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El edificio de la calle Francos, 40-42-44; se encuentra en el Barrio de Santa Cruz, del Distrito Casco Antiguo.
Se trata de un conjunto de edificaciones compuesto por casas unifamiliares, con la organización tradicional en torno a patios, que se han venido sumando hasta constituir este importante núcleo comercial, que se abre de una parte a las calles Francos (40-42-44) y Conteros (2) y de otra a la calle Álvarez Quintero (27-29). Ya desde el siglo XVIII se asentaba obre algunas de estas casas la empresa comercial "La Filipina", pasando más tarde a ser propiedad de los almacenes textiles "Los Caminos", sus actuales propietarios. En el conjunto de estas construcciones habría que establecer dos zonas bien precisas: los almacenes y el detall; si las casas que componen los almacenes (Francos, 44; Conteros, 2; y Álvarez Quintero, 29) conservan en la actualidad su disposición primitiva, manteniendo sus estructuras con absoluta autonomía en el detall (Francos, 40-42, y Álvarez Quintero, 27, la zona de acceso público) se producirá una importante remodelación tanto de su organización interior como de sus fachadas, a fin de proponer una imagen unitaria al conjunto construido.
En la zona de detall la primera intervención se produce a finales del XIX, consistiendo en la demolición de la tabiquería interior con el objeto de lograr un espacio único. En este sentido se sustituyen los muros de carga paralelos a fachada por soportes puntuales (dobles columnas de mármol con toda suerte de capiteles), que irán alternando con las columnas originales que conformaban los tres patios (cubiertos con monteras) de las casas primitivas. Dado que los tres patios se situaban en la misma crujía paralela a fachada permitió proponer "calles" longitudinales paralelas -interrumpidas por la presencia de estos patios- definidas por líneas de columnas, de una sorprendente calidad espacial.
En 1919 Aníbal González construye una nueva fachada para el edificio, a las dos calles, utilizando recursos formales bien distintos en cada una de ellas. En la fachada a Francos consigue una obra perfectamente integrada en la corriente modernista, con una cuidadosa elaboración en los detalles mediante el empleo de ricos materiales (mármoles, molduras de cobre, lámparas de pared y de techo sobre soportes igualmente de cobre, revestidos de madera de caoba en el trasdós de los arcos y fachada interior, etc.) de resonancias centroeuropeas. En cambio, en la importante fachada a Álvarez Quintero abundan las referencias historicistas de inspiración renacentista y manierista.
Los almacenes ocupan dos casas con fachadas a Francos y Conteros, abriéndose igualmente a Álvarez Quintero. La primera de ellas (nº 42) consta de tres plantas (como todo el conjunto edificado) con dos patios de arquerías sobre columnas de mármol (capiteles del siglo XVI en uno de ellos), y la segunda con otro magnífico patio de tres plantas con arquerías superpuestas en las dos primeras y galería cerrada con ventanas en la alta.
Las fachadas de las casas son igualmente de un gran valor, destacando por su tamaño y rotundidad la que construye la calle Álvarez Quintero.
Francos, 42. Casa donde vivió Argote de Molina. Consta de tres plantas y, en su interior, dos patios de columnas y arcos de medio punto, el primero con capiteles del siglo XVI [Francisco Collantes de Terán Delorme y Luis Gómez Estern, Arquitectura Civil Sevillana, Excmo. Ayuntamiento de Sevilla, 1984].
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