Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la imagen "San Isaías, profeta", de Vicente Hernández Couquet, en la Capilla de Montserrat, de Sevilla.
Hoy, 9 de mayo, se conmemora a San Isaías, profeta, que en tiempos de Ozías, Jotam, Ajaz y Ezequías, reyes de Judá, fue enviado a un pueblo infiel y pecador para manifestarle al Dios fiel y salvador, en cumplimiento de la promesa hecha por el Señor a David. Conforme ha transmitido la tradición existente entre los judíos, murió martirizado bajo el reinado de Manasés (s. VIII a.C.) [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].
Y que mejor día que hoy para ExplicArte la imagen "San Isaías, profeta", de Vicente Hernández Couquet, en la Capilla de Montserrat, de Sevilla.
Y que mejor día que hoy para ExplicArte la imagen "San Isaías, profeta", de Vicente Hernández Couquet, en la Capilla de Montserrat, de Sevilla.
La Capilla de Montserrat se encuentra en la calle Cristo del Calvario, 1; en el Barrio del Museo, del Distrito Casco Antiguo.
En la capilla de Montserrat encontramos la imagen de San Isaías, obra de Vicente Hernández Couquet en 1861, en un principio de vestir y técnicamente era de barro cocido (cabeza, manos y pies) con un armazón interior o candelero de madera. En un momento determinado a la imagen se le aplican unas telas encoladas para realizarle la túnica y el manto. No se sabe la fecha de esta intervención, aunque podamos datarlas sobre el 1900. Tiene cierta calidad esta intervención antigua visible en la policromía y sobre todo por los cuidado de la cenefa dorada de estilo rococó que lleva el manto. Quizás pudo ser en esta intervención cuando se le añadieron dos parejas de dedos en las manos (tallados en madera) y el dedo gordo en el pie derecho que adelanta la imagen.
La cabeza de la imagen posee una gran calidad y está tratado con bastante destreza y llama la atención lo desenvuelto del modelado del pelo y la barba así como el rostro que se inclina hacia arriba en ademán de pedir inspiración divina para la realización de sus profecías. También está bien resuelto la mano derecha (que es la que porta la pluma) e izquierda (que porta el rollo o filacteria).
Estilísticamente, la obra se mueve en el eclecticismo propio de la época romántica en donde la imaginería sevillana tenía ecos de ese pasado tan persistente barroco, aunque con aires nuevos que trajeron escultores como Juan de Astorga o Blas Molner. La obra recuerda levemente a otras esculturas del autor como los relieves de San Pedro y San Pablo para el banco del retablo del Sagrario Hispalense.
La imagen estuvo desde su creación en la capilla antigua, desaparecida en la década de los treinta del siglo pasado y actualmente se conserva en una repisa a los pies de la Capilla actual junto a la de San Vicente Ferrer disciplinante.
Conozcamos mejor la Historia, Leyenda, Culto e Iconografía de San Isaías, profeta;
En la capilla de Montserrat encontramos la imagen de San Isaías, obra de Vicente Hernández Couquet en 1861, en un principio de vestir y técnicamente era de barro cocido (cabeza, manos y pies) con un armazón interior o candelero de madera. En un momento determinado a la imagen se le aplican unas telas encoladas para realizarle la túnica y el manto. No se sabe la fecha de esta intervención, aunque podamos datarlas sobre el 1900. Tiene cierta calidad esta intervención antigua visible en la policromía y sobre todo por los cuidado de la cenefa dorada de estilo rococó que lleva el manto. Quizás pudo ser en esta intervención cuando se le añadieron dos parejas de dedos en las manos (tallados en madera) y el dedo gordo en el pie derecho que adelanta la imagen.
La cabeza de la imagen posee una gran calidad y está tratado con bastante destreza y llama la atención lo desenvuelto del modelado del pelo y la barba así como el rostro que se inclina hacia arriba en ademán de pedir inspiración divina para la realización de sus profecías. También está bien resuelto la mano derecha (que es la que porta la pluma) e izquierda (que porta el rollo o filacteria).
La imagen estuvo desde su creación en la capilla antigua, desaparecida en la década de los treinta del siglo pasado y actualmente se conserva en una repisa a los pies de la Capilla actual junto a la de San Vicente Ferrer disciplinante.
Conozcamos mejor la Historia, Leyenda, Culto e Iconografía de San Isaías, profeta;
Isaías, que es quien figura primero en la lista canónica de los cuatro profetas mayores de las Biblias cristianas, vivió en Jerusalén en el siglo VIII a. C., en los reinados de Acab y Ezequías. Por ello pertenece a la generación anterior al Exilio.
Su nombre se transcribe de diferente manera en las Biblias católicas y protestantes. Los protestantes escriben su nombre de acuerdo con la forma griega Esaías, de la versión de Los Setenta: Esaía; los católicos han adoptado la forma latinizada de la Vulgata, que en francés ha dado Isaïe (y en castellano Isaías).
Ningún documento histórico nos informa acerca de su vida. De acuerdo con una tradición rabínica tardía, incluida en un texto del siglo I a. C., la Ascensio Jesïae, habría sufrido un suplicio atroz. Perseguido por sus enemigos, se había refugiado en el hueco de un cedro. Su escondrijo quedó al descubierto a causa de un trozo de su manto que sobresalía y el rey Manasés lo hizo aserrar vivo (con una sierra de madera -serra lignea-, dice la Vulgata, cuya falta de sentido ha hecho fortuna; hay que entender con "una sierra para aserrar madera" -serra ligni-).
Según la crítica moderna, es necesario distinguir entre el primer Isaías, el del siglo VIII, y el segundo Isaías (Deutero Isaías) que viviera cien años más tarde, en el siglo VI, puesto que anuncia a los judíos exiliados en Babilonia la liberación por Ciro, que tuvo lugar en 538 (el Deutero Isaías sería el autor de los cap. 40-55). Pero ese "desdoblamiento", desconocido para los teólogos de la Edad Media, no ha tenido influencia alguna en el arte.
El Libro de Isaías sólo se conocía por un texto masoreta establecido en el siglo VIII d. C. Recientemente, en 1947, en una gruta próxima a Belén, se ha descubierto un rollo muy anterior que data de finales del siglo II a. C.
Este profeta tiene un papel eminente en la formación de la doctrina cristiana. El Nuevo Testamento se refiere a él en más de ochenta y cinco pasajes.
LUGAR DE ISAÍAS EN EL ARTE CRISTIANO
La popularidad de Isaías en el arte cristiano de la Edad Media se debe a tres pasajes de sus profecías que fueron interpretados como predicciones de la Anunciación a la Virgen y del Nacimiento de Cristo.
7: 14: "Una Virgen quedará encinta: dará a luz un niño y le pondrá por nombre Emmanuel (Ecce Virgo concipiet et pariet filium et vocabitur nomen ejus Emmanuel)". De acuerdo con los Padres de la Iglesia, María estaba leyendo ese versículo de Isaías cuando se le apareció el ángel Gabriel.
9: 6. Ha nacido un niño para nosotros.
11: 1. Y saldrá un renuevo del tronco de Jesé y de su raíz se elevará una flor (Egredietur virga de radice Jesse et flos a radice ejus ascendet).
Ese texto es el germen de donde salen los numerosos brotes del Árbol de Jesé , árbol genealógico de la Virgen y de Cristo.
De ahí procede que el profeta Isaías, desde los comienzos del arte cristiano, haya estado asociado a la escena de la Anunciación de la cual aparece como remoto anunciador en las brumas del Antiguo Testamento. Su Ecce Virgo concipiet lo ha vinculado indisolublemente con la Virgen. En su calidad de heraldo por excelencia de la encarnación y de la Natividad, se ha beneficiado del progreso del culto mariano más que cualquiera de los otros profetas.
Isaías es también el profeta del Juicio Final ¿Acaso no ha declarado: "El Señor se presenta para hacer justicia, se presenta para juzgar a su pueblo (Stat ad judicandum Dominus)? ¿Y no ha hablado (63: 1-6) del Dios sangriento que en su cólera pisa las uvas del lagar místico?
Cuando no se designa por una de sus profecías, pintada o grabada sobre una filacteria (Ecce Virgo concipiet), se lo reconoce por el brote del árbol de Jesé que tiene en la mano. Por otra parte, tiene como atributo una cucharilla (labida) que contiene una brasa o una sierra en recuerdo del suplicio.
En el portal sur de la catedral de Lausana, sostiene un disco cóncavo donde están esculpidas las siete palomas que simbolizan los siete dones del Espíritu Santo (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).
Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la imagen "San Isaías, profeta", de Vicente Hernández Couquet, en la Capilla de Montserrat, de Sevilla. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la ciudad.
Más sobre la Capilla de Montserrat, en ExplicArte Sevilla.
Ningún documento histórico nos informa acerca de su vida. De acuerdo con una tradición rabínica tardía, incluida en un texto del siglo I a. C., la Ascensio Jesïae, habría sufrido un suplicio atroz. Perseguido por sus enemigos, se había refugiado en el hueco de un cedro. Su escondrijo quedó al descubierto a causa de un trozo de su manto que sobresalía y el rey Manasés lo hizo aserrar vivo (con una sierra de madera -serra lignea-, dice la Vulgata, cuya falta de sentido ha hecho fortuna; hay que entender con "una sierra para aserrar madera" -serra ligni-).
Según la crítica moderna, es necesario distinguir entre el primer Isaías, el del siglo VIII, y el segundo Isaías (Deutero Isaías) que viviera cien años más tarde, en el siglo VI, puesto que anuncia a los judíos exiliados en Babilonia la liberación por Ciro, que tuvo lugar en 538 (el Deutero Isaías sería el autor de los cap. 40-55). Pero ese "desdoblamiento", desconocido para los teólogos de la Edad Media, no ha tenido influencia alguna en el arte.
El Libro de Isaías sólo se conocía por un texto masoreta establecido en el siglo VIII d. C. Recientemente, en 1947, en una gruta próxima a Belén, se ha descubierto un rollo muy anterior que data de finales del siglo II a. C.
Este profeta tiene un papel eminente en la formación de la doctrina cristiana. El Nuevo Testamento se refiere a él en más de ochenta y cinco pasajes.
LUGAR DE ISAÍAS EN EL ARTE CRISTIANO
La popularidad de Isaías en el arte cristiano de la Edad Media se debe a tres pasajes de sus profecías que fueron interpretados como predicciones de la Anunciación a la Virgen y del Nacimiento de Cristo.
7: 14: "Una Virgen quedará encinta: dará a luz un niño y le pondrá por nombre Emmanuel (Ecce Virgo concipiet et pariet filium et vocabitur nomen ejus Emmanuel)". De acuerdo con los Padres de la Iglesia, María estaba leyendo ese versículo de Isaías cuando se le apareció el ángel Gabriel.
9: 6. Ha nacido un niño para nosotros.
11: 1. Y saldrá un renuevo del tronco de Jesé y de su raíz se elevará una flor (Egredietur virga de radice Jesse et flos a radice ejus ascendet).
Ese texto es el germen de donde salen los numerosos brotes del Árbol de Jesé , árbol genealógico de la Virgen y de Cristo.
De ahí procede que el profeta Isaías, desde los comienzos del arte cristiano, haya estado asociado a la escena de la Anunciación de la cual aparece como remoto anunciador en las brumas del Antiguo Testamento. Su Ecce Virgo concipiet lo ha vinculado indisolublemente con la Virgen. En su calidad de heraldo por excelencia de la encarnación y de la Natividad, se ha beneficiado del progreso del culto mariano más que cualquiera de los otros profetas.
Isaías es también el profeta del Juicio Final ¿Acaso no ha declarado: "El Señor se presenta para hacer justicia, se presenta para juzgar a su pueblo (Stat ad judicandum Dominus)? ¿Y no ha hablado (63: 1-6) del Dios sangriento que en su cólera pisa las uvas del lagar místico?
En el portal sur de la catedral de Lausana, sostiene un disco cóncavo donde están esculpidas las siete palomas que simbolizan los siete dones del Espíritu Santo (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).
Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la imagen "San Isaías, profeta", de Vicente Hernández Couquet, en la Capilla de Montserrat, de Sevilla. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la ciudad.
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