álamos. En el centro de la plaza confluyen unas calles que, como torrentes de luz blanca, bajan por las laderas a recoger agua en la fuente de los Jarritos o a saciar la sed en la mencionada fuente de los Doce Caños, que aquí se ordenan casi en semicírculo. Es una fuente que tiene varios nombres, uno profano y otro religioso, pues también es conocida con el de Nuestra Señora del Carmen. Costeada por el pueblo, fue levantada en 1889. Corona su brocal un escudo adornado con dos figuras femeninas que parecen sirenas. Preside la plaza de los Álamos la iglesia de Nuestra Señora del Carmen, cegadora de luces y de cal, cuya construcción se inició en el siglo XVII (ábside y cuerpo de la nave) y se terminó en el XVIII (portada y cerramiento de los pies).
Al comienzo de la calle principal alza sus volúmenes la iglesia de la Purísima Concepción, cuya fábrica manierista, acabada en 1614, sufrió los terremotos del siglo XVIII y los embates de la remodelación. La iglesia cobija un conjunto de retablos de los siglos XVII y XVIII, además de lienzos, imágenes y objetos litúrgicos. El barrio de los Riscos, situado en las proximidades del templo parroquial, goza de la consideración de ser el más antiguo de la villa. Muestra bien a las claras su traza medieval en el zigzag de las callejas, las pendientes muy ásperas y la ordenación laberíntica de las casas.
Conviene reseñar ciertos detalles que singularizan las viviendas: la existencia de un semisótano o bodega, utilizado como despensa o depósito de aperos, y uno o varios arcos abiertos en el último piso, a modo de galería de luz o de solana. Allí se ponen a secar los frutos de la huerta (Pascual Izquierdo, Un corto viaje a Huelva. Guiarama compact. Anaya Touring. Madrid, 2012).
Galaroza, pequeña población de gran encanto.
Se independizó de la jurisdicción de Aracena, a la que pertenecía, en 1553, bajo el reinado de Felipe II. Además de los castaños, comunes en toda la serranía, produce excelentes frutas y frutos secos. En el centro del pueblo se encuentra la iglesia parroquial de la Purísima Concepción, construida en 1606 en estilo neoclásico. Guarda un rico tesoro en objetos litúrgicos y pinturas. En la iglesia de la Virgen del Carmen se conserva la imagen de su titular, obra de La Roldana, célebre imaginera sevillana. La ermita de Santa Brígida se levanta en el cerro del mismo nombre, desde el que se contempla una excelente perspectiva de la población y de la serranía (Rafael Arjona. Guía Total, Andalucía. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2005).
Se trata de un edificio producto de varias fases constructivas y desarrollado a partir de una primitiva ermita reformada a lo largo del siglo XVII y, sobre todo, en la segunda mitad del XVIII. Hacia 1880 se le anexionaron distintas dependencias para convertirlo en un convento promocionado por el sacerdote don Carlos Muñiz González, como sede de una congregación de monjas que se encargarían de cuidar la ermita y de educar a las niñas del pueblo.
En su interior, preside el neoclásico retablo mayor la interesante escultura de la Virgen del Carmen, talla anónima sevillana barroca de discutida atribución y dudosa cronología, dado que, al parecer, fue originalmente una Virgen de la Merced. Completan la decoración de este ámbito dos lienzos del siglo XVIII con escenas franciscanas.
En la nave, encontramos dos retablos de estilo neoclásico, con imágenes del XIX de un Cristo atado a la columna y un Crucificado, bajo el cual se encuentra una Virgen Dolorosa arrodillada, de principios del siglo XVIII.
Finalmente, citaremos dos grandes lienzos, mal conservados, representando la escena milagrosa de La reina y el leproso y de la Resurrección de Lázaro, ambos del siglo XIX y cedidos en depósito por el Museo de Bellas Artes de Sevilla (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
Nos encontramos ante uno de los espacios más importantes de Galaroza, desde el punto de vista etnográfico. La iglesia del Carmen permanece abierta una buena parte del día y es un lugar frecuentado cotidianamente por un importante número de mujeres. La devoción a la Virgen del Carmen ha ido restando importancia a otro tipo de advocaciones. En torno a ella transcurren los momentos más importantes a nivel simbólico de la comunidad. La iglesia del Carmen es un espacio vivo tanto en los momentos extraordinarios, como en los momentos cotidianos. Su situación de centralidad no es solamente geográfica, sino también simbólica. La sacristía de la iglesia es el lugar de reunión de las Hermandades de Galaroza (Reina de los Ángeles y Hermandad del Carmen) (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Es un edificio de discutido origen y cronología, principalmente por su peculiar cabecera triconque. En él se observan varias fases constructivas. La más antigua es el ábside, resto de una primitiva iglesia de repoblación, datable a finales del siglo XIII o principios del XIV. El tramo de la nave debió ser reconstruido en el último tercio del siglo XVI, como atestigua la interesante portada, interpretación popular de modelos manieristas. A mediados del siglo XIX, la ermita quedó en total estado de abandono y ruina. En 1846, gracias al celo de los propios vecinos, se acometieron obras de restauración pudiéndose reinstaurar en ella el culto.
Hoy en su interior sólo se conserva una pequeña escultura de terracota policromada que representa a la Divina Pastora realizada a mediados del siglo XIX por el religioso capuchino F. Juan (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
La ermita data de finales del siglo XIII o principios del XIV y fue erigida por los repobladores cristianos. Está situada en un cerro que estructura urbanísticamente la localidad y el espacio que la rodea es uno de los lugares más bellos de Galaroza.
Tiene una nave cubierta y una cabecera triconque cuyos tres absidiolos se cubren con bóvedas de cuarto de esfera. La parte más antigua es el ábside, y en una primera época, la iglesia debió ser similar a la de San Mamés de Aroche, para más tarde, quizás en el siglo XVI, añadirle dos absidiolos laterales a modo de crucero. El retablo de la ermita es de estilo churrigueresco.
Está erigida en diferentes aparejos, según sus partes. La cabecera es de mampuesto careado, mientras que el corto tramo que realiza las funciones de nave, así como la fachada principal, muestra una fábrica de mampostería con bandas de ladrillo que remiten al modo constructivo de la Sierra.
La portada se sitúa a los pies de la nave, y es una interpretación popular de un modelo manierista. Está construida con ladrillos, y se compone con un vano de medio punto entre semicolumnas toscanas con entablamento liso y frontón triangular, con los vértices extremos rizados hacia dentro y una pequeña hornacina cerrada en el tímpano, y un óculo situado sobre él que aporta al interior la única iluminación natural. Sobre el hastial se levanta una sencilla espadaña de ladrillo, que sustituye a un antiguo campanario de tres campanas, con un vano de medio punto entre pilastras y frontón triangular rematado en cruz de forja.
La ermita data de finales del siglo XIII o principios del XIV por los repobladores cristianos.
La espadaña fue construida a finales del siglo XIX por un albañil cañonero llamado Rafael Romero, tras la desaparición del antiguo campanario de tres campanas, abatido por una chispa eléctrica (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Se trata de un edificio que responde a la típica estructura de nave única con arcos transversales y presbiterio abovedado. En este caso, los arcos de medio punto y el trazado de nervios radiales y concéntricos de la bóveda permiten datar su construcción en el último tercio del siglo XVI y relacionarla con los diseños de Hernán Ruiz II. Durante el siglo XVIII se edificó la fachada de los pies enmarcada en el segundo arco transversal, con portada y espadaña realizadas con una originalísima decoración de ladrillos tallados y modelados de gran sabor popular.
Sólo contiene un retablo neoclásico de principios del siglo XIX donde recibe culto la Virgen del Rosario, imagen de vestir, moderna, junto a una imagen de San José con el Niño, del siglo XVIII, y otra del Niño Jesús, de escuela sevillana, del XIX (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
El templo corresponde a la tipología clasicista propia de los años finales del siglo XVI, pudiendo responder a un proyecto del arquitecto milanés Vermondo Resta. Destaca, como rasgo de gran originalidad, la profundidad del presbiterio que permite alojar en él la sillería de coro.
La actual capilla de los pies de la nave de la izquierda fue costeada por Rodrigo Alonso para su enterramiento y proyectada por Asensio de Maeda en 1594.
El cuerpo de la iglesia fue construido a lo largo de todo el siglo XVII, así como las portadas de cantería de las naves laterales que responden a elegantes diseños clasicistas, una de las cuales aparece fechada, en el dintel, en el año 1606 y que fue realizada por el cantero de Aracena Pedro Sánchez Cristóbal.
La portada principal, también de cantería, se encuentra extrañamente alzada sobre dos pedestales con ménsulas. Está flanqueada, a ambos lados, por dos pequeñas portadas adinteladas, realizadas en ladrillo rojo aplantillado, decoradas con motivos de las Letanías Lauretanas: la Fuente de la Vida y el Pozo de la Sabiduría.
Incrustada en el muro exterior del presbiterio aparece una inscripción que nos da la fecha de terminación de este ámbito en 1652 y el nombre del maestro que ejecutó la obra, un tal Farfán.
Debieron realizarse obras en la segunda mitad del XVIII. En 1759 José Rodríguez reparó algunas partes dañadas por el Terremoto de Lisboa.
El ajuar mueble del templo se perdió casi por completo durante los acontecimientos de la Guerra Civil, aunque gran parte del tesoro parroquial y algunas esculturas se conservan. No obstante, en la actualidad, el edificio alberga un espléndido conjunto de retablos de distinta procedencia y cronología que, junto con las reposiciones de carpintería y otros detalles, pueden dar la impresión al visitante de que la iglesia no sufrió pérdida alguna.
En el presbiterio podemos ver un espléndido retablo de estípites de la segunda mitad del siglo XVIII, procedente de la desaparecida iglesia del convento de la Victoria, de Estepa. Lo preside, en su calle central, un manifestador con un Crucificado, pequeño, del siglo XVIII y, sobre él, una escultura de la Inmaculada Concepción ejecutada en 1798 por el escultor genovés Juan Bautista Patroni, flanqueada por un San Antonio Abad y un San Diego de Alcalá. Completa su programa iconográfico, en el ático, un relieve de la Estigmatización de San Francisco y, en los lados, los arcángeles San Miguel y San Rafael, todos ellos de la época del retablo.
En dicho presbiterio vemos una sillería de coro de madera tallada que reproduce la que en 1722 se le encargó al carpintero local Manuel González de los Reyes. Sobre ésta se sitúan, a la izquierda, tres lienzos que representan a Santo Domingo, Santa Catalina y San Diego de Alcalá y, a la derecha, otros tres con San Buenaventura, La Sagrada Cena y Santa Teresa; todos fechables en el XVIII. Completan la decoración de este espacio, una balaustrada de forja del siglo XVIII y, sobre ésta, cuatro ángeles lampareros de la segunda mitad del mismo siglo.
El cuerpo de la nave central está decorado con varios lienzos de los siglos XVIII y XIX.
El testero de la nave de la izquierda está ocupado por la Capilla Sacramental. Está presidida por un retablo moderno con un Calvario de talla y telas encoladas, siendo el Cristo obra del imaginero Antonio Castillo Lastrucci hecha en 1935 y la Virgen y San Juan, de Agustín Sánchez Cid, de fines del siglo XIX. En las calles laterales, aparecen imágenes de San Juan Bautista, del siglo XVII, y San Pedro Nolasco, del siglo XVIII y cuatro lienzos representando, dos a Santos dominicos del siglo XVIII y otros dos a San Pedro y San Pablo, del siglo XVII. En el ático, vemos un lienzo con la Adoración de los pastores, del siglo XVIII.
A su izquierda, se sitúa otro retablo hornacina moderno presidido por una Virgen Dolorosa, de vestir, ejecutada en 1813 por Juan de Astorga Cubero, titular de la antigua cofradía de servitas fundada en 1802.
Además de estos retablos, el interior de la capilla contiene tres lienzos: uno con la imagen de Santa Lucía, del siglo XVII, otro de la Inmaculada Concepción, del siglo XVIII y un tercero oval que representa a la Virgen del Rosario con Santo Domingo y San Roque, de mediados del siglo XVIII y vinculable al pintor Domingo Martínez.
De nuevo en la nave, el retablo de la Virgen del Rosario, de estilo neoclásico y orden corintio, cuya imagen titular quizás sea la contratada con el escultor sevillano Juan Ruiz en 1591, aunque retocada en el siglo XVIII. Junto a ella, una imagen de San José con el Niño, del siglo XVIII, y en el ático, San Felipe Neri, del mismo siglo.
Sigue el retablo del Cristo de la Humildad y Paciencia, de estilo barroco y decorado con estípites, fechable en la segunda mitad del siglo XVIII. La imagen titular junto a Santo Tomás en el ático, son de la época del retablo. Pasando la puerta lateral de ingreso, encontramos un simpecado de terciopelo rojo bordado en oro con un lienzo oval representando la Entrega del rosario a Santo Domingo, datable en la primera mitad del siglo XIX.
A los pies de esta nave, la Capilla Bautismal contiene una pila de mármol blanco del siglo XVIII y un lienzo de la Epifanía del siglo XIX. La capilla simétrica, al lado opuesto, contiene, entre otras imágenes modernas, un Cristo crucificado de talla, del siglo XVI.
El lienzo de la Trinidad Doble, junto a la puerta lateral de la nave derecha, es del siglo XVIII.
A continuación, se encuentra un retablo barroco de orden corintio, de principios del siglo XVII cuya hornacina central contiene una cruz de madera policromada y dos esculturas de la Virgen y San Juan Evangelista, del segundo tercio del siglo XVI. En el banco puede leerse una inscripción que data el retablo, al parecer, procedente de Carmona, en 1632, como obra costeada por doña Ana de Soto Montoya y doña Isabel de Pernía Montoya.
Le sigue el retablo de la Divina Pastora cuya titular es una hermosa imagen de madera y telas encoladas, obra de Cristóbal Ramos realizada a fines del siglo XVIII, que se ha querido identificar con la que el escultor realizó en 1797 para el convento de capuchinos de Sevilla. Las imágenes de San Pedro y San Pablo, de las calles laterales, son del siglo XVIII y el Niño Jesús del ático, es del siglo XVII.
La Sacristía contiene un aguamanil de mármol blanco con ornamentación floral, realizado en 1741 por José González y Marrón, cantero de Aroche, un Cristo crucificado, de talla, del siglo XVI y varios lienzos de los siglos XVIII y XIX.
Cuenta la iglesia con un importante conjunto de platería entre cuyas piezas destaca una cruz parroquial plateresca del segundo cuarto del siglo XVI. Del último cuarto del mismo siglo, es un portapaz, de bronce dorado, en forma de pequeño retablo de orden corintio con un relieve de la Resurrección (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
"Edificio construido en mampostería con rafas de ladrillo. Se divide en tres naves sobre pilares de sección cruciforme sobre los que apean arcos de medido punto. La Capilla Mayor, la Sacristía, la Capilla Sacramental y la Bautismal poseen bóvedas baídas. Las portadas laterales, de cantería, se componen de vano adintelado entre finas pilastras de orden toscano, que soportan un entablamento liso y un frontón rectangular con remates piramidales a los lados y una cruz en el centro. La situada en el muro del Evangelio, llamada tradicionalmente "puerta de la sombra" por estar orientada al norte, está fechada en 1606 y lleva en el tímpano el anagrama de Jesús, mientras que la del lado de la Epístola "puerta del sol", lleva una inscripción alusiva a la Virgen y en el tímpano, el anagrama de María. En la fachada de los pies se sitúa, en el centro, la portada principal, ejecutada también en cantería, con un esquema semejante al de las portadas descritas y, a ambos lados, dos pequeñas portadas realizadas en ladrillo aplantillado de simple esquema, adintelado con relieves del mismo material, que representan dos motivos de letanías lauretanas: la Fuente de la vida y el Pozo de la Sabiduría. La torre consta de caña y campanario, con cuatro vanos de medio punto entre pilastras pareadas y remate piramidal con azulejos". (E. Rodríguez Beneyto.1986:107-120).
El aspecto más significativo de la Iglesia parroquial es que pese a su importancia desde el punto de vista histórico y artístico carece de imágenes de relevancia a nivel popular. Esta iglesia es un ejemplo más de hasta qué punto la religiosidad popular andaluza tiende a desligarse de los espacios "oficiales".
Su construcción está datada por Rodríguez Beneyto en los primeros años del siglo XVII (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
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