Un paseo por el Barrio del Carmen

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte el Barrio del Carmen, de Sevilla, dando un paseo por él.    

   Hoy, 16 de julio, Memoria de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, monte en el que Elías consiguió que el pueblo de Israel volviese a dar culto al Dios vivo y al que, más tarde, algunos, buscando la soledad, se retiraron para hacer vida eremítica, y dieron origen, con el correr de los tiempos, a una orden religiosa de vida contemplativa, que tiene como patrona y protectora a la Madre de Dios [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].

     Y que mejor día que hoy para Explicarte el Barrio del Carmen, de Sevilla. dando un paseo por él.

     El Barrio del Carmen es, en el Callejero Sevillano, un barrio que se encuentra en el Distrito Macarena, delimitado por las vías c/ Doctor Leal Castaños, c/ León X, c/ León XIII, c/ Manzana, y avda. Doctor Fedriani.

     El Barrio del Carmen lo componen las vías siguientes: c/ Avellana, c/ Cereza, avda. Doctor Fedriani, c/ Jorge de Montemayor, c/ León X, c/ León XIII, c/ Manzana, c/ Purgatorio, y plaza San Gabriel.

     El Barrio, desde  el punto de vista urbanístico, y como definición, aparece perfectamente delimitada en  la  población  histórica  y en  los  sectores  urbanos donde predomina la edificación compacta o en manzana, siendo el conjunto de vías urbanas con características homogéneas, y constituye el espacio libre, de tránsito, cuya linealidad queda marcada por las fachadas de las  edificaciones  colindantes  entre  si. En  cambio, en  los  sectores  de periferia donde predomina la edificación  abierta,  constituida  por  bloques  exentos,  la  calle,  como  ámbito  lineal de relación, se pierde, y  el espacio jurídicamente público y el de carácter privado se confunden en términos físicos y planimétricos. 

     Se rotula oficialmente en 1961. Popular­mente es conocida como la barriada del Carmen, el Carmen, Nuestra Señora del Carmen, e incluso Huerta de Nuestra Señora del Carmen. Toma su nombre de la antigua huerta sobre la que se asienta, aunque en los planos de 1827 y 1928 aparece también con las denominaciones de Huerta de la Imagen y Mata del Charco. La Huerta del Carmen, junto a la de la Constanza o Constancia, las adquiere el Ayuntamiento en 1955. En la última se construye el actual Hogar de la Virgen de los Reyes (1959) y en la otra, con arreglo al proyecto de Fernando Barquín Barón, la barriada del Real Patronato de Casas Baratas, inaugura en 1961, según reza en una lápida conmemorativa en el comienzo de la calle Manzana. La planta de la barriada se adapta a los limites de los predios que ocupa, de ahí que forme un conjunto poco regular al igual que la distribución de sus calles principales: Manzana y Avellana. El espacio edificado se dispone en grupos de bloques que cierran entre ellos, mediante tapias, un espacio de uso común. Hay tres tipos de bloques: dos de ellos se encuentran siempre asociados para formar una planta en Y y el tercero la tiene en H, aunque en realidad son dos bloques enfrentados y unidos perpendicularmente por una escalera de uso común, cuya planta baja se convierte en pequeño patio al que se accede desde la calle a través de una cancela. Unos y otras dan como resultado una línea de fachada de entrantes y salientes, los primeros de una profundidad equivalente a la del bloque, por lo que se dejan importantes espacios totalmente abiertos a la calle. La tipología es idéntica a la de otras barriadas del mismo promotor: bloques de cinco plantas sin azotea, paredes encaladas, espacios comunes entre bloques...

     Su aspecto en general es descuidado por el estado de las fachadas de los edificios, espacios comunes y calles. La ropa tendida en las ventanas o en cordeles de bloque a bloque acentúa el carácter popular de la barriada. Todo lo cual contrasta con lo bien cuidado de la mayoría de los patios de los bloques. En estos últimos años el Ayuntamiento ha mejorado el espacio delantero de los que tienen fachada a Doctor Fedriani, que lo pavimentado y dotado de aceras y escaleras, para poder accedes a los mismos desde la avenida, solucionando en parte el problema de los encharcamientos en las estaciones de lluvia. El proyecto de la barriada consta además de un grupo de locales comerciales que forman un edificio de una planta, delante de la plaza de San Gabriel. Con fachada a la misma se levantó posteriormente la iglesia parroquial Virgen del Carmen, en los terreno cedidos por el Real Patronato de Casas Baratas, así como el colegio público del mismo nombre que tiene su entrada principal por Cereza. La plaza es el lugar de juego juego de la población infantil mientras que el tramo final de Man­zana es el punto de reunión de los vecinos. A excepción de Cereza, el resto se encuentra con arbolado de falsas acacias, naranjos y otras especies arbóreas. La barriada celebra su velada el día de la Virgen del Carmen (l6 de julio), en la que luce un alumbrado festivo y se engalanan de un modo especial los pequeños patios de los bloques, entre los que la Junta de Distrito premia a los mejores. En la plaza se instala "tablao", donde se celebran diversos concursos de sevillanas y actuaciones. También se instalan algunas calesitas para la diversión de niños y mayores [Joaquín Cortés José, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].

Conozcamos mejor la Festividad de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo; 

   La conmemoración de la Virgen del Carmen tiene su origen en la Orden homónima. Ésta remonta sus orígenes míticos a los hijos de los profetas que habitaron el Monte Carmelo en Tierra Santa. En época de la cruzadas fueron estableciéndose allí un grupo de anacoretas que levantaron un templo a la Virgen María en la cumbre del monte Carmelo, que veían prefigurada la maternidad divina en la nube que desde allí viera Elías, anunciando el fin de la sequía. Estos religiosos se llamaron Hermanos de Santa María del Monte Carmelo, a los que San Alberto de Vercelli, también conocido por su nombre secular, Alberto Avogadro (+1214), Patriarca de Jerusalén, escribió una normativa de vida entre 1206 y 1214. Pasaron a Europa en el siglo XIII, aprobando su regla Inocencio IV Fieschi en 1245, bajo el sexto Prior General de la Orden, San Simón Stock (+1265), que los adaptó a la vida mendicante. Este papa es el primero que los llama, en 1252, Hermanos Ermitaños de la Orden de Santa María del Monte Carmelo. Viendo éste en peligro el futuro de la Orden en Occidente, cuenta la tradición que el dieciséis de julio de 1251, según la versión oficial fijada en el siglo XVII, la Virgen María se le apareció en Cambridge y le entregó el hábito que había de ser su signo distintivo, cuya versión reducida es el escapulario marrón, y le prometió: “Este será el privilegio para ti y todos los carmelitas; quien muriere con él no padecerá el fuego eterno, es decir, el que con él muriere se salvará”. Desde Inglaterra se extendió esta devoción a toda la Orden y, por su labor, a todo el mundo.     

   Al principio los carmelitas celebraban a la Virgen en las fiestas del calendario general, sobre todo, en el siglo XIII, la Anunciación, que cedió su lugar, a partir de 1306, a la Inmaculada Concepción, que se convirtió en la fiesta mariana oficial de la Orden. Sin embargo, a comienzos del siglo XV, parece que los carmelitas intentaron buscar una celebración mariana propia acomodada a su  carisma. Esta parece que tiene su origen en el rito jerosolimitano primitivo de la Orden, que a una conmemoración solemne de la Resurrección del Señor semanal había unido una de la Virgen María, especialmente solemnizada la del Adviento, que naturalmente se identificaba con su Asunción como glorificación plena de María. Por primera vez encontramos esta fiesta celebrada en Oxford en 1387 y en un calendario astronómico de Nicolás de Lynn. Poco a poco va apareciendo en diferentes misales (Londres, 1387-93) y breviarios (Oxford 1375-93) y extendiéndose muy lentamente por el continente. Pero con la difusión del escapulario, catapultada por la famosa Bula del privilegio sabatino, en algunas partes, sobre todo en Inglaterra, se relacionó esta commemoratio solemnis, a partir de la celebración de los beneficios recibidos de su Patrona, -con tal devoción, dando lugar a la solemne conmemoración de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo. Su fijación en julio parece depender de la fecha de la última sesión del II Concilio de Lyon, celebrada el diecisiete de julio de 1274, en que se decretó que las órdenes carmelitana y agustina, que corrían peligro de ser suprimidas, permanecieran en su estado mientras no se decretara otra cosa, aunque la aprobación definitiva no llegaría hasta 1298 con Bonifacio VIII Gaetani en 1298.

   Esta fiesta de acción de gracias a la Virgen se adelantó en el siglo XV al dieciséis de julio. Sixto V Peretti aprobó la fiesta del dieciséis de julio en 1587, y en el Capítulo General carmelitano del 1609, habiéndose preguntado a todos los capitulares qué festividad debía tenerse como titular o patronal de la Orden, todos unánimemente contestaron que ésta, sin duda alguna. A pesar de haberse dictado algunos decretos restringiéndola, esta fiesta, que ya se había difundido por Inglaterra, Italia, España y América, se fue propagando rápidamente en el siglo XVII por el resto de Europa y algunas zonas de Oriente. España fue la primera nación en obtener del papa Clemente X Rezzonico, en 1674, el permiso para celebrar esta festividad en todos los dominios del Rey Católico.  A esta petición siguieron otras muchas, hasta que el veinticuatro de septiembre 1726 Benedicto XIII Orsini, tras haberla impuesto el año antes en los Estados Pontificios, la extendía a toda la cristiandad con rito doble mayor y con la misma oración y lecciones para el segundo nocturno que desde el siglo anterior rezaban ya los religiosos carmelitas. En la reforma del Beato Juan XXIII Roncalli de 1960 fue reducida a simple conmemoración, y en el calendario del uso ordinario es memoria libre. También fue introducida en los ritos ambrosiano,  caldeo, maronita, mozárabe y greco-albanés (Ramón de la Campa Carmona, Las Fiestas de la Virgen en el año litúrgico católico, Regina Mater Misericordiae. Estudios Históricos, Artísticos y Antropológicos de Advocaciones Marianas. Córdoba, 2016).

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