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Intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla", de Onda Cero, para conmemorar los 800 años de la Torre del Oro

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jueves, 20 de julio de 2023

Los principales monumentos (Ermita de Ntra. Sra. del Valle; Convento Hermanas de la Cruz; Palacio del Señorío; Teatro España; Casino; Rincón de los Leones; Ermita de San Sebastián; y Plaza de la Magdalena) de la localidad de La Palma del Condado (II), en la provincia de Huelva

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Huelva, déjame ExplicArte los principales monumentos (Ermita de Ntra. Sra. del Valle; Convento Hermanas de la Cruz; Palacio del Señorío; Teatro España; Casino; Rincón de los Leones; Ermita de San Sebastián; y Plaza de la Magdalena) de la localidad de La Palma del Condado (II), en la provincia de Huelva.

Ermita Ntra. Sra. del Valle
     La ermita del Valle se encuentra en la margen izquierda del antiguo camino real de Sevilla a Huelva, en el centro del casco poblacional. Toma su nombre de la imagen de la Virgen del Valle, Patrona canónica de La Palma, que en ella es venerada. El edificio es un interesante ejemplar de la arquitectura mudéjar sevillana del siglo XV. Presenta al exterior la estructura interna: tres naves a dos aguas, según el esquema parroquial sevillano, y capilla mayor en forma de torreón adosado. De claro origen almohade es no sólo el aspecto defensivo, sino también las fajas que decoran la masa cúbica rematada en merlones. Se puede acceder a la ermita por dos portadas de arcos apuntados. Sobre la de los pies, de singu­lar alfiz escalonado, se levanta la espadaña. Ésta remata el imafronte, y se compone de tres arcos de medio punto, flanqueados por pilastras, con sendos frontones triangulares, de sabor clasicista. En la nave del evangelio aparece el Cristo de la Vera Cruz o de la Sangre, escultura de tipología gótica. Por encima de él, un lienzo con la cabeza del Bautista, del siglo XVII, tenebrista. Más adelante, un  lienzo, que representa al pueblo, clero y ejército implorando la paz al Sagrado Corazón de Jesús, por intercesión de María Inmaculada; aunque no está firmado, parece ser obra de Santiago Martínez. Esta nave se ve encabezada por un retablo marco, de Francisco Ruiz Rodríguez, para el simpecado de la Virgen del Rocío. Este es de tisú de plata con aplicaciones de plata repujada y dorada, de Seco Velasco, cuya labor en­vuelve el óvalo central, con la efigie de la Reina de las Marismas, óleo de Santiago Martínez, de 1937. El varal de plata es sevillano de finales del siglo XVII. A sus pies, una cruz de altar del s. XVIII. En la misma nave, se conserva un lienzo de la Virgen de Guadalupe, del siglo XIX, que sigue el modelo iconográfico tradicional.
     En un pilar de la nave del evangelio apareció, en 1980, bajo las sucesivas capas de cal, una pintura mural, de hacia 1500, que representa a Cristo atado a una columna, de traza gótica, sobre fondo de tapiz rojo rameado, y campeando encima el trigrama IHS.
     De la capilla mayor hemos indicado su fuerte entidad propia, tanto al exterior como al interior. A ella se accede por arco apuntado. Los blancos muros se hallan enriquecidos por arcos mudéjares con labor de tracería, sebka y mocárabes. El fondo de la capilla está ocupado por el retablo de la titular; retablo hornacina, obra de Ruiz Rodríguez, flanqueado por columnas, con un pequeño tabernáculo y sendos óvalos laterales decorados por Rafael Blas Rodríguez. Preside la imagen de la Virgen del Valle, labrada por Sebastián Santos en 1936. El Niño Jesús, conserva la cabeza original. Dos tablas de los Sagrados Corazones, flanquean el retablo. Se decoran los paramentos laterales con lienzos de San­ta Ana maestra, del siglo XVII; Cristo Salvador, de buena factura, de fines del Seiscientos; San José con el Niño, de mediados del XVIII; Nazareno, y San Francisco de Paula, al parecer obras del XVIII.
     En la nave de la Epístola, ocupa  la cabecera un retablo de Ruiz Rodríguez, parejo al de Ntra. Sra. del Rocío, con la Virgen del Perpetuo So­corro, óleo firmado por Rafael Blas Rodríguez. Detrás de éste y en la pared lateral, aparecieron también en 1980 unas pinturas de técnica mixta, del último cuarto del siglo XVI: la Anunciación del ángel a San Joaquín, y el Anuncio del ángel a Santa Ana.
     Seguidamente, abre una capilla en la que reciben culto los titulares de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno. El espacio se cubre con bóveda oval sobre pechinas que se decoran con cartelas. Preside la capilla un retablo neobarroco de madera tallada y dorada, de Francisco Ruiz Rodríguez, con un suntuoso tabernáculo de columnas salomónicas de la primera mitad del s. XVIII. La imagen titular del Nazareno es una adaptación de un Cristo atado a la columna posiblemente realizado hacia 1740 en el círculo de José Montes de Oca. Al perderse en 1936 la imagen del antiguo Padre Jesús, el mismo año se encargó a Sebastián Santos la transformación de su postura para la iconografía que representa ahora. Ha sido restaurado por su hijo Jesús Santos Calero, en 1982. A su derecha, la Virgen del Socorro, de 1936, la primera imagen dolorosa que realizó Sebastián Santos. A su izquierda, San Juan, obra del escultor palmerino Joaquín Moreno Daza, de 1959. Muy interesante es la escultura policromada de un Niño Jesús pasionista, con los ojos llenos de lágrimas mirando al cielo, que aparece firmado en la peana por Lorenzo Ramírez, y fechado en Málaga en 1742. Sobre la puerta de la sacristía, un lienzo de San Antonio de Padua. A los pies de la nave, un Jesús Cautivo, escultura policromada para vestir, obra de Castillo Lastrucci, de 1946.
     Pueden verse también en la nave de la epístola un lienzo de San Antonio de Padua, del siglo XIX; y otro óleo sobre lienzo que representa a una Virgen con el Niño, del mismo siglo. En la sacristía hay un pequeño lienzo del Salvador (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
      La ermita de Nuestra Señora del Valle es un templo mudéjar de planta basilical de tres naves separadas por arquerías apuntadas sobre pilares cruciformes que las articulan en tres tramos. La nave del evangelio presenta portada de ingreso y la de la epístola una capilla dedicada a Nuestro Padre Jesús Nazareno. La nave central, más alta y ancha que las laterales, posee portada a los pies y arco triunfal de acceso a la capilla mayor. Ésta se presenta como un espacio cúbico de gran sencillez que con clara independencia volumétrica se adosa al cuerpo de la ermita.
     La articulación de elementos y la decoración del torreón recuerdan las formas almohades reinterpretadas por el mudéjar local.
     La nave central se cubre con armadura de par y nudillo y atirantadas, mientras que las naves laterales lo hacen con simples armaduras de colgadizo.
     La cubierta de las naves es de teja árabe a dos aguas con faldones ligeramente incurvados. La Capilla de Nuestro Padre Jesús Nazareno se cubre con cubierta a cuatro aguas también de teja árabe.
     En este inmueble se distinguen dos fachadas, una principal, a los pies de la nave central y otra situada en la nave del Evangelio.
     En la portada principal destaca su entrada gótico-mudéjar, de vano ojival, compuesta por tres arquivoltas con grueso baquetón angular, todo ello inscrito en un alfiz. En dicha portada se sitúa un rosetón (elemento característico del gótico-mudéjar) con vidrieras modernas y rematada con una espadaña, compuesta de tres arcos rematados por frontones triangulares, el central más ancho y alto, que cobija la única campana del templo. Junto a la portada se halla un retablo cerámico que representa a Nuestro Padre Jesús Nazareno. Dicho retablo se cubre con tejaroz a tres aguas, con tejas de cerámica de color azul y blanco.
     La portada de la nave del Evangelio o lateral y septentrional, destacada sobre el lienzo mural, presenta igualmente arcos ojivales y repite el original quiebro de los baquetones que forman el alfiz. Dicha portada fue construida posiblemente muy avanzado el siglo XV o a principios del XVI, y fue posteriormente reformada durante el siglo XVIII y hacia 1923, fecha en que perdió la espadaña barroca que la remataba, además del almenado de merlones escalonados mudéjares que recorría todo el muro del Evangelio. Este muro septentrional aparece rematado por un alero sostenido en hilera de canecillos de doble curva cóncava. En este muro, muy cerca de la puerta de entrada, se observa un retablo cerámico dedicado a la Virgen del Valle, que presenta la misma techumbre que el de la fachada principal. A continuación de esta fachada y anexa a ella sobresale la fachada del torreón almenado de la capilla mayor, que le da al templo un peculiar aspecto de fortificación. Dicho torreón se cubre externamente mediante azotea plana. En el interior de dicho torreón se aprecia como parte destacada la capilla mayor, el espacio de mayor singularidad del edificio, derivado de las qubbas islámicas, en concreto del arte almohade. Ésta es de planta casi cuadrada y cubierta por bóveda ochavada sobre trompas, se regruesa a media altura, formando en sus extremos arcos apuntados ciegos sobre ménsulas facetadas que cobijan una decoración de arquillos geminados polilobulados y mixtilíneos con sebka o losanges sobre ellos, cuya ubicación y variedad morfológica es única en la arquitectura de la provincia.
     La ubicación espacial de las principales imágenes, de la patrona y de Jesús Nazareno junto con la Virgen del Socorro, denotan la relevancia simbólica de éstas y se corresponde con su absoluto protagonismo en los principales rituales festivo-religiosos de la Palma.
     Desde el primer tramo de la nave de la Epístola, se accede a través de una puerta a la sacristía, espacio que anteriormente fue habitación de la casa del santero o ermitaño. Desde al menos 1892 se utiliza como sacristía. Existe otra entrada desde el exterior del templo, en el extremo lateral de la fachada de la Epístola.
     La solería está formada por losetas rectangulares de barro cocido dispuestas en espiga. Tan sólo los frentes y ángulos de los escalones y gradas se decoran con piezas vidriadas. La ermita ha sido restaurada en dos ocasiones, en 1923 y en 1987-1989. La intervención que más afectó a ésta fue la primera, auspiciada por el vizconde de Palma, pues en ella se suprimió la hornacina y remates barrocos de la portada del Evangelio, se eliminaron los merlones de la cornisa de la nave y se incorporaron azulejos y nuevos elementos en la capilla de Jesús Nazareno. La segunda intervención se dedicó al saneamiento de las estructuras del templo, techumbre, paredes y arcos.
     En el estudio artístico de la Ermita de Nuestra Señora del Valle hay que diferenciar claramente dos partes. El cuerpo del templo con sus tres naves y la capilla mayor. El origen de esta última parece encontrarse en alguna construcción de carácter militar de época almohade y que se relacionaría con la fortaleza antes mencionada. Destaca por su gran riqueza decorativa interior, que presenta gran proliferación de elementos de origen islámico. El carácter militar se refuerza por la existencia de su terraza almenada. En este sentido, Angulo Íñiguez la incluyó en el grupo que él denominaba "Iglesias con capilla mayor morisca", y la relaciona con las ermitas de Castilleja de Talhara, Gelo, la Parroquia de Hinojos, la Parroquia de Gerena, etc.
     En la decoración de la capilla destaca la composición de los muros laterales con sus arcos apuntados que cargan sobre ménsulas y encuadran una decoración de arquerías ciegas. Angulo señala que es caso único en la arquitectura mudéjar andaluza, aunque ve cierta relación con los triforios de Toledo o Cuenca.
     Con respecto al cuerpo del templo, se constituye por medio de tres naves, la central de doble anchura que las laterales.
     Se dividen dichas naves por medio de cuatro pilares sobre los que cabalgan arcos apuntados.
     Este templo sigue el sistema tradicional sevillano de templo mudéjar del siglo XV. El principal aspecto diferenciador radica que en la capital las capillas mayores utilizan elementos góticos propios de la cultura de los conquistadores. En cambio, en la zona del Aljarafe sevillano se siguen utilizando aún las formas musulmanas, cúpulas sobre trompas, al igual que sucede en la ermita.
     El templo pudo salvarse del incendio del que fueron víctimas, en Julio de 1936, otros edificios de la ciudad, no ocurriendo así con la mayoría de las obras de arte que contenía. Al igual que en 1755, cuando el seísmo de Lisboa destruyó por completo el templo de San Juan Bautista, la Iglesia de Nuestra Señora del Valle oficiaría desde Noviembre de 1936 como parroquia provisional de la localidad hasta que aquél, una vez restaurado, fue abierto de nuevo al culto en 1940 (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Convento Hermanas de la Cruz
     Fue fundado en 1962, y enriquecido artística­mente por el vizconde de La Palma, Ignacio de Cepeda. El edificio principal tiene dos cuerpos con amplios ventanales. Se cubre a cuatro aguas con tejas árabes. La techumbre queda interrum­pida por un lucernario acristalado que ilumina el interior. La capilla, anexa al recinto, está precedida por elegante logia, y se complementa con un elevado mirador-campanario.
     En el templo, diáfano, de una sola nave con techumbre de madera y testero frontal de ladrillo limpio, vemos sucesivamente una pintura de San Antonio de Padua, con el Niño en brazos, de la primera mitad del XVIII. Por los muros laterales de la capilla se sitúa una serie de lienzos de la vida de la Virgen, obras anónimas sevillanas de hacia 1650. El primero de ellos es la Anunciación, cuya escena aparece envuelta en una corona de flores. De un seguidor de Arteaga, de ha­cia 1700 es la Visitación, pintada sobre fondos de arquitectura clásica. Parejo a la Anunciación, una Presentación de la Virgen con la correspondiente envoltura floral. Un pequeño óleo de la Inma­culada, en cuyo marco tallado y dorado dice una cartela: «Murillo»; bien podría ser un buen imitador del maestro, de fines del XVII. Sobre un pedestal se venera una escultura de San José con el Niño de 1963, que, junto con el San Francisco de Asís de 1962, situado en el lado opuesto, se cuentan entre las obras más logradas del escultor palmerino Joaquín Moreno Daza.
     En el presbiterio preside un pintura de la Virgen del Rocío con el Espíritu Santo entre querubines, firmado por Santiago Martínez en el Año Santo Mariano de 1954. Debajo, sobre un basa­mento de mármol, un tabernáculo de plata muy sobrio, en cuya portezuela figura el Buen Pastor. Sobré el templete superior, un manifestador con un Cristo crucificado de marfil, de escuela italiana, de hacia 1590. La figura, de esbelta y apolínea anatomía, se fija a una cruz plana de ébano, con cantoneras de plata lisa. A uno y otro lado, Santa Teresa en éxtasis, del s. XVII, y Santa Án­gela de la Cruz, en madera policromada, obra de Joaquín Moreno Daza, realizada en 1986. Dos grandes jarrones ornan los ángulos del presbiterio, firmados por Montalbán, y, apareciendo entre la habitual guarnición, las escenas de la Santa Cena y la Cena de Emaús.
     A modo de coro bajo, abre al lado de la epístola una estancia con importantes obras. Un cuadro anónimo sevillano del XVIII, con el Triunfo del nombre de Jesús. Es copia del que Juan Valdés Leal pintó en el año 1674, y que se conserva en el Museo Provincial de Sevilla. A ambos lados, una Santa Ana Tríplex, escultura en madera policromada obra hispanoflamenca de la primera mitad del XVI; y un grupo escultórico del Cal­vario, muy teatral y movido, de un autor perteneciente al círculo gaditano-genovés de fines del siglo XVIII. Por último, una tabla de la Mater Boni Consilii, firmada por Santiago Martínez en 1956.
     En el muro de la epístola, una notable pintura en tabla de un Calvario, de escuela castellana de hacia 1560, que figuró en la Exposición de Arte Antiguo de Sevilla, 1929, propiedad entonces del Duque de Andría, Madrid. Le sigue una tabla del Nazareno, inspirado en una estampa de Sebastiano del Piombo. Otros tres lienzos de la serie de escenas marianas en co­ronas de flores y frutos: Descanso en la Huida a Egipto, Presentación de Jesús y Purificación de María, y la Visitación. Bajo ellos, unas vidrieras polícromas de Maumejean, Madrid, represen­tan a varios santos. Al final, un lienzo barroco del Niño Jesús Salvador, obra sevillana de mediados del XVII. En el coro alto, a los pies de la iglesia, hay dos tablas con la Imposición de la Casulla a San Ildefonso y San Martín partiendo la capa, procedentes del antiguo retablo de las MM. Agustinas de Huelva, firmadas por Bar­tolomé Gómez, del segundo cuarto del s. XVII. En el centro un óleo apaisado de tema alegórico, del siglo XVIII.
     En el interior de la casa religiosa, podemos ver un grupo escultórico en madera policroma­da, de la adoración del Niño por María y José, del círculo de Cristóbal Ramos. Una Virgen de la Piedad, con Cristo muerto en su regazo, escultura en madera policromada, obra anónima de hacia 1800. En una urna, una Virgen de la Soledad, imagen de candelero para vestir, de rodillas con las manos unidas. Una escultura en madera policromada del Niño Jesús sobre nube y tres querubines, de Enrique Orce, 1946. Santa Catalina de Siena, escultura en madera policromada, obra anónima de fines del s. XVI (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
     Este convento de reciente construcción (mediados del S.XX) fue diseñado por el arquitecto Carlos Martínez Caro. En su exterior destacan el campanario mirador que repite la tipología de la entrada principal utilizando arcos de medio punto sostenidos sobre pilares circulares que a su vez se encuentran sobre pedestales. En el interior su modesta capilla alberga una importante colección de obras de arte. El edificio hoy se encuentra destinado a ser utilizado como residencia de ancianos (Ayuntamiento de La Palma del Condado).

Palacio del Señorío
     En la plaza de España, frontera a la fachada de la parroquia, subsiste parte del antiguo Pala­cio del Señorío, hoy sede de una entidad bancaria. En origen, este edificio, datado asimismo en el Quinientos, perteneció al almirante y virrey de las Indias, don Diego Colón. Posteriormente, hasta finales del siglo XIX, fue residencia de los Alcázar, señores de La Palma (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).

Teatro España
     El Teatro España se encuentra donde antiguamente se ubicaba el Cine España que ha sido un edificio de notable presencia en la plaza principal de la localidad.
     En la actualidad, el teatro cuenta con un espacio único con un aforo de 400 plazas , patio de butacas, anfiteatro y palcos que aseguren las mejores condiciones visuales y acústicas en todos los asientos de la sala (Ayuntamiento de La Palma del Condado).

Casino
     El casino, cuya construcción nos remonta a la prosperidad agrícola e industrial palmerina de la segunda mitad del siglo XIX. Presenta una fachada de ladrillo con arquerías de medio punto que hacen de ventanales en la planta baja, y una balconada con balaustre de terracota, elemento decorativo que se repite en la azotea del inmueble (Ayuntamiento de La Palma del Condado).

Rincón de los Leones
     En su origen esta zona formaba parte del corral de la casa parroquial. Entre 1925 y 1928 este espacio fue rehabilitado por orden del alcalde Don Ignacio de Cepeda, con la intención de dotarle de una nueva función monumental. Recientemente restaurada, en su interior se encuentra una gran cruz de forja sobre un pedestal con decoración cerámica (Ayuntamiento de La Palma del Condado).

Ermita de San Sebastián
     La edificación mudéjar, reformada en época barroca, presenta tres naves que desembocan por la cabecera en sendas capillas rectangulares. La antigua ermita se cubre a dos aguas con techumbre de madera. Desde el 8 de abril de 2001 son veneradas en esta capilla las imágenes del Cristo del Perdón, escultura en madera policromada, obra de Luis Álvarez Duarte, de 1982; María Santísima de la Amargura, de candelero para vestir, realizada por el mismo autor sevillano, de 1976. Recibe culto, además, la Virgen de la Soledad, atribuible a Gabriel de Astorga, de la segunda mitad del s. XIX (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
     La construcción de esta ermita se remonta al siglo XVI. Se construyó con el objetivo de cobijar a la población de oleadas epidémicas que azotaban gravemente esta zona. Aunque en su origen se situaba a la entrada de la localidad, actualmente se encuentra plenamente integrada en la trama urbana. De estilo mudéjar, presenta algunas características destacables tales como sus pilares ochavados que soportan los arcos apuntados que separan las tres naves de la ermita. Exteriormente destaca por su gran sobriedad decorativa. A lo largo del paso del tiempo desde su construcción fueron diversos los avatares que golpearon a la ermita, el abandono, su uso como hospital, comedor social e incluso taller mecánico. Actualmente se encuentra plenamente restaurada tanto en su estructura como en su uso, siendo lugar de culto de María Santísima de la Soledad, Santísimo Cristo del Perdón y Ntra. Sra. de la Amargura (Ayuntamiento de La Palma del Condado).

Plaza de la Magdalena
     La calleja lateral del Teatro de España es paso para llegar a la Plaza de la Magdalena, espacio de planta en ángulo recto ordenada por arriates y naranjos que le confieren un pintoresco encanto, al que se suman las viviendas con amplios ventanales y cristaleras o las vestidas de ladrillo visto (Ayuntamiento de La Palma del Condado).

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