Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Sevilla, déjame ExplicArte el Cortijo de Santa Clara, en Carmona (Sevilla).
Hoy, 11 de agosto, Memoria de Santa Clara, virgen, que, como primer ejemplo de las Damas Pobres de la Orden de los Hermanos Menores, siguió a San Francisco, llevando en Asís, en la región italiana de Umbría, una vida austera pero rica en obras de caridad y de piedad. Insigne amante de la pobreza, no consintió ser apartada de la misma ni siquiera en la más extrema indigencia y en la enfermedad (1253) [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].
Y qué mejor día que hoy, para ExplicArte el Cortijo de Santa Clara, en Carmona (Sevilla).
El Cortijo de Santa Clara se encuentra muy próximo a la carretera nacional IV Madrid-Cádiz, desde cuyo km 500 parte una carretera hacia Fuentes de Andalucía de la que, a su vez, arranca un carril que lleva al caserío. A su privilegiado emplazamiento, en plena vega de Carmona, se suma que la explotación está cruzada por el río Corbones.
Santa Clara es sin duda el más complejo y amplio cortijo de Carmona. Gema Florido incluso hace referencia a Santa Clara como modelo de una tipología específica, la de la cortijada o cortijo-aldea. Este modelo edilicio se caracteriza por su envergadura, complicación funcional y numerosa población, todo lo cual se refleja en su variada arquitectura. Este hecho está muy relacionado con el carácter de gran explotación de Santa Clara, que aunque abarca más de 500 ha, tuvo una superficie aún mayor y llegó a ocupar hasta 200 trabajadores habituales y 500 en plena temporada. Por otra parte, el caserío de Santa Clara muestra una innegable impronta industrial, calificándolo también Gema Florido como cortijo-factoría. En este sentido resultan especialmente llamativos el secadero de arroz y la fábrica de lino, conservando aquél todavía la maquinaria alemana original.
Estos rasgos derivan del carácter mixto de la explotación, ya que junto al cereal y las plantas barbecheras de secano, aquí se cultivó hasta finales de los años 60 del siglo XX algodón, así como lino y remolacha, en parte con riego de apoyo.
Además, durante años, la explotación de Santa Clara se llevó a cabo junto a la de otra finca de las marismas del Guadalquivir, desde la cual se traían aquí algunos productos para su preparación o almacenamiento, lo que explica la presencia del referido secadero de arroz, impropio de un cortijo campiñés como éste.
Por estos motivos, el caserío de Santa Clara cuenta con numerosos edificios, algunos considerablemente alejados de su epicentro, de forma que configuran una estructura completamente abierta. Su núcleo principal gira en torno a un patio abierto, centrado por un depósito de agua. Uno de sus flancos es una compleja y cerrada edificación donde se ubican varios graneros y en la que destacan dos torres; una era un secadero de arroz y otra un molino de trigo. Ante este conjunto se dispone otro, igualmente complejo, que consta de varias naves de grandes dimensiones y otras dependencias que configuran un patio cerrado, irregular y de suelo terrizo. En la reja de una puerta de una de estas naves aparece la fecha de 1851. Las dependencias de este sector se usan en la actualidad como taller, almacenes y cocheras, pero originalmente debieron estar relacionadas con el ganado. Además, en uno de sus extremos se alza en la actualidad un señorío de dos alturas flanqueado por dos torres.
Entre ambos conjuntos se encuentra un pequeño edificio que parece ser uno de los elementos más antiguos de la explotación. Se trata de la tahona, una diáfana y alargada nave rematada por una pequeña torre almenada. La nave está reforzada por contrafuertes y cubierta por un tejado a cuatro aguas sostenido por una interesante viguería de par y nudillo. Esta tahona cuenta con batidora, amasadora y horno de pan. Tras la tahona se encontraba la era, en la que aparece el muelle de carga, y más allá una gran nave cubierta de uralita que en la actualidad se usa como casa de máquinas, aunque originalmente debió ser pajar.
Al otro lado de este patio central destaca otro bloque del que sobresale la capilla, rematada por una gran espadaña y con viguería de madera. Hoy, a pesar de que su estructura está muy bien conservada, este oratorio se utiliza como almacén.
Junto a la capilla hay otras dependencias, ya transformadas o en transformación, que originalmente fueron gañanía y viviendas del personal. Próximas a esta gañanía se encuentran unas naves cubiertas de uralita usadas como zahúrdas y cuadras. Las zahúrdas tuvieron en su momento gran importancia dentro de las actividades de la explotación. Paralelo al señorío ya aludido se encuentra el primitivo señorío, edificio exento y de dos plantas con un jardín trasero cerrado. Ante este señorío se mantiene un surtidor de gasolina y un almacén al lado.
Otro conjunto arquitectónico importante se encuentra detrás del granero, molino y secadero de arroz, formado por diversas naves destinadas a vivienda de los muchos trabajadores con los que contó la finca. También esta zona está transformada y convertida en un tercer señorío, con un amplio jardín.
A unos 200 m del centro de este núcleo del cortijo se encuentra otra dependencia de relieve: una fábrica de lino, en la actualidad en ruinas. De sus vestigios destacan dos grandes albercas de maceración ante las que se encuentran otros tantos secaderos.
A estos elementos todavía habría que añadir otros de carácter auxiliar distribuidos a su alrededor, como un transformador, canales, acueductos, pozos y cercados de ganado.
Desconocemos el origen del cortijo, que al menos debe remontarse al siglo XIX o quizás antes. No obstante, su actual configuración la adquirió en el siglo XX. Así, queda constancia de que en los años 20 se construyó la herrería. Pero fue a partir de la década de los años 40 cuando adquirió su definitiva fisonomía, con la construcción de diversas naves de tipo industrial, levantadas con ladrillo, hormigón y viguería metálica. No obstante, con posterioridad ha sufrido distintas reformas que complican considerablemente su interpretación. De esta forma, cuando se realizó la visita, en el año 2000, contaba con tres señoríos al estar repartida la propiedad en ese momento entre tres dueños, circunstancia a la que se suma que la mayoría de las dependencias hayan cambiado de función o quedado sin uso (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Conozcamos mejor la Historia, Leyenda, Culto e Iconografía de Santa Clara, virgen;
Hija espiritual de San Francisco de Asís y fundadora de la orden de las clarisas.
HISTORIA Y LEYENDA
Nacida en 1193, en 1211 abandonó la casa paterna, distribuyó todo su patrimonio entre los pobres y fue recibida en la capilla de la Porciúncula por San Francisco, quien le cortó el pelo y ciñó su cintura con el cíngulo o cordón de la orden.
Acompañada por su hermana Inés y luego por su madre, Ortolana, se instaló en el convento de San Damián. Allí vivió en clausura perpetua, sometida a una regla austera. Fiel a los preceptos del Poverello, no tenemos -decía- más que un tesoro por conservar: la Santa Pobreza. Un día el papa la visitó en su monasterio. Ella hizo preparar la comida y pidió al Santo Padre que bendijera los panes. Pero el papa ordenó a Santa Clara que los bendijese ella misma. Apenas lo hubo hecho, todos los panes quedaron marcados con el signo de la cruz.
En 1241 los sarracenos llegados de Nocera quisieron saquear el convento cuyos muros escalaron. La abadesa fue a su encuentro con el Santo Sacramento en una custodia, y los puso en fuga.
Murió en 1243. La hermana que la velaba vio entrar en la habitación una procesión de vírgenes coronadas que la cubrieron con un manto dorado, al tiempo que la Virgen María recibía su alma.
CULTO
Canonizada en 1255 por el papa Alejandro IV, Santa Clara es la patrona de Asís y de la orden de las clarisas que se desarrolló en todo el mundo cristiano.
Como Santa Lucía, su nombre le valió ser invocada "para ver claro" por los ciegos y los enfermos de la vista. También es la patrona de las trabajadoras vinculadas con el color blanco: lavadoras, planchadoras y bordadoras.
A causa de la custodia de cristal que lleva en las manos, es la protectora de los pintores vidrieros.
Ha sido propuesta recientemente como patrona de la radio televisión tanto a causa de su nombre como de una visión que habría tenido en su lecho de agonía: la ceremonia de Navidad celebrada en la basílica de San Francisco de Asís.
ICONOGRAFÍA
Está representada con una edad variable, ya joven, ya como una anciana religiosa.
Su hábito es de las monjas franciscanas, con un cordón de tres nudos y un manto con rayas transversales.
Sus atributos habituales son la custodia eucarística con la que rechazó a los sarracenos, y una cruz rematada en un ramo de olivo, que recuerda su apasionado amor al crucifijo.
Los pintores de Siena y de Umbría casi siempre le ponen en la mano un tallo de lirio, símbolo de la pureza.
Como patrona de los clérigos, sostiene una lámpara de arcilla o una linterna procesional (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).
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