Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la Sala I del Museo de Bellas Artes (antiguo Convento de la Merced Calzada), de Sevilla.
El Museo de Bellas Artes (antiguo Convento de la Merced Calzada) [nº 15 en el plano oficial del Ayuntamiento de Sevilla; y nº 59 en el plano oficial de la Junta de Andalucía], se encuentra en la Plaza del Museo, 9; en el Barrio del Museo, del Distrito Casco Antiguo.
El Antiguo Convento de la Merced, actual sede del Museo de Bellas Artes, ocupaba una considerable manzana en el casco histórico de la ciudad. Esta manzana lindaba al norte con la calle Armas -actual Alfonso XII- al este con la angosta calle de los Pasos (llamada desde fines del siglo XVII del Sacramento), actualmente formada por las calles Rafael Calvo, Miguel de Carvajal, al este con la plaza del Museo y al sur daba a la calle Bailén, que era por donde se accedía al antiguo convento medieval.
Su construcción comenzó en 1602 y se ejecutó en estilo barroco sevillano. El convento se articula en tomo a varios claustros con una escalera imperial que articula los tres principales "llamados Claustro Grande, de los Bojes y del Aljibe", en torno a los que se sitúan las estancias fundamentales del edificio, ahora convertidas en las salas del Museo, y que junto con la iglesia constituyen los elementos más destacados de la Merced (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Se muestran en la Sala I obras del siglo XV destacando entre ellas un grupo de esculturas pertenecientes a Pedro Millán que representan a Cristo atado a la columna, a Cristo Varón de los Dolores y el Llanto por Cristo muerto. Otra escultura expuesta es la Virgen con el Niño perteneciente a Mercadante de Bretaña. Importante es el conjunto de ocho tablas pictóricas con representaciones de santos que corresponden a un anónimo seguidor de Juan Sánchez de Castro. De gran interés es el Retablo de la Pasión de Cristo y la representación del Sueño de Jacob. Al maestro de Coteta se le atribuye un tríptico con el Ecce Homo y a Bartolomé Bermejo un San Juan Bautista. Finalmente, la representación de San Miguel Arcángel se ha puesto en relación con el estilo del pintor Juan Hispalense [Alfredo J. Morales, María Jesús Sanz, Juan Miguel Serrera y Enrique Valdivieso. Guía artística de Sevilla y su provincia I. Diputación de Sevilla y Fundación José Manuel Lara, 2004].
SALA I: ARTE MEDIEVAL
El Museo de Bellas Artes (antiguo Convento de la Merced Calzada) [nº 15 en el plano oficial del Ayuntamiento de Sevilla; y nº 59 en el plano oficial de la Junta de Andalucía], se encuentra en la Plaza del Museo, 9; en el Barrio del Museo, del Distrito Casco Antiguo.
El Antiguo Convento de la Merced, actual sede del Museo de Bellas Artes, ocupaba una considerable manzana en el casco histórico de la ciudad. Esta manzana lindaba al norte con la calle Armas -actual Alfonso XII- al este con la angosta calle de los Pasos (llamada desde fines del siglo XVII del Sacramento), actualmente formada por las calles Rafael Calvo, Miguel de Carvajal, al este con la plaza del Museo y al sur daba a la calle Bailén, que era por donde se accedía al antiguo convento medieval.
Su construcción comenzó en 1602 y se ejecutó en estilo barroco sevillano. El convento se articula en tomo a varios claustros con una escalera imperial que articula los tres principales "llamados Claustro Grande, de los Bojes y del Aljibe", en torno a los que se sitúan las estancias fundamentales del edificio, ahora convertidas en las salas del Museo, y que junto con la iglesia constituyen los elementos más destacados de la Merced (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Se muestran en la Sala I obras del siglo XV destacando entre ellas un grupo de esculturas pertenecientes a Pedro Millán que representan a Cristo atado a la columna, a Cristo Varón de los Dolores y el Llanto por Cristo muerto. Otra escultura expuesta es la Virgen con el Niño perteneciente a Mercadante de Bretaña. Importante es el conjunto de ocho tablas pictóricas con representaciones de santos que corresponden a un anónimo seguidor de Juan Sánchez de Castro. De gran interés es el Retablo de la Pasión de Cristo y la representación del Sueño de Jacob. Al maestro de Coteta se le atribuye un tríptico con el Ecce Homo y a Bartolomé Bermejo un San Juan Bautista. Finalmente, la representación de San Miguel Arcángel se ha puesto en relación con el estilo del pintor Juan Hispalense [Alfredo J. Morales, María Jesús Sanz, Juan Miguel Serrera y Enrique Valdivieso. Guía artística de Sevilla y su provincia I. Diputación de Sevilla y Fundación José Manuel Lara, 2004].
SALA I: ARTE MEDIEVAL
Uno de los principales atractivos del Museo es el de ser testimonio de la escuela artística sevillana, que posee una trayectoria bastante homogénea y continuada en su alto nivel de calidad desde la Edad Media, contrastando así con el desenvolvimiento de otras escuelas nacionales. Un interesante conjunto de obras pertenecientes a alguna de estas escuelas ingresó en el Museo como consecuencia de los importantes legados que se verifican desde fines del siglo XIX. Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la Sala I del Museo de Bellas Artes - (Antiguo Convento de la Merced Calzada), de Sevilla. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la ciudad.
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ARTE MEDIEVAL ESPAÑOL
Fruto de la donación Zayas son las tablas de la Ascensión, próxima al estilo del maestro catalán Bernardo Martorell, el más famoso de los representantes del gótico internacional en Cataluña y La Virgen rodeada por ángeles músicos, también cercana al del valenciano Maestro de Almoacid, en la que se aprecia la influencia italiana aún presente en la escuela valenciana. Del legado González Abreu son, la excelente tabla recientemente atribuida a un seguidor del maestro burgalés Diego de la Cruz titulada El sueño de Jacob y el tríptico Cristo con la Virgen y Santa María Magdalena del círculo del Maestro de Loteta, pintor aragonés también vinculado al gótico internacional. Gracias a la donación de D. Diego Angulo se expone San Juan Bautista, obra muy cercana al estilo del cordobés Bartolomé Bermejo, pintor de gran relevancia dentro del estilo hispano-flamenco que dominó la segunda mitad del siglo XV.
La escultura está representada por imágenes de madera tallada y policromada, obra de maestros de la escuela castellana. La Virgen con el Niño responde al modelo iconográfico de la theotocos, derivado de Bizancio y que representa a María sedente llevando a Jesús en sus faldas. La imagen de Cristo Crucificado está vinculada a modelos iconográficos de origen centroeuropeo y nos muestra a Cristo muerto llevando corona.
ESCUELA SEVILLANA
Aunque el inicio de la escuela de pintura sevillana se remonta al siglo XIII tras la toma de la ciudad por Fernando III en 1248, y las primeras realizaciones pictóricas se constatan ya desde el siglo XIV, los testimonios de artistas conocidos como de obras firmadas no aparecen hasta el siglo XV, momento al que pertenecen las primeras manifestaciones que conserva el Museo.
Desde sus orígenes la escuela muestra rasgos distintivos que irán configurando una personalidad definida a lo largo de la historia, en la que junto a momentos de gran esplendor se sucedieron otros de menor fuerza creativa.
Durante la primera mitad del siglo domina el panorama pictórico local, al igual que el del resto de España y Europa, una mezcla de influencias procedentes de Flandes, coincidiendo con un período de gran vitalidad artística y desarrollo económico de la ciudad.
La figura más destacada de la pintura medieval sevillana es Juan Sánchez de Castro, activo en la ciudad durante la segunda mitad del siglo. De este pintor no conserva obras el Museo, pero sí de artistas que trabajaron bajo la influencia de su estilo.
Entre las pinturas realizadas en este ámbito artístico hay que destacar el conjunto de cuatro tablas, procedentes del antiguo retablo mayor de la iglesia hispalense de San Benito de Calatrava, en las que aparecen ocho santos emparejados. Los santos representados son San Jerónimo con San Antonio de Padua, San Andrés con San Juan Bautista, San Antonio Abad con San Cristóbal y Santa Catalina con San Sebastián. Las pinturas ofrecen gran riqueza decorativa tanto en las vestiduras de los santos como en los fondos de oro y los alicatados de tracerías del suelo.
A mediados del siglo XVII las tablas fueron sustituidas por otras encargadas a Valdés Leal y las originales se guardaron hasta ser depositadas en el Museo por las Ordenes Militares en 1908.
En este círculo artístico de maestros influenciados por Juan Sánchez de Castro se sitúa también la obra de autor anónimo Retablo de la pasión de Cristo procedente de la colección Montpensier. Preside el retablo la escena del Calvario flanqueada a la izquierda por las de La oración en el Huerto y La Flagelación, y a la derecha por las de La Crucifixión y La Piedad, en la que aparece San Francisco recibiendo los estigmas. Son pinturas de una gran expresividad, características de este momento de influencias flamencas, en las que los fondos ofrecen minuciosas descripciones de episodios secundarios.
Al margen de esta influencia hay que señalar la tabla de San Miguel Arcángel cuyo estilo se relaciona con Juan Hispalense, pintor sevillano que trabajó la mayor parte de su vida en tierras castellanas.
Los orígenes de la escultura medieval sevillana se remontan a la segunda mitad del siglo XV y están vinculados al imaginero francés que castellanizó su nombre como Lorenzo Mercadante de Bretaña.
Su actividad en Sevilla está documentada entre 1454 y 1468 donde triunfó con el cambio estilístico que suponía introducir los gustos borgoñones. Esto se traduce en la realización de obras en las que a veces predomina el espiritualismo nórdico y en otras ocasiones el naturalismo y minuciosidad de la pintura flamenca. Trabajó el alabastro y el barro, material en el que realizó sus obras más populares: las portadas del Nacimiento y el Bautismo de la Catedral hispalense. Su influjo en la escultura sevillana del gótico final fue notable, siendo su principal seguidor Pedro Millán.
Pedro Millán es el primer imaginero local cuya actividad está documentada, concretamente entre 1487 y 1506. Acostumbraba firmar todas sus obras que fueron en su mayoría de barro cocido. Uno de sus mejores trabajos es el grupo del Entierro de Cristo, el más antiguo de los conservados en España. En él se mezclan las influencias de franceses e italianos, pioneros en este tema iconográfico que triunfa en Europa a mediados del siglo XV. Sobre la peana del frente del sarcófago entre los símbolos pasionarios y flores de cardo, aparece su firma en letra gótica "P MILLAN IMA" (Ignacio Cano Rivero, María del Valme Muñoz Rubio, Rocío Izquierdo Moreno, y Virginia Marqués Ferrer. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Guía Oficial. Consejería de Cultura. Junta de Andalucía. Sevilla, 2009).
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La Sala I del Museo de Bellas Artes, al detalle:
- San Juan Bautista, de Bartolomé Bermejo
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