Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Huelva, déjame ExplicArte los principales monumentos (Ermita de Nuestra Señora de la Tórtola; e Iglesia de Nuestra Señora de Consolación) de la localidad de Hinojales, en la provincia de Huelva.
Ubicación
El término de Hinojales presenta una extensión de 26,71 Kms. Cuadrados. Se encuentra enclavado en el límite septentrional de la provincia (a unos 143 km de la capital), en la comarca natural de la Sierra, limitando ya con pueblos pertenecientes a la provincia de Badajoz.
Su territorio se caracteriza por una topografía accidentada, oscilando sus alturas entre los 400 y los 835 metros.
Breve reseña histórica
Los diferentes pueblos que han pasado por Hinojales han dejado marcada su impronta en el carácter, las tradiciones y costumbres de esta villa.
Los primeros datos de la presencia humana aparecen en sepulturas, en cistas y necrópolis pertenecientes al periodo de los metales, teniendo constancia de un enterramiento de la edad del bronce cerca del núcleo urbano. Posteriormente, del paso de los visigodos nos queda una lápida paleocristiana del 568 d.C., situada hoy en la ermita de la Tórtola.
Del período musulmán permanecen topónimos como “la Cueva del Moro”, “el Horno del Moro” y la pertenencia de Hinojales al distrito de Aracena, formando posteriormente parte del reino de Sevilla cuando Castilla liberó a la sierra de la invasión portuguesa. Precisamente el topónimo Hinojales es de origen castellano y significa “terreno donde abunda el hinojo”.
Existen también, sobre todo en las referencias orales, numerosas huellas del pasado trashumante, de contactos con la maragatería y del origen gaélico-portugués de los hinojalenses, que se constata también en la toponimia, el patrimonio y en la utilización de un léxico propio.
El siglo XVI fue una etapa de incremento poblacional. Muy pronto en la aldea cobra fuerza la idea de convertirse en villa e independizarse de la administración de Aracena; hecho que se logra tras Real Decreto del emperador Carlos I.
Durante las dos centurias siguientes, Hinojales se centrará en establecer sus límites territoriales. Límites que quedan fijados definitivamente en 1904.
Señalar, por ultimo, que al inicio de la Guerra Civil, en 1.936, el Alcalde republicano Pedro Uceda Romero instó a todos los vecinos del pueblo a soterrar los bandos políticos y las rencillas. Así se consiguió que no se perdiera ninguna vida humana de forma violenta ni nadie fuera encarcelado. Esta actitud ejemplar ilustra los rasgos definitorios de la personalidad entrañable de la gente de Hinojales.
A partir de esta fecha, continuará el pacífico y anónimo devenir de la villa hasta enlazar con los tiempos actuales.
Patrimonio cultural y artístico
Hinojales posee un rico patrimonio artístico dentro del cual es interesante destacar:
La Ermita de la Tórtola, de estilo barroco. En su interior se halla, la famosa lápida paleocristiana del año 568 d.C., singular testimonio del paso de los visigodos por estas tierras.
La Iglesia parroquial de finales del siglo XV. Estilo gótico mudéjar en la cual se conservan unas importantes pinturas murales, de finales del s. XV y Principios del s XVI.
La danza de la Tórtola o “Lanza” es el símbolo que atestigua los remotos orígenes de esta peculiar cultura Hinojalense.
PAISAJE, NATURALEZA Y CALIDAD AMBIENTAL: CAMINOS Y SENDEROS.
Hinojales ofrece al visitante numerosas posibilidades de contacto con la naturaleza paseando entre la diversidad de paisajes que posee su término municipal: riveras, valles y montes.
Para el caminante existen rutas accesibles, aunque no señalizadas.
Para el que prefiera las rutas más organizadas, contamos, de momento, con una ruta señalizada denominada “Sendero de la víbora”.
Fiestas y tradiciones
FIESTAS PATRONALES EN HONOR DE NTRA. SRA. DE LA TÓRTOLA
Los días 30 de Abril, 1,2 y 3 de Mayo el pueblo se viste de gala para recibir a la primavera.
El día 30 de Abril (“la víspera”) por la tarde, se pasea hasta la ermita de La Tórtola para recoger a la Virgen y, acompañados de la danza de la localidad, al son de la gaita y tamboril, portarla en hombros hasta la Iglesia.
El día 1 de Mayo es el “día de la Virgen”. Este día, desde la mañana, Paco, el tamborilero, despierta a los vecinos con notas de flauta y tamboril, en la tradición de “la alborada”. A medio día, los/as hinojalenses y multitud de visitantes acompañan a la patrona en procesión por las calles del pueblo junto a los danzantes de Hinojales.
Los días 2 y 3 de mayo se celebran todo tipo de actividades para niños y jóvenes además de la Procesión a La Cruz el día tres.
FIESTAS EL EMIGRANTE
El segundo fin de semana de agosto se celebran las fiestas del emigrante. Se trata de una tradición cercana, data de los años 60. Perdidas durante algunos años, han sido de nuevo recuperadas.
Otras fiestas:
El Carnaval (mes de febrero): con pasacalles animados por charangas, malabaristas, etc; concursos y bailes amenizados por orquestas.
Corpus Christi o Día del Señor: se procesiona por las calles el Santo Cáliz y en numerosas paradas los/as vecinos/as confeccionan hermosísimos altares donde la comitiva reza y canta. Esta fiesta ha dejado de celebrarse el Jueves del Corpus para pasar a hacerlo el domingo más próximo.
El día de Andalucía: se celebra una comida popular de hermandad.
Recursos económicos y sociales
Existe en Hinojales una alta dependencia del sector agrario. La agricultura es de tipo tradicional, básicamente de secano, muy poco mecanizada. Y en la actualidad, casi monoespecializada en el cultivo del olivo.
El aprovechamiento ganadero es más importante. El Censo Agrario refleja una alta especialización de Hinojales, por encima de las medias provinciales, en cuanto a las cabañas bovinas y porcinas.
Todavía no se ha perdido la tradición cultural de la matanza del cerdo, que, de siempre, ha servido como complemento alimenticio familiar.
Ubicado en el Parque Natural de La Sierra de Aracena y Picos de Aroche, este tranquilo y ameno pueblo parece hallarse al margen de los itinerarios más conocidos y turísticos del Parque aunque comienza a destacar una incipiente orientación empresarial turística que promociona las potencialidades turísticas de Hinojales.
Gastronomía
Hinojales participa de las tradiciones culinarias y gastronómicas propias de la Comarca de la Sierra de Aracena. No obstante, cabe destacar como platos diferenciales: “el caldillo de matanza”; “el bollo de papas” y “el escabeche de “jabichas”, o habichuelas engazpachadas.
Desde hace unos años se vienen haciendo muy populares para los foráneos los aliños de carne (sobre todo pechuga de pollo) e hígado de cerdo asados.
La tradición de los dulces enmelados está también presente en las ocasiones festivas, con flores, pestiños y perrunillas.
La recolección de productos silvestres, sobre todo setas y espárragos trigueros es muy común. Con ellos se elaboran exquisitos platos.
Los quesos de cabra artesanales son afamados por su delicioso sabor.
El aceite que se produce en la localidad es de una calidad excelente.
Todos los platos anteriores se acompañan del exquisito pan de leña artesanal que se sigue elaborando en la localidad (Diputación Provincial de Huelva).
Cabe suponer la existencia en esta zona de una cierta población, al menos, desde época tardorromana, como lo atestiguan los sillares que forman parte de la ermita de la Virgen de la Tórtola. Las primeras noticias históricas de Hinojales se remontan, no obstante, al siglo XIII cuando la población se nombra en el repartimiento de Alfonso X como perteneciente al alfoz de la ciudad de Sevilla. Jurídicamente quedó dependiente de la villa de Aracena hasta principios del siglo XVI en que, durante el reinado del Carlos V, adquiere la condición de villa (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
Desde Cortelazor conviene acercarse a la localidad de Hinojales para poder admirar en la iglesia las pinturas murales gótico-renacentistas descubiertas en 1967 bajo la cal que recubría las paredes (Pascual Izquierdo, Un corto viaje a Huelva. Guiarama compact. Anaya Touring. Madrid, 2012).
Se trata de un edificio construido con sillares de acarreo, procedentes de algún edificio de época tardorromana y relacionado posiblemente con la inscripción funeraria visigoda conservada en su interior. No obstante, el aspecto actual de la ermita se debe a reconstrucciones de los siglos XVI y XVIII.
En el Presbiterio se encuentra la imagen de Nuestra Señora de la Tórtola, obra anónima sevillana del segundo tercio del XVI, pero muy intervenida en el siglo XVIII. En el pavimento de la ermita está incrustada la referida lápida visigótica, labrada en mármol blanco, muy fragmentada pero casi completa, que incluye un anagrama de Cristo entre las letras alfa y omega, dos aves y la inscripción alusiva a una mujer de 35 años, llamada Basilia, que fue sepultada en el lugar donde se ubicó esta lápida (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
Restos Paleocristianos. Edificio Neoclásico fechado en el siglo XVIII. Es de planta basilical cubierta por bóveda de cañón con plementos. El altar está separado por la nave mediante arco de medio punto que apoya sobre pilastras.
La cúpula del altar es sobre pechinas. Friso cerámico.
Al exterior, cuenta con puerta en bajo relieve sobre fachada principal que está mirando hacia occidente y campanario. La cubierta de la nave es de teja a dos aguas, mientras que la cúpula que en planta es cuadrada se transforma en la cubierta de planta octogonal mediante las pechinas y cuenta como remate con una pequeña linterna.
Decorado en su interior por pintura mural y en el exterior enfoscado y encalado (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
El edificio es un interesante ejemplo de iglesia de arcos transversales en su variedad de tres naves con cabecera abovedada. A fines del siglo XV o principios del XVI se puede fechar su presbiterio, cubierto con una bóveda de crucería, y su portada lateral de estilo gótico tardío.
En la segunda mitad del siglo XVI debieron sustituirse los primitivos pilares mudéjares por las columnas de piedra de orden toscano, que hoy soportan los arcos, realizándose así mismo la ampliación del tramo de los pies y su portada principal en cantería renacentista. Esta operación puede relacionarse con el ambiente clasicista del círculo de Hernán Ruiz II y sus sucesores.
En la actualidad, la antigua techumbre de madera ha sido sustituida por otra de viguetas de hormigón que han desvirtuado notablemente su primitivo aspecto.
El retablo mayor es de estilo barroco y datable en la primera mitad del siglo XVIII. En él se encuentra la imagen de la Virgen de Consolación, de comienzos del siglo XV; aunque posteriormente restaurada y repolicromada, con un Niño, de talla, del siglo XVIII. Esta flanqueada, a la izquierda, por una imagen de San Antonio de Padua, del siglo XVIII y, a la derecha, por un San Sebastián de fines del siglo XV o principios del XVI, procedente de su desaparecida ermita. En el ático, un lienzo de la Virgen del Carmen, del siglo XIX.
En las paredes de este ámbito se descubrió un conjunto de pinturas murales hechas al temple, datables en la primera mitad del siglo XVI. Los temas son episodios de la Vida de Cristo y de la Virgen, junto a figuras de Santos. En concreto, tras el retablo mayor, en el interior de un arco solio apuntado y en muy mal estado de conservación, apareció el pasaje de la Asunción de la Virgen a los cielos, localizándose en el intradós del arco las imágenes de los cuatro Evangelistas. En el muro lateral izquierdo se representó la Sagrada Cena, posiblemente en relación con la capilla que servía para depositar el Sacramento. Finalmente, en la jamba izquierda del arco toral, se encuentra una inscripción en caracteres góticos ilegibles y una imagen de San Antonio Abad. A ambos lados del arco toral, se localizan otras pinturas de similar cronología: a la izquierda se reconocen San Bartolomé, Santa Catalina, Santa Lucía y otro Santo sin identificar; y a la derecha, la Magdalena y el ángel ante el sepulcro y la Presentación de Jesús en el templo, cuyos numerosos repintes desvirtúan sus rasgos originales y acentúan aún más su carácter popular.
Ocupa el testero de la nave de la izquierda el retablo del Sagrado Corazón de Jesús, de estípites, de la primera mitad del XVIII, cuyo banco incluye una frontalera de azulejos de arista, sevillanos, del siglo XVI. Como remate contiene un lienzo representando a la Piedad, de la época del retablo.
El retablo de San José, de estilo barroco, que al igual que su titular, son del segundo cuarto del siglo XVIII y, en el último tramo de este sector, la imagen de vestir de la Virgen del Rosario, que, a pesar de los múltiples repintes, conserva rasgos que permiten catalogarla a finales del siglo XVI.
Cierra esta nave, la Capilla Bautismal que guarda en su interior una pila de mármol blanco local, del siglo XVI.
Muy interesantes, son dos pilas de agua bendita de fines del siglo XVI adosadas a las columnas que compartimentan el interior del templo, una apoyada sobre un balaustre y la otra sobre una ménsula gallonada.
Pasando la puerta lateral del templo, se encuentra el retablo de la Trinidad y Ánimas Benditas del Purgatorio, del segundo cuarto del siglo XVIII, con lienzo de la misma época y, en el muro testero, el retablo del Crucificado, de estípites de la segunda mitad del siglo XVIII, con estructura para un dosel. La imagen titular, junto a los ángeles pasionarios laterales, son de la época del retablo. La frontalera es de azulejos de arista, sevillanos, del siglo XVI.
Destaca su ajuar de platería, entre cuyas piezas citaremos la cruz parroquial plateresca de mediados del siglo XVI y un conjunto de piezas manieristas remitidas a la parroquia desde el Perú por el tesorero Juan Martínez de Uceda en la primera mitad del siglo XVII, entre las que destaca un arca eucarística fechada en 1627 (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
La iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, tiene planta basilical y está formada por tres naves orientada Occidente-Oriente, siendo su acceso actual el Sur. Las naves están separadas por tres hileras de arcos apuntados en posición transversal a las naves que reposan sobre columnas de piedra con capitel prominente. Estos arcos son de ladrillo visto siendo el resto encalado en blanco, pero parece ser que ha sido por una rehabilitación posterior, ya que existen restos de una pintura mural de tema religioso que debía cubrir anteriormente todos los paramentos.
La cubierta antigua era de madera dos aguas. Ahora está restaurada y el altar es de bóveda de crucería.
La fachada del inmueble está encalada y cuenta con portada románica con arco conopial de gótico decadente en uno de sus lados, y portada de influencia renacentista por otra. El inmueble cuenta también con un campanario y reloj.
En el interior del inmueble junto a las actividades habituales de la parroquia, destacamos la celebración de las fiestas en honor a la patrona de Hinojales, la Virgen de Tórtola, en el mes de mayo, y la participación de la danza (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
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