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viernes, 12 de julio de 2024

El Pabellón de Marruecos (actual sede de la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo), de Michel Pinseau, para la Exposición Universal de 1992

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte el Pabellón de Marruecos (actual sede de la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo), de Michel Pinseau, para la Exposición Universal de 1992, de Sevilla.
     Hoy, 12 de julio, es el aniversario del Día Nacional (12 de julio de 1992) de Marruecos en la Exposición Universal de 1992, de Sevilla, así que hoy es el mejor día para ExplicArte el Pabellón de Marruecos, para la Exposición Universal de 1992, de Sevilla.
     El Pabellón de Marruecos, para la Exposición Universal de 1992 [nº 273 en el plano oficial de la Exposición Universal de 1992], se ubicaba en la calle Charles Darwin, s/n (avenida de los Arces durante la Exposición Universal); en el Barrio de Triana Oeste, del Distrito Triana.   
     Marruecos, encrucijada de múl­tiples civilizaciones, hunde sus raíces en los tiempos más remotos de la historia universal. Numerosos vestigios testifican una presencia evolutiva del hombre que se remonta a más de dos millones de años.
     Después del primer milenio a.C., Marruecos entra en la historia antigua de la cuenca mediterránea, donde los fenicios y los cartagineses, sucesivamente, desarrollaron una intensa activi­dad comercial.
     El reino de Mauritania quedó anexionado al Imperio Romano a partir del año 40 d. C. Este período conoce el surgimiento de una refinada civilización urbana (Volubilis, Sala Colonia, etc.).
     En el siglo IX, los idrísies, fundadores de la dinastía musulmana, construyeron en Fez la mezquita Qarawiyyin, primera universidad del mundo, y la mezquita de los andaluces. En el siglo XI, los almorávides fundan Marrakech, su capital, y hacia mediados del siglo XII los almohades les sustituyen en el poder.
     Este período, edad de oro de la civilización islámica, se distingue por el genio creativo reflejado en las mezquitas de la Kuttubiyya, Hasan y la Giralda de Sevilla. Entre los siglos XII y XIV, los benimerines, inspirándose en el arte almohade, edificaron madrazas como la de Attrin, la Bulnaniyya y la Seffarina en Fez.
     La dinastía sadí emprendió, en el siglo XVI, la realización de una serie de espléndidas obras arquitectónicas, entre las que figuran la madraza Ibn Yusuf, el palacio Badil y las tumbas sadíes de Marrakech.
     Con el advenimiento de la dinastía de los alauitas, a mediados del siglo XVII, comenzaron nuevas obras de construcción: la alcazaba de Meknes, por Mulay Ismael, la ciudad de Essaouira fundada por Muhammad Ibn Abd Allah. Los monarcas alauitas han contribuido a la difusión de las artes en todas sus formas.
     El reinado de S.M. Hasan II es la consagración de la dimensión civilizadora, decididamente moderna, del Reino, dimensión cuya profundidad alcanza aquello que, a través de los siglos, ha hecho que Marruecos po­sea una identidad singular. El Mausoleo de Muhammad V y la Mezquita de Hasan II, verdaderas joyas de la arquitectura marroquí, encarnan prodigiosamente el afán constructivo del gran soberano.
     El marroquí es un Pabellón permanente que da a un jardín andaluz. Sus cuatro niveles ricamente ornamentados albergan una serie de exposiciones del patrimonio artístico, arte contemporáneo, arte popular y un restaurante panorámico.
     En el Pabellón también tienen lugar coloquios, espectáculos y proyecciones audiovisuales (Guía Oficial Expo'92. Sevilla, 1992).
     El Pabellón de Marruecos está situado en la calle Charles Darwin, denominada como Avenida 5 o de los Arces durante la celebración de la Exposición Universal. Se encuentra en la esquina con el Camino de los Descubrimientos y junto a la estación intermedia del telecabina.
     Está constituido por una estructura de hormigón armado en forma de estrella de ocho puntas, en el que destacan las celosías de embellecimiento en sus fachadas, siguiendo la tradición marroquí, así como los accesos, enmarcados con fuentes y columnas revestidas por azulejos hechos a mano.
     En su interior, un gran patio octogonal con una fuente con fondo de vidrio que permite ver la planta inferior era el protagonista del pabellón. A través de él, el visitante podía acceder a cualquier planta del edificio. Sobre este, se observaba el "Kouba", el techo móvil en forma de cúpula que se abría desplazándose hacia uno de sus lados para albergar en el interior del patio distintos espectáculos.
     Aproximadamente seiscientos artesanos marroquíes esculpieron y dieron forma los riquísimos detalles del pabellón: enrejados de listones de madera para ventanas y balcones, mosaicos compuestos por pequeñas teselas talladas a mano, motivos decorativos geométricos o florales pintados sobre madera, yeso cincelado, murales realizados con arena, cal, huevos y jabón negro, entre otros.
     La única exposición del pabellón se encontraba situada en la planta baja y se trataba de una colección de esculturas romanas de bronce del patrimonio histórico marroquí. Repartidas, también, por esta planta se encontraban fotografías de Hassan II (rey de Marruecos hasta 1999) y su familia.
     En la última planta del edificio se situaba "La Mamounia", el restaurante del pabellón, que destacaba por su gastronomía típica y su decoración, además de poder disfrutar de las vistas desde la terraza superior.
     Por último, el visitante podía acceder a la sala de cine del pabellón, con capacidad para 170 personas, donde se proyectaba una película de 11 minutos de duración sobre la vida en Marruecos.
     En su exterior, destacaba un pórtico enmarcado con láminas de agua que daba entrada a los llamados jardines andaluces, por donde se prolongaban en acequias de mármol, siguiendo la tradición marroquí.
     Tras la clausura de la Muestra Universal, la Junta de Andalucía solicitó el indulto para el pabellón, con el fin de convertirlo en sede de la recién creada Empresa Pública de Turismo. El pabellón, finalmente se libró de la demolición pero las limitaciones del gobierno marroquí, que quería crear allí un centro de interrelación entre cristianos, árabes y judíos, hicieron que ningún proyecto saliera adelante.
     En la actualidad, este pabellón, uno de los más bellos que perduran en la Isla de la Cartuja, es sede desde 1998 de la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo, una organización que promueve el encuentro entre pueblos y culturas del Mediterráneo.
     Este es, además, otro de los pabellones que no han sufrido remodelaciones considerables después de Expo'92 (Blog Pasaporte Expo 92).
     Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte el Pabellón de Marruecos (actual sede de la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo), de Michel Pinseau, para la Exposición Universal de 1992. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la ciudad.

Más sobre la Exposición Universal de 1992, en ExplicArte Sevilla.

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