El origen de El Bosque se sitúa en un pequeño poblado llamado Marchenilla, formado por las casas que alojaban al séquito de los duques de Arcos durante sus monterías en el lugar, donado por los Reyes Católicos en 1490 a don Rodrigo Ponce de León.
Durante la guerra de la Independencia fue incendiado, concediéndole Fernando VII el rango de villa en el año 1815. Los duques de Arcos que visitaron regularmente el pueblo tuvieron una residencia, cuyo origen se remonta al siglo XVI y de la que quedan las ruinas del torreón y la alberca en propiedad particular (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
El Bosque, centro de la comarca y sitio que hace las veces de enlace entre el llano ondulado y la sierra propiamente dicha. La población surgió a partir de un conjunto de viviendas levantadas para el séquito de los duques de Arcos alrededor del palacio de Marchenilla, centro de montería que en 1490 los Reyes Católicos donaron a Rodrigo Ponce de León. Enclavado en un umbroso lugar, cruce de caminos y corazón de un extenso bosque de pinos, encinas, quejigos y álamos, el paisaje es su principal patrimonio. El río Majaceite, rico coto truchero, bordea la población camino del embalse de los Hurones.
La iglesia de Santa María de Guadalupe está en la plaza de la Constitución. Guarda un cuadro de la Virgen de Guadalupe y una imagen de San Antonio de Padua, patrón de la localidad. La villa cuenta, además, con un Centro de Visitantes, que incluye la administración y la dirección del Parque Natural de la Sierra de Grazalema, una buena biblioteca municipal y una espaciosa plaza de toros (Rafael Arjona, y Lola Wals. Guía Total, Cádiz, Costa de la Luz. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2008).
Pintoresca villa de la Ruta de los Pueblos Blancos, recostada en las primeras faldas del monte Albarracín y puerta de acceso al Parque Natural de la Sierra de Grazalema.
Historia y visita
La población surgió a partir de algunas casas que construyeron los criados del duque de Arcos alrededor del palacio de Marchenilla, mandado edificar por el duque como lugar de descanso en la práctica de la abundante caza, en la segunda mitad del siglo XVI. El sitio, que muy pronto contó con iglesia, recibió durante bastante tiempo el nombre de ésta: Santa María de Guadalupe. Durante la Guerra de la Independencia, sus vecinos fueron los primeros de toda la serranía que se levantaron contra los franceses, sufriendo la ciudad graves daños, especialmente la iglesia, las Casas Consistoriales y los Archivos. En 1815, Fernando VII le concedió el título de villa.
Población de calles blancas, rectas y limpias, fue premio provincial de embellecimiento. Los abundantes manantiales que existen en sus proximidades surten de agua a las numerosas fuentes que aparecen en calles y plazuelas. En la plaza de la Constitución se levanta la iglesia de Santa María 'de Guadalupe en la que se venera la imagen del patrón, San Antonio de Padua. La villa cuenta con una buena Biblioteca Municipal y una espaciosa plaza de toros.
Gastronomía
Las truchas de la cercana piscifactoría, con jamón, constituyen el manjar por excelencia de la cocina de El Bosque.
Fiestas
Entre el 13 y el 15 de junio tienen lugar las celebraciones en honor del patrón, con romería a Los Cañitos, manantial de aguas con cuatro caños que está presidido por la imagen de San Antonio y que se encuentra junto a la carretera de Ubrique. Del 13 al 16 de agosto se celebran fiestas en honor de María Auxiliadora dedicadas al veraneante (Rafael Arjona. Guía Total, Andalucía. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2005).
Iglesia parroquial de Santa María de Guadalupe
Fue construida en el siglo XIX bajo la advocación de Nuestra Señora de Guadalupe, devoción muy querida por los duques de Arcos, señores del lugar durante la edad moderna. El edificio se compone de tres naves y testero plano, la central está cubierta por una bóveda de cañón reforzada con arcos fajones, en tanto que las laterales se encuentran adinteladas. Las tres naves están separadas por arcos de medio punto sostenidos por pilares de sección rectangular.
A excepción del cuadro de la Virgen de Guadalupe, todos los bienes muebles son del siglo XIX, destacando la escultura de San Antonio de Padua, patrón de la localidad (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
La planta de la Iglesia está compuesta por tres naves: una central más larga y dos laterales. La central se separa de las laterales por cuatro pilares exentos y dos adosados al altar. En los laterales de la nave de la derecha y de la izquierda se distribuyen, en varias hornacinas, las imágenes más significativas para el culto. Los muros son de mampostería (piedra, cal y arena), con un grosor aproximado de 60 cm. La nave central se separa de las laterales por cuatro pilares. El armazón de las techumbres es de viguetas y bovedillas, con la cubierta de teja árabe. Suelo de mármol blanco. Existe una sola puerta para acceder al interior, esta se sitúa en la fachada principal (en un lateral), y es de madera de doble hoja. En las naves laterales nos encontramos con una serie de hornacinas en las que están situadas una serie de imágenes. En la nave de la izquierda están María Auxiliadora; San Antonio y un Corazón de Jesús. En la nave de la derecha: San Francisco, una Dolorosa, una Inmaculada y un San José. El interés etnológico de este inmueble radica en ser el Templo Parroquial de la localidad, centralizando el conjunto de actividades relacionadas con la religiosidad oficial. A la dimensión social del inmueble se le une su histórico-artístico (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
La plaza de toros de El Bosque es obra del arquitecto Honorato Castro y se construyó en el año 1967 con una capacidad para 5.000 personas. El edificio situado a las afueras del pueblo es de fábrica de ladrillo pintado de blanco, exento, y circular con un diámetro de ruedo de 35 metros. El graderío con siete flas es también de fábrica de ladrillo.
En la fachada existe una repetición de huecos ciegos, que en los accesos a la plaza se abren y aumentan su dimensión para pasar a ser las puertas de entrada. Los chiqueros y corrales se sitúan bajo el graderío, y el desolladero se adosa al perímetro del edificio.
Su estado es aceptable y hasta hace unos años se celebraban corridas los días 13 de junio en la fiesta de San Antonio, y en otras fechas sin fijar. En la actualidad no se utiliza como plaza de toros, sino como aprisco para guardar el ganado en los espacios que quedan bajo las gradas (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
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