La glorieta de Rafael de León, en el Parque de María Luisa

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la Glorieta de Rafael de León, en el Parque de María Luisa, de Sevilla.  

   Hoy, 12 de junio, es el aniversario (12 de junio de 1980) de la inauguración de la Glorieta de Rafael de León, en el Parque de María Luisa, así que hoy es el mejor día que hoy para ExplicArte la Glorieta de Rafael de León, en el Parque de María Luisa, de Sevilla.

    En el Parque de María Luisa [nº 64 en el plano oficial del Ayuntamiento de Sevilla], se encuentra la Glorieta de Rafael de León [nº 17 en el plano oficial del Parque de María Luisa]; en el Barrio de El Prado-Parque de María Luisa, del Distrito Sur, y se sitúa entre la avenida de Hernán Cortés y la glorieta de Covadonga. 

     Dispuesta entre grandes almeces y un significativo laurel de Indias, con una fuente central, redonda, y varios bancos de hierro calado, esta glorieta que ya estaba formada se dedicó en 1980 a Rafael de León, colocando un simplísimo cartel de azulejos con uno de sus más conocidos poemas.

     Esta glorieta se creó sin ningún nombre con una fuente proveniente del antiguo mercado de la puerta de la Carne que estaba depositada en los Almacenes municipales. La glorieta esta pavimentada con trozos de piedra de Tarifa procedentes del Cementerio de San Fernando y con bancos de hierro fundido.​

     En 1980 la glorieta se rotuló con el nombre del poeta Rafael de León. Se colocó un azulejo con el nombre del escritor y los primeros versos del poema “No te mires en el río”. Esto fue acompañado de un acto al que asistió el poeta homenajeado.

     Es una glorieta relativamente moderna, Aunque su construcción se data en el año 1960, fue una de las primeras actuaciones en la recuperación de los abandonados naranjales de los Jardines del Duque de Montpensier donados a la ciudad. La glorieta existía y fue rotulada e inaugurada en 1980, dos años antes de la muerte del conocido autor.

     La glorieta es sencilla y ocupa un espacio abierto adyacente a la avenida de Hernán Cortes, próxima a la glorieta de Dante. Es un lugar agradable y luminoso ocasionalmente frecuentado.

     Rafael de León, también conocido como «Maestro León», fue un autor de letras de copla integrante del conocido trio «Quintero, León y Quiroga».

     Rafael de León, escribió cientos de poemas que dieron origen a canciones populares como: Rocío, ay mi Rocío, No te mires en el rio, Ojos verdes, romance de la reina Mercedes, romance de valentía, Salve Rociera, la Lola que se va a los puertos, y más.

   Conozcamos mejor a Rafael de León, quien mereció que se le dedicase una Glorieta con su nombre en el Parque de María Luisa, de Sevilla;

   Rafael de León y Arias de Saavedra, Conde de Gómara, y Marqués del Valle de la Reina (Sevilla, 6 de febrero de 1908 – Madrid, 9 de diciembre de 1982), poeta, letrista.

   Hijo de José de León y Manjón y de María Justa Arias de Saavedra y Pérez de Vargas, condes de Gómara, título aristocrático que, cuando lo heredó, no quiso nunca usarlo en público, por modestia. Tras pasar unos años en el internado del colegio jesuita San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María (Cádiz) y con los salesianos en Málaga y Utrera, en 1926 se fue a Granada a estudiar la carrera de Derecho. Entonces conoció a Federico García Lorca —nueve años mayor que él—, de quien se hizo amigo inseparable; tanto es así que la poesía de Rafael de León tiene tintes lorquianos, lo que no ha de confundirse con puro mimetismo, sino como admiración del sevillano hacia el granadino.

   A pesar de su titulación universitaria, Rafael de León nunca mostró interés por la abogacía. Eran frecuentes sus visitas a los cafés-cantantes sevillanos. Colaboró en sus primeros tiempos con Antonio García Padilla (Kola), padre de la futura actriz Carmen Sevilla, y con el maestro Manuel Quintero. Sus primeras letras de canciones fueron “Manolo Reyes” y “Rocío”. Junto a Salvador Valverde escribió, para Raquel Meller, gran estrella del cuplé, “Bajo los puentes del Sena”.

   Hacia 1932 se estableció en Madrid trabajando en la academia del maestro Quiroga. Se habían encontrado ya, pues, los componentes del célebre trío Quintero, León y Quiroga. Comenzaron su colaboración en esa época escribiendo canciones para Conchita Piquer. Todavía se llamaban cuplés, lo que luego fueron canciones andaluzas y, finalmente, en acepción popular, coplas. En 1935 escribió, junto a Salvador Valverde, la letra de “Ojos verdes”, a la que puso música también Quiroga y está considerada la mejor de las coplas; entre sus muchas versiones, las más celebradas son las de Conchita Piquer y Miguel de Molina.

   En los meses anteriores a la Guerra Civil Española, escribió argumentos y letras para varios largometrajes, rodados en Barcelona, donde le sorprendió la contienda. Casi esos tres años los pasó en la cárcel, adonde le llegaron halagüeñas noticias del estreno de su comedia teatral María Magdalena. Fue liberado y en 1939 estaba de nuevo en Sevilla, y pudo ya conocer personalmente a Conchita Piquer, para quien escribiría numerosas coplas. Otras artistas relevantes que cantaron sus versos fueron Estrellita Castro, Imperio Argentina y Juanita Reina, entre muchas más.

   Por encima de todo, Rafael de León fue poeta. En 1941 publicó su primer libro, Pena y alegría del amor; en 1943, Jardín de papel, y en 1954, Profecía, en colaboración con Antonio Quintero.

   La producción de letras para canciones de Rafael de León es muy extensa, superando el millar de títulos, aunque no se haya cuantificado la cifra, al menos públicamente.

   Fue el gran poeta de la copla popular.

   En la década de 1930 escribió, entre otras: “Coplas”, “¡Ay, Maricruz!”, “María de la O”, “Doña Sol”, “Triniá” y “María Magdalena”. Y en la década de 1940 “Catalina”, “No te mires en el río”, “A la lima y al limón”, “La rosa y el viento”, “Coplas de Pedro Romero”, “Coplas de Luis Candelas”, “No me digas que no”, “No me llames Dolores”, “Tatuaje”, “Eugenia de Montijo”, “La niña de la estación”, “La Parrala”, “Callejuela sin salida”, “No me quieras tanto”, “Francisco Alegre”, “Y sin embargo te quiero” y “Lola Puñales”. De la década de 1950 son “Romance de la reina Mercedes”, “La Zarzamora”, “¡Ay, pena, penita!”, “Capote de grana y oro”, “Romance de valentía”, “Amante de abril y mayo” y “¡Mañana sale!”. Y a los años sesenta corresponden “La loba”, “Te he de querer mientras viva”, “Tengo miedo” y otras. Mediada esa década, la copla fue perdiendo vigencia. Entonces, Rafael de León se adaptó a otros estilos y escribió “Te quiero, te quiero”, éxito de Nino Bravo, y fue elegido por Charles Aznavour para que tradujese sus canciones del francés al español, tal era la consideración que le merecía. En su última época, escribió canciones para Isabel Pantoja.

   Falleció en Madrid de un ataque al corazón y está enterrado en el cementerio de la Almudena de la capital (Manuel Román Fernández, en Biografías de la Real Academia de la Historia).

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