El desaparecido Pabellón de los Países Bálticos, de Sandro Lomoro, para la Exposición Universal de 1992

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte el desaparecido Pabellón de los Países Bálticos, de Sandro Lomoro, para la Exposición Universal de 1992, de Sevilla.

     Hoy, 23 de agosto, es el aniversario de la cadena humana que realizaron los ciudadanos de Lituania, Letonia y Estonia (23 de agosto de 1989) para pedir la independencia de la U.R.S.S., así que hoy es el mejor día para ExplicArte el Pabellón de los Países Bálticos para la Exposición Universal de 1992, de Sevilla.

     El Pabellón de los Países Bálticos para la Exposición Universal de 1992 [nº 295 en el plano oficial de la Exposición Universal de 1992], se ubicaba en una parcela ocupada hoy en día por los jardines del Monasterio de la Cartuja junto a la calle 15, actual Johann G. Gutenberg y se emplazaba junto a los pabellones de Argelia y de los Emiratos Árabes Unidos, en la zona de pabellones orientales (durante la Exposición Universal); en el Barrio de Triana Oeste, del Distrito Triana.   

     Expo '92 ha podido integrar, en su tramado de los pabellones dedicados a los países, la muy reciente voluntad nacional de Lituania, Letonia y Estonia. La presencia de las tres Repúblicas en el mapa de La Cartuja tiene el valor de una presentación de carácter universal. El visitante encuentra aquí elementos folclóricos, tecnológicos y culturales que definen la personalidad de estos pueblos escasamente conocidos para muchos (Guía Oficial Expo '92. Sevilla, 1992).

       El pabellón de las Repúblicas Bálticas, que agrupaba los países de Letonia, Estonia y Lituania se situaba en una parcela ocupada hoy en día por los jardines del Monasterio de la Cartuja junto a la calle 15, actual Johann G. Gutenberg y se emplazaba junto a los pabellones de Argelia y de los Emiratos Árabes Unidos, en la zona de pabellones orientales.

     Las Repúblicas Bálticas fueron los últimos participantes en Expo '92, abriendo las puertas de su pabellón el 4 de junio de 1992. Este agrupaba las repúblicas de Estonia y Lituania, con la ausencia de su vecina Letonia, que retiró su participación a última hora por problemas económicos y políticos, derivados de su reciente independencia.

     El pabellón, que consistía en una gran carpa cedida por la organizadora de la Muestra Universal, repartió finalmente el espacio entre los dos países en lugar de tres. Esto junto a la incorporación tardía y el bajo presupuesto con el que contaban, hizo que el visitante percibiera en su interior cierto grado de "vacío".

     Los pobres contenidos giraban en torno a exposiciones de mapas, cuadros, tallas de madera y objetos de ámbar, material muy popular en estos países. Así mismo, también se podían observar varias estructuras de hierro y granito (material típico de estas zonas) rematadas con nueve monitores de televisión donde se veían imágenes cotidianas de estas repúblicas.

     Tras la clausura de la Exposición Universal, la carpa del pabellón salió a subasta junto a otros edificios y lotes, vendiéndose finalmente por dieciocho millones de pesetas. Tras esto permaneció abandonada hasta 1996, cuando el alcalde de Marbella, Jesús Gil, la compra por 65 millones de pesetas para trasladarla a Madrid con el fin de dedicarla a una de sus numerosas empresas. De la misma manera, la familia Gil también llegó a comprar la carpa del pabellón de las Artes, así como numerosos módulos de oficina, mobiliario urbano e, incluso quioscos usados en la Exposición (Blog Pasaporte Expo 92).

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