La población surge en 1498 cuando son expulsados de Setenil un grupo de moros que habían continuado viviendo en el lugar después de la conquista. Se les permite el asentamiento en un valle cercano con la condición de que rindan vasallaje a los Reyes Católicos y, a los pocos años, se les permite cobrar los beneficios de parte de los montes de Setenil (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Alcalá del Valle, población de más de 5.000 habitantes erigida por los musulmanes que fueron expulsados de Setenil tras la conquista del pueblo. La iglesia de Santa María del Valle, en la plaza del Ayuntamiento, es un edificio del siglo XVIII y estilo barroco, reformado en 1883 y en el siglo XX, cuando se le añadió la actual fachada, escalonada y rematada en una espadaña de dos cuerpos.
Más interesante es el monasterio de Caños Santos, a unos 6 km del pueblo, antiguo cenobio franciscano del siglo XVI, cuyo nombre se debe al manantial que riega el bello paraje en el que se ubica, cubierto con una frondosa arboleda. En la dehesa de Tomillos, próxima al santuario, se encuentran los dólmenes del Tomillo de la Era, con dos sepulcros de galería fechados en la Edad del Bronce.
Sumamente atractiva es la Semana Santa de Alcalá, declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional de Andalucía, con las tres hermandades de los coloraos, los blancos y los moraos, que sacan imágenes como el Cristo de la Buena Muerte y el Crucificado colorao, del malagueño Palma Burgos (Rafael Arjona, y Lola Wals. Guía Total, Cádiz, Costa de la Luz. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2008).
Este templo tiene su origen en una ermita que fue ampliada con el añadido de las naves laterales. Fue reformado nuevamente en 1883 y en el siglo XX se le añadió la actual fachada. Es de tres naves, cubiertas con bóvedas de cañón y sostenidas por columnas. En fachada muestra el desnivel de las naves con una elaborada composición piramidal, que utiliza los arcos de medio punto como base. El retablo mayor procede del cercano monasterio de Caños Santos, se presenta como embocadura de camarín y muestra las irregularidades propias de una obra recompuesta. Se estructura con soportes mixtos, columnas de fuste retallado y estípites. También perteneció al monasterio la pila bautismal, decorada con motivos geométricos, y el relieve dieciochesco de la Aparición de la Virgen en Caños Santos a Tello Pascual. También el Cristo de la Buena Muerte, titular de su cofradía, procede del convento, es una talla articulada, de madera policromada, de principios del siglo XVII (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
La Iglesia consta de tres naves y es de estilo barroco. La puerta principal conduce a la nave central con bóveda de caño.
A derecha e izquierda se encuentran las naves laterales, de techos lisos. Dos pilares sostienen la estructura de la Iglesia.
Al fondo se sitúa el altar, con una cúpula. En la nave derecha, al lado del Altar del Corazón de Jesús, existe una pequeña puerta que da paso a la sacristía y a una sala contigua, con salida a un antiguo corral. Otra pequeña puerta da paso a la sala de catequesis; y en el tercer piso, a la sala de reuniones, campanario y techumbres. En la fachada principal hay tres vanos: puerta principal, y dos ojos de buey a derecha e izquierda de la puerta; en los dos laterales hay dos ventanas. La bóveda de cañón está realizada en ladrillo y cemento; la cúpula en cañizo, ladrillo y cemento; la techumbre es de viguetas y las cubiertas de teja; el armazón es de caballo, es decir de hierro y placas de hormigón. Los muros son piedra y barro, con un grosor aproximado de 50 cm. El suelo es de loza de cemento de color negro y blanco. El interior de Iglesia está encalado. La cúpula, la bóveda de cañón y las aristas de los pilares que la sustentan están pintadas en color marrón dorado; en la bóveda de cañón hay también unos adornos de yeso que simulan tres arcos con sus adornos centrales. En la nave lateral izquierda hay varios altares: una hornacina con una imagen de la Virgen de la Inmaculada; en el centro hay un altar en madera policromada con imágenes de San Juan, María Magdalena, Cristo de la Buena Muerte y Ntra. Sra. de los Dolores; y un altar de mármol de Macael con la imagen de Jesús Nazareno. En la nave lateral derecha, hay también varios altares: en la parte trasera de la nave, en una pequeña hornacina, hay una imagen de la Virgen del Rosario; a la derecha un altar en madera policromada dedicado a la Virgen de la Soledad, franqueada por dos imágenes de San Rafael y San Antonio; en el centro hay una pequeña hornacina con el Cristo de la Resurrección; en la parte frontal de la nave, hay un altar en madera policromada con un Corazón de Jesús. El Altar principal de madera dorada al pan de oro, y está dedicado a la Virgen del Valle, franqueada por San José a la izquierda y San Roque a la derecha. Se encuentra en buen estado de conservación. Cabe destacar las imágenes del Cristo de la Buena Muerte (S.XVI); una fuente bautismal del siglo XVI y un trozo de retablo, traídos ambos del Monasterio de Caños Santos (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
A seis kilómetros de Alcalá, en el Valle Hermoso, un paraje de gran belleza natural y regado por un manantial, se levantan las ruinas de este monasterio franciscano comprendido en el actual término de Olvera, aunque desde 1984 el conjunto monástico pertenece al Ayuntamiento de Alcalá del Valle. Según la tradición, Tello Pascual encontró el manantial que guardaba en la gruta la imagen, escondida durante la invasión musulmana, mientras seguía a su ganado. La escultura se resistió milagrosamente a ser trasladada a la parroquia correspondiente de Olvera, por lo que se labró en 1512 una ermita en el lugar. Treinta años después, Juan Téllez Girón, IV Conde de Ureña, desconfiando de los ermitaños, se puso en contacto con los franciscanos para que aceptasen el gobierno del santuario, y estos erigieron el convento y casa de Caños Santos, habitándolo hasta la desamortización que provocó su abandono y el reparto de la mayoría de sus enseres entre la parroquia de Alcalá del Valle y el santuario de Nuestra Señora de los Remedios en Olvera.
La fachada se levanta entre 1689 y 1692, coincidiendo con el momento de esplendor del monasterio. Parece una fecha muy tardía para el diseño que se ejecutó, por lo que podría haberse mantenido una idea primitiva, un esquema clasicista de arco de triunfo. El trabajo es de buena cantería, con dos cuerpos rematados por sendos entablamentos de abultadas cornisas. En el inferior se ordenan tres calles separadas por pilastras, con la central ocupada por el vano de acceso y las laterales decoradas por hornacinas aveneradas, mientras que el superior presenta un óculo a eje con la puerta. La torre está adosada al muro del Evangelio y tiene labrados los tres tramos de la caña con la misma sillería de buen escuadre. El cuerpo de campanas, ochavado, fue concebido con distinto sentido estético, más academicista.
La iglesia, de una sola nave y techumbre de madera, ha sido restaurada hace unos años, en su interior aún pueden verse el camarín y el arranque de la cúpula, mientras que el claustro se encuentra muy dañado y ha perdido gran parte de sus arcadas (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Dos son los conjuntos que componen el inmueble; el primero está compuesto por las antiguas hospedería y panadería, así como por el puente de Caños Santos; el segundo, se encuentra junto al anterior y es de mayor significado desde el punto de vista arquitectónico, ya que lo componen la iglesia y algunas dependencias anejas.
El templo, de planta rectangular, consta de una sola nave, con cubierta abovedada, hoy perdida. A los pies de la nave se sitúa el coro y, en la cabecera de la misma, un camarín cubierto de bóveda semiesférica sobre pechinas. Adosada al muro del evangelio, aparece una capilla de planta poligonal.
La fachada, que es el elemento mejor conservado, se divide en dos cuerpos, cada uno de los cuales se organiza en tres calles separadas por medio de pilastras. En el primer cuerpo, la calle central está ocupada por el vano de entrada, de medio punto, mientras que las laterales lo están por hornacinas aveneradas. Un esquema muy semejante es el del segundo cuerpo, aunque aquí es un óculo, rematado por un escudo heráldico, el que se sitúa en la parte central.
Especial atención merece la torre de la iglesia; que se levanta a un lado de la fachada. La planta de la misma es cuadrada en sus tres primeros cuerpos, mientras que el superior, que hace las veces de campanario, es octogonal. La decoración es muy sencilla en los tres primeros cuerpos y se limita a los elementos de separación de cada uno de ellos. Más interesante es la del campanario, donde, además de las pilastras angulares, se alternan vanos de medio punto y hornacinas que repiten los esquemas de la fachada.
A sus valores artísticos hay que añadir los etnológicos al ser lugar de culto tradicional de las poblaciones aledañas. En su entorno se encuentran, asimismo, la cueva donde, según la creencia popular, se apareció la Virgen y los caños que dieron nombre al convento. Este convento ha sido un lugar muy visitado por los habitantes de la localidad, y en la actualidad, el 1 de Mayo, se realiza una romería que parte de la Iglesia Mayor..
El Convento de Caños Santos, titularidad de Alcalá del Valle, se sitúa en el término municipal de Olvera, pero cercano al núcleo urbano de Alcalá del Valle, en un entorno de gran valor paisajístico. Tiene su origen en el siglo XVI, cuando el Conde de Ureña y Morón facilita tierras para la construcción de una ermita a Nuestra Señora de Caños Santos. Al aumentar la devoción de la feligresía se decidió labrar el Convento y Casa en 1542 (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Muy cerca de Caños Santos se encuentran los dólmenes del Tomillo, con dos sepulcros de galería de pequeños ortostatos, de la edad del Bronce. Por otro lado, el conjunto urbano de Alcalá del Valle conserva aún interesantes muestras del patrimonio vernáculo, viviendas dobladas, con un cuerpo superior en fachada correspondiente al granero.
Otras interesantes pervivencias son la algorfa o construcción elevada sobre el arroyo que cruza la población y el lavadero de Nuestra Señora del Carmen, construido en 1898.
La Semana Santa de Alcalá goza de gran vitalidad, con la procesión de tres cofradías, alguna de ellas centenaria, La Vera Cruz, los «moraos» y los «coloraos». Entre las imágenes tienen interés, aparte del citado Cristo de la Buena Muerte, el Crucificado «colorao», que es de Palma Burgos (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
En este lugar se encuentran tres sepulturas megalíticas muy cercanas entre sí, dos de las cuales han sido restauradas y son visitables. Las tres corresponden al tipo de sepulcro de galería, con la particularidad de que aquí están parcialmente excavadas en la roca y construidas con ortostatos y mampostería.
Tomillos I mide 8 metros de longitud y su interior había sido reutilizado en varias ocasiones, desconociéndose con exactitud el ritual de enterramiento prehistórico.
Tomillos II mide 3,5 metros de longitud y la planta parece formar una "U" o herradura. La entrada se sitúa en el lado más estrecho y se accede a través de una losa horadada a modo de puerta, un sistema de acceso más común en las tumbas de Andalucía Oriental. Al igual que la tumba anterior, esta había sido reutilizada en varios periodos, pero pudieron detectarse dos enterramientos al fondo de la cámara y otro en el centro de la galería con un ajuar compuesto por materiales cerámicos y metálicos propios de la Edad del Bronce.
Tomillos III era de pequeñas dimensiones y su estado de conservación no permitió apreciar los detalles constructivos ni la disposición de los enterramientos; a pesar de ellos se recuperó un ajuar compuesto por cuchillos y puntas de sílex, un punzón de cobre y vasos cerámicos.
También se menciona la existencia de un menhir con el extremo aguzado de un metro y medio de altura, colocado sobre un pequeño túmulo de piedras que apareció aislado al sureste de los dólmenes (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
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