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lunes, 18 de julio de 2022

El banco de la provincia de Castellón, en la Plaza de España


     Por Amor al Arte
, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte el banco de la provincia de Castellón, en la Plaza de España, de Sevilla.
   Hoy, 18 de julio, es el aniversario del encuentro entre el papa Benedicto XIII y el rey Fernando I de Aragón (18 de julio de 1414), hecho histórico que se representa en el panel cerámico central del banco de la provincia de Castellón en la plaza de España, así que hoy sea el mejor día para Explicarte el banco de la provincia de Castellón en la Plaza de España, de Sevilla.
       La plaza de España consta de cuatro tramos de catorce arcos cada uno, en cuya parte inferior se sitúan bancos de cerámica dedicados a cada provincia española. Flanquean el conjunto dos torres, denominadas Norte y Sur, intercalándose tres pabellones intermedios, que corresponden a la Puerta de Aragón, la Puerta de Castilla y la Puerta de Navarra. El central o Puerta de Castilla es de mayor envergadura y alberga la Capitanía General Militar.
     La estructura de cada banco provincial consiste en un panel frontal representando un acontecimiento histórico representativo de la provincia en cuestión, incluyendo por lo general escenas con los monumentos más representativos de la ciudad o provincia. Flanquean el conjunto anaqueles de cerámica vidriada, destinados originalmente a contener publicaciones y folletos de la provincia en cuestión. Rematando el banco aparece un medallón cerámico en relieve con su escudo. En el suelo se reproduce en azulejos el plano de la provincia y sus localidades más destacadas. Entre los arcos figuran los bustos en relieve de los personajes más importantes de la historia de España. La ejecución de la mayoría de los mismos corrió a cargo del escultor ceramista Pedro Navia Campos. 
   La Exposición Iberoamericana tuvo sus motivaciones políticas y propagandísticas, y éstas influyeron en algunos detalles. Respecto a las escenas históricas representadas en los bancos de las provincias, algunos de ellos fueron retirados precipitadamente en los meses previos a su inauguración por sus incorrecciones históricas o su inconveniencia política, ya que se consideró que no sintonizaban con la idea de unidad y paz que pretendía proyectar el recinto monumental.
     En el banco de la provincia de Castellón, situado entre los de la Sevilla de la Semana Santa, y de la provincia de Ciudad Real, y entre la Puerta de Aragón, y la Puerta de Castilla - Capitanía General, de la Plaza de España, la escena histórica representada en su panel central es el encuentro entre el Papa Benedicto XIII (de Aviñón) y el Rey Fernando I de Aragón, que iba acompañado por San Vicente Ferrer. Dicho encuentro se celebró en la ciudad de Morella en el mes de Julio 18 de 1414, y duró cincuenta días, para tratar de convencer a Benedicto XIII que firmara su abdicación. A la izquierda de la escena central se reproduce la iglesia de Santa María, junto con la torre campanario llamada "el fadrí" (el soltero), que es la concatedral de Castellón, y a la derecha una vista de Peñíscola., obra original de 1926 se debió a Juan Bautista Alós Peris, ceramista castellonense de Onda. En el año 1991 presentaba cierto deterioro, pudiéndose leer en el centro "B" seguido de un anagrama que parece decir Alfar. (¿Grupo Alfar?). En 2006 es sustituido por uno de nueva factura realizado en la Escuela Taller Plaza de España. El motivo original retirado fue restaurado por dicha Escuela y depositado en los almacenes del Patrimonio del Estado ubicado en los bajos del edificio de la Plaza de España. 
     Los azulejos retirados fueron restaurados por dicha Escuela y depositados en los almacenes del Patrimonio del Estado ubicado en los bajos del edificio de la Plaza de España, y en los extremos unos anaqueles, también cerámicos, donde se colocaron originalmente folletos de cada localidad. En la zona inferior encontramos otro panel cerámico con el mapa de la provincia y tres bancos en forma de "U" decorados con dibujos vegetales y geométricos derivados de los modelos renacentistas y barrocos.
   Sobre el balcón, encontramos una balaustrada centrada por el escudo, en forma de tondo, de la provincia, decorado con una especie de corona de laurel. En el arco que está sobre él, aparecen en sus enjutas los relieves con los bustos de Juan Luis Vives March, Luis Vives (1492–1540), Filosófo, catedrático, jurista, humanista, preceptor, promotor del Renacimiento.; y Francisco (Gonzalo) Jiménez de Cisneros, Cardenal Cisneros (c. 1436–1517) Franciscano (OFM), cardenal-arzobispo de Toledo, inquisidor general, mecenas y político regente, como personajes de la historia de España (www.retabloceramico.net).
Conozcamos mejor el hecho histórico que aparece en el panel principal del banco de la provincia de Castellón
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     El 18 de julio de 1414 se reunieron en Morella el Rey y un papa (el porqué de “un papa” y no “el Papa” se comprenderá a lo largo de la lectura). Vamos a ver quiénes fueron los protagonistas y la razón de su reunión.
El rey, Fernando I de Aragón.
     Accedió a la corona por la muerte sin descendencia de Martín I el Humano y después del episodio denominado “Compromiso de Caspe”. La ausencia de un heredero al trono de Aragón supuso una crisis sucesoria e inició una lucha por la corona entre varios aspirantes, entre ellos Fernando de Antequera (regente de Castilla y sobrino del difunto rey). El 24 de junio de 1412 en Caspe fue elegido como Rey de Aragón.
El Papa, Benedicto XIII (Pedro Martínez de Luna).
     Uno de los tres papas que había en el año 1414. Desde 1378 hasta 1429, la Iglesia Católica estuvo sumida en uno de los sucesos más negros que ha padecido, el llamado Cisma de Occidente, una especie de “paréntesis” en su larga historia y donde surgió una división manifiesta dentro del seno de la Iglesia. Brevemente: en 1378 muere Gregorio XI, quien había devuelto la sede papal de Avignon (en 1309 Clemente VI la nombró con carácter temporal) a Roma. Los cardenales romanos eligieron como sucesor de Gregorio XI a Urbano VI, pero debido a su comportamiento errático y violento (entre otras cosas), a los dos meses declararon nula esta elección y  proclamaron a Clemente VII, quien de nuevo devolvió a Avignon la sede. Ambos papas electos se excomulgaron mutuamente y el cisma quedó abierto.
     En 1409, los dos papas de ambas facciones eran Gregorio XII y Benedicto XIII. Dos grupos de cardenales, de Roma y de Avignon, resolvieron celebrar en Pisa un concilio que pusiera fin al Cisma. El concilio declaró depuestos a los dos pontífices y eligió a Alejandro V nuevo papa, pero ni el de Roma ni el de Avignon aceptaron rehusar a su cargo. Lejos de solucionarse el conflicto, se agravó aún más y la cristiandad se dividió de esta forma en tres obediencias. Así, en el verano de 1414 la Iglesia Católica no tenía ni uno ni dos, sino tres papas, a saber: los mencionados anteriormente Benedicto XIII y Gregorio XII y el sucesor de Alejandro V, Juan XXIII.
Reunión en Morella.
     En junio de 1414, el rey Fernando I acababa de celebrar Cortes en Zaragoza. El reino se encontraba en paz y los asuntos políticos arreglados, pero no los religiosos. Conocía la terquedad de Benedicto XIII, ya que era español y además le apoyó en su candidatura de Caspe. Pensó que si lograba pasar algunos días en su compañía le ablandaría el corazón y pondría fin al Cisma. Por estas fechas Benedicto XIII se encontraba en su castillo-palacio de Peñíscola, y el rey eligió un punto no muy lejano de allí para su encuentro: Morella.
     El 18 de julio, Morella engalanó sus calles alfombradas de olorosas flores y aromáticas hierbas, y las paredes de las casas las adornó con bellos tapices y ricas pinturas. Benedicto XIII arribó con cinco cardenales de su obediencia (los de Aux, Montaragón, San Jorge, San Esteban y San Angelo), tres obispos, dos abades y otros prelados.
     Les esperaba el rey con su comitiva (su hijo don Sancho, el conde de Trastámara con Fadrique, el almirante de Castilla y el conde de Cardona), además del consejo municipal, compuesto por el baile don Ferrer Ram, el justicia don Juan Fernández de los Arcos y los jurados don Francisco Agulló, don Juan Ciurana de Cuadres, don Vidal de Vilanova y don Mateo Pahoner. Jamás Morella vio tan altos personajes dentro de sus murallas a un mismo tiempo (Historia de Morella).
     Benedicto XIII, más conocido como el Papa Luna, es una de las figuras más importantes y controvertidas de la historia aragonesa. Único papa aragonés, esta figura nacida en 1328 en el castillo que la familia Luna tenía en Illueca, fue una figura clave durante el Compromiso de Caspe, y provocó un cisma en la todopoderosa  Iglesia Católica.
     Pedro Martínez de Luna y Pérez de Gotor, su auténtico nombre, pertenecía a uno de los linajes más poderosos de la Corona de Aragón. Al ser el segundo de los hijos, orientó su carrera hacia la Iglesia, y tras graduarse en la universidad de Montpellier, ejerció como profesor de derecho canónico. Humanista y muy inteligente, Pedro de Luna era de recto y de moral intachable, además de insobornable.
     Tras ocupar varios puestos eclesiásticos, y dado su alto linaje y la inteligencia de la que hacía gala, en 1375 fue nombrado cardenal por el papa Gregorio XI. Durante los últimos años del Papado de Aviñón, Pedro Martínez de Luna formó parte de la Curia Pontificia como juez comisario. De hecho, en 1377 acompañó al Papa Gregorio en su regreso a Roma, poniendo así fin a 70 años de división de la Iglesia Católica.
     Fue uno de los cardenales que acompañaron al papa Gregorio en su solemne regreso a Roma en 1377, que ponía fin a casi setenta años de división de la Iglesia católica. Pero al año siguiente, murió Gregorio XI, y el cónclave para elegir a su sucesor eligió al italiano Bartolomeo Prignano, Urbano VI. Las primeras acciones de este papa no gustaron demasiado entre la curia romana, ya que les acusaba de llevar una vida demasiado licenciosa y libertina, además de intentar intervenir en los asuntos políticos de estados vecinos a Roma.
     Al año siguiente, en 1378, una parte importante de los cardenales se reunieron cerca de Roma para declarar nula la elección de Urbano VI, alegando que había sido elegido en medio de un clima crispado y de violencia. Tras declarar nula su elección, eligieron al francés Roberto de Ginebra, Clemente VII. El problema fue que Urbano VI no quiso renunciar, provocando así el Cisma de Occidente. Un periodo de 40 años en el que coexistieron dos papas, y en el que las obediencias en el mundo cristiano se dividieron.
     La mayor parte de los reinos cristianos de Europa reconocieron a Clemente como papa legítimo. Pero al no ser una elección válida según el derecho canónico, fue considerado como un antipapa. Pedro Martínez de Luna se decantó por apoyar al Papa Clemente y a su sede pontifical en Aviñón, en Francia. Durante ese periodo, actuó como legado pontificio ante los reyes de Aragón, Castilla, Navarra y Portugal.
     En 1394, y tras morir Clemente, Pedro de Luna fue elegido papa con el nombre de Benedicto XIII. Obviamente, en Roma no aceptaron su elección, y siguió considerándose como Antipapa. Al ser aragonés y no francés, y al escapar del control de la corona francesa, su nombramiento tampoco fue bien recibido en Francia, aunque el papado tenía su sede en Aviñón. Desde Francia presionaron para que Benedicto XIII renunciara y llegaron a sitiar el castillo de Aviñón.
     Finalmente, el Papa Luna consiguió escapar en 1403, refugiándose en Nápoles. Aún así, su poder había sido mermado al no contar con el apoyo de Francia, y de los cardenales de este país. En esa época, Benedicto XIII tan solo contaba con el apoyo de los reinos de Aragón, Castilla, Sicilia y Escocia, además de algunas ciudades italianas, y del respaldo de cinco cardenales (pese a que fue elegido con 20 votos, del total de 21 votos que debían elegir al nuevo papa).
     Por si faltaba más inestabilidad en el Cisma de Occidente, en el año 1409 se celebró un concilio en Pisa que destituyó tanto a Gregorio XII como a Benedicto XIII, eligiendo un papa nuevo: Alejandro V. Así, con este hecho caótico, el mundo cristiano se encontró con tres papas, ya que los tres reclamaban su legitimidad para seguir al frente de la Iglesia Católica. Tras el concilio de Pisa, Benedicto XIII se refugió en la Corona de Aragón, concretamente en Peñíscola. Desde esta ciudad mediterránea, el Papa Luna excomulgó a quienes se oponían a sus derechos.
     En esta época, destaca su intervención en el periodo de interregno que se produjo en la Corona de Aragón tras el fallecimiento sin herederos del rey Martín El Humano en 1410, y que desembocó en el Compromiso de Caspe y en la elección de Fernando de Trastámara como nuevo rey de Aragón (un hecho que afianzó su posición dominante en los reinos peninsulares), y la regencia del gobierno de la diócesis de Zaragoza, vacante desde el asesinato del arzobispo Fernández de Heredia en 1411.
     En 1414 se celebró un nuevo concilio en Constanza, consiguiendo la destitución del antipapa de Aviñón Juan XXIII, y la renuncia de Gregorio XII, el papa de Roma. Este concilio desembocó en el aislamiento completo del Papa aragonés en el castillo de Peñíscola, una antigua fortaleza templaria. Ese mismo año, el monarca aragonés Fernando I se reunión con el Para aragonés en Morella para intentar convencerle de que renunciara al pontificado, con la ayuda de San Vicente Ferrer. Una reunión que dejó clara la testarudez del papa aragonés, y que provocó el abandono por parte de Vicente Ferrer.
     Al año siguiente, en 1415, tuvo lugar una reunión en Perpiñán entre Benedicto XIII, el rey de Aragón y el emperador germano Segismundo, que lo único que hizo fue enrocar al Papa aragonés en su postura. Hartos de su empecinamiento, y de su deseo de no renunciar a ser papa, apostaron por aislarlo en su corte papal de Peñíscola. En esa época se puso fin al Cisma de Occidente, eligiendo nuevo Papa: Martín V. Este nuevo Papa excomulgó  al antipapa aragonés, declarándolo hereje.
     Benedicto XIII murió a los 95 años en 1423 solo y abandonado entre los muros de su castillo en Peñíscola, generando en torno a él una leyenda sobre una figura histórica que nunca dudó de la legitimidad de su pontificado y que inspiró la expresión ‘mantenerse en sus trece’ (Hoy Aragón).
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